Prueba Mercedes EQE SUV 350 4MATIC, buena opción si el precio no supone un problema
Mercedes quiere hacernos olvidar el diésel con su familia EQ. Los modelos eléctricos están llamados a ser la tónica general, pero ¿lo conseguirán? Hemos puesto a prueba el Mercedes EQE SUV 350 4MATIC para saber si es así.
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Publicado: 10/11/2023 18:00
Europa le ha declarado la guerra a los combustibles fósiles. El Viejo Continente quiere deshacerse de los coches actuales para abrazar por completo la movilidad eléctrica. La apuesta obliga a las marcas a revaluar sus estrategias, centrando grandes inversiones en el desarrollo de coches eléctricos. La oferta es cada vez mayor, pero sigue sin ser lo suficientemente atractiva como para desnivelar la balanza por completo. El Mercedes EQE SUV 350 4MATIC lo tiene todo para ser el motor del cambio, pero ¿realmente es así?
Fue hace un año, en otoño de 2022, cuando Mercedes desveló al mundo una nueva unidad de su familia EQ, la gama 100% eléctrica de la casa. Lo primero que nos llamó la atención de él fue su nombre, algo extraño, pero necesario para distinguirlo de su versión berlina, el Mercedes EQE que salió a la luz apenas unos meses antes. Los alemanes tienen un problema con la denominación de sus modelos eléctricos, ya trabaja en solucionarlo, pero ese es un problema que no nos compete en la ejecución de esta exhaustiva prueba dinámica.
Lo segundo que llama la atención del EQE SUV es su presentación. Por sus medidas se integra perfectamente en el segmento D europeo, 4,86 metros de largo, 1,94 metros de ancho y 1,69 metros de alto. Como podrás comprobar no es un coche especialmente pequeño, pero sí que resulta bastante llamativo en la calle. Se hace dueño y señor del ADN estético de los modelos EQ, copiando muchos recursos de sus hermanos, el EQE y el Mercedes EQS SUV. No se puede decir que enamore, al menos a mí no, pero tampoco que su diseño desentona o resulte feo. Es espectacular, pero bastante neutro. Nada en particular llama la atención y es el conjunto en general el que lo hace.
Si duda alguna el paquete AMG realza las líneas con su parachoques específico, sus detalles personalizados y esas grandes llantas de 22 pulgadas. Es posible que la pintura Gris Alpino de la unidad de pruebas no sea la que mejor le siente, pero por 1.320 euros tampoco se puede decir que sea la opción más cara. Posiblemente, la vista más atractiva sea la trasera gracias a esa gran franja de LED que une ambos faros principales. Por supuesto, no pueden faltar los habituales recursos de todo buen SUV como los pasos de rueda y los bajos en plástico negro.
Si bien el exterior no puede parecerte especialmente atractivo o visual, es imposible escapar de la atracción de su habitáculo. Aunque Mercedes sea criticada por la calidad de sus acabados, algo pobres para una marca premium, nadie puede negar que la presentación interior es excepcional. Las pantallas están bien integradas y, lo que es mejor, son fáciles de manejar y comprender. A día de hoy los alemanes cuentan con uno de los mejores sistemas multimedia del mercado, el sistema MBUX con su avanzado mando fónico capaz de responder al comando "Hola, Mercedes".
La espectacularidad puede dar un salto cualitativo y cuantitativo si abrimos la cartera y nos gastamos los 5.930 euros que Mercedes pide por integrar el sistema Hyperscreen. En ese caso el salpicadero se transforma por completo en un enorme panel con tres pantallas integradas, instrumentación, multimedia y acompañante. Personalmente no le veo la necesidad, pero siempre está bien tener esa opción para los clientes más techies. Con el formato de doble panel que llega de serie es más que suficiente para un servidor. Cumple perfectamente y su calidad es excepcional.
