Prueba Mercedes GLE 300d 4Matic, el yate de lujo del asfalto
Ya ha pasado por nuestras manos la renovada generación del Mercedes GLE, el D-SUV de la marca alemana se actualiza en todos sus aspectos, otorgándonos en esta versión 300d una mecánica diesel de 245 CV y tracción total, así como un sinfín de tecnología a disposición del usuario y con la que te podrás sentir más seguro que nunca a bordo de este lujoso yate.
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Publicado: 03/12/2019 20:00
El Mercedes GLE quizás os suene muy novedoso y reciente. No os falta razón, tranquilos. Es una denominación que lleva usándose relativamente poco tiempo en la marca de la estrella, pero lo cierto es que este vino a dar continuación a un nombre que sí llevábamos varios años oyendo, y es el Clase M.
Como sucesor espiritual de este ya mítico nombre, y en su fase de reorganización de gama, en el año 2015, desde Mercedes, renombraron al M, en favor de GLE, denominación que tendría mucho más sentido dentro del cuadro que nos presenta la gama SUV de la marca alemana, cuadrándose de manera que las diferentes escalas de nomenclatura sean sucesivas a su modelo equivalente de compacto o berlina. De esta forma nuestro GLE equivaldría al Clase E dentro de la gama, digamos, no SUV de Mercedes.
Esto tiene algo muy positivo, y es que el Clase E es un coche soberbio, por lo que ya podemos imaginar el nivel de comodidad y habitabilidad que nos podemos esperar en este GLE. Pero no adelantemos acontecimientos y conozcamos un poco más en profundidad el grandísimo coche que hoy vamos a descubrir por completo. Y lo de “grandísimo” no solo es por sus habilidades, tecnología y su avanzado confort, es que el GLE es un auténtico gigante del asfalto.
Y como vamos a empezar a conocer a este poderoso SUV, qué mejor manera de empezar que hablando de una de las cosas que más le caracterizan: sus cotas. Y no son precisamente unas medidas con las que pasar desapercibido por nuestras calles. Con una longitud de 4.924 milímetros, una anchura de 1.947 mm y una altura nada desdeñable de 1.797 mm, hacen que, además de ser enorme por sí, se realce el diseño tan bestial que le han dado los alemanes.
Sus cotas son muy similares a las del actual BMW X5, que además pudimos probar pocas semanas antes que este GLE. En longitud y altura el Mercedes es claro campeón, superando al BMW en 2 milímetros y 50 milímetros, respectivamente. En cuanto a anchura el BMW se coloca en lo más alto gracias a 57 milímetros extra. Ambos podríamos catalogarlos como unos grandes tanques de ciudad.
Pero al mirar ambos, uno junto a otro, el Mercedes da la sensación de superar holgadamente al BMW en cuanto a tamaño. Aparenta ser un auténtico monstruo, y esto tiene una fácil explicación. El diseño de cada uno. El BMW ha sido parido para tener un aspecto más robusto y deportivo, sin canibalizar las actitudes off-road. El Mercedes directamente ha sido concebido para no temerle a nada, perdiendo eso sí, las características deportivas que posee el BMW X5.
Pero esto no es algo malo, ni de lejos. El Mercedes se enfoca a otro tipo de cliente, y aunque el X5 y el GLE son claros rivales dentro del segmento y el mercado, el de la marca de la estrella cautiva por su enorme comodidad y confort de marcha por encima de todo.
Su imponente estética
Como he mencionado anteriormente, el Mercedes se siente mucho más titánico a primera vista, y es que el diseño y sus cotas juegan de la mano, ejerciendo en todo aquel que lo observa, la impresión de estar ante un coche impresionante. Que lo es, no malinterpretéis mis palabras. Y es que su frontal con la gran parrilla vertical, que esconde el sistema de refrigeración denominado Airpanel, colmada con un enorme símbolo de la estrella en el centro, es toda una declaración de intenciones.
Esto unido a unos grandes faros con tecnología LED hacen que todo en su primera vista frontal sea enorme. A estos detalles debemos sumar que nuestra unidad montaba el pack estético firmado por AMG, lo que nos proporciona un inmenso parachoques con unas descomunales entradas de aire por todo el bajo del frontal. Estéticamente es una auténtica pasada.
Echando la vista al perfil encontramos a grandes rasgos las líneas que ya tenía el antidiluviano M en sus últimos años de vida, solo que con una profunda revisión y actualización. Vemos un ancho pilar C posicionado de forma transversal, dando la sensación de amplitud a la puerta y ventanilla trasera. Esto se une a un pilar D camuflado situado bajo el cristal que da luz al maletero y a la tercera fila de asientos.
