Prueba MINI John Cooper Works GP 2020, sin filtros
Nos ponemos al volante del MINI de calle más rápido de la historia. Sólo se fabricarán 3.000 unidades del nuevo MINI John Cooper Works GP 2020, la iteración más salvaje del icónico utilitario británico es radical por comportamiento, diseño y exclusividad.
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Publicado: 11/09/2020 18:00
Rápido, ligero, divertido, brutal. Así podría definirse el nuevo MINI John Cooper Works GP, o simplemente MINI GP, que impresiona por sus exclusivas características de diseño y configuración. Si dejamos a un lado los superdeportivos reservados para magnates, figuras del deporte y estrellas del rock, el británico es sencillamente lo más parecido a un coche de carreras matriculable.
Presentado al público en el Salón del Automóvil de Los Ángeles, es la tercera generación de este modelo tras el MINI Cooper S con Kit John Cooper Works GP de 2006 y el MINI John Cooper Works GP de 2013. Con respecto a este último, el nuevo GP 2020 fue capaz de completar una vuelta en el mítico trazado de Nürburgring Nordschleife casi medio minuto más rápido, parando el cronómetro en menos de ocho minutos, durante su proceso de desarrollo.
Las credenciales en el legendario Infierno Verde dejan clara la radicalidad del planteamiento de este deportivo de bolsillo. Su estética también evidencia que es pequeño pero matón. Destacan los paragolpes de diseño específico y los pilotos traseros oscurecidos con la bandera Union Jack. Además se complementa con unas bellísimas llantas forjadas de 18 pulgadas que pesan menos de 9 kg cada una, las llantas más ligeras que haya montado nunca un MINI.
Pero hay dos elementos que sobresalen porque además de ser imponentes visualmente repercute en una ventaja aerodinámica en situaciones de conducción extremas. Uno es el colosal alerón de doble ala sobre el portón trasero. El otro, las impresionantes molduras de los pasos de rueda realizadas en plástico reforzado con fibra de carbono (PRFC) mate.
Los colores juegan un papel fundamental. La pintura Racing Grey baña las principales zonas de la carrocería mientras que el techo y los retrovisores lucen el tono Melting Silver metalizado. El reborde de los grupos ópticos, la parrilla, la entrada de aire del capó, la tapa del depósito de combustible y los tiradores de las puertas van en negro. Para llamar la atención, el resto de detalles van están acabados en Chili Red de brillo intenso y el anagrama GP del alerón está realizado en color Rosso Red metalizado mate.
La calidad de realización interior luce con orgullo la etiqueta premium, todo está realizado con materiales de calidad e impecables ajustes. Frente al conductor está el volante de cuero Nappa del modelo John Cooper Works que se individualiza con un centro metálico y un cuadro de instrumentos digital con pantalla de 5 pulgadas, una pantalla heredada del eléctrico MINI Cooper SE pero que añade nuevas funciones.
En el centro del salpicadero está la pantalla de 6,5 pulgadas del sistema Connected Media, quizá demasiado sencillo porque el paquete Connected Navigation Plus con base de carga inalámbrica para smartphones ha quedado en la lista de elementos opcionales. También es un extra el climatizador automático. Otros elementos diferenciales son la moldura realizada mediante impresión 3D con la numeración del vehículo correspondiente dentro de la serie limitada y el logotipo GP presente en multitud de elementos.
Las diferencias en el habitáculo son escasas con respecto a un MINI JCW estándar… sino fuera porque es biplaza. Efectivamente, los asientos traseros han sido eliminados y en lugar su lugar hay una enorme barra de refuerzo transversal de aluminio. Las dos plazas delanteras recurren a asientos deportivos John Cooper Works con reposacabezas integrados y tapicería Dinamica/cuero con bordes laterales plateados y costuras en rojo.
La capacidad del maletero es… bueno, en realidad no hay maletero como tal. Aunque gracias a la ausencia de la segunda fila de asientos en realidad podemos aprovechar todo ese espacio para alojar carga, que en un coche así bien podrían ser un par de cascos, una caja de herramientas y alguna rueda de repuesto.
