Prueba Mercedes E 220 d, el peso de la historia
Con la llegada del nuevo Clase E Mercedes abre un nuevo camino, el de la tecnología autónoma en los coches de calle. Para saber cuál es la viabilidad en el mundo real nos hemos decidido probar el Mercedes E 220 d con el sistema Drive Pilot. ¿El futuro en nuestros días?
19 min. lectura
Publicado: 12/02/2017 19:00
No todos pueden, de hecho solo uno puede, decir que inventó un medio de transporte. En el caso de Karl Benz fue el automóvil, en Alemania allá por el final del siglo XIX. Desde entonces el fabricante más antiguo del mundo sigue siendo referencia en un sector cada día más competitivo. En nuestros días nos encontramos con una nueva gama de productos. El Mercedes Clase E es una de sus últimas creaciones, pero ¿podrá soportar el peso de la historia?
Y es que a pesar de las nuevas tendencias, Mercedes es especialista en la fabricación de berlinas. Lo lleva haciendo más de 100 años, y cada vez que saca una al mercado la atención es máxima. El nuevo Clase E representa un salto evolutivo. Una nueva generación de coches basados en la inteligencia y la tecnología. Pero además de circuitos, electrónica y sistemas, el Mercedes Clase E debe ser juzgado como lo que es. Así que vamos a ello.
Estéticamente el E recibe la nueva filosofía de diseño que Mercedes ha estado implementando en sus nuevos modelos y lanzamientos. El Mercedes Clase S fue el encargado de inaugurarla, y hay que reconocer que el trabajo es exquisito. Creo que Mercedes ha conseguido crear un estilo atemporal que envejecerá de formar soberbia. Es elegante a la par que atractivo, y por supuesto, muy demandado a día de hoy, con un toque deportivo siempre y cuando se quiera.
Y es que Mercedes ofrece a sus compradores una serie de acabados estéticos: Avantgarde, Exclusive y AMG. Con cada uno de ellos obtenemos un coche diferente. En el primero de ellos un coche bastante discreto. Con El segundo obtenemos el tradicional toque elegante que todos esperamos al ver la estrella de tres pintas. Y por último ese toque deportivo al que antes me refería. Todo depende de lo que cada uno quiera, pero para mí, el que mejor le sienta al Clase E es el paquete Exclusive.
Porque con este también obtenemos un interior que resulta tan vistoso como uno cabría esperar, con una sensación de calidad muy grande, aunque sólo es una sensación. Con esto no quiero decir que el Mercedes Clase E este mal acabado, pero no tanto como suponía. Mercedes se empeña en forrar sus coches del acabado Piano Black. Un material plástico que se ensucia con solo mirarlo. Jamás, y repito, jamás, estará limpio, además con el paso del tiempo, no mucho, se rallará y destrozando por completo la sensación de calidad.
Es un detalle que Mercedes debería cuidar, pues su nombre y su herencia deben estar a la altura de las circunstancias. Tampoco me gusta el uso de ciertos plásticos. Por ejemplo, el acabado metálico que se ve en el salpicadero no es tal. Es plástico, y encima no es de los mejores que he visto. En este punto sus competidores más directos como el Audi A6, a pesar de la edad, y el BMW Serie 5 le mojan la oreja.
El Clase E no solo es tecnológico, sino que lo demuestra con una enorme pantalla en el salpicadero de hasta 12,3 pulgadas
Pero eso sí, Mercedes siempre se asocia con el confort, y en el caso del Clase E no es menos. Es más creo que el hermano mayor del C es un ejemplo claro de lo que un coche cómodo debe ser. Sus asientos te recogen con suavidad y ternura, llevándote del punto A al punto B con toda la comodidad. Son como los típicos butacones de orejas que todas las abuelas tienen en casa. Realmente un trabajo excepcional. Además del trabajo de insonorización, que aísla de forma genial los ruidos externos, haciendo que la sensación de confort y relajación se incremente.
En cuanto a espacio, el nuevo Clase E es capaz de ofrecer unas cotas correctas. No es el coche mejor aprovechado del mundo, pero sí que es cierto que no se necesita más, aunque en un viaje largo con cinco pasajeros a bordo, los ocupantes de la segunda fila sufrirán ligeramente. Eso sí, en cuanto a capacidad de maletero va sobrado, con nada más y nada menos que un volumen mínimo de 540 litros. Dato que se triplica si abatimos la segunda fila de asientos.
