Prueba MINI Cooper SE, 100% eléctrico con esencia MINI

El Cooper SE es el primer MINI 100% eléctrico que llega a los concesionarios y además cuesta menos que la versión equivalente de gasolina. El modelo británico entrega 184 CV y mantiene la esencia de la marca: diversión al volante, calidad y personalización.

Prueba MINI Cooper SE, 100% eléctrico con esencia MINI
El Cooper SE es el primer MINI 100% eléctrico que llega a los concesionarios

11 min. lectura

Publicado: 28/02/2020 20:00

La versión eléctrica del MINI se diferencia rápidamente por la parrilla cerrada, las llantas específicas, los logos y la ausencia de escape

Ya llega el MINI e del que se hicieron 500 unidades pero sólo se ofrecía en leasing.

Con el aséptico nombre de Cooper SE, el MINI eléctrico se fabrica en Oxford (Reino Unido) a pesar de la incertidumbre post Brexit. La gama comercial se divide en cuatro acabados denominados S, M, L y XL y desde la versión de acceso se incluyen elementos como los faros LED, el volante deportivo de cuero, el navegador con pantalla táctil, el climatizador bizona con calefacción con bomba de calor o el selector de programas de conducción MINI Driving Modes.

El fabricante inglés ha querido cambiar lo mínimo posible respecto al MINI Hatch de 3 puertas. El eléctrico emplea la misma plataforma UKL y tanto las estética como las dimensiones son muy similares, pero no idénticas. Para hacer espacio a las baterías sin comprometer la altura libre al suelo el MINI eléctrico está subido 18 mm pero la marca ha camuflado este aumento de estatura poniendo unos pasos de rueda más grandes y de esta manera mantener las proporciones.

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De 0 a 100 km/h en 7,3 segundos para este urbanita premium

Desde el punto de vista estilístico, diferentes elementos como la parrilla o los retrovisores van terminados en un llamativo color amarillo o un discreto gris para los que prefieran pasar desapercibidos. Me parece un acierto que MINI se haya salido de la norma eligiendo estas tonalidades ya que casi todas las marcas se decantan por el previsible verde o azul para sus modelos electrificados.

De puertas para adentro los cambios son sutiles con algunos elementos específicos de esta versión 100% eléctrica. El más destacado es la nueva instrumentación digital con pantalla de 5,5 pulgadas y terminación black panel. También son novedades la palanca de cambios de nuevo diseño o la moldura que recorre la parte frontal del salpicadero con un toque amarillo. Como cabe esperar en MINI, las opciones de personalización son enormes ya sea a través de paquetes o de accesorios que presentan diferentes diseños, colores y materiales.

La habitabilidad interior se mantiene inalterada y lo mismo ocurre en la zona de carga. El volumen del maletero es de 211 litros que son ampliables a 731 litros con los asientos traseros abatidos, exactamente la misma capacidad que los MINI de 3 puertas con motor de combustión.

El BMW i3S cede su motor eléctrico al MINI Cooper SE

En el apartado mecánico, el Grupo BMW al que pertenece MINI ha buscado un ejemplo en su propia casa y le ha dado la vuelta. El motor eléctrico es el mismo que el del BMW i3S, pero en el peculiar modelo alemán está situado en la parte trasera y anima al eje posterior mientras que en el británico se ubica bajo el capó delantero y propulsa el eje anterior.

El motor desarrolla 184 CV y el envío de la potencia a las ruedas delanteras se realiza mediante una transmisión de una etapa con diferencial integrado. Por su parte la batería de iones de litio con una capacidad bruta de 32,6 kWh (la neta es 28,9 kWh) y tiene 96 celdas divididas en 12 módulos. Es fabricada por el especialista CATL y su estructura es muy similar a la del BMW i3.

Ya lo había visto de manera estática en un varias ocasiones durante 2019,. incluyendo su presentación internacional es estático en Rotterdam. Reconozco que ya tenía ganas de apretar la tecla de encendido de color amarillo para ver si el go-kart feeling del que presume la marca británica en todos sus modelos se mantenía inalterado en su variante eléctrica.

