Prueba Nissan Micra 0.9 IG-T 90 CV, sofisticación en la ciudad
Nos sentamos al volante del Nissan Micra para analizar el motor de gasolina más potente de la gama, el 0.9 IG-T de 90 CV ¿Merece la pena esta mecánica del juvenil utilitario japonés frente al diésel 1.5 dCi 90 CV?
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Publicado: 13/01/2018 09:00
Volvemos a ponernos al volante del Nissan Micra. La nueva generación del utilitario japonés se está haciendo un hueco en el segmento B por derecho propio y en esta ocasión he tenido oportunidad de conocer con más profundidad el Micra 0.9 IG-T, es decir, su versión de gasolina con 90 CV.
Hace pocos meses os detallamos la prueba del Micra 1.5 dCi 90 CV, la única versión con motor diésel disponible en la gama. A excepción del propulsor, la unidad que protagoniza este texto es exactamente igual que aquélla, incluyendo el acabado e incluso el tono exterior Azul Power, un color que le sienta muy bien aunque la mayoría de clientes de este modelo se decantan por el Negro Enigma. Así que las impresiones que obtuvimos entonces siguen siendo perfectamente válidas y trasladables a esta versión de gasolina.
Como es poco productivo volver a repetirlas aquí aprovecharé la ocasión para profundizar en algunas características del modelo japonés y, evidentemente, analizar este motor de gasolina que tiene un comportamiento claramente diferente al de gasóleo a pesar de ofrecer una potencia final idéntica.
Sin duda el nuevo Micra es un modelo que entra por los ojos gracias a un diseño atractivo y juvenil además de por la variedad de opciones de individualización. Mucha más personalidad y sofisticación que suponen una diferencia como de la noche al día respecto a la generación anterior, que se rindió a su aspecto puramente funcional cediendo al Nissan Juke todo el atrevimiento y descaro.
Por dentro se agradece la nota de color con la que se puede vestir el habitáculo, el diseño simple pero agradable y unos acabados muy acertados para esta categoría. Aunque el espacio es abundante en las plazas delanteras los asientos no son demasiado confortables para personas de estatura elevada porque tienen una banqueta y respaldo cortos y, además, carecen de regulación lumbar. Echando cuentas, el Micra tiene hasta 125 opciones de personalización diferentes.
En el equipamiento la dotación tecnológica es una de las bazas de este coche. El sistema multimedia es muy completo pero encuentro luces y sombras. La pantalla táctil de 7 pulgadas tiene poca calidad de imagen y además no se ve bien si el sol incide directamente en ella. Además, el equipo de audio Bose suena realmente bien pero la calidad de recepción de la radio no es buena.
En cuanto al motor, el Micra 0.9 IG-T supone la versión de gasolina más potente disponible. El modelo de acceso del utilitario de Nissan con el motor atmosférico 1.0G de 70 CV sólo es recomendable para un uso exclusivo en ciudad ya que fuera del entorno urbano sus prestaciones son pobres. Así pues, esta variante turbo 0.9 IG-T es mucho más polivalente que el nuevo 1.0G de 70 CV del Micra y sólo cuesta 550 euros más. La inversión merece la pena, ni te lo pienses.
Como es de esperar, en ciudad es donde el sofisticado Micra se siente como pez en el agua. La dirección tiene poco peso así que maniobra con mucha facilidad y sin esfuerzo, el buen ángulo de giro le concede moverse con agilidad por callejuelas y la buena visibilidad en todas direcciones permite controlar el entorno. Aptitudes que debe tener cualquier buen modelo urbanita.
Como decía antes, con los 90 CV de esta versión el urbanita japonés no sólo queda confinado a la ciudad sino que también puede moverse por carretera con soltura. El motor va tan bien que sorprende que tenga menos de un litro de capacidad aunque de vez en cuando hay que jugar con el impreciso cambio manual de cinco velocidades para mantenerse en la zona media del cuentarrevoluciones.
Si se le puede poner un borrón al motor 0.9 IG-T es que su entrega de potencia no es lineal por el retraso en la respuesta del turbo cuando se pisa el acelerador. Desde luego el gasolina no tiene el brío del diésel 1.5 dCi pero a favor sin duda está que es mucho más silencioso. El motor apenas se oye y es muy suave en todo momento, lo que marca una diferencia clara con el de gasóleo que resulta bastante menos refinado especialmente al ralentí.
Nissan podría haber jugado la baza de la comodidad apostando por unas suspensiones blandas, pero ha preferido elegir unos tarados de amortiguación con cierta firmeza. Es cierto que eso hace que las imperfecciones en carreteras con asfalto deteriorado lleguen al habitáculo pero no llega a ser incómodo y también gracias a eso el japonés muestra un gran aplomo y estabilidad en todas las situaciones. La sensación de seguridad que trasmite al volante compensa.
La deportividad no está reñida con el tamaño, como bien demuestran modelos de este segmento B como el Seat Ibiza, el Ford Fiesta o el Mazda2 pero el Micra no tiene mucha intención de brindar una experiencia de conducción emocionante. Se muestra práctico, sencillo y estiloso y nunca incita a ser conducido rápidamente.
El consumo de combustible del Micra 0.9 IG-T es muy contenido. Poniendo empeño en practicar una conducción eficiente he conseguido hacer varios trayectos con cifras por debajo de 5 l/100 km. El consumo medio al final de la prueba fue de 6,0 l/100 km con ritmos y recorridos muy variados. Un buen dato para el utilitario de Nissan, pero lejos de los 4,1 l/100 km que fue capaz de obtener el 1.5 dCi.
La diferencia de precio entre el gasolina y el diésel de igual potencia son 1.700 euros favorables para el primero. Esa ventaja económica inicial del gasolina no es tan nítida si tenemos en cuenta los consumos ya que gastando casi 2 l/100 km adicionales supondría que sólo harían falta recorrer unos 60.000 km para compensar el desembolso mayor de la frugal versión diésel.
Entonces ¿mejor en gasolina? El Nissan Micra es un utilitario con mucho estilo cargado de un amplio equipamiento de seguridad y confort. Su versión de gasolina 0.9 IG-T será la opción ideal para quienes quieran un utilitario polivalente en el que prioricen la suavidad de funcionamiento o hagan un kilometraje anual moderado.