Prueba Opel Corsa GSi, viajando al país de nunca jamás (con vídeo)
Cual Peter Pan, el Opel Corsa GSi no quiere ni envejecer él ni que envejezcas tú. Con apenas 150 caballos bajo el capó este pequeño utilitario deportivo dispone de mucha esencia a un precio contenido. Un coche de esos con los que hubiéramos soñado en nuestra juventud.
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Publicado: 04/09/2018 21:20
Cuando cumplí los 18 años quería hacer dos cosas, la primera era celebrarlo como Dios manda, y la segunda era sacarme el carnet para poder conducir cualquier cosa que cayera en mis manos. En aquellos tiempos mozos cualquier cosa valía, apenas un volante, un motor, unos asientos y cuatro ruedas que sirvieran para fardar delante de amigos, y sobre todo amigas.
Pero obviamente todos buscábamos esos coches que te catapultaran a un estatus diferente, buscábamos apellidos deportivos como GTI, VTS, RSi, y por supuesto también los GSi de Opel. Hoy, unos cuantos años más tarde he acudido a la presentación internacional de uno de esos coches por los cuales hubiera dado alguna extremidad en el pasado. Estoy hablando del nuevo Opel Corsa GSi.
A día de hoy sigue librándose una épica batalla en el terreno de los utilitarios deportivos. Por el camino han caído algunas unidades, pero otras se han sumado como el Fiesta ST, el Ibiza Cupra o el Clío RS, que sumados al Corsa GSi, al DS 3 Sport, al Abarth 595, el Peugeot 208 GTi al Volkswagen Polo GTi se convierten en las alternativas generalistas más atractivas. Todos presentan un precio de venta similar y una potencia que oscila entre los 145 y los 220 caballos. El Corsa GSi está en la parte baja de esa tabla, con un precio de salida de apenas 21.500 euros y con 150 caballos bajo el capó.
Sin embargo, ahora al igual que entonces, no importaba mucho el número de caballos que había bajo el capó, lo que importaba era la estética, la presencia. Antes no existía eso de los paquetes deportivos, las unidades más potentes apenas se diferenciaban de las menos potentes, pero ya no. A día de hoy contamos con estilos deportivos muy marcados sin importar el tamaño, como se puede ver en el Corsa GSi. ¡Imagínate ese diseño en un coche de los 90! Esas tomas de aire, esas nervaduras tan marcadas, y todos los detalles cromados y acabados en fibra de carbono. Hubiéramos sido los amos del mundo.
Pero aunque el carácter en el pasado no era tan marcado, había detalles que no podían faltar. El primero los emblemas, cuantos más, mejor. Si podíamos recubrir el coche entero de esos apellidos deportivos, lo hacíamos. Lo segundo es el alerón, imprescindible. También, cuanto más escandaloso mejor, daba igual si hacía algo o no, tenía que estar. Y por último los escapes. Uno bien, dos mejor, cuatro ya era de otro mundo. Y bien gordos eso sí. Como podéis ver todos estos elementos claves están en el nuevo Corsa GSi. Y que nunca falten.
Por último, y no menos importante, era el asunto del color y del tamaño de llantas. Los 90 fueron una época oscura, con tonos que apenas pasaban del negro, el blanco y el gris, raros eran los verdes y azules, aunque el rojo era sin lugar a dudas el más deseado. Hoy tenemos una paleta muy extensa, con una amplia oferta tanto en colores, como en diseños y tamaños de llantas. El Corsa GSi cuenta con juegos de 17 o 18 pulgadas de forma opcional. Estos últimos son los que montaba la unidad de pruebas y le sientan genial.
Como ya he dicho el estilo era clave, lo importante era aparentar, de puertas para dentro no era tan necesario hacerlo, o al menos no era prioritario, pero claro había detalles que gustaba tener, como unos buenos asientos deportivos. El Corsa GSi dispone de forma opcional de dos baquets Recaro muy bien presentados, cómodos y que recogen perfectamente el contorno del cuerpo sujetándolo en ese tramito de curvas que tanto apetece tomar. Pero hay más elementos que dan buena cuenta que este no es un Corsa cualquiera, como por ejemplo la palanca de cambios, el volante de cuero perforado y con la parte inferior achatada y los pedales de aluminio.
