Prueba Mercedes V 220 d, un salón de baile y mucho más

Con más de cinco metros de largo es fácil decir que un coche es versatil o funcional. Sin embargo hay muchos tipos de versatilidad y funcionalidad. El Mercedes V 220 d de esta prueba nos expone esas cualidades envueltas en una atmósfera de calidad y confort.

Prueba Mercedes V 220 d, un salón de baile y mucho más

23 min. lectura

Publicado: 06/07/2017 09:00

Con más de cinco metros, cada centímetro está perfectamente aprovechado

¿Cómo enfocar la compra de un monovolumen? Sí, has leído bien. Trato a la Clase V de Mercedes como tal, porque ellos mismos lo consideran un turismo, y de hecho lo es. Así que una compra tan poco pasional tiene que venir marcada por una serie de cualidades que compensen. El Mercedes V 220 d que he tenido a prueba sabe completar esos huecos como ningún otro modelo del segmento.

Y es que uno rápidamente asocia a Mercedes como marca de calidad, y si miramos el número de monovolúmenes premium que existen en el mercado, la lista será tan solo de tres o cuatro modelos. La familia BMW Serie 2 Active Tourer, con su correspondiente versión de siete plazas, el Gran Tourer, y los Mercedes Clase B y Clase V. No hay más, y si atendemos al planteamiento, ninguno de ellos puede compararse al modelo más grande que esta vez nos ocupa.

Aunque cada vez las familias se vuelven más reducidas en cuanto a integrantes, sigue habiendo grandes familias o grandes empresas que usan el Mercedes Clase V como modo de desplazamiento. La verdad es que la V es tan válida para los primeros como para los segundos. He ahí la gran capacidad de versatilidad y adaptación de un coche que mide más de cinco metros de largo y que es capaz de variar a nuestro gusto o a nuestra necesidad.

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Hay tres tipos de carrocerías posibles para el Clase V. La corta, con 4,9 de largo, la mediana o estándar, con 5,14 metros, y la más grande de todas, la extra larga con 5,37 metros de punta a punta. En el caso que nos ocupa en esta prueba, el modelo cedido era el intermedio, con una configuración de siete asientos, con línea Avantgarde y paquete estético exterior de AMG.

A pesar de ser un monovolumen/furgoneta Mercedes no ha desatendido el diseño exterior

Es, salvo por algún detalle, la configuración más habitual para el Clase V. Bien es cierto que no muchas familias optan por algo tan grande, y es por ello que últimamente lo vemos más asociado a vehículos de transporte personal o de empresas. En ambos casos cumple a la perfección, aunque en función de las necesidades de cada uno se pueden ajustar elementos.

De serie todos los Clase V llegan con seis asientos. Mucho espacio para tan poco asiento, no nos vamos a engañar, y es por eso que lo mejor es optar por una configuración de siete plazas. Eso sí, sumar una plaza supone elevar el presupuesto 813 euros, pero obviamente un coche de estas características no tendría mucho sentido si no se busca llenarlo de ocupantes o carga. Mercedes también te da la opción de eliminar los asientos traseros, pero en ese caso nos quedaríamos con una furgoneta muy cara y de mucha calidad.

Mercedes ha conseguido que el Clase V sea visto como un coche de lujo, y en ocasiones su precio lo acompaña

Así que lo mejor es optar por la variante de siete plazas. Siete plazas que se pueden adaptar a nuestro gusto, salvo la del conductor claro está. El resto de asientos se puede desplazar longitudinalmente, girar, quitar y tumbar. Eso sí realizar estas maniobras cuesta mucho porque cada asiento pesa una barbaridad. Es mejor si se hace con ayuda, y si hablamos del asiento doble de la tercera fila, ahí sí que sí necesitaremos que al menos otra persona nos eche una mano, porque solo es casi imposible darle la vuelta. Estaría bien aligerar un poco los asientos de cara a una evolución o un nuevo modelo.

La configuración es a medida, lo mismo que el espacio para los integrantes de las dos filas traseras. A pesar de lo que pueda parecer, dentro hay muchísimo espacio para que seis o siete pasajeros viajen con toda la holgura del mundo. Se pueden estirar las piernas, reclinar los respaldos y dejar que se sucedan los kilómetros sin inmutarse. Es un aprovechamiento máximo, aunque como digo cada uno puede adaptar el coche a sus necesidades concretas. Hay incluso un paquete litera que transforma los tres asientos traseros en una cama donde dormir. Lo mismo que en la Clase V Marco Polo.