Tecnología. Si por algo hay que destacar al nuevo Clase E es por eso. Mercedes nos plantea una revolución en forma de sistemas y asistentes. De hecho muchos podrían tacharlo de autónomo, pero aunque el coche sea capaz de circular por sí solo, la verdad es que no es más que un equipo de ayuda altamente avanzado. Mercedes lo denomina Drive Pilot. Un extra de más de 2.500 euros que transformará tu coche en una máquina del futuro. ¿Pero realmente funciona?
En el mundo de la automoción existe actualmente una guerra tecnológica. Una guerra por ser el paladín de equipos revolucionarios, de asistentes que prometen un avance impresionante. El culpable de todo esto es Tesla. La marca americana sacudió la industria de las cuatro ruedas con la llegada del Auto Pilot, y desde entonces los fabricantes punteros intentan equilibrar la balanza con el lanzamiento de sistemas semejantes.
He de reconocer que no soy muy amigo de estos asistentes. Por muy avanzados que sean. En el caso del Drive Pilot de Mercedes creo que de ningún modo representa la llegada del coche autónomo. El sistema es realmente útil en dos situaciones concretas. La primera de ellas en autopista recta, manteniendo velocidades de crucero. En ese caso puedes soltar el volante con toda calma, pues él solito se mantendrá en las líneas y tomara curvas ligeras, con amplios radios.
Sin embargo, cuando las cosas se complican, es mejor tomar el control uno mismo, porque el sistema no es nada resolutivo. Es más, en ciertos momentos el coche puede ponernos en un aprieto. Mercedes advierte que no es un sistema autónomo, que el humano nunca debe desatender la conducción, y realmente es así, aunque en muchos momentos ellos lo han vendido como el coche más inteligente del mercado.
La segunda situación donde el Drive Pilot se comporta de maravilla es en los atascos. Si eres de los que cada día te toca sufrir uno o varios de estas molestas congestiones, te recomiendo que te gastes el dinero, porque es entonces donde le vas a sacar el máximo provecho. El Clase E es capaz de arrancar, parar, y girar por sí solo. Tan solo tendrás que conectar el sistema y despreocuparte de todo. Descansar las piernas y dejarte llevar. Tan fácil como eso.
Es loable el trabajo que Mercedes ha conseguido, pero a día de hoy me sigue pareciendo que la llegada de los coches autónomos está lejana. Al menos tal y como las marcas nos lo quieren vender. El avance es significativo, pero hay muchas cosas por depurar y mejorar. Pero ojo no sólo los fabricantes tienen que mejorar, sino también las infraestructuras, las carreteras, las señales... Lo dicho, un mundo lejano por el momento.
Pero saltemos al apartado mecánico. En este punto Mercedes no ha arriesgado y nos ofrece una gama variada y diversa que arranca en motores de cuatro cilindros diésel con una potencia mínima de 150 caballos. El tope nos llega bajo la firma AMG, con el Mercedes-AMG E 63. Una bestia de hasta 612 caballos de potencia que luchará en un segmento muy restringido y exclusivo. En el caso de la unidad de pruebas se trata d un Clase E 220 d con cambio automático 9G-Tronic. Una configuración conservadora.
Prueba Mercedes E 220 d
Como ya digo se me antoja como la configuración más correcta a la hora de buscar una buena relación entre comportamiento, consumos y precio. En teoría los 192 caballos de esta unidad deberían ser más que suficientes para mover al Clase E sin ningún problema. Y digo debería porque en ciertos momentos puede llevar a engaño, dado que la electrónica y la configuración actúan, en cierta manera, en dirección contraria al rendimiento.
En Mercedes pesa mucho la historia, la herencia. Aun cada día menos. La marca alemana siempre se ha caracterizado en desarrollar coches con un claro enfoque confortable, y el nuevo Clase E no es menos, al menos en su versión 220 d. Es un rodador excelente. Uno de esos coches en los que subirse y hacer un kilómetro tras otro sin inmutarse. Su calidad de rodadura es impresionante. Apenas permite filtraciones de ningún tipo, ni aerodinámicas ni de ruidos mecánicos o de rodadura.
