Prueba Mercedes Clase S 2021, el líder sigue siendo el líder
Tras mucho esperar y más desear llega el definitivo momento de ponerse a los mandos del Mercedes Clase S 2021. La berlina de lujo alemana por excelencia llega para marcar el camino a sus rivales. Un coche convertido en marca
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Publicado: 01/12/2020 18:00
Cuando uno habla del Clase S muchas veces suele omitir el nombre de Mercedes. Desde 1972 la gran berlina alemana se ha ganado el derecho a convertirse en un emblema, en un símbolo, en una marca dentro de la propia Mercedes-Benz. Lo ha logrado a base de estilo, tecnología, lujo y confort, sus cuatro pilares básicos que han sido actualizados para el W223, el Mercedes Clase S de nueva generación que ya he tenido ocasión de probar.
Era un momento que esperaba con ganas. El S es para mí EL COCHE. Las veces que lo he podido probar siempre me ha dejado sorprendido. La última vez que lo "caté" fue en el 2018, y entonces me quedó una cosa clara, los ingenieros de Mercedes iban a tener muy difícil superar el nivel. El W222 me parecía tan sumamente bueno que, incluso siendo más viejo que sus más inmediatos rivales, estaba por encima de estos, es decir, del BMW Serie 7 y del Audi A8.
De cara a esta nueva generación la pregunta era clara ¿se podría mejorar lo que ya era realmente bueno? Para responder a esa importante cuestión hay que saber que son varios los frentes abiertos. El primero de ellos radica en el apartado estético. Sé que en cuestión de gustos no hay nada escrito. Para mí forma ver las cosas, la generación anterior era una absoluta maravilla, más que la actual. He de decir que el morro me parece muy atractivo, líneas elegantes y deportivas a partes iguales. Pero en la zaga tengo muchas más dudas.
Haciendo un pequeño inciso, hay que destacar la importancia del mercado asiático. Uno de cada tres Mercedes Clase S que se venden en el mundo se va para China, es, de hecho, su mercado principal. Ante este dato demoledor los diseñadores tenían muy claro que había que hacer guiños al gusto oriental, y de ahí la trasera que presenta el nuevo buque insignia de la casa. Es la nueva filosofía de la casa, la misma que estrenó el Mercedes CLS y que posteriormente ha recibido el Mercedes CLA. En persona queda mejor que en foto, pero sigue sin parecer tan bien presentada como la parte delantera.
Vuelvo a remarcar la importancia de reconocer que el diseño es una mera cuestión de gusto personal, pero al menos nadie negará lo espectacular del resultado, y no solo hablo del exterior. El segundo frente abierto para mejorar el Clase S radica en su interior. La importancia de lo que ocurre de puertas para dentro es vital para el buen devenir de una generación del Clase S. No solo hablo de la calidad de los materiales, hablo de todo. La experiencia de usuario debe ser digna de la categoría y de la herencia de este coche. Pedir menos es imposible.
Empiezo por lo más evidente de todo; la calidad. Excelentes materiales, excelentes ajustes y una sensación de calidad y confort altísima. El aislamiento acústico proporciona mucha calma. Varios estudios han demostrado que conducir, o viajar, a bordo de un Mercedes Clase S reduce el estrés y baja la frecuencia cardiaca. No se escucha prácticamente nada al cerrar las puertas, y una vez emprendes la marcha la sensación continua. No es hasta alcanzar velocidades realmente altas cuando la rodadura o la aerodinámica se dejan notar, y muy tímidamente. Experiencia de primera clase.
Por supuesto no solo la calidad llama la atención, los ojos en un principio se van a la tecnología. La disposición es realmente llamativa. Vamos a empezar a hablar de la pantalla principal, la del infotainment. Controla todas las funciones del coche y su manejo es completamente digital. Es un panel OLED de 12,8 pulgadas, llega de serie en España. Como ya es habitual en Mercedes su sistema multimedia es, si no el mejor, de los mejores. Fácil de entender, fácil de manejar y bien integrado. Obviamente requiere de un largo periodo de aprendizaje de todas las cosas que puede controlar, pero una vez instruido en la materia comprendes que es muy intuitivo.
