Prueba Mercedes GLE 350d Coupé, el SUV superlativo

El memorable Mercedes GLE Coupé ha pasado por nuestras manos. El SUV alemán con tintes deportivos tiene una imagen poderosa y exclusiva. Exprimimos la única versión turbodiésel de la gama, que disfruta de una mecánica 3.0 V6 de 258 CV.

Prueba Mercedes GLE 350d Coupé, el SUV superlativo

16 min. lectura

Publicado: 11/01/2017 10:00

El paquete AMG le proporciona un aspecto más agresivo

En los últimos años Mercedes ha dado un cambio radical a su imagen. Sus modelos de corte clásico han evolucionado para ofrecer un diseño mucho más moderna, atrevida y atractiva para llegar a nuevos clientes. En la búsqueda de este objetivo, la marca alemana también se ha adentrado en nuevos segmentos, como es el caso de los denominados Sports Utility Coupés (es decir, SUV con carrocería coupé) del que el GLE Coupé es su primer exponente, precediendo al GLC Coupé.

El fabricante de Stuttgart tenía claro que su entrada en esta categoría debía ser contundente. Así, no es de extrañar que el Mercedes GLE Coupé sea superlativo en todos los sentidos. Se autoproclama rey de los excesos con todo orgullo y merecimiento con la intención de no dejar a nadie indiferente.

Nuestra unidad de pruebas es el GLE 350d 4MATIC Coupé, la única variante de gasóleo de la gama y también la versión de acceso con un precio inicial de 79.475 euros. Incluso vestido con un reservado color plata, el GLE Coupé rehúye de la discreción. Este SUV ansía ser observado, deseado y envidiado y por eso llama la atención por donde quiera que circule. En esto tiene mucho que ver sus hercúleas dimensiones: los 4,90 m de longitud y 1,73 m de altura ya dejan claras sus proporciones aunque los 2,00 m de anchura del GLE Coupé son los que más impresionan.

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La suave caída del techo sigue el patrón de los Sports Utility Coupés

Un ancho que alcanza los 2,13 m si se cuentan los espejos retrovisores, lo que nos obliga a pensarlo dos veces antes de aventurarnos por callejuelas estrechas. Esta cota desproporcionada también nos complica las cosas a la hora de encontrar un espacio de estacionamiento en batería en un parking público.

El aspecto del GLE Coupé es realmente soberbio, especialmente si equipa el paquete AMG Line exterior con paragolpes más prominentes. Cuenta con perfiles cromados para no perder la elegancia. En la zaga, la moldura cromo de la parte inferior rodea los escapes simulados, ya que los escapes de verdad están ocultos.

El remate del pack deportivo exterior lo ponen las enormes llantas de aleación AMG de 21 pulgadas en color gris titanio, que calzan unos neumáticos de dimensiones épicas que alcanzan los 315/40 R21 en el eje trasero. En la lista de elementos opcionales encontraremos llantas de hasta 22 pulgadas.

Las salidas de escape cromadas son falsas, las verdaderas se esconden bajo la carrocería

Por supuesto también está disponible el paquete AMG Line interior, como es el caso de esta unidad. En este pack se incluye un volante deportivo multifunción de tres radios, alfombrillas específicas y unos asientos delanteros de diseño deportivo, muy bonitos pero no especialmente cómodos porque tienen un cojín demasiado firme y estrecho. Eso sí, tienen ajuste eléctrico y encontrar una posición adecuada es sencillo.

La postura de conducción es elevada, permitiendo observar el tráfico a nuestro alrededor de manera dominante. La visibilidad es bastante buena e incluso por la inclinada luneta trasera tenemos una visión razonable. Pero claro, es una mole, y ver los extremos del vehículo al maniobrar en espacios reducidos resulta complicado.

Con semejante contorno se agradece que esté incluido de serie el paquete de aparcamiento con cámara de 360º. Incluye la ayuda activa para aparcar con Parktronic de modo que dirige automáticamente el vehículo al hueco de estacionamiento asumiendo el control del volante y de los frenos. Sirve tanto para la maniobra de aparcar como para desaparcar, ya sea en línea o en batería. Además, el diámetro de giro es bajo para un coche de este tamaño y se agradece.