La parte trasera, con sus cinco asientos, se adapta a lo que cada uno quiera

Sabiendo ya que los ocupantes irán como auténticos reyes, no hay berlina que iguale ese espacio, el espacio destinado para las maletas también varía en función del hueco que se quiera dejar para los ocupantes. Si bien el Clase V más corto puede pecar de ausencia de maletero, esto no ocurre con la medida intermedia y mucho menos con la extra larga. Como mínimo hablamos de 610 litros de maletero, para la carrocería compacta, 1.030 para la intermedia, y 1.410 para la grande. Si bien la primera se puede quedar corta para tanto coche, el resto de medidas son más que suficientes.

Te voy a recomendar que si quieres comprarte el Clase V optes por la apertura automática del portón trasero. Es un enorme trozo de chapa, y pesa lo suyo. Para abrir no hay mayor problema, porque los brazos hidráulicos ayudan, pero para bajar es otro tema, hay que hacer mucha fuerza para cerrar el portón, además que está muy alto. Por ello en la mayoría de las ocasiones tomas la determinación de abrir únicamente la luneta, que para coger cualquier cosa, o para dejar algo que no pese mucho, te vale. Eso sí, mi recomendación te va a costar 802 euros. Pero hazme caso, lo agradecerás.

Mercedes también te da la opción de que las puertas corredizas sean también eléctricas. En este caso no veo tanta necesidad de incorporarlo. Hacerlo de forma manual es sencillo y cómodo, y más sencillo y cómodo es cerrar, porque el mecanismo es tan suave que con solo tirar del manillar de apertura la puerta corre y se cierra sola. Eso ya va a tu gusto, pero que sepas que es un extra valorado en 1.006 euros. A mi juicio es caro, aunque claro está aporta un toque de glamour.

El salpicadero es parecido al de otros modelos, aunque más grande dadas las dimensiones

Así que dejando a un lado el tema de versatilidad y funcionalidad interior, que ya hemos visto que es mucha, ¿cómo es el resto del interior del Clase V? Bueno, ya he mencionado varias veces que no hay nada, de fábrica, como el monovolumen más grande de Mercedes. La calidad se nota, y puedo decir que la sensación es mayor que en otros modelos de la casa. Lo primero que llama la atención nada más abrir las puertas es el símil de cuero que abunda en el interior. Éste es de serie en el acabado Avantgarde, pero también hay tela normal y cuero de mejor calidad en otros acabados.

Bien es cierto que últimamente Mercedes ha bajado un poco la atención a la hora de componer sus interiores. Los materiales no son tan premium como cabría esperar, y algunos ajustes dejan esa sensación agridulce de esperar más. Aun así repito que el Clase V aporta mucha sensación de calidad, y para tratarse de una furgoneta reconvertida a turismo, el trabajo de finalización es bueno. Se nota que se fabrica en España, más concretamente en Vitoria.

¿Qué más hay que sumar al interior del Clase V? Pues tecnología. Obviamente el carácter premium de un modelo viene en cierto modo marcado por su despliegue tecnológico. Mercedes ha incluido una gran cantidad de asistentes de última generación en su modelo más grande. Desde faros de LED adaptativos, hasta un impresionante despliegue de asistentes a la conducción, incluido el aparcamiento asistido y la cámara de visión de 360º.

De serie se incluye esta pantalla con un tamaño de 7 pulgadas. No es táctil

A todo esto puedes sumar tantos elementos como quieras. Siempre llamativo resulta el sistema COMMAND. Aunque su manejo no es tan intuitivo como cabría esperar, cuesta hacerse a él, sí que es cierto que de serie llega con una pantalla de siete pulgadas que puede ser mejorada a una de ocho que incluye una mayor cantidad de funciones integradas además de una mejor calidad de imagen. En todos los casos se integra el navegador y la cámara de aparcamiento trasera que nos facilita mucho la maniobra.

