Prueba Mercedes GLE 2019, polivalencia absoluta
El Mercedes GLE es uno de los todocaminos más confortables, tecnológicos y lujosos del momento. Es la apuesta más versátil de la gama SUV del fabricante alemán porque propone unas capacidades offroad superiores al GLC, un interior con hasta siete plazas y unas dimensiones más contenidas que el descomunal GLS.
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Publicado: 23/07/2019 12:00
Han pasado más de dos décadas desde el lanzamiento del Mercedes Clase M. Aquel SUV de gran tamaño debutó en 1997 y desde entonces se ha vendido más de dos millones de unidades en todo el mundo. La generación más reciente, ya adoptando la nueva nomenclatura de la marca alemana, es el Mercedes GLE que llegó a los concesionarios a principios de este mismo año.
El aspecto exterior del SUV alemán es contundente y poderoso. En lugar de mostrar aristas se ha optado por superficies suaves que transmiten una imagen más fluida y además con un gran beneficio dirigiendo el aire: con respecto al modelo anterior la aerodinámica se ha mejorado considerablemente, pasando de un Cx 0,32 a 0,29.
El frontal muestra una parrilla de gran tamaño con contorno octogonal tras el cual se esconde el sistema de regulación del aire de refrigeración Airpanel que abre o cierra el flujo de aire dependiendo de las necesidades. La calandra está acompañada de unos faros que opcionalmente pueden contar con el sistema Multibeam Led en el que cada uno de los diodos luminosos se puede desconectar individualmente para proporcionan una iluminación precisa.
Lateralmente el GLE se distingue por un pilar C muy ancho en contraposición a un pilar D en negro que se funde visualmente con la luneta trasera. Los abultados pasos de rueda perfilados en negro dejan sitio a unas llantas con medidas entre 18 y 22 pulgadas. Destaca también la larguísima batalla que llega casi a los 3 m.
Los pilotos posteriores son prácticamente los únicos elementos que presentan bordes afilados y se integran horizontalmente en un portón trasero que goza de un sistema de apertura eléctrica como no podía ser de otra manera en esta categoría. Aquí abundan los elementos cromados como la protección estética de bajos que también está presente en el paragolpes frontal.
Este modelo de Mercedes alcanza los 4,92 m de longitud que suponen un incremento de 10,5 cm respecto a su predecesor. No es la única cota que ha crecido ya que la anchura es de 1,95 m, 1,2 cm más que el modelo anterior. Sin embargo, la altura se ha reducido en 2,4 cm, quedándose en 1,77 m.
El diseño es elegante y lujoso a partes iguales y cuenta con una importante presencia del mundo digital. El GLE está dotado de serie de dos pantallas de 12,3 pulgadas dispuestas en paralelo. La izquierda es una instrumentación digital con múltiples pantallas y diseños que además se puede complementar opcionalmente con un head-up display de nueva generación que muestra la información directamente en el parabrisas en un espacio de 45 x 15 centímetros y una definición de 720 x 240 píxeles.
La pantalla derecha es táctil y cuenta con la interfaz MBUX, que presume de un avanzado sistema fónico con el que podemos interactuar de manera muy intuitiva, con lenguaje natural y sin necesidad de aprender determinados comandos de voz. Es uno de los sistemas multimedia más avanzados del mercado.
Este sistema también incluye funciones de realidad aumentada para navegación. La interacción natural del vehículo con los ocupantes es tal que hay una cámara en el techo para distinguir si el que actúa sobre el sistema es conductor o el acompañante de modo que sabe, por ejemplo, en qué asiento debe ajustar la función de masaje.
Los asientos delanteros son realmente confortables y el paquete Energizing hace uso de la iluminación, el reproductor de música y de las funciones de masaje del asiento para proporcionar diferentes programas de bienestar. Incluso se puede vincular un smartwatch de Garmin para tener en cuenta determinados valores personales (el nivel de estrés o la calidad del sueño, por ejemplo) para ajustar los movimientos del asiento.
Detrás, el espacio para las piernas en la fila trasera es sensacional, de hecho ha crecido en 6 cm adicionales en comparación con el modelo anterior. Los asientos son muy cómodos y por si fuera poco esta segunda fila de asientos puede disfrutar de reglajes eléctricos y ajuste longitudinal en 100 mm. Gracias a su generoso tamaño exterior y la buena habitabilidad interior el GLE puede tener siete plazas en opción, con dos plazas adicionales pensadas para un uso ocasional.
No sólo hay abundante espacio en el habitáculo, también hay sitios para el equipaje de todos. El maletero tiene 630 litros de capacidad, lo que supone una merma de 60 litros respecto al modelo anterior. El hueco está muy cuidado y bien presentado y, bajo el piso, presenta un compartimento de 138 litros (excepto en las versiones de siete plazas).
Equipando los asientos traseros con ajuste longitudinal podemos jugar con el espacio y ampliar la capacidad de carga a unos impresionantes 825 litros. Abatiendo el respaldo de los asientos traseros en una proporción 40:20:40 el volumen llega a los 2.055 litros que nos permiten ir con la casa a cuestas. La suspensión trasera puede descender 40 mm para facilitar la tarea de cargar y descargar el maletero.