Nacido en los circuitos
Hora de pasar de la teoría a la práctica. Si el conocido MINI John Cooper Works ya tiene un rendimiento fabuloso, este modelo con el apellido GP resulta absolutamente abrumador. Comparten el mismo bloque, un motor 2.0 TwinPower Turbo de cuatro cilindros, pero ha sido profundamente modificado para recibir 75 CV adicionales. El resultado es un propulsor dispuesto transversalmente que alcanza los 306 CV de potencia máxima que se mantienen constantes entre 5.000 y 6.250 rpm.
El pico de potencia está en la parte más alta del cuentarrevoluciones mientras que el par máximo de 450 Nm llega a sólo 1.750 rpm, manteniéndose hasta 4.500 rpm. Supone una enorme elasticidad y hace que este deportivo sea un auténtico cohete a la hora de pisar el acelerador a fondo.
Impresiona por su capacidad de aceleración y pisando a fondo desde parado es capaz de pegarnos la espalda al asiento y dejarnos sin respiración al ser capaz de pasar de 0 a 100 km/h en sólo 5,2 segundos. El pequeño misil británico sigue empujando hasta alcanzar los 265 km/h de velocidad máxima. Es el MINI de calle más rápido de la historia.
Pero ya no sólo se trata de rapidez sino de agilidad. El tradicional tacto de kart del MINI Hatch alcanza un nuevo nivel en este MINI GP que se muestra extremadamente preciso y ligero en el paso por curva. El chasis se ha afinado para ser un deportivo sin concesiones, todo está pensado para ser efectivo y los componentes se inspiran en el mundo de la competición.
La suspensión es dura, durísima, hasta el punto de que es una tortura sobre asfalto en mal estado pero se trata del precio a pagar por tener una sonrisa de oreja a oreja en un sinuoso puerto de montaña… o en un circuito. Los movimientos de balanceo o cabeceo son inexistentes.
A pesar de ser de tracción delantera no hay presencia de subviraje, el comportamiento es neutro. El diferencial autoblocante mecánico mejora la tracción a la salida de los giros y el agarre va más allá de lo razonable así que este pequeño MINI devora las curvas a un ritmo frenético.
A esto se suma una dirección rapidísima que traduce cualquier leve movimiento del volante en un desplazamiento lateral instantáneo y preciso, obligando al conductor a estar atento y agarrar el aro con firmeza en zonas bacheadas. La capacidad de frenada también es formidable y no en vano el fabricantes ha dotado a este John Cooper Works tan especial con unos enormes discos delanteros de 360 mm de diámetro mordidos por pinzas de aluminio de cuatro pistones pintadas en color Chili Red.
La transmisión automática de convertidor de par cumple muy bien, tiene ocho marchas y se pueden accionar secuencialmente mediante levas impresas en 3D. En un modo totalmente automático es un poco lenta, pero si recurrimos a las levas la cosa cambia: sí, un cambio manual quizá incrementase la conexión del conductor con el coche, pero esta caja ZF propone una gran efectividad en su manejo secuencial porque trabaja en perfecta comunión con el propulsor para extraer el máximo rendimiento.
MINI ha reducido la cantidad de material aislante en la cabina como una de sus medidas para mantener un peso pluma y eso supone que el ruido de rodadura se deja notar con mucha claridad. Dada la concepción del vehículo, la poca insonorización no es un problema como tal pero deja aún más claro (por si no resultaba suficientemente evidente) que no es un deportivo para uso diario. Que suene. El sistema de escape deportivo específico, con dos tubos de acero inoxidable rectificado mate, emite un bramido que penetra en el interior para subrayar la atmósfera deportiva.
Entre la dureza de la suspensión y el ruido resulta un coche agotador y extremadamente satisfactorio para los puristas de la conducción deportiva. Es imposible hacer una conducción relajada, el MINI GP incita a disfrutar con los cinco sentidos de la experiencia al volante. Una experiencia pura, sin filtros. La sensación de conducir un coche de carreras, o casi.
Por supuesto, un coche así no sería tan especial si además de todo lo que propone no ofreciese exclusividad. Del nuevo MINI John Cooper Works GP sólo se fabricarán 3.000 unidades, de las que 100 se destinarán al mercado español a un precio de 45.900 euros. Todas las unidades son exactamente iguales, no hay ninguna posibilidad de personalización. Ese centenar de afortunados propietarios no se arrepentirán de tener el MINI de carretera más salvaje jamás fabricado y un futuro coche de colección.