Prueba Mercedes Clase A 180d, inteligencia natural (con vídeo)
Probamos en vídeo la única motorización diésel que ofrece la gama del nuevo Mercedes Clase A. La cuarta generación ofrece la tecnología, la calidad y el dinamismo de segmentos superiores y sorprende por su asistente virtual con inteligencia artificial que se utiliza de modo natural.
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Publicado: 21/08/2018 20:00
El Mercedes Clase A es un modelo clave dentro de la gama del fabricante alemán no sólo por ser el modelo de acceso a la marca en cuanto a precio sino también para captar nuevos clientes. A lo largo de todas sus generaciones se han vendido más de tres millones de unidades en todo el mundo.
La cuarta generación del compacto alemán ha llegado recientemente a los concesionarios y, tras nuestro primer contacto en vídeo en su presentación, hemos podido convivir con él durante unos días para conocerlo a fondo. Echando la vista atrás, es impresionante la evolución de este modelo desde su nacimiento.
El primer Clase A llegó en 1997 en un formato de monovolumen compacto que se mantuvo durante dos generaciones. En 2012 se reinterpretó completamente y el Clase A pasó a ser un hatchback compacto con un diseño mucho más juvenil y atractivo, un diseño que después fueron heredando otros modelos.
Esa nueva concepción del Clase A hizo que la media de edad de los conductores europeos de ese modelo bajara en 10 años. Atrajo a un nuevo tipo de cliente, ya no sólo dentro de la marca, sino también incluso sedujo a un público que nunca se había planteado tener un Mercedes. Os pongo un ejemplo: en 2017, en Europa, más del 70% de las personas que compraron un Clase A no habían tenido nunca un Mercedes anteriormente.
La estética del nuevo Clase A es una reinterpretación del modelo anterior y en especial las vistas lateral y trasera dejan entrever esas similitudes entre ambas generaciones. Por el contrario, el frontal ha experimentado un cambio notable y llama la atención por mostrar un morro muy bajo, ancho y plano.
En esta parte delantera destacan los rasgados faros LED Multibeam que cuestan 557 euros y son altamente recomendables por su sistema de iluminación adaptativa. Cada uno de los 18 diodos luminosos del faro se puede desconectar individualmente en milisegundos para distribuir la luz de manera precisa.
Más desapercibido otro elemento opcional que puede resultar interesante. Es el Airpanel, que son dos persianas detrás de la parrilla que abren o cierran sus lamas en función de la demanda de refrigeración, mejorando la aerodinámica. Es un extra que sólo cuesta 109 euros así que merece la pena.
Mercedes propone una línea Progressive de aspecto más vanguardista y la línea AMG Line que realza la faceta deportiva. Las posibilidades de personalización pasan por el paquete Night con numerosos elementos en color negro, nueve tonalidades diferentes para la carrocería y hasta diez juegos de llantas de aleación entre las 17 y las 19 pulgadas. Quien prefiera un modelo con tres volúmenes puede plantearse el Mercedes Clase A Sedán 2019.
El sibarita habitáculo del Mercedes Clase S se ha ido extendiendo a otros modelos de la marca y con el Clase A 2018 llega a las gamas manos costosas. El diseño interior es vanguardista e impactante y se le ha dado un toque moderno con los difusores de ventilación en forma de turbina con la superficie galvanizada.
A disposición del cliente hay seis tipos de molduras, una quincena de combinaciones de tapicería y un sistema de iluminación interior con 64 colores para recrear diferentes ambientes. Lástima que en todas las opciones siempre esté muy presente el plástico negro brillante, que genera una buena primera impresión pero resulta un material muy poco deseable a la larga porque pronto se llena de suciedad, huellas y rayas.
El apartado tecnológico queda evidenciado de manera contundente con dos enormes pantallas de 10,25 pulgadas cada una destacando sobre el salpicadero. Una pertenece al cuadro de instrumentos digital totalmente personalizable, que es un elemento opcional que cuesta 545 €. Sin duda merece la pena invertir en ella. La información se puede complementar con un head-up display.
La otra pantalla es táctil y pertenece al sistema multimedia MBUX, completamente nuevo y realmente fascinante. Es una de las claves del Clase A 2018 porque además de todas las opciones propias que se pueden esperar de un sistema de infoentretenimiento, el MBUX tiene un interfaz que brilla por su reconocimiento de voz natural y que es capaz de aprender gracias a la inteligencia artificial.
De esta manera podemos hablar directamente con el coche para indicar que nos guíe a una dirección o una tienda concreta, que cambie la emisora de radio, que llame por teléfono a uno de los contactos de la agenda, que active la calefacción del asiento, que nos indique el tiempo climatológico que hace un lugar o que nos diga el precio del combustible de la próxima gasolinera. Las posibilidades son infinitas.
Lo que hace que este sistema de reconocimiento de voz sea el mejor del momento es que no es necesario dar comandos de voz concretos sino que trata de entender lo que pedimos. Por ejemplo, podemos bajar la temperatura del climatizador diciendo “Mercedes, baja la temperatura del climatizador”, “Mercedes, enfría el coche” o “Mercedes, tengo calor”.
Un impresionante abanico de instrucciones sin mover un dedo acomodados en nuestra butaca. Los de esta unidad son los asientos deportivos con reposacabezas integrados, opcionales por 315 euros. Dan mucho calor en verano pero la ergonomía ha sido muy cuidada y entre las múltiples regulaciones se cuenta con una banqueta extensible en seis centímetros que aumenta la superficie de apoyo para los muslos de los conductores altos.