La seguridad siempre se ha asociado con Mercedes de una forma muy estrecha. El Clase V hace acopio de la mayoría de sistemas de la marca a día de hoy. Control de crucero adaptativo, aviso de cambio involuntario de carril, detector de ángulo muerto, muy necesario en un coche tan grande, asistente de viento lateral, lector de señales de tráfico y aviso de colisión. Éste último no ayuda a la frenada, ni lo hace de forma automática. En un futuro sí que se integrará, pero por el momento el sistema solo avisa. Por último cabe mencionar la también innumerable cantidad de airbags. Por todo ello el Clase V disfruta de cinco estrellas en los test Euro NCAP.

Por tamaño, entre sus rivales encontramos: Volkswagen Multivan, Toyota Proace, Peugeot Traveller o Ssangyong Rodius

Toca hablar de mecánicas, y antes de ello hay que mencionar que estamos hablando de un coche que pesa como mínimo 2.080 kilogramos. Eso si hablamos de la carrocería compacta, en los otros dos casos la cifra aumenta hasta los 2.105 y los 2.130 kilogramos. Es mucha masa y es por ello que la oferta mecánica se escalona de cara a estas tres versiones. Solo hay tres motores disponibles, el 200 d, el 220 d y el 250 d. Las potencias correspondientes son de 136, 163 y 190 caballos respectivamente. Cifras extraídas del mismo bloque de cuatro cilindros con 2.143 centímetros cúbicos.

A estos motores hay que sumar una oferta de cambios manuales y automáticos. En el caso del manual, asociado de fábrica a las V 200 d y 220 d, se trata de una transmisión de seis velocidades. Por el contrario todas las versiones automáticas, disponibles para toda oferta de potencia, hablamos de la caja 7G-Tronic Plus de siete velocidades. De forma habitual las cajas de cambios enviarán toda la fuerza al eje delantero, pero en todos los casos también podrá seleccionarse una tracción total 4MATIC, en cuyo caso siempre estará gestionada por la mencionada transmisión automática.

El portón trasero es muy pesado, aunque la luneta también actúa como una puerta

Prueba Mercedes V 220 d

La unidad de pruebas venía configurada con la mecánica que a priori me parece más correcta para la carrocería media. Con los 163 caballos del 220 d obtenemos un buen compromiso entre rendimiento, comportamiento y consumo. Eso quiere decir que cada caballo se tiene que encargar de mover 13 kilogramos, eso sin ocupantes. Es una cifra muy alta, pero que en cierto modo queda paliada por un par de 380 Nm disponible entre las 1.400 y las 2.400 revoluciones. La entrega es muy lineal, y fuera del rango óptimo nunca encontraremos menos de 300 Nm.

Todo esto se traduce a que el V 220 d presenta un comportamiento mejor de lo que me esperaba. Su puesto de conducción elevado te permite tener controlado todo el tráfico. Vas tan alto que te sitúas casi a la altura de los conductores de autobús, y eso es una ventaja a la hora de circular en ciudad. Bien es cierto que este entorno no es el más propicio para un monovolumen de estas dimensiones, pero no se desenvuelve nada mal. Sobre todo porque sus medidas son fácilmente reconocibles y porque su diámetro de giro es excepcional, tan solo 11,8 metros.

Pero aunque su comportamiento urbano sea bueno, donde mejor se siente el Clase V es en espacio abierto. Como rutero no tiene precio. Sí que es cierto que la rumorosidad es algo elevada. El motor es el que es, pero podría ser mejor el aislamiento interior. Sin embargo esto no pesa a la hora de hacer kilómetros. Donde se vuelve más refinada. Si te estás preguntando si yendo cargado se pueden mantener los ritmos normales de conducción, la respuesta es si, sin problema alguno.

Los 163 caballos de la versión 220 d son los más correctos

El motor tiene fuerza suficiente como para que no eches en falta más caballos. Solo en subida, a la hora de acelerar se puede notar algo de brío, pero hay que tener en cuenta de qué coche hablamos. Yo no lo pongo como pega, solo hay que acostumbrarse a ello y ser consciente de lo que pedimos a un monovolumen de estas características. Para paliar en cierto modo esta carencia hay un programa con tres modos de conducción posibles: Sport, Confort y Eco. La diferencia entre ellos es mínima, aunque sí se nota la respuesta del acelerador y del cambio si saltamos del primero al último.

