Prueba Nissan Ariya Nismo. SUV deportivo, pero SUV al fin y al cabo
Nissan creó el primer coche eléctrico de masas. Hoy la saga continúa y se anima con la llegada del Nissan Ariya Nismo. Un apellido único que lo convierte en un modelo muy especial en la familia japonesa.
Si bien muchos critican ahora la estrategia eléctrica de las marcas japonesas, no muchos se acuerdan que Nissan tuvo el primer coche eléctrico de masas, mucho antes que Tesla. Nissan sembró un germen que hoy ha florecido en todo el mundo, aunque, curiosamente, no lo ha hecho demasiado en Nissan. El Ariya es hoy el coche eléctrico más importante de la compañía. Un SUV que si bien durante este tiempo ha demostrado una gran eficiencia, ahora demuestra que también esconde un lado más canalla. Sólo hay que sumarle un apellido muy especial: Nissan Ariya Nismo.
Para quien no lo sepa, Nismo es la familia deportiva de Nissan. Por decirlo de alguna manera es su AMG de Mercedes, su M de BMW y su RS de Audi. Se creó hace ahora más de 40 años, en 1984 para ser exactos, y en su haber figuran algunos de los trabajos más emocionantes surgidos desde la lejana isla de Japón. No menos famosas han sido sus victorias en el mundo del motorsport. Hoy la marca Nismo sigue viva, aunque su actividad se ha reducido significativamente desde que Nissan tomara rumbos más lógicos. Sin embargo, el Ariya Nismo tiene poco de lógico.
La electricidad ha demostrado grandes cualidades. La mayoría de ellas centradas en la eficiencia, la sostenibilidad y el confort, pero también ha dejado claro que a la hora de mejorar el rendimiento también es una perfecta aliada. Si echamos hoy un vistazo a la gama de Nissan descubriremos no sin cierto asombro que el Ariya Nismo es su coche más potente. Más incluso que el magnífico Z que disfrutan nuestros colegas al otro lado del Océano Atlántico. Nissan ha decidido, obligada por las normativas europeas, que los únicos coches deportivos que va a vender en Europa son eléctricos.
La base del Ariya Nismo es la de un Nissan Ariya normal y corriente. La gama está compuesta por diferentes versiones y configuraciones. El modelo de acceso ofrece 218 caballos, mientras que en su versión más extraordinaria es capaz de alcanzar una autonomía de 535 kilómetros gracias a una batería de iones de litio de 87 kWh de capacidad neta. La misma pila que lleva el Ariya Nismo e-4ORCE, como comercialmente se ha bautizado. El apellido e-4ORCE quiere decir que en lugar de uno monta dos motores eléctricos. Uno por cada eje.
La ficha técnica oficial asegura un total de 435 caballos de potencia y 600 Nm de par motor. El tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h es de apenas 5 segundos exactos, mientras que la velocidad punta alcanza los 200 kilómetros por hora. Con esas cifras este SUV familiar es capaz de igualar las condiciones de muchos otros deportivos famosos. En términos eléctricos, Nissan instala alimentadores de hasta 130 kW en corriente continua y hasta 22 kW en corriente alterna. A máximo rendimiento es capaz de recuperar del 0 al 80% en 40 minutos.
El aumento de las prestaciones supone decir adiós a una parte de la lógica que habita en todo coche eléctrico. Eso quiere decir que de los más de 500 kilómetros de autonomía que anuncian la mayoría de los Ariya de Nissan, este no es capaz de superar los 417 kilómetros con un consumo de 24,5 kWh por cada 100 kilómetros recorridos. No vayas a pensar que los japoneses sólo han modificado lo que no se ve, porque también han tocado mucho de lo que podemos apreciar a simple vista. Es decir, la carrocería.
Las proporciones se mantienen. El Nissan Ariya se ubica cómodamente en el segmento D-SUV con sus 4,65 metros de largo y 2,77 metros de distancia entre ejes. Esas proporciones lo sitúan como un coche ideal para una familia con cuatro o cinco miembros. Un coche que en su parte trasera esconde un maletero con 415 litros de capacidad. Cifra que se puede ampliar hasta los 1.280 litros si se abate por completo la segunda fila de asientos. Es decir, es perfecto coche familiar, pero en lo que a rendimiento se refiere está más cerca del campo de los deportivos.
En la carrocería se han aplicado el correspondiente tratamiento Nismo. No hay panel de la carrocería que no se haya modificado para que el extra de rendimiento se acompañe de una efectiva aerodinámica. El Cx del Ariya Nismo es de 0,3. Un buen registro. ¿Cómo se ha logrado? Mejorando la respuesta del viento al choque con el Ariya. Además de los típicos parachoques modificados, los japoneses han integrado un labio inferior que fuerza al aire a circular por debajo del coche, pegándolo al asfalto. El efecto negativo aumenta la carga aerodinámica, mejora el comportamiento, pero aumenta el consumo de energía.