Como venía diciendo, no tanto los materiales empleados. Mercedes ha reducido la calidad de sus acabados y en este caso abusa en exceso del negro lacado. Un material que se ralla y se mancha con suma facilidad. Por supuesto se puede erradicar, pero habrá que abrir un poco más la cartera. Los materiales sintéticos empleados por los EQ no son malos. Quieren simular al cuero o a la piel y si bien su tacto es agradable, se puede y se debe exigir más cuando se pagan ciertas cantidades. A pesar de todo ello, no se puede decir que el EQE SUV sea un coche mal hecho o mal acabado. Todo lo contrario.
Donde sí va sobrado es en equipamiento. Si tuviera que hacer un resumen de toda su tecnología estaríamos aquí un día entero. Sirva decir que es capaz de incorporar todo lo que te puedas imaginar y un poco más. Luce hasta el último recurso de la casa, incluyendo los faros Digital Matrix LED, asistentes con nivel 2 de conducción autónoma, Head-Up Display, asientos eléctricos y climatizados, ambientador, iluminación ambiental de LED, televisión y mucho, mucho más. Como suele ocurrir con las marcas premium, el equipamiento base es algo pobre si tenemos en cuenta el precio del coche. Eso sí que no me gusta.
A la hora de crear el Mercedes EQE SUV los ingenieros se han centrado en que cada viaje se haga de la forma más cómoda posible. Los ocupantes delanteros disfrutan de casi todos los lujos, pero también los traseros. El espacio es generoso en todas las plazas, incluso en la segunda fila con un suelo completamente plano. No hay problemas ni para las piernas ni para la cabeza. Los asientos son confortables y los acabados incrementan esa sensación. En cuanto a espacio de carga, el maletero anuncia 520 litros de volumen mínimo. 1.675 litros si abatimos por completo la segunda fila de asientos. No hay maletero delantero, una pena.
No lo hay porque Mercedes ha ocupado toda la parte delantera para almacenar el sistema eléctrico que mueve al EQE. En la gama encontramos varias opciones posibles entre los 292 y los 687 caballos de potencia y entre los 452 y los 565 kilómetros de autonomía homologada. En este caso, en esta prueba, todo gira en torno a una versión muy completa por su interesante relación rendimiento-autonomía. El Mercedes EQE SUV 350 4MATIC no es el más extremo en ninguno de los casos, pero sí uno de los más completos.
Cuenta con un esquema con 292 caballos de potencia y 765 Nm de par motor. Bajo el suelo de la cabina, en sus 3,03 metros de distancia entre ejes, se instala una gran batería de iones de litio con una capacidad neta de 89 kWh. Toda la fuerza se reparte entre los dos ejes gracias a la tracción 4MATIC, aunque no vayamos a pensar que hablamos de un auténtico 4x4. Sus cotas offroad son bastante limitadas. 16,1 grados de ángulo de entrada, 19,6 grados de ángulo de salida y 11,1 grados de ángulo ventral. A esas mediciones hay que sumar una altura libre con respecto al suelo de 13,1 centímetros.
Prueba Mercedes EQE SUV 350 4MATIC
He de reconocer que ha sido una semana de pruebas muy intenta con este gran Mercedes eléctrico. Lo primero que diría de él es que cuesta encontrar la postura de conducción adecuada, al menos a mí. El salpicadero es muy alto y eso obliga a elevar el asiento más de la cuenta o de lo contrario da la sensación de ir embutido en el coche, además de reducir la visibilidad delantera. Reconozco que me ha costado encontrar una posición natural, aunque el reglaje milimétrico del asiento eléctrico lo ha puesto un poco más fácil.
Hay un dato que todavía no te he dado, el peso. Sobre la báscula, el EQE SUV anuncia un peso de 2.580 kilogramos. No es un peso pluma, más bien todo lo contrario. A pesar de la contundente cifra, esta no se deja notar en una circulación normal. La potencia transmite mucha alegría y la entrega es contundente en cualquiera de los programas de conducción. Mercedes ha integrado los habituales modos de rendimiento, desde el modo más ahorrador al más agresivo. En su programa más deportivo muestra un rendimiento excelente, típico de un eléctrico. Desde parado sale como un demonio y en menos de 7 segundos ya ha alcanzado los 100 kilómetros por hora.