Las plazas traseras gozan de un buen espacio a lo largo y a lo alto y están ideadas para dos pasajeros porque el asiento central es mucho más estrecho en incómodo. Sobre las cabezas aporta luz el techo corredizo panorámico opcional que, cuando se abre, es capaz de adaptar automáticamente en tres posiciones la sección de cristal abatible en función de la velocidad de marcha minimizando el ruido aerodinámico.
Con una capacidad de 370 litros, el maletero es 29 litros más grande que su antecesor. También la boca de acceso es más ancha, facilitando la introducción de cargas voluminosas. El espacio está muy bien rematado y bajo el piso se presenta un útil compartimento donde guardar objetos pequeños. Abatiendo los asientos traseros, una tarea que se realiza con mucha sencillez, se alcanzan los 1.210 litros de volumen.
Un comportamiento intachable
Las opciones de gasolina abundan en la gama del compacto germano con el A 180, el A 200 y el A 220, a los que se sumarán las nada menos que tres versiones AMG. La única versión diésel que hay disponible por el momento es el A 180d y es el propulsor protagonista aquí. Ya lo tenía la generación anterior pero ha sido puesto al día y ahora es más potente y cumple con la nueva normativa europea de emisiones. Su (polémico) origen es Renault siendo fruto del acuerdo de colaboración entre Daimler y la Alianza Renault-Nissan.
Es un motor de cuatro cilindros y 1,5 litros que entrega una potencia de 116 CV, a priori una cifra relativamente modesta para un modelo de corte premium pero que en la práctica muestra mucho empuje y brío. Es verdad que con el cronómetro en la mano las prestaciones no son especialmente elevadas (0-100 en 10,5 segundos) pero desde luego no se echa en falta más caballaje en ningún momento y los 260 Nm de par máximo que se consiguen resultan muy voluntariosos.
El propulsor de gasóleo sólo puede estar asociado al cambio 7G-DCT de doble embrague y siete relaciones que tiene un funcionamiento muy suave sin ser especialmente rápido en las transiciones de marchas. Por supuesto, también se puede manejar con las levas de cambio en el volante.
La dirección tiene un tacto muy artificial y resulta poco informativa, moviéndose sin ningún esfuerzo al realizar maniobras. El guiado es muy fiel y el Clase A obedece a los mandos sin rechistar exhibiendo un comportamiento neutro que aporta mucha confianza al conductor vaya al ritmo que vaya.
La suspensión de serie es muy cómoda aunque las inercias en las curvas se traducen que algunos pequeños pero evidentes balanceos de la carrocería. Opcionalmente Mercedes brinda una amortiguación activa variable con regulación electrónica que ajusta su actuación ya sea yendo de paseo o realizando una conducción espirituosa.
El compacto de la estrella tiene los modos de conducción Dynamic Select que modifican la respuesta del motor, el cambio, el tren de rodaje, la climatización o la dirección. Los cuatro programas disponibles son Eco, Comfort, Sport e Individual y el primero de ellos cumple perfectamente porque es el más agradecido con las cualidades del coche sacando a relucir una de sus mejores cualidades: regala un confort de marcha soberbio. Al habitáculo no se transmite ningún tipo de vibraciones y el rodar es extremadamente silencioso y suave ¿Es el coche más cómodo del segmento C? Va a ser que sí.
El equipamiento de seguridad es muy generoso y siempre resulta bienvenido. Sin embargo cabe señalar que el comportamiento del asistente de mantenimiento de carril es demasiado intrusivo. Generalmente tiene un funcionamiento normal, es decir, efectúa una pequeña corrección de dirección para mantenerse entre las marcas viales y emite un aviso. Sin embargo, muy esporádicamente, el asistente decide frenar el coche de manera brusca. Una actuación alarmista y desconcertante que acaba invitando a desconectar el sistema.
El Clase A 180d tiene un consumo medio homologado (NEDC) de 4,2 l/100 km. Para mi sorpresa, ese dato no sólo se puede conseguir sino incluso mejorar si las circunstancias acompañan y nos esforzamos en realizar una conducción decididamente eficiente. Así, es posible bajar de 4 l/100 aunque en una conducción despreocupada y variada lo habitual será estar en torno a los 5 l/100 km. Si los recorridos son casi siempre en entorno urbano, el escenario más desfavorable, se puede rondar los 5,5 l/100km. Queda claro que el consumo es excelente en todo momento y sin duda es la versión más ahorradora de la gama al menos hasta que llegue la futura versión híbrida enchufable A 220 e.
Con esta nueva generación el Mercedes Clase A adelanta a sus rivales para situarse en los más alto del segmento C, al menos en lo que a tecnología y confort se refiere. El A 180d resulta una muy buena opción por su buen comportamiento asociado a un consumo de combustible muy bajo y un confort de marcha inigualable en esta categoría. El principal obstáculo a la hora de decidirse por este modelo será el presupuesto disponible.
El Clase A diésel está a la venta desde 32.700 euros resultando 3.900 € más costoso que el A 180 de gasolina y 136 CV. Además hay que tener en cuenta que la lista de extras es muy amplia y puede aumentar notablemente el precio. La unidad que hemos probado supera la barrera de los 40.000 euros a pesar de que no cuenta con todos los gadgets posibles. Por tanto hay que tener claro qué es lo que queremos y de qué podemos prescindir para no llevarnos un susto con la factura final.