Prueba MINI 2021, la fuente de la eterna juventud
Por mucho que pasen los años el MINI sigue impasible el paso de modas, restricciones, normativas y demás cambios. El MINI 2021 se presenta ligeramente actualizado, pero con las mismas reglas básicas que han hecho de él lo que siempre ha sido.
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Publicado: 24/06/2021 19:00
La persistencia define la condición de mantenerse firme con el paso del tiempo, ser constante y persistir en una acción o hecho. El MINI es todo un experto en eso de mantenerse fiel a sus principios. El pequeño inglés lleva en el mercado más de lo que muchos de sus clientes pueden contar, siendo una referencia no solo de persistencia, también de que cuando un producto sale bueno desde el principio, poco hay que tocarlo.
No vamos a dar un repaso completo a la historia de MINI porque entonces echamos aquí el día completo. Así, a grandes rasgos, hay dos etapas claramente definidas. El producto original, producido por la British Motor Corporation desde 1970. Y la otra era desde 2001, cuando BMW tomó las riendas de la compañía, insuflándole una bocanada de aire fresco. Aunque el encanto de la primera era se ha desvanecido, el MINI sigue siendo un producto muy especial, totalmente esquivo a modas o alteraciones.
El hecho de tanto persistir en una forma y en un diseño ha hecho que los cambios se hayan aplicado muy poco a poco a lo largo de los años. Cada actualización, renovación o lanzamiento trae consigo algo nuevo. Un producto por el que no pasan los años. No hace falta seguir buscando la fuente de la juventud, no está perdida, solo que no se presenta de la forma que nosotros esperábamos. Con carrocería de metal, techo duro o de lona y con cinco o tres puertas.
La ultima evolución del MINI se presenta este mismo año, el 2021. Sigue la pauta de las evoluciones anteriores; es decir cambios estéticos mínimos, ligeras mejoras de equipamiento y gama de motores revisada y actualizada a los tiempos que corren. Siempre son las tres mismas reglas. Un concepto muy germánico de: si algo funciona, no lo toques. Solo el ojo experto sabe señalar en un dibujo dónde se aplican las modificaciones estéticas. En el caso de esta nueva edición lo más llamativo se presenta en su frontal.
Y tampoco es un frontal revolucionario, porque lo vimos por primera vez hace más de un año cuando se presentó en el MINI Cooper SE, es decir, el primer MINI eléctrico que ha habido. El modelo ha pilas ha sido el primero en introducir todos los cambios estéticos que ahora vemos en sus hermanos contaminantes. En la delantera lo más llamativo es la finalización de la parrilla, más pequeña que la de modelos anteriores, y mucho más remarcada por culpa de un aro negro en todas las versiones.
En función del acabado: One, Cooper, Cooper S y John Cooper Works, se aplican cambios en determinados detalles. Por ejemplo, el Cooper S y el JCW tienen la clásica abertura del capó y las tradicionales aberturas poligonales en la parte inferior del parachoques. A la fiesta de las modificaciones se suman los faros, las llantas y la gama de colores, que sigue manteniendo su amplísimo programa de personalización. Un juego de combinaciones que te permite crear un MINI a tu gusto. Eso sí, prepara billetes porque los vas a necesitar.
Si damos un pequeño brinco al interior descubrimos que una vez más los detalles son la clave. Salidas de ventilación, volante, sistema multimedia, y reubicación de botones es lo principal. Y por supuesto no puede faltar la instrumentación digital que se precie. Un pequeño display que no muestra el grado de personalización o ajuste que sí vemos en otros modelos. Una chuchería que no llega de serie con ningún nivel de acabado, y que nos obligará a rascarnos el bolsillo, una vez más, si es que lo deseamos.
En artículos anteriores como la prueba del MINI Cooper SE y la prueba del MINI JCW GP hemos analizado la instrumentación digital, que es la misma que tienen ahora las versiones actualizadas de tres y cinco puertas y el cabrio. Personalmente es un gadget que no cogería porque no le veo gran utilidad. La información que muestra es tan limitada como la del cuadro analógico y la calidad que transmite tampoco es excesivamente buena.