Pero hay problemas. La anterior generación tenía un touchpad muy fácil de controlar con el que casi no tenías que desviar la mirada para saber qué estabas tocando. En el W223, al ser completamente digital, obliga a desviar constantemente la vista. El panel no presenta una respuesta háptica, es decir no vibra cuando clicas en alguna parte. Y además de eso, la posición es considerablemente más baja que en el pasado. Sumando estos dos factores hay que reconocer que la presencia y la calidad es buena, pero no aporta mucha seguridad al conjunto. Mercedes es consciente de este problema y lo subsana de varias maneras.
Primero con la integración del mando fónico más avanzado del mercado. El sistema MBUX es de largo el mejor de todos. Todo se puede controlar mediante la voz bajo el comando "Hola Mercedes". Y segundo, los sistemas asistenciales de este coche son los más avanzados del mercado. En sí el Mercedes Clase Stiene un nivel 4 de conducción autónoma, pero es un nivel 4 algo tramposo. Como sabrás, una vez superado el Nivel 3 no se exige la presencia física de un conductor, así que el Clase S es capaz de campar libremente a sus anchas sin necesidad de que alguien opere el volante y los pedales.
La "trampa" viene en que solo hay dos lugares del mundo donde puede hacerlo: el museo de Mercedes de Stuttgart, y el aeropuerto de Stuttgart. Cuando llegas al parking de la terminal te puedes bajar del coche que él solito se encargará de buscar un hueco, aparcarse y cerrarse. Una vez vuelvas, avisas al coche y te va a buscar al punto de recogida. Obviamente eso limita mucho el campo de acción, pero lo importante es saber que el Clase S ya viene con la tecnología preparada para alcanzar semejante nivel de conducción autónoma.
Es decir, te compras ahora el Clase S y, cuando las normativas se modifiquen y las instalaciones también, podrás ir cómodamente en tu coche sin tener que conducir y sin tener que comprar uno más moderno. En España la normativa no permite, por el momento, pasar del Nivel 2 de conducción autónoma. Eso implica que tenemos muchos sistemas anulados pero que la seguridad activa y pasiva es la más avanzada del mercado. El conductor no puede eludir sus responsabilidades, aunque el coche sea capaz de conducir solito.
Ahora quiero centrar mi atención en el cuadro de instrumentos. Una pantalla de grandes proporciones, no mayor a la disponible en un Mercedes GLS, por ejemplo. Lo importante no es el tamaño, es la tecnología que esconde. Sistema 3D que proyecta la información en diferentes niveles de profundidad. En un principio puede resultar extraño, e incluso marear, pero una vez configurado correctamente el efecto es tremendo. Por supuesto podemos cambiar el diseño a nuestro gusto y personalizar la información que queramos ver, lo mismo que el grandísimo HUD del parabrisas. Mercedes afirma que es como ver una pantalla de 77 pulgadas a 10 metros de distancia.
Lo único que no me convence es la forma en la que los ingenieros han incrustado el sistema en el salpicadero. Es, literalmente, un agujero enorme. Lo dicho, no me gusta como se ha planteado pues hay que tener en cuenta que modelos como el Serie 7 tiene un HUD más o menos igual de grande pero la integración es mucho más discreta. Eso sí, el del Mercedes tiene realidad aumentada, que proyecta las animaciones del navegador para así no perderse en ningún momento.
Con todo esto ya te podrás imaginar que el Mercedes Clase S es, actualmente, el coche más avanzado del mercado. Lo tiene absolutamente todo, estrenando sistemas que en unos años empezaremos a ver en coches más mundanos. Las pantallas y el HUD solo son el escaparate de la tienda, algo que entra por los ojos y te anima a entrar y descubrir qué hay en el interior. La lista de elementos es impresionante, pero especial atención merece la tecnología Digital Light.