Unas llantas de nada más y nada menos que 21 pulgadas, aumentan sin duda el gran tamaño y carácter de este imperial vehículo. La guinda del pastel la ponen unos pasos de ruedas ensanchados, así como unas taloneras más notorias gracias al mencionado pack estético de AMG.
Si echamos la vista a su zaga, probablemente lo que más llame la atención sea sus nuevos faros LED, en una forma que poco tienen que ver con el resto del conjunto. Unos faros más afilados y con líneas rectas, que distan mucho del diseño general del GLE donde las líneas redondeadas y suaves le otorgan un aspecto musculoso en su justa medida.
Como digo, estos faros posiblemente sea lo que más llama la atención de una trasera con diseño más continuista. En la zona más inferior de la misma encontramos un embellecedor que acoge en sus extremos dos aberturas que, hasta hace algunos años, acogerían una doble salida de escape, pero ahora son simples huecos decorativos sin más preámbulo que ese, ya que su salida de escape real se sitúa por detrás de estos.
Su estética impresiona a todo aquel con el que se cruce, por su bestial tamaño, pero también por su bonito aspecto
Para culminar con el diseño de esta zona del GLE, si miramos los pasos de rueda, veremos unas aberturas con forma de salida de refrigeración, las cuales, al igual que sus decorativas salidas de escape, son falsas, meramente estéticas. Estas vienen de la mano del pack estético de AMG, y si bien como forma de implantarle carácter al vehículo funcionan de fábula, no tienen otra funcionalidad más que esta.
En resumen, en general encontramos unas lineas muy redondeadas, sin afiladas aristas y con un diseño evolutivo con respecto a su modelo precedente, pero mejorando lo suficiente como para que el exterior se haya actualizado y con ello, tengamos un coche visualmente impresionante, y no solo por su tamaño, si no que su aspecto general, y como opinión personal, ha mejorado considerablemente dentro de lo que había que mejorar, y gracias a este diseño renovado, también cumple con una mejora aerodinámica, pasando de un Cx 0,32 del modelo saliente a 0,29 de este.
Un interior digno de un yate de lujo
Si bien, exteriormente el coche posee una imagen brutal, esta sensación no disminuye en el interior. Para situarnos en los comodísimos asientos debemos salvar una altura considerable, ya que el GLE tiene una altura libre al suelo bastante elevada, y puede que a algunas personas esto le resulte más dificultoso si tienen algún tipo de problema de movilidad. Una vez sentados en sus enormes sillones, será lo más parecido a estar sentado en el sofá o butaca de nuestro propio salón.
En la fila delantera, donde encontramos más lujos y mejoras en la habitabilidad y confort, vemos como los asientos tienen regulaciones de todo tipo, desde lumbar, de sujeción lateral, así como un avance para las piernas, las cuales a las personas más altas les vendrá de fábula. El volante es regulable electrónicamente a través de una pequeña palanca situada a la izquierda, y mediante la cual, como no podría ser de otra manera, podremos posicionar el volante a nuestro gusto en altura y profundidad.
Los acabados, como cabría esperar, son de primerísima calidad y los ensamblajes entre las partes son sobresalientes. La impresión de durabilidad en el tiempo es completamente perceptible. La zona intermedia entre los asientos delanteros, encontramos una generosa consola donde se sitúan los controles del sistema de info-entretenimiento, o un reposabrazos que esconde bajo sí un generoso compartimento donde guardar objetos.
La tecnología también está dentro de lo que cabría esperar de este modelo de Mercedes. La instrumentación completamente digital es absolutamente personalizable, y cuando digo esto es que no podéis imaginar hasta qué punto lo es. La imagen estándar es de dos esferas con una pantalla de información en medio, divide de esta forma el espacio en 3. En cada uno de estos 3 espacios podremos situar la información que queramos y nos sea más útil para cada momento. Me explico: imagina que vas a realizar una ruta off-road, y en uno de los diales queremos poner la inclinación en la que se encuentra el vehículo en tiempo real, en otro el mapa de situación y en la central la velocidad a la que vamos. Pues es posible. Como he dicho, completamente personalizable.