El diseño interior del GLE Coupé se ha quedado anticuado

El paquete de aparcamiento también contiene cuatro cámaras que permiten la configuración de una cámara de 360°, ideal a la hora de realizar maniobras. Se puede ver una perspectiva cenital completa del vehículo -la imagen no está demasiado definida así que no resulta muy útil en algunas ocasiones- y varias vistas detalladas desde cada una de las cámaras.

Las imágenes de la cámara 360º se visualizan en la pantalla del sistema de infoentretenimiento. Este display fijo de 8 pulgadas brinda una buena resolución y siempre se ve bien incluso cuando el sol incide directamente en la pantalla. No es táctil, se maneja mediante un mando con superficie táctil ubicado entre los dos asientos delanteros. El manejo del sistema multimedia es poco intuitivo, hace falta un periodo de adaptación para familiarizarse con él.

El salpicadero tiene un aspecto desfasado al compararlo con los últimos modelos de Mercedes pero, eso sí, una apariencia sólida y buenos ajustes. Algunas molduras crujen el ejercer presión sobre ellas, siendo el caso más evidente el plafón de luces del techo. Esto parece ser el motivo de que se perciban algunos ruidos, aunque podría ser una particularidad de esta unidad concreta.

La unidad de pruebas equipa un sistema de audio surround Harman Kardon Logic 7 opcional que proporciona una excelente calidad de sonido gracias a sus 14 altavoces y una potencia de salida de hasta 830 vatios. En la lista de extras de Mercedes-Benz también está disponible un sistema Bang & Olufsen BeoSound AMG para los más sibaritas.

La habitabilidad es similar a la del Mercedes GLE, así que es bastante espacioso. La principal diferencia la encontramos en la altura de las plazas traseras, que es ligeramente menor por la caída del techo. Aún así dos pasajeros de estatura elevada irán bien en la banqueta posterior, cuyo respaldo tiene inclinación regulable. La plaza central trasera está pensada para un uso ocasional, siendo notablemente menos confortable que el resto por sus formas. Opcionalmente la segunda fila de asientos puede disponer de su propia regulación de climatización.

Una vez dentro estamos a gusto pero acceder al habitáculo resulta complicado. El piso queda a una altura muy elevada y hay que elevar mucho las piernas para encaramarse dentro. No hay asideros encima de ninguna puerta a los que agarrarse. En la parte trasera, además, se añade la complicación de que hay poco espacio por el voluminoso paso de rueda. Salir también es algo comprometido porque el suelo queda lejos. Entrar y salir del coche puede ser dificultoso para ancianos o personas con problemas de movilidad, niños pequeños y adultos de baja estatura. En opción hay unos estribos laterales que merecen la pena plantearse.

El espacio de carga es muy aprovechable aunque resulta poco accesible

El maletero cuenta con 650 litros de capacidad, un volumen muy generoso aunque son 40 litros menos que el GLE. La carga se divide en dos alturas y debajo del piso encontramos un compartimento muy grande si no se equipa una rueda de repuesto. La altura de carga está muy elevada y si algo se coloca al fondo del maletero es difícil llegar hasta él. El portón cuenta con accionamiento eléctrico de serie.

Contundente en todos los sentidos

El GLE 350d Coupé disfruta de un refinado motor turbodiésel 3.0 V6 que se muestra suave en todo momento. Su uso es muy agradable y suena bien aunque apenas se deje notar porque la cabina goza de una excelente insonorización. De esta manera nos desplazamos de manera silenciosa incluso a ritmos elevados.

Esta mecánica desarrolla 258 CV. Sin embargo no es su potencia la que impresiona sino su par máximo, con unos brutales 620 Nm a sólo 1.600 rpm. Pasa de 0 a 100 km/h en 7,0 segundos, una cifra que ya quisieran muchos automóviles deportivos, el poderío que muestra es rotundo y hace buena pareja con el cambio automático 9G-TRONIC que, como indica su nombre, posee 9 relaciones. Los cambios se efectúan delicadamente, de manera casi imperceptible, y siempre animan a la mecánica a circular a bajar vueltas a menos que seamos exigentes con el pedal del acelerador.