Más allá del asfalto
¿Y cómo va en marcha? La gama se compone de motores de gasolina de seis y de ocho cilindros y propulsores diésel de cuatro y de seis cilindros. La versión de acceso a la gama de gasóleo es el GLE 300 d 4Matic con un bloque de cuatro cilindros que entrega 245 CV y 500 Nm de par máximo. Una mecánica de seis cilindros expone las dos ofertas diésel restantes, con diferentes niveles de potencia: el GLE 350 d 4Matic desarrolla 272 CV y 600 Nm y el GLE 400 d 4Matic alcanza los 330 CV y 700 Nm.
En gasolina se propone el GLE 450 4Matic que bajo el capó lleva un motor de seis cilindros en línea y una red eléctrica de 48V que le permite lucir la etiqueta Eco. Tiene 367 CV y 500 Nm a los que se pueden sumarse 22 CV y 250 Nm de forma puntual con la función EQ Boost. Además de este semihíbrido, más adelante se añadirá un híbrido enchufable a la gama.
Y por supuesto no se puede dejar de mencionar el Mercedes-AMG GLE 53 4Matic+, la variante más prestacional del todocamino de Stuttgart. Comparte corazón con el Clase S 500, un motor de seis cilindros en línea con doble turbo y compresor eléctrico que genera 435 CV y 520 Nm.
Durante el evento de presentación hemos podido conducir el Mercedes GLE 300 d 4Matic, una versión que sorprende por su silencio de marcha, buena insonorización y ausencia total de vibraciones. Desde dentro no se percibe que sea diésel así que posiblemente no echaremos de menos un motor de gasolina ya que las diferencias en cuanto a suavidad serán muy escasas pero en cuanto a consumos serán, previsiblemente, muy notorias.
Una de las características que definen al GLE es la absoluta polivalencia de su uso. En esta toma de contacto realizamos un recorrido fuera del asfalto bastante exigente y el todocamino de Mercedes superó los obstáculos con solvencia. Basta con poner el programa de conducción Offroad y el vehículo se encarga de todo.
El cambio automático 9G Tronic y la tracción total inteligente 4Matic trabajan conjuntamente para optimizar la tracción. Los motores de cuatro cilindros pueden bloquear el reparto del par entre ambos ejes al 50%. Los de seis cilindros tienen un avanzado sistema Torque on Demand en el que se varía constantemente la distribución hasta un 0-100%.
Entre otros sistemas, el GLE tiene un sistema de activación individual de las ruedas con el que variar por separado la altura de los fuelles en cada una de las ruedas para mejorar la nivelación del vehículo si, por ejemplo, una de las ruedas se ha hundido en la cuneta. También tiene un modo para liberar las ruedas en el que el coche se balancea alterando varias veces seguidas el nivel del tren de rodaje para aumentar o disminuir de forma sucesiva la presión de los neumáticos sobre el suelo y mejora la tracción.
En la pantalla del sistema MBUX, la instrumentación y el HUD se muestra la información de los programas de conducción todoterreno como el funcionamiento en tiempo real de la tracción o la inclinación longitudinal y transversal del vehículo para mantener todo bajo control.
Sobre el asfalto, nada tiene que envidiar este todocamino a una berlina de lujo y buena prueba de ellos es que es el SUV con el tren de rodaje más inteligente del mundo. El tren de rodaje activo E-Active Body Control, opcional, se combina con la suspensión neumática Airmatic para alcanzar un nivel de confort y dinamismo sin precedentes. Ajusta independientemente las fuerzas de amortiguación y de suspensión en cada rueda, un sistema que no tiene ningún otro SUV del marcado.
Además, el tren E-Active Body Control trabaja conjuntamente con la función de inclinación activa en curvas Curve que en los giros inclina el coche hasta 3 grados hacia el lado contrario para compensar la inercia y evitar el balanceo de la carrocería. También se combina con el Road Surface Scan, un sistema que mediante una cámara estereoscópica detecta irregularidades en la calzada antes de sobrepasarlas.
En carretera el SUV alemán pone las cosas muy fáciles. Un buen ejemplo es el asistente activo de distancia Distronic con adaptación de la velocidad basada en el trayecto. No sólo mantiene la distancia con el vehículo que nos precede sino que puede ampliarla o circular más despacio atendiendo a las informaciones de LiveTraffic, de manera que si hay un atasco más adelante va adecuando la velocidad al reaccionar antes incluso de que podamos verlo.
Una vez metidos en el inevitable atasco en la autopista el asistente activo para retenciones se encarga de que no haya despistes. Mantiene al vehículo dentro de su carril y conserva la distancia de seguridad hasta una velocidad de marcha aproximada de 60 km/h. Si la retención llega hasta el punto de detenernos, el sistema puede reanudar la marcha automáticamente y sin intervención del conductor hasta un minuto después de la parada.
El GLE se fabrica en Tuscaloosa (EEUU) para todo el mundo, en la misma factoría que el Clase C destinado al mercado norteamericano, el GLE Coupé y el mastodóntico GLS. El todocamino alemán está a la venta en los concesionarios españoles por un precio desde 67.500 euros aunque con la selección de diferentes elementos opcionales la tarifa puede subir considerablemente. A cambio se recibe un coche que vale para casi todo.