El E 220 d es un coche que te incita a ir relajado, a no correr. Para estos menesteres es perfecto, porque además tenemos la comodidad extra del Drive Pilot en casos muy concretos, y del cambio automático 9G-Tronic, que sube marchas de forma imperceptible y eficiente, aunque una vez más peca de exceso de comodidad, pues otras transmisiones son más rápidas en su forma de actuar. Aunque claro, no es el concepto del coche, para estirar al máximo ya está el Mercedes AMG E 63 con sus salvajes 612 CV.
Pero no es el caso. Como ya digo la potencia en esta ocasión es de 192 CV. El equipo de desarrollo ha planteado varios modos de conducción, lo que nos permite tener varios coches en uno mismo. Se trata de un programa electrónico que configura diversos parámetros en función de lo que queramos en cierto momento. También se permite configurarlo de forma personal o que se gestione de forma automática por sí mismo.
Hay que decir que en todos los casos lo que obtenemos es el mismo carácter bonachón al que antes hacía referencia. El modo ECO, el más eficiente de todos, es desesperantemente tranquilo. La potencia se corta demasiado ante el movimiento del pedal del acelerador, y en lugar de tener casi 200 caballos parece que se dispone de la mitad. Este modo es el más correcto cuando vamos por autopista o por carretera secundaria a ritmo constante y sin prisas.
Pero si por cualquier circunstancia necesitamos algo más de fuerza, tendremos que ir moviendo la ruleta hasta encontrar el mapa más adecuado. Bien podrías pensar que ¿por qué no dejarlo en modo automático y que él se gestione solo? Obviamente es lo mejor, pero aun así se sigue mostrando demasiado perezoso en ciertos momentos. La respuesta sigue sin ir acorde a la potencia que se lleva, y eso en ciertos momentos puede generar algo de desconfianza.
El sistema COMAND ha mejorado con respecto a otras versiones, siendo muy intuitivo e informativo
Lo que sí que hay que reconocer es que la puesta a punto del chasis es muy buena. A pesar de sus dimensiones se le nota un coche ágil. Puede enlazar curvas como si fuera más pequeño y ligero, aunque a la hora de estar en la curva se recibe un rebote en el eje delantero. Se puede camuflar en cierta manera si seleccionamos los modos más deportivos, pero aun así, una vez más, muestra su configuración blanda.
Ojo que con esto no quiero decir que sea malo. Mercedes sabe perfectamente cuál es su cliente tipo, y para ellos va dirigidos esta versión. Donde todo el mundo estará contento es a la hora de mirar consumos. Todo lo anteriormente dicho no solo sirve para demostrar que el Clase E es excepcional como coche de viajes, sino que también se muestra especialmente ahorrador. Tal es así que hubo momentos en los que llegué a ver medias de 4,8 litros a los 100 kilómetros, pero en el cómputo final de la semana, el saldo se quedó en 6,1 litros a los 100 kilómetros. Un dato excelente teniendo en cuenta tamaño y potencia.
Conclusiones
Tal y como titulo esta prueba, se nota el peso de la historia en el E 220 d. Tiene casi todo lo que podríamos esperar de un Mercedes. Casi todos esos atributos que han ido conformando la marca a lo largo de estos más de 100 años de existencia. A su favor cuenta con un confort excelente, con una tecnología de vanguardia, con unos consumos ridículos y con un estilo que para mí, a día de hoy, lo posicionan como la berlina más bonita del segmento.
Pero en esta ocasión Mercedes no ha hecho caso a su herencia a la hora de seleccionar diferentes materiales del interior. Esperaba más de este punto. Hasta el hecho de afirmar que el Clase E no es un Clase S en pequeño, tal y como esperaba, sino un Clase C en grande. Algo que no supondría un gran problema si no fuera por el precio. Por 70.000 euros de la unidad se puede exigir mucho más que un planteamiento estético, confortable y tecnológico.
Mercedes tenía la oportunidad de posicionarse muy por encima de sus rivales; Audi A6, BMW Serie 5 y Jaguar XF, entre otros. Sin embargo creo que en esta ocasión se ha centrado más en otros campos, dejando de lado aspectos básicos que todos esperamos de la estrella. Entiendo que la tecnología sea muy importante a día de hoy, pero no debe ser el eje principal de un desarrollo.