El Cooper SE presenta una elevada calidad interior y muchas opciones de individualización

La ocasión se ha presentado en Madrid en el evento de presentación dinámica a la prensa nacional. A priori todo parece inalterado, lo cual es positivo, y ni siquiera de la sensación de ir a mayor altura que el modelo de combustión. De hecho las diferencias más apreciables son a mejor: ausencia total de vibraciones y un gran silencio en marcha cuando se circula a ritmos urbanos este modelo de 3,85 m de longitud.

En carretera, el ruido de rodadura se deja notar algo más y la suspensión, de mayor recorrido por la mayor altura libre, tiene un tarado firme para favorecer el paso por curva y para lidiar con el peso extra. Con 1.365 kg en la báscula, el MINI Cooper SE pesa 145 kg más que el MINI Hatch Cooper S Steptronic pero el fabricante ha sabido jugar con esos kilos de más. Ese peso adicional está situado en la base del coche así que rebaja en 30 milímetros el centro de gravedad y además se ha colocado convenientemente en forma de T para conseguir un buen reparto de pesos (59% en el eje delantero y 41% en el trasero).

Lo más destacado, sin duda, es la presteza en las reacciones. Pisar el acelerador se traduce en una respuesta inmediata gracias a un par motor de 270 Nm que se traslada a las ruedas delanteras de manera casi instantánea. Para un petrolhead un buen deportivo tiene que sonar bien y aquí, sin un motor de combustión rugiendo y sin escapes aullando, no tenemos nada de eso aunque hay que reconocer que conseguir ese empuje casi en silencio también tiene su qué.

El nivel de retención se puede ajustar en dos niveles: el más bajo tiene una frenada de 0,11 g y el más alto de 0,19 g

La aceleración es realmente notable y el cronómetro así lo justifica puesto que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos, un valor magnífico en la línea de los 6,7 segundos que necesita el Hatch Cooper S automático. No cabe duda de que el Cooper SE es divertido, te pega la espalda contra el respaldo del asiento y es casi adictivo.

Por el contrario la velocidad máxima es de sólo 150 km/h (¿realmente hace falta más?) por una simple cuestión de eficiencia. La autonomía eléctrica se sitúa en 235 kilómetros en ciclo WLTP, una cifra adecuadas para un vehículo de carácter urbano pero que limitan su uso a la hora de afrontar viajes. Al ser una presentación no tuve oportunidad de comprobar cuánto hay de cierto pero mi impresión es que parecen alcanzables sin grandes dificultades.

El cargador embarcado de tipo 2 tiene una potencia de carga nominal de 11 kW. Hacen falta 4,2 horas para la recarga completa de la batería en un wallbox monofásico de 7,4 kW (3,2 horas para cargar desde 0 hasta el 80%). En un wallbox trifásico de 11 kW la carga requiere 3,5 horas (2,5 horas hasta el 80%). El MINI eléctrico permite carga rápida con una conexión CCS Combo 2 a un máximo de 50 kW y en ese caso necesita 1,4 horas para su carga completa (35 minutos hasta el 80%).

De serie permite carga rápida a 50 kW

Hay cuatro modos de conducción para este MINI: los modos Sport, Mid y Green ya son conocidos del resto de modelos de la marca británica. A estos se añade un nuevo programa bajo la denominación Green+ en el que funciones adicionales de confort como la climatización o los asientos calefactados están limitados o desactivados para aumentar la autonomía.

El freno regenerativo se puede ajustar en dos niveles de recuperación. Con el de mayor grado de retención, el sistema de recuperación de energía de frenado permite olvidarse del pedal del freno en la mayoría de ocasiones, como ya sucede en el i3, lo que el Grupo BMW llama One Pedal Feeling. Cada vez que se arranca el motor se activa por defecto el nivel más alto de recuperación.

El MINI Cooper SE es uno de los coches eléctricos más divertidos que pueden encontrarse en la actualidad, sin tener en cuenta modelos de gran exclusividad y precios prohibitivos. El eléctrico británico está a la venta desde 33.950 euros sin incluir las promociones que pudiera ofrecer la marca un valor muy interesante si tenemos en cuenta que se sitúa por debajo de los 34.130 euros que cuesta un Cooper S con cambio automático deportivo.

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