También el aspecto de esta pantalla cambiará dependiendo del modo de conducción escogido, pero si lo que preferimos es dejar siempre un mismo aspecto, obviando el modo escogido, podremos seleccionar también una única forma de visión. Por terminar con esta pantalla, decir que tiene un tamaño de 12,3 pulgadas, al igual que la contigua del sistema de info-entretenimiento, de la que vamos a hablar ahora.
Como he adelantado, pasamos a comentar las funcionalidades de la pantalla central de también 12,3 pulgadas de tamaño. Esta incorpora el novedoso sistema multimedia MBUX, que ya estrenó el Clase A, y al igual que ocurre con la instrumentación, podremos escoger el tipo de visualización que queramos, una denominada Modern Classic, la Sport, Progressive y Discreto. Cada una toma sus formas y colores para hacernos así la visión más en consonancia con el ambiente que queramos crear en el interior. Para esto también acompaña un sistema de iluminación ambiental que podremos poner en el color que queramos, así como modificar su intensidad.
En el interior da la sensación de estar sentados sobre un hermoso yate rodeado de lujos
El sistema MBUX es uno de los más avanzados que podemos encontrar actualmente en el mercado, pudiendo pedir numerosas interacciones al asistente con la frase mágica de “Hey Mercedes”, aunque también debo decir que funciona con otros acrónimos como “Hey Merche” o “Hey Mer”, las posibilidades son muchas. Este es un sistema predictivo y el cual va aprendiendo de nuestras interacciones hasta que llega un punto en el que el propio sistema se anticipa a nuestras necesidades o costumbres, como por ejemplo llamar a cierta persona todos los Jueves a las 15 horas o situar la emisora de radio en una cadena predeterminada todos los días por la mañana cuando vamos de camino al trabajo.
Este sistema tan completo, incluye la navegación con realidad aumentada, a través del cual podemos ver las indicaciones flotando en el espacio, gracias a la imagen de la cámara frontal del vehículo. Una pasada. Estas indicaciones también podremos verlas en nuestro parabrisas gracias al novedoso Head-up Display que posee una definición de 720 píxeles, así como un tamaño muy generoso delante de nuestros ojos, y que tiene una imagen espléndida, tanto en luminosidad como en resolución.
Dejando a un lado la tecnología que incorpora este modelo, que no es poca, pasamos a la fila de asientos trasera, y es que gracias al aumento de la batalla en esta nueva generación (+80 mm), el espacio para las piernas también ha crecido, situándose actualmente en unos impresionantes 1.045 mm, así como el espacio para la cabeza que ahora es 33 milímetros mayor. Aquí hay espacio para todos, ya que gracias a su impresionante anchura, 3 adultos viajarán muy cómodos en esta fila.
En el asiento central de esta fila se sitúa un reposabrazos con apertura que da acceso a otro hueco donde guardar objetos, y a un par de posavasos, que nunca está demás. Tras esta fila y bajo el piso del maletero, se ocultan dos asientos más, haciendo así de este coche un polifacético 7 plazas, esta tercera fila estaría más pensada para niños o adultos de baja estatura, y a los cuales podremos acceder a través de un botón situado junto a los reposacabezas de los asientos de la segunda fila.
Esta segunda fila tiene la posibilidad de reclinar más el respaldo de los asientos, acercarlos más al asiento delantero o subir/bajar el reposacabezas, todo electrónicamente. Si adelantamos esta fila, situándola más cerca de la primera, ganaremos un considerable espacio de carga en el maletero, 100 milímetros para ser más exactos.
Y ya que hablamos del espacio de carga, naturalmente cuenta con 630 litros de capacidad. Situando los asientos traseros en la posición más adelantada, ganaremos bastante espacio, llegando hasta los 825 litros. Y si aún necesitamos más, siempre podremos abatir la segunda fila en una proporción 40:20:40, obteniendo con esto un volumen de carga de hasta 2.055 litros. Para las versiones de 5 plazas, bajo el piso del maletero se esconde un compartimento con 138 litros más, lugar que acoge a la tercera fila de asientos en caso de haber escogido dicha opción. Si incorporamos la suspensión neumática en nuestro vehículo, la altura del eje trasero disminuirá 40 milímetros, para facilitarnos así la carga y descarga del maletero.
Prueba de conducción
Una vez realizadas todas las presentaciones, es hora de ponerse tras el volante del mastodóntico GLE. Y si vuestra duda es si una vez situados en el puesto de conducción, se siente tan grande como exteriormente, la respuesta es un rotundo sí. Es un coche enorme en todos los sentidos. Enorme en lujo, en confort y, por supuesto, enorme en tamaño.