Los faros de última generación, además de contar con sistema LED matricial y un buen puñado de diodos, son capaces de proyectar información en la calzada y de avisar a un posible peatón de un riesgo evidente. De esta forma la información visual es clara y previene al conductor de señales viales que de noche no se ven o de posibles riesgos. Por el momento no están habilitados porque están pendientes de homologar, pero se homologará y, al igual que los sistemas asistenciales, es una tecnología que ya incorpora el coche de cara al futuro.
Saltando al apartado de habitabilidad, Ni que decir tiene que cada plaza del Clase S es una butaca de lujo. Los asientos delanteros ofrecen muchas comodidades como masaje o climatización, pero son las plazas posteriores en su configuración de limusina las que disfrutan de los mayores placeres. El Clase S viene con configuración para cinco plazas en su acabado de serie, pero opcionalmente, o escogiendo la carrocería superior, puede ofrecer dos plazas posteriores tipo business class con su propio sistema de infoentretenimiento, masaje, televisión y mucho, mucho más.
Cuando hablamos de lujo o carácter premium de un modelo o una marca, no solo importan factores como el diseño, la tecnología o la calidad. El tecnicismo de premium también se mide en la gama de motores. Obviamente el Clase S se reserva los motores más grandes de la casa. Primero porque puede y segundo porque los necesita para mover tanta masa. La gama inicial cuenta con un pequeño puñado de opciones, dos diésel y un Mild-Hybrid de gasolina. En un futuro esa gama se extenderá con opciones híbridas enchufables y 100% eléctricas, aunque estas últimas vendrán bajo la denominación Mercedes EQS.
La oferta de potencias arranca con el 350 d de 286 caballos, a continuación saltamos al 400 d de 330 caballos. A partir de ahí entramos en la división de motores de gasolina, en este caso con tecnología de 48 voltios de baja hibridación y etiqueta ECO, llegando a ofrecer 435 caballos como potencia máxima. Lo que se sume en el futuro serán versiones con más potencia, no se descarta la llegada de variantes clásicas como el AMG S 63, aunque como dictan las nuevas normativas seguro que lo vemos empleando algún tipo de electrificación.
Prueba Mercedes Clase S
Como ya he dicho, he tenido ocasión de probar por primera vez el Clase S. Ha sido durante su presentación internacional, apenas un puñado de kilómetros donde he tenido la ocasión de probar la versión S 400 d 4MATIC. Decir antes que nada que todos los Clase S llegan de serie con cambio automático 9G-Tronic de nueve velocidades y tipo convertidor de par. La tracción total 4MATIC también es la norma habitual, aunque la versión básica del 350 d llega con tracción trasera. Por último, la gama de motores es compartida por las carrocerías corta y larga, el Maybach contará con una gama propia, aunque por el momento se desconoce qué motores llevará asociados.
Pero entremos en harina, y antes de nada decir que es impresionante como una mole de 5,18 metros y dos toneladas de peso puede moverse de semejante manera. Ni que decir tiene que los 330 caballos del 400 d son más que suficientes, imagino que los 286 del 350 d también lo son, pero comprarse un modelo de acceso en un Clase S, pues como que está feo. Así que la compra lógica y buena es el 400 d, por todo. Lo único que no tienes es la etiqueta ECO, pero tampoco creo que suponga un mayor problema para el cliente habitual de un Mercedes Clase S. Al fin y al cabo, son problemas del primer mundo.
El Clase S 580 e híbrido enchufable tendrá una autonomía eléctrica de 100 kilómetros y una potencia máxima de 510 caballos
También es cierto que no creo que muchos compradores vayan a exprimir al máximo las cualidades dinámicas del Clase S, pero tenerlas las tiene y bastante sobradas. El cambio de plataforma no solo le permite reducir el peso, también le otorga un centro de gravedad más bajo que ayuda en una conducción dinámica. El coche se traga las curvas con una facilidad pasmosa, da igual lo complicado de la curva, puede tomarla. Eso sí, hay que configurar el coche para ello a través de los diferentes modos de conducción disponibles: Eco, Confort, Sport, Sport+ e Individual. Los primeros ofrecen un tarado de la suspensión muy blando, mientras que los segundos sujetan mucho mejor el coche en el paso por curva.