El problema no es cómo gana velocidad, sino cómo la pierde. Al igual que en otros modelos de la gama EQ, el tacto del freno deja mucho que desear. Parar tanta masa en movimiento resulta complicado de por sí, pero si el sistema no está bien programado el problema se acentúa. Durante una buena parte de su recorrido, el pedal del freno no parece hacer absolutamente nada. Regenera, algo maravilloso para los intereses de la autonomía, pero cuesta bajar la velocidad. Tanto es así que regular una frenada progresiva es muy complicado. Casi siempre acabas dando un pequeño golpe al pedal para poder detener el coche.
Opcionalmente podemos jugar con la frenada regenerativa, a través de las levas tras el volante, para ir nivelando esa pérdida de velocidad. Hay varios modos, incluyendo un formato 100% autónomo que calibra la retención en función de la distancia con el coche que nos precede. También podemos liberar por completo ese freno motor, dejando al coche caer por su inercia cuando no es necesario reducir el ritmo de forma agresiva. Es algo que deberían llevar todos los coches eléctricos por el interés de eficiencia que genera. Cuesta acostumbrarse, pero acabas haciéndote a él. Además, en el caso del EQE SUV actúa como un modo de pedal único.
Si jugamos bien nuestras cartas no es necesario tocar el pedal del freno, pero hay que adelantar mucho la jugada, algo difícil en los hostiles terrenos urbanos de hoy en día. Hay que reconocer que se siente más a gusto en carreteras abiertas, en vías rápidas donde saca a relucir una excelente calidad de rodadura. El aislamiento acústico reduce al mínimo las molestias del exterior, de la rodadura o de la aerodinámica. No es un coche muy dinámico, pesa demasiado y balancea demasiado, pero es muy agradable de conducir. Tanto que no entra ninguna prisa por llegar al destino. Uno de los eléctricos más cómodos que he probado, que no han sido pocos.
Para que un buen eléctrico se gane esa condición no sólo hay que evaluar su confort de marcha, también su eficiencia y efectividad de carga. Como me ha pasado con todos los eléctricos de Mercedes, no he tenido ni un sólo problema para recarga el EQE SUV. Al punto al que lo unes enlaza rápidamente y mantiene altos regímenes de carga durante mucho tiempo. En condiciones ideales, a 170 kW en corriente continua, es capaz de recuperar del 0 al 80% de la capacidad de la batería en 31 minutos. El coche es capaz de acondicionar la batería antes de llegar al punto de carga. Sólo hay que activarlo manualmente o poner una estación de carga como destino final en el navegador.
Si hablamos de consumos nadie puede esperar que un coche como este destaque por sus bajas cifras. La homologación dice que consume apenas 19,1 kWh de energía por cada 100 kilómetros recorridos. Durante mi semana de pruebas, tras haber realizado trayectos de todo tipo, el consumo medio se ha quedado en 22,4 kWh/100 Km. No es un mal dato. Es casi imposible bajar de los 20 kWh/100 km. Si traducimos eso en autonomía es imposible alcanzar los 535 kilómetros de la homologación, pero sí que podremos hacer aproximadamente 500 kilómetros sin preocupaciones. Buen registro.
Conclusiones
Mercedes tiene una de las gamas eléctricas más grandes del mercado, desde el pequeño Mercedes EQA al grandísimo Mercedes EQS. El EQE SUV 350 4MATIC tiene más de su hermano mayor que de los pequeños. Como eléctrico es muy completo, calidad de rodadura y consumos contenidos, aunque su mal equipo de frenado le hace perder puntos en cuanto a dinamismo. También convence por su equipamiento, espacio, diseño y calidad. Ahora bien, no es barato. En Motor.es no tenemos en cuenta el precio a la hora de determinar la nota final, pero los casi 95.000 euros que los alemanes piden como mínimo por esta versión (sin contar extras) no son muy justificables.