En todo lo demás estamos ante un Opel Corsa al uso, con la misma estructura y el mismo contenido de botones y tecnología, que es mucha más de la que podemos esperar en un coche de esta categoría y tamaño. La mayor parte de esa tecnología se dedica a mejorar la seguridad y la conectividad. Al tratarse del tope de gama, el GSi incorpora de serie muchos elementos que en otros acabados son opcionales. Cabe destacar la posibilidad de integrar el sistema Intellilink con pantalla táctil de siete pulgadas, y que a su vez equipa un navegador, el climatizador, faros bi-Xenon, esta impresionante tapicería de cuero que trae consigo los asientos Recaro, y el ya famoso Opel OnStar con conexión WiFi.
Tampoco vayamos a pensar que es el coche más espacioso del mercado. Opel apuesta por crecer tan solo la carrocería de tres puertas, algo que resulta especialmente raro dado que el mercado europeo cada vez apuesta menos por este tipo de configuración. El acceso a esa segunda fila es algo estrecho, al igual que las plazas en sí que están pensadas para dos adultos. Algo más de capacidad permite el maletero, con un volumen justo pero correcto de 280 litros, capaces de crecer hasta los 1.090 litros si abatimos esa segunda fila en una proporción 60:40.
Dónde más ha cambiado este nuevo Corsa GSi es en el motor. De hecho este cambio ha provocado la modificación del nombre, pues recordar que antes se apellidaba OPC. Debido a los nuevos ciclos de homologación y las normativas europeas en lo referente a contaminación han causado el cambio, haciendo que los OPC pasen a mejor vida. De un bloque de 1.6 litros de cuatro cilindros pasamos a un 1.4 litros turboalimentado con igual número de cilindros. Esto a su vez ha supuesto una pérdida de hasta 60 caballos con respecto al OPC Performance anterior, quedándose en unos más que justos 150 caballos.
Con estos datos encima de la mesa las primeras sensaciones no son buenas, pero ¿habrá conseguido Opel compensar la pérdida de rendimiento con una mejor conducción y unas mayores sensaciones? Pues para eso he viajado hasta la famosa Route des Cretes. Una serpenteante carretera de más de 80 kilómetros de largo creada por el ejército durante la Primera Guerra Mundial con el propósito estratégico de proporcionar logística y defensa del frente.
Prueba Opel Corsa GSi
No te voy a engañar, la pérdida de prestaciones y la pérdida de potencia se notan. Es irremediable porque al fin y al cabo estamos hablando de más de un 30% menos de potencia y eso se tiene que dejar notar. Sin embargo eso no significa que con la potencia que tenga no sea suficiente. 150 caballos en apenas 1.200 kilogramos dan mucho juego. ¿Podrían ser más como en el caso de la mayoría de sus rivales? Está claro que sí, pero en realidad el segmento se basa en sensaciones, y se consiguen muchas.
Él Corsa GSi es de esos coches que te transportan al pasado, que te sacan una sonrisa sin hacer mucho. Es de esos coches con los que te sientes un mejor conductor porque al fin y al cabo estáis tú y el coche, sin apenas interferencias. Apenas un poco de electrónica que tiene la desventaja de no poder desconectarse por completo, aunque en realidad apenas molesta ya que es el neumático el que hace la mayor parte del trabajo.
Me ha gustado mucho el motor a pesar de su no excesiva cilindrada. Estira mucho las revoluciones, hasta las 6.500 que es donde entramos en la zona roja del cuentarrevoluciones. Sin embargo se nota claramente que es entre las 3.000 y las 4.500 donde el motor tiene la fuerza gracias a la entrada del turbo. Es en ese rango donde encontramos el par máximo de 220 Nm.
Esto nos obliga a circular altitos de vueltas cuando queremos que el coche saque su lado más gamberro. En tal caso la caja de cambios también ayuda. Manual y con seis velocidades, el escalonamiento de las marchas está muy logrado, sabe aprovechar muy bien la justa potencia del motor y es el complemento perfecto del motor. Hace honor al dicho de que por mucho motor que tengas si no tienes una buena caja que lo aproveche Cada cambio se realiza de forma precisa, con recorridos cortos y con un tacto del embrague muy correcto y agradable. No lo acabarás odiando en un atasco, vamos.
Al haberse reducido la potencia y las prestaciones del coches, el Corsa GSi no dispone de un autoblocante delantero
En realidad todo el coche parece ser más de lo que realmente es. Las sensaciones que aporta son buenas. Una conducción agradable, muy sencilla y segura Gracias a unos buenos discos de freno. Tampoco hay molestos modos de conducción. Tan solo un botón ECO que en realidad tampoco se nota tanto. Con él desconectado no hay grandes diferencias, apenas una mayor sensibilidad en la respuesta del acelerador