Otro elemento que ayuda enormemente es el eje trasero direccional. No es una novedad en la industria, pero sí en el Clase S. Mercedes ha dispuesto un eje posterior que puede girar de forma síncrona con las ruedas delanteras o de manera opuesta. En una conducción rápida el eje posterior ayuda girando, hasta un máximo de 4,5 grados, de forma solidaria con las ruedas delanteras. De esta forma se maximiza el agarre y se gana considerables puntos de agilidad. Por contra, a baja velocidad, las ruedas posteriores giran en sentido contrario a las delanteras. Hasta 10 grados ni más ni menos. Gracias a ello el radio de giro se reduce en dos metros, elevando la maniobrabilidad.
Me ha sorprendido muchísimo cómo es capaz de transferir los pesos sin inmutarse. En la ruta había varios tramos de curvas enlazadas donde poner a prueba esas características. Ni que decir tiene que no ha tenido ningún problema con ello, más bien al contrario, lo hace de forma fácil, sencilla y muy natural. Es una pena que no muchos compradores vayan a saber cómo se mueve realmente el Clase S, pero me alegro que haya habido una mejoría al respecto.
Más que nada porque ahora se pueden mezclar dos mundos muy contrapuestos. Dinamismo y una elevadísima calidad de rodadura en condiciones normales. La comodidad del Clase S se podría comparar con la de un GLS, por ejemplo, aunque creo que es incluso mayor. Eso no es nada sencillo de conseguir porque el recorrido de suspensiones es mucho más corto. Ir por autopista en un Clase S con el modo confort activado es ir en uno de los medios de transporte más cómodos del mundo. Pocos coches hay con ese nivel de filtración al habitáculo.
La suspensión te mece, los asientos te recogen y del exterior apenas empiezas a notar algo cuando te entran las prisas y hundes el pedal del acelerador a fondo. Por supuesto la suspensión neumática llega de serie, como no podía ser de otra manera. Todo en su conjunto trabaja para que cada viaje se realice de la forma más cómoda posible. Incluso el motor diésel de seis cilindros no se nota en el interior, aunque sí en el exterior.
Ni que decir tiene que el precio a pagar no es nada barato. El Mercedes Clase S no es un coche para todos los públicos. La oferta actual nos lleva a un precio de salida de 108.150 euros. Ese valor corresponde a un S 350 d corto. La carrocería larga eleva el presupuesto en al menos en 1.825 euros, ofreciéndose desde un mínimo de 109.975 euros. La versión más cara, al menos por el momento, es el S 500 4 MATIC de batalla larga, cuyo precio de salida se eleva hasta los 141.750 euros. A esas cantidades hay que sumar algunos euros más procedentes de las muchas chucherías disponibles en los programas de personalización y opcionales.
Para ir cerrando...
Mercedes lo ha vuelto a hacer. Mejorar el Clase S W222 era una tarea muy difícil de lograr, pero lo han hecho. La receta seguida ha sido la de siempre. Más confort, más lujo y más tecnología. En esta edición W223 la tecnología toma un papel fundamental, pero no lo suficiente como para olvidar al resto de características. El Mercedes Clase S es el coche más avanzado del mundo, y lo seguirá siendo durante unos cuantos años. Para mí es la mejor berlina de lujo que hay actualmente, obviamente no llega al nivel de un Rolls-Royce o un Bentley, pero tampoco vale lo mismo y no anda muy lejos. El líder sigue siendo el líder.
- Calidad de rodadura
- Equipamiento
- Calidad interior
- Comportamiento
- Diseño de la zaga
- Sin climatización trasera de serie