El GLE 350d Coupé es la única versión de gasóleo de la gama

La suspensión del GLE Coupé es más firme que la del GLE con carrocería tradicional y se nota. La intención de Mercedes con ello es que el SUV con carrocería coupé tenga un comportamiento dinámico más deportivo, aún a costa de restar algo de confort de marcha. Los balanceos se notan pero no son demasiado acusados, concediendo una inesperada agilidad a este tanque de 2.260 kg en vacío.

Sin duda, merece la pena equipar el paquete Airmatic, que brinda al modelo alemán de una mayor versatilidad. Este pack incluye suspensión neumática con la amortiguación adaptativa ADS PLUS de manera que se puede variar la altura libre al suelo y la amortiguación de cada rueda se adapta a la situación de conducción. Mercedes también ofrece unas barras estabilizadoras activas denominadas Active Curve System que prometen reducir los movimientos de la carrocería.

Los modos de conducción Dynamic Select se pueden seleccionar a través del sistema de infoentretenimiento o cómodamente mediante un selector en la consola central. Cada programa ajusta la curva característica del motor, el cambio y la dirección -y la suspensión si equipamos Airmatic-.

El sistema multimedia se maneja desde este mando que combina teclas, un selector rotatorio y una superficie táctil

Todas las versiones del GLE Coupé siempre montan la tracción integral permanente 4MATIC. Pese a ello es mejor evitar la conducción offroad. La altura libre de la carrocería invita a ello pero la suspensión firma resulta algo incómoda y, sobre todo, el enorme tamaño de las llantas y el bajo perfil de los neumáticos limitan las posibilidades fuera del asfalto.

La autopista es el terreno predilecto del GLE 350d Coupé. Aquí sale a relucir el magnífico aplomo del SUV deportivo de Mercedes y puede ir a velocidades elevadas sin inmutarse con el empuje de una locomotora. Elementos opcionales como el control de crucero activo Distronic o el Head Up Display mejoran la experiencia al volante.

El consumo mixto homologado del GLE 350d Coupé oscila entre los 6,9 y los 7,2 l/100 km según la medida de los neumáticos montados. Olvídate de esos datos. En un uso variado el consumo de combustible estará entre 10,0 y 10,5 l/100 km. Es un valor alto, pero tenemos un potente V6 que mueve 2,3 toneladas calzadas con neumáticos gigantescos. La física no cree en los milagros.

Las cámaras que rodean el vehículo son de gran utilidad en las maniobras

Si sólo circulamos por carretera y realizamos una conducción sosegada podemos quedarnos en torno a los 8,5 l/100 km, aunque podemos arañar algunas décimas si aprovechamos al máximo el modo planeo que ofrece la caja 9G-TRONIC. En esta modalidad, que funciona de manera automática, el motor se desacopla de la transmisión para reducir la retención y permitir un avance por inercia (“a vela”).

En recorridos urbanos el GLE Coupé se encuentra fuera de su hábitat natural y se nota también en su eficiencia. El modelo alemán está dotado de la función de parada y arranque ECO -apaga automáticamente el motor cuando el vehículo se detiene- pero aún así el consumo se dispara, sobrepasando con frecuencia los 14 l/100 km o más.

Con el GLE Coupé es imposible pasar desapercibido

Hay que reconocerlo, el Mercedes GLE Coupé es un coche de capricho y como tal no es la compra más racional que puede hacerse, ni pretende serlo. Un GLE de carrocería tradicional es mucho más práctico en todos los sentidos pero este modelo con aires de coupé, cuyo principal rival es el BMW X6, aporta una poderosa imagen que será muy bien valorada por los posibles clientes.

No hay más combinaciones diésel, pero la versión GLE 350d Coupé es una excelente opción. En esta variante el memorable SUV alemán tienen unas prestaciones sobresalientes con unos consumos que, aunque elevados, no son disparatados. Un modelo superlativo que será el anhelo de los que quieran gozar de una gran diferenciación y exclusividad entre los SUV premium del momento.

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