Una vez hemos sido capaces de sentarnos en sus mullidos butacones descubriremos una explosión de lujo y saber hacer. Y digo lo de “si somos capaces” por que el acceso a su interior no es precisamente sencillo, sobre todo si hablamos de personas mayores con algún tipo de impedimento físico. Para ubicarnos tenemos que salvar un gran escalón hasta poner un pié en el suelo del interior del vehículo.
Como he comentado un poco más atrás, sus acabados son de primera calidad, el tacto de todos sus materiales transmite una enorme calidad, así como el ensamblaje de todas sus partes. Te sientas en el asiento del conductor y, al arrancar el GLE, el volante y el asiento vuelven a la posición en la que los habías dejado previamente, así como sucede cuando paras el motor, el asiento se echa hacia atrás y el volante se eleva para facilitar la maniobra de desembarco de este yate.
Los espacios de carga abundan en demasía en el interior del GLE. Encontramos huecos en las puertas, reposabrazos central delantero, bajo la consola del aire acondicionado, donde se encuentran dos posavasos (refrigerados) y el dispositivo para la carga inalámbrica de nuestro smartphone, la clásica guantera, y si acudimos a la zona posterior del habitáculo, también tenemos huecos en las puertas, reposabrazos central y tras los asientos delanteros en forma de bolsillos. Como digo, de los coches más polivalentes en este sentido.
Despertamos al corazón de este titán y nos ponemos en marcha. La sensación de ir sobre una alfombra mágica es continua. Sus asientos poseen la capacidad de masajear nuestras partes pegadas al mismo. También podremos optar por calefactar o refrigerar nuestro asiento. Se nota la dedicación de Mercedes por hacer de este coche un auténtico devorador de autopistas. Es sobradamente cómodo en todas las situaciones a las que queramos someterlo, y su insonorización va de la mano con dicha comodidad.
A través de las múltiples vías rápidas que posee la ciudad de Madrid a su alrededor, su comportamiento es muy leal, y aunque es cierto que al principio su tamaño puede imponer un poco a su conductor, lo cierto es que al poco tiempo de estar situado tras su volante te haces a su inmensidad.
Pese a lo esperado, su consumo en ningún momento ha excedido de lo normal, incluso podríamos catalogarlo de bajo. Recordemos que estamos ante un vehículo que supera holgadamente las dos toneladas de peso, y se acerca a los dos metros de anchura, por lo que sí, estamos ante un coche muy grande. Esto unido a una potencia considerable, lo lógico sería pensar en que su consumo estaría más cerca de los 8 o 10 litros. Nada mas lejos de la realidad.
Circulando por autopista, en condiciones de conducción totalmente normales, es decir, sin esforzarnos en sacar la menor cifra, con aire acondicionado puesto y a una velocidad media de entre 100 y 120 kilómetros por hora, la media no superó en ningún momento los 6,7 litros. Un consumo que, de nuevo, tenemos que catalogarlo de espléndido. Por supuesto una vez encaramos rutas más urbanas, la cifra puede aumentar hasta los 8 litros en momentos de más volumen de tráfico, quedándose situada, una vez conjugamos varios tipos de vías durante un trayecto de un día entero en unos más que decentes 7,2 litros. Si a este consumo, lo unimos a un enorme depósito de gasóleo de 85 litros, nos da como resultado una autonomía cercana a los 1.000 kilómetros o incluso podríamos superar dicho trayecto en caso de forzarnos en buscar la mayor eficiencia.
Y ya que hablamos de la circulación por autopista, debo ser portador de un aspecto a mejorar bastante importante, y es que el asistente de mantenimiento de carril, probablemente sea de los más incómodos que he probado. Me explico: si una vez circulando por autopista nos acerquemos levemente a una de las líneas delimitadoras del carril, el coche lanzará un aviso sonoro, así como nos moverá la dirección automáticamente, impulsándonos en el lado opuesto. Esto puede llegar a resultar incluso peligroso en algunas situaciones, y es por esto que cada día, en cuando me montaba en el GLE, después de arrancarlo me veía obligado a desactivar tal asistente por mera cuestión de seguridad. Posiblemente este sea el mayor aspecto a mejorar de este coche.