Las llantas incrementan su tamaño hasta las 20 pulgadas y, de paso, suman un diseño específico firmado por ENKEI. No es posible encontrarlas en ningún otro Ariya que no sea el Nismo. En la zona posterior se replica el efecto de la delantera. La defensa cambia su forma para mejorar el comportamiento de la lámina de aire. También se aporta el típico toque deportivo con el color rojo de competición habitual y la tercera luz de freno instalada en la parte inferior, casi pegada al suelo, aunque la altura libre con respecto al suelo es de 17 centímetros. No hay que olvidar que estamos ante un SUV al fin y al cabo.
En el interior la transformación sigue todas las reglas del manual de las versiones deportivas. Es decir, se aplican detalles en rojo, se usa masivamente la Alcántara para adornar las superficies y se suman unos asientos delanteros deportivos. Necesarios para sujetar el cuerpo ante las fuerzas que se transmiten a la hora de afrontar un tramo de curvas con este coche que supera, cómodamente las dos toneladas de peso. El equipamiento de serie es el más alto de todos. No le falta detalle, desde las pantallas de 12,3 pulgadas a las cámaras, pasando por la larga lista de asistentes a la conducción y la conectividad de última generación.
De alguna manera Nissan tiene que justificar el alto precio que se pide por comprar un Ariya Nismo. La tarifa básica es de 57.931 euros, sin ofertas o promociones. En el mercado vemos opciones similares, como el Tesla Model Y, el CUPRA Tavascan o el más reciente XPeng G6 Performance que ya hemos probado, sin olvidarnos del Volkswagen ID.5 GTX y del Skoda Enyaq RS. Todos ellos pertenecen a una exclusiva y elitista saga deportiva que mezcla los conceptos de potencia, deportividad y electricidad. Generalmente no son conceptos baratos de encajar.
Prueba Nissan Ariya Nismo
Aunque parezca fácil elevar la potencia de un coche eléctrico, no es tan sencillo como a simple vista pueda parecer. De nada sirve elevar el ritmo si este no recibe el correspondiente tratamiento mecánico. Es decir, se modifica la configuración motriz. Nissan ha hecho cambios en el conjunto de la suspensión para así poder frente a la mayor potencia. Tiene muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras específicas para lograr un mayor control de los movimientos de la carrocería. El sistema de tracción total e-4ORCE tiene un ajuste específico para este modelo con el objetivo de que el coche sea más preciso.
A pesar de todos estos cambios no podemos imaginar que el Ariya Nismo es un Nismo puro. Es más potente, sí, va bien, también, pero no es un deportivo japonés en la más estricta de las definiciones. Ante todo es un SUV y nunca deja de serlo, pero me gusta el buen equilibrio que han logrado los ingenieros japoneses. Es cómodo y se comporta muy dignamente cuando la carretera se retuerce. Como todo buen eléctrico el centro de gravedad favorece la dinámica y el preciso paso por curva.
La respuesta es muy noble y bastante agradable. El confort de marcha no se ve comprometido, así que, como puedes imaginar, no es un coche extremo. Cuenta con la alegría típica de un coche eléctrico de alta potencia, pero nada más. El rendimiento sin ser extremo, es más que suficiente. Cuenta con mucha aceleración, tanto desde parado como en marcha. De hecho el 80 a 120 km/h lo hace en 2,4 segundos.
Los adelantamientos son juegos de niños. Un visto y no visto. El sistema e-4ORCE especialmente ajustado del Ariya NISMO puede maximizar el agarre mecánico al ajustar la potencia enviada a cada rueda 10.000 veces por segundo. Con una nueva distribución, el eje trasero tiene ventaja sobre el delantero (60:40). El reparto de pesos es prácticamente perfecto 51% en el eje delantero y 49% en el trasero. En este caso, Nissan ha sustituido el modo Sport por el programa Nismo.
Al activar el modo más extremo la respuesta cambia. Cambian la dirección y, sobre todo, la sensibilidad del acelerador. El pedal es mucho más reactivo a cada movimiento. La suspensión como no es ajustable no cambia, y de ahí que haya destacado su gran equilibrio. Por último, el modo Nismo activa un leve sonido artificial que responde a la velocidad y al tratamiento de acelerador. Es un zumbido muy sutil, no llega a ser molesto, ni tampoco despierta en tí la pasión por la conducción.
El mayor de los problemas es el consumo. El aumento de las prestaciones ha afectado significativamente al gasto y a la autonomía. Los datos aportados por Nissan son bastante certeros, aunque en autopista debemos considerar que la media se situará en torno a los 28 kWh/100 kilómetros. Una cifra muy alta que limita su rango de uso a poco más de los 350 kilómetros. Sinceramente, tampoco hay tanto cambio a nivel potencia como para disparar el consumo de esa manera. Es el sacrificio que hay que hacer.