Si lo anterior no me resulta una pega destacable, tampoco me lo parece a la hora de entrar en una carretera sinuosa. Repito que hay que ser consciente del coche en cuestión, son más de dos toneladas de peso, y una configuración especialmente diseñada para priorizar el confort por encima de cualquier otra característica. Es por eso que en un paso por curva el Clase V tiende a tener efecto barco, pero aun así se sujeta mejor de lo esperado. La única pega se la pongo a los frenos. Duros en un primer tercio de recorrido, por lo que puede generar una sensación de falta de frenado. Cuesta parar tanto peso de forma precisa, y el tacto del pedal podría ser mejor.

El objetivo es ir tranquilo, recorriendo kilómetros y disfrutando de la compañía y el camino. Como ya he dicho la comodidad es pasmosa. La suspensión es descaradamente suave. Los baches pequeños no los notas, y en los grandes se produce un rebote muy curioso, como si de un tren se tratara. Me gusta que Mercedes haya dispuesto así la configuración, ya sea como coche familiar o como coche de representación, uno quiere ir dentro de forma cómoda. Y punto.

El cuadro de instrumentos es como el de otros modelos de la casa, claro y fácil de leer

Tengo que reconocer que antes de empezar la semana de pruebas me asaltaba la duda del consumo. Dado el tamaño del bicho y la potencia del mismo esperaba unas cifras exageradas, algo que daba como lógico. Sin embargo el Clase V me ha sorprendido, para bien. El recorrido total fue de 1.400 kilómetros y al final de los mismos el ordenador de a bordo desprendió un dato medio de 8 litros exactos. Un dato que me parece sensacional lo mires por donde lo mires, pues siempre fue cargada de pasajeros y en algunos momentos la exigencia fue máxima.

Sé que el resultado final no se acerca de ninguna de las maneras a los datos oficiales de la marca, pero no importa, porque si los buscas los puedes llegar a encontrar. Hay que tener mucho cuidado con el pedal del acelerador, circular en modo Eco y ser precavido con la situación del tráfico. De todos modos esta no será la situación habitual, por lo que su depósito de combustible te servirá para hacer sin problema alguno una media de 700 kilómetros de autonomía.

La caja 7G-Tronic Plus destaca por su suavidad de cambio, priorizando el consumo sobre el rendimiento

Seguro que te estás preguntando cuánto vale todo este despliegue de espacio, confort, calidad y equipamiento. Pues bien, te advierto que estás ante el monovolumen más caro del segmento. Su precio base es de 34.830 euros, para la carrocería corta, el nivel de acabado más bajo y el motor menos potente. Las unidades más habituales de compra, el V 220 d con carrocería media y paquete Avantgarde se dispara inmediatamente hasta los 53.500 euros. Si a esto le añadimos alguna chuchería como las de la unidad probada, el precio sube como la espuma. Puede incluso llegar a superar los 100.000 euros, sí como te lo digo.

Conclusiones

Siempre he defendido que si quieres espacio compra espacio, no volumen. Sin embargo el Mercedes Clase V rompe mi esquema, porque además de volumen tienes mucho, pero que mucho espacio. Es un salón de baile sobre cuatro ruedas, y su versatilidad le permite ajustarse a una casi infinita cantidad de posibilidades. El interior permite configurarse de mil maneras, pero en todas ellas cabe destacar el gran espacio para sus ocupantes. A los que le rodea materiales con sensación de calidad.

Sin rivales en el segmento premium, el Clase V es el nuevo gran monovolumen de Mercedes

En la parte dinámica pocas pegas hay que ponerle al monovolumen más grande de Mercedes. La mecánica más correcta es la 220 d. Sus 163 caballos son más que solventes. Lo mismo que su comportamiento en carretera. Como rutero es tremendamente bueno, pero además sabe comportarse con mucha soltura en espacios estrechos y revirados, sin por ello arruinarnos. A mejorar el aislamiento interior y el tacto de los frenos. El Clase V de Mercedes es un coche sensacional, y es normal que estas furgonetas reconvertidas se estén convirtiendo en los nuevos monovolúmenes.

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