La sensación de ir continuamente sobre una alfombra mágica nos acompañará en todo momento a bordo de este titán del asfalto
Pero volviendo a su gran baza que es la comodidad, esta la encontramos en todos y cada uno de los asientos del GLE, sus plazas traseras con el incremento de espacio para las piernas y para la cabeza, unido a la posibilidad de movimientos de cada asiento, el paseo en cualquiera de sus plazas puede convertirse en un placer. Para los más asiduos a las plazas traseras debo decir que inclinar sus asientos y disfrutar de las vistas de cielo que nos ofrece su enorme techo panorámico puede convertirse en todo una experiencia para los sentidos.
Me abría gustado que nuestra unidad montase la conocida suspensión neumática Airmatic en unión con el E-Active Body Control, de la que tantos compañeros hablan maravillas, incluido nuestro Oscar Magro que tuvo la oportunidad de probarla durante la presentación del Mercedes GLE. Aún así, debo decir que no me supuso ninguna incomodidad no tenerla instalada, aunque en ocasiones sí podría haber echado en falta un endurecimiento de la misma.
La suspensión que monta el GLE de serie es muy buena, aunque como he dicho, cuando encaramos carreteras secundarias o de montaña, con muchas curvas, como es lógico, el balanceo es más que notorio, denotándonos este coche que no está ideado para encarar estas situaciones con aplomo ni deportividad, mas bien, con comodidad y tranquilidad, única y exclusivamente.
Otra de las maravillas tecnológicas que incluye este vehículo y que es novedad en esta renovada generación, es el asistente activo para retenciones, el cual nos dará la posibilidad de relajarnos ante este tipo de situaciones ya que el vehículo toma el control. Unido al Distronic (asistente activo de distancia) el GLE nos mantendrá a una distancia correcta y segura del vehículo precedente, así como circulará o detendrá el vehículo automáticamente hasta una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora. Esto en ciudades como Madrid, donde las retenciones son nuestro pan de cada día, es una auténtica maravilla para la comodidad.
Y sin duda otra de las maravillas que hemos podido probar de este coche es sus faros Ultra Range LED. Posicionándolos en automático, el vehículo tomará sus propias decisiones en cuanto a iluminación nocturna se refiere, pudiendo anticiparse al camino de vehículos que vengan en sentido contrario para, de esta manera, regular sus faros y no molestar a otros usuarios, a la par de garantizarnos la buena iluminación del camino a nosotros como conductores hasta un máximo de 650 metros.
Precio, motorizaciones y conclusiones
En cuanto al precio del Mercedes GLE, comienza en 67.500 euros, un precio que no me parece excesivamente alto para lo que nos ofrece. Pero si queremos una unidad igual al modelo que nosotros hemos podido probar, tendremos que elevar esa cifra hasta los 106.000 euros, una cifra ya considerablemente alta, aunque si lo comparamos con sus competidores en el segmento D-Suv, debemos decir que se encuentra en la media, ya que tanto el Audi Q7, como el BMW X5, pueden llegar a semejante cifra fácilmente.
Pero si somos de lo que queremos más potencia, o en cambio, otro tipo de combustible con el que beba nuestro grandullón, hay posibilidades para todos los gustos. Como siguiente paso dentro de la familia diésel, encontramos el GLE 400d 4Matic con 330 CV, seguidamente, y como paso alternativo, Mercedes también nos ofrece una versión híbrida diésel denominada GLE 450d 4Matic que en combinación con un motor eléctrico dota al conjunto de 320 CV y la ansiada etiqueta ECO.
En el apartado de gasolina también encontramos alternativas comenzando por el GLE 450 4Matic y su propulsor semihíbrido a través de la tecnología EQ Boost que entrega 367 CV + 22 CV extras del motor eléctrico de los que disfrutaremos puntualmente. Pero si somos más ambiciosos siempre podremos mirar a los modelos con aspiraciones más deportivas AMG, como el 53 4Matic+ con sus 435 CV + 22 CV, el 63 4Matic+ o el 63 S 4Matic+, con sus 571 y 612 CV respectivamente. Todas las versiones pueden contar con la aplicación de los 7 asientos por un precio extra generalizado de unos 3.000 euros.
Para terminar y como conclusión, debo decir que el GLE 300d es todo lo que aparenta ser. Cuando lo ves por fuera tienes la impresión de estar mirando un auténtico vehículo superlativo de confort y poderosidad. Lo dicho, conducir este Mercedes, es tal y como aparenta ser. Personalmente me hubiese gustado probar más chucherías del apartado tecnológico y de innovación de este coche, pero me quedo con un gran sabor de boca sabiendo que aún prescindiendo de dichos extras, este gran SUV es un portento en todo.