Y ya que hablo de calidad, posiblemente ese sea el campo más diferenciador entre el modelo original de Alec Issigonis con los modelos de la era BMW. Hay que reconocer lo evidente y decir que el MINI es el utilitario mejor rematado de la categoría. Los elementos, los ajustes, los materiales, todo aporta una gran sensación de calidad. Y a la vista está que es capaz de aguantar mucho, porque todavía se ven rodar muchas unidades de principios de siglo. En este aspecto el MINI no es tan mini. Pero en espacio sí.
Es lo que tiene un modelo del segmento B, que por mucho que trates de hacer grande la carcasa, el interior te sigue quedando muy estrecho. Las diversas opciones de carrocería tampoco es que mejoren mucho la experiencia. Obviamente, los más angostos son el MINI Cabrio y el MINI de tres puertas. La unidad con cinco puertas es un poco más habitable, pero tampoco es sobresaliente. Y el MINI Clubman va por el mismo camino.
Si queremos un MINI grande y espacioso habrá que echar mano del MINI Countryman, todo un éxito de ventas, las cosas como son, pero que por el momento no ha recibido los cambios estéticos de sus hermanos porque su senda comercial sigue un camino diferente. Todas estas evidencias se ratifican en las capacidades de carga. El volumen mínimo de maletero es para el tres puertas con apenas 211 litros, le sigue el Cabrio con 215 litros y remata el 5 puertas con 278 litros, aunque con una carrocería 16 centímetros más larga. Así cualquiera.
Una de las novedades de 2021 es la simplificación de la gama de acabados y equipamientos. Antes, para configurar un MINI, podías seleccionar niveles, paquetes, opcionales, elementos de personalización y varios pasos más que hacían la configuración lenta y algo complicada. Ahora todo es más sencillo: 5 niveles de acabado estético (incluyendo el eléctrico) y varios niveles más para el interior. Todo muy esquematizado y empacado para que no haya que volverse loco en el proceso.
En cuanto a los motores que empujan a este pequeñín, tal y como corresponden los tiempos que nos acompañan, ofrecen un abanico de potencias de media y alta potencia (para un utilitario). Desaparecen las versiones diésel, centrándose exclusivamente en propulsores de gasolina. Un bloque de tres cilindros para los MINI One y Cooper, y un bloque de cuatro cilindros para los Cooper S y John Cooper Works. El abanico de potencia oscila entre los 102 y los 231 caballos, con cajas de cambios manuales o automáticas de convertidor de par con ocho marchas. Todas las versiones envían la potencia al eje delantero.
Prueba MINI 2021
Aunque pueda parecer lo contrario, la realidad es que la gama de motores no cambia nada con respecto a las unidades anteriores del MINI. Como ya he comentado, la única novedad realmente reseñable es la ausencia de motores diésel. Objetivo actual de las políticas medioambientales europeas. Eso tiene su parte buena, y su parte mala. Lo malo es que vamos a gastar más de lo debido, pero lo bueno es que el plantel que ha quedado es tan sumamente bueno que no los vamos a echar mucho de menos (a no ser que hagas muchos kilómetros).
Hay un MINI para cada ocasión o comprador. Tanto a nivel carrocería como a nivel mecánico. Las opciones más light ofrecen un comportamiento justo pero suficiente. 102 caballos no son muchos, pero es lo suficiente como para poder plantearse cualquier objetivo sin problemas, aunque está más centrado en un uso urbano o periférico, pero tampoco tiene problemas para largos viajes.
Para mi gusto, la opción más redonda y recomendable es el Cooper. Estéticamente puede quedar muy chulo, y mecánicamente hablando ofrece un gran compromiso entre rendimiento y consumo. Los datos lo avalan como la opción más interesante, y la que, posiblemente, sea la opción más seleccionada por los clientes. Y si lo quieres mejorar un poco más la opción del cambio automático siempre resulta interesante, aunque hay que medir los precios, porque supone un desembolso extra de 2.100 euros.
Las unidades más potentes con cuatro cilindros se destinan a aquellos que saben que un MINI puede dar muchas horas de diversión, además de aportar un toque más refinado gracias a un motor más fino y redondo. El Cooper S es travieso y juguetón. Corre como un galgo y encima despierta tu lado más salvaje gracias a un sonido de escape muy deportivo. Aunque en ese aspecto el ganador es el John Cooper Works. Un utilitario deportivo con todas las letras. Y no solo eso, el mejor de su categoría.
231 caballos son muchos pencos para un coche de estas dimensiones. En los últimos años han salido figuras que han tratado de asaltar su trono, sea el caso del Ford Fiesta ST y más recientemente el Hyundai i20N. Pero el MINI JCW es el rey por rendimiento, estética, herencia y comportamiento. No es un lobo con piel de cordero, es un lobo y punto. Bien gestionado puede dejar en evidencia a modelos más potentes, porque lo que le falta de potencia lo tiene de agilidad. Es un peso pluma en un mundo de gordos deportivos.
Como siempre digo tras probar un MINI, me da pena que la inmensa mayoría de sus compradores no sepan lo que tienen entre manos. El chasis es toda una virguería, y la puesta a punto tiene ese toque racing que tan desapercibido pasa. El único inconveniente proviene de una suspensión excesivamente dura. Un tarado muy seco en el eje posterior hace que los badenes, los baches o la más mínima irregularidad se vuelva una tortura. Eso no ha cambiado nada, y como ya digo tiene su parte buena y su parte no tan buena.
En cuanto a las opciones de carrocería, dado que acabamos de estrenar el verano, la combinación ganadora resulta con el techo de lona. El MINI Cabrio lo tiene todo, apariencia, diversión, estilo, glamur, y todo ello sin techo. Poco más se puede pedir. El clásico, el de tres puertas, es ideal para entornos urbanos gracias a sus 3,86 metros de largo. Resulta raro porque ya no quedan coches con tres puertas. Y el de cinco puertas es para quien busque la esencia de un MINI, pero en un formato ligeramente más familiar. No mucho más.
No todo son glorias y alegrías con MINI. Si hay algo que lo hace inalcanzable para muchos no es el tema del espacio o el confort, si no el precio. Sigue siendo un producto caro para el tamaño. Dimensiones de utilitario y precios de compacto. El precio de salida del MINI es de 22.300 euros, sin ofertas o promociones. Ese precio corresponde a una unidad de tres puertas con acabado One y motor de 102 caballos con cambio manual.
Le sigue el MINI 5 puertas con la misma configuración, cambio manual, 102 caballos y acabado One. Su precio de salida es de 23.100 euros, sin ofertas o promociones. El MINI Cabrio se mantiene fiel a la filosofía de que el precio sube y el techo baja. El coste mínimo de un cabrio es de 26.300 euros para una configuración con motor de 102 caballos, cambio manual y acabado One. Si nos vamos al otro lado de la balanza de precios el más caro de todos es el MINI Cabrio JCW de 231 caballos con cambio automático. Desde 42.700 euros. Por ese dinero te puedes comprar una berlina en BMW.
Pero por mucho que repitamos el sobrecoste de MINI, no parece afectar a su popularidad o sus ventas. El dinero está para filtrar. Es una forma de mantener el aroma MINI sin perder prestigio en el camino. Es imposible rechazar el vistazo a su paso, y el que lo tiene queda inmediatamente catalogado en un estatus social diferente. Lo bueno es que el mercado de segunda mano está plagado de alternativas anteriores que hacen más asequible su compra sin perder mucho en diseño, comportamiento o equipamiento.
Conclusiones
El MINI tendrá sus defensores y sus detractores, pero estos últimos son muchos menos y más silenciosos. Por mucho que pasen los años el producto de Alec Issigonis se adapta a lo que sea. Al tiempo, a las condiciones, a las restricciones o a las modas. Siempre encaja en cualquier ambiente. Es divertido, es entrañable, es carismático y es muy bueno. Un producto excelente con algunos defectos como el espacio o el precio, pero que no lastran sus ventas. Los rivales tratan de igualarlo, pero no pueden. Su edición de 2021 no cambia mucho lo anterior, pero tampoco lo empeora. Persistencia, amigo mío, persistencia.