Prueba Mercedes GLC 300 de: híbrido y diésel. ¿Y si Mercedes tiene razón?

El PHEV ideal para los más viajeros. El exitoso Mercedes GLC propone una versión híbrida enchufable que rompe los esquemas al estar asociada a un motor diésel. Resulta una combinación inusual pero muy interesante aunque no todo es perfecto.

Prueba Mercedes GLC 300 de: híbrido y diésel. ¿Y si Mercedes tiene razón?
El Mercedes GLC 300 de es un PHEV que rompe los esquemas

15 min. lectura

Publicado: 04/06/2024 10:00

Los vehículos híbridos enchufables se caracterizan por combinar una batería de alta tensión recargable a través del suministro eléctrico, un motor eléctrico y un motor de gasolina. Bueno, no siempre. Mercedes es el único fabricante que apuesta en su gama por los híbridos enchufables asociados a un motor diésel. Es una combinación atípica pero ¿tiene sentido? Para comprobarlo de primera mano he convivido con uno de los PHEV diésel de mayor éxito, el Mercedes GLC 300 de.

Antes de nada, si has puesto una cara rara al leer lo de que es un híbrido que utiliza gasóleo no pasa nada. Quizá pensado en los clientes que no estén seguros de esta fórmula, la marca de la estrella también propone versiones PHEV vinculadas a motores de gasolina como toda la vida. Se trata del Mercedes GLC 300 e de 313 caballos disponible exactamente al mismo precio que el GLC 300 de.

No queda ahí la oferta enchufable del SUV alemán. Además de las variantes con tecnología híbrida EQ también hay una opción E Performance que distingue a los PHEV más sobresalientes del fabricante desde el punto de vista del rendimiento. Así, se propone el salvaje Mercedes-AMG GLC 63 S E Performance con sus 680 caballos para elevar las prestaciones a una nueva dimensión.

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El Mercedes GLC tiene 4,72 m de largo

Volviendo al GLC 300 de que nos ocupa, hay que reconocer que sobre el papel las cifras son interesante. El sistema híbrido acopla un motor diésel 2.0 de cuatro cilindros con 197 caballos y un motor eléctrico de 100 kW (136 caballos). En total, este todocamino entrega 333 caballos en conjunto.

120 km de autonomía eléctrica

Como puedes imaginar, el rendimiento está a la altura de lo que se espera con semejante caballería. Este SUV familiar es eficiente y cómodo gracias a la transmisión automática 9G-Tronic que funciona con mucha suavidad y a una cabina muy bien insonorizada que penas deja notar el ruido del motor de gasóleo.

Confortable, sí, pero también resulta contundente cuando se pisa el acelerador a fondo siendo capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos y alcanzar los 217 km/h de velocidad máxima. Se mueve muy bien y parece más ligera que las 2,4 toneladas que pesa en realidad. A ello ayuda los 750 Nm de par máximo que es capaz de generar y la tracción integral 4Matic de serie que mantiene al SUV alemán sobre raíles.

Es un coche con un gran aplomo que además puede ser bastante dinámico en curva para su tamaño. Aunque depende de la amortiguación equipada. La suspensión de serie que Mercedes denomina «tren de rodaje de confort» tiene un tarado muy blando y la carrocería balancea notablemente.

Es muy recomendable escoger la suspensión neumática Airmatic donde cada amortiguador por separado se regula progresivamente adaptándose a las necesidades de cada momento. Con el «paquete de conducción dinámica» además del Airmatic se añade el eje trasero direccional que reduce el radio de giro. Con este paquete el GLC híbrido enchufable es sorprendentemente ágil.

El GLC híbrido enchufable propone un gran confort de marcha

Hay una tercera amortiguación disponible, la última dentro del «paquete técnico Offroad». El GLC tiene unas capacidades notables fuera del asfalto y, aunque evidentemente no es un Clase G, puede superar obstáculos de dificultad moderada con este pack. Incluye protección de bajos -de metal en la parte delantera y de plástico resistente en los laterales- además de una suspensión específica que añade 20 mm más de altura libre sobre el suelo.

Tengo que reconocer que era escéptico con la apuesta de un híbrido recargable diésel. A priori, la tecnología PHEV parece tener más sentido asociada a un propulsor de gasolina por la suavidad con la que es capaz de funcionar. Pero hay que reconocer que la marca de la estrella ha sabido evolucionar este concepto y, aunque el diésel es un poco más áspero, la diferencia es pequeña. Apenas se oye y es todo lo refinado que uno espera y desea de un SUV así.

El PHEV de Mercedes tiene carga rápida para aprovechar al máximo los puntos de carga

La ventaja evidente de utilizar un motor diésel es el consumo. Resulta fascinante tener un híbrido enchufable que supera sin dificultad los 1.000 km de autonomía con el depósito y la batería llenos. Es el PHEV ideal para los devoradores de kilómetros, los más viajeros ya sea por cuestiones laborales o de ocio.

Gracias a una gran batería de iones de litio de 24,8 kWh de capacidad útil (31,2 kWh brutos), el GLC 300 de es capaz de lograr una autonomía eléctrica de 120 km en ciclo WLTP. En un uso real y variado resulta sencillo rebasar la barrera del centenar de kilómetros siendo uno de los híbridos recargables que más autonomía dan del mercado.

Como es de esperar, hay varios modos de gestión de la energía. Se puede usar el modo eléctrico hasta que la autonomía se acaba. Es más que suficiente para hacer la gran mayoría de los trayectos cotidianos sin gastar una sola gota de combustible y puede alcanzar los 140 km/h en este modo. Al pasar por un punto de carga la potencia de carga máxima en corriente continua es de 60 kW así que la batería se puede cargar del 10% al 80% en apenas 20 minutos. Rápido y fácil.

El paquete AMG Line añade mucho equipamiento y estilo, incluyendo una calandra del radiador con un bonito patrón de estrellas

Existe un modo híbrido en el que el sistema decide automáticamente si usa el motor eléctrico, el de combustión o ambos. El modo híbrido en viajes largos funciona muy bien. El sistema identifica acertadamente en qué momentos usar el motor eléctrico, quitando esfuerzos innecesarios al motor diésel.

Hay un modo deportivo que suma el rendimiento de ambos propulsores que, como comenté antes, hace que el coche sea rápido en todo tipo de escenarios. También es posible mantener la carga de la batería a un cierto punto para usarla con posterioridad. En esos momentos, o cuando la carga de la batería se agota, se circula casi todo el tiempo impulsado por el motor diésel.

En ese contexto cabe esperar que el consumo de la mecánica de combustión sea alto por el peso que tiene que desplazar. Pero para mi sorpresa no fue así. Este motor diésel gasta muy poco y, sin carga en la batería, es habitual estar en torno a los 5 l/100 km o incluso menos a poco que nos esforcemos en realizar una conducción eficiente.

Uno de los mayores hándicaps del GLC PHEV es su espacio de carga

La capacidad del depósito es de 62 litros así que siendo tan grande con un consumo tan contenido implica que podemos llegar muy lejos sin repostar. Redondeando, es posible hacer 1.200 km con diésel y otros 100 km con electricidad sin tener que preocuparnos por buscar un punto de carga o una gasolinera. Impresionante.

La versatilidad de este D-SUV es sensacional. Todo ello queda envuelto en un paquete que apenas se diferencia estéticamente del resto de versiones del GLC más allá de la tapa de carga en la aleta trasera izquierda. Es diseño es elegante y tiene unas dimensiones de 4.716 mm de longitud, 1.890 mm de anchura y 1.647 mm de altura.

¿Qué equipamiento tiene el Mercedes GLC?

Por dentro, el Mercedes GLC propone una atmósfera muy acogedora, bellamente ejecutada y con amplias posibilidades de individualización. Se pueden escoger múltiples materiales para las molduras o las tapicerías y una innumerable combinación de colores para la iluminación ambiental.

Un interior bonito y agradable pero con pequeños detalles de calidad mejorables

La primera impresión es extraordinaria pero un examen más detenido advierte que algunos plásticos crujen si se hace una presión moderada sobre ellos y el acabado negro brillante de una parte de la consola central es un imán para la suciedad. La parte tecnológica es sobresaliente, la interacción digital está muy bien resuelta.

Por ejemplo, el cuadro de instrumentos con pantalla LCD de 12,3 pulgadas tiene una gran calidad de imagen con una resolución de 2.400 x 900 píxeles y es fácil de personalizar con todo tipo de datos y vistas. Se puede añadir un head-up display opcionalmente. No me ha convencido tanto los controles hápticos del volante, que requieren una cierta adaptación.

Más llamativo resulta el sistema multimedia MBUX, uno de los más avanzados del momento. La pantalla táctil central tiene 11,9 pulgadas en formato vertical y está ligeramente orientada hacia el conductor. En la pantalla se incluyen las funciones de climatización. Suelo preferir un módulo con botones físicos para esto pero hay que reconocer que está bien resuelto porque los mandos táctiles son grandes y son fáciles de operar, sin necesidad de meterse por menús y submenús.

A pesar de las innumerables opciones y funciones, el interfaz del sistema MBUX es fácil de usar

El sistema tiene integración inalámbrica de Android Auto y Apple CarPlay, útil para manejar algunas apps o usar la navegación del teléfono. De todos modos el sistema de navegación integrado por Mercedes es muy bueno. Muestra mapas en 2D o 3D y una vista por satélite, información en tiempo real a lo largo de la ruta, información de puntos de carga, búsqueda de resultados en línea y actualizaciones OTA de los datos cartográficos

El sistema MBUX está asociado a un brillante asistente de voz que no necesita comandos específicos sino que se puede hablar de forma natural y además aprende. Le puedes decir que tienes frío y ajustará una temperatura más alta o que tienes hambre y te apetece comida italiana y el navegador te guiará al restaurante de ese tipo más cercano. Incluso le puedes pedir que te cuente un chiste o preguntar por el tiempo que hará mañana.

Las plazas traseras son muy espaciosas en todas las cotas aunque debido a la forma de la butaca dos pasajeros irán mucho más cómodos que tres. Hay salidas de aire específicas, tomas USB y un reposabrazos abatible, elementos que hacen más cómodos los viajes para los ocupantes de estas plazas.

El Mercedes GLC PHEV diésel es un viajero incansable

El GLC es un coche muy familiar pero en el PHEV, debido a la presencia de la batería de alta tensión, el suelo de carga queda elevado y el maletero tiene solo 470 litros de capacidad. Es relativamente pequeño para un coche de su tamaño y son 150 litros menos que las versiones sin enchufe. Se amplían a 1.520 abatiendo el respaldo de los asientos traseros.

El Mercedes GLC 300 de está a la venta con un precio desde 64.700 euros pero ojo con los extras, la unidad de pruebas estaba cerca de la frontera de los 90.000 euros y todavía quedaban algunos opcionales disponibles. Es el peaje que hay que pagar por disfrutar de uno de los mejores híbridos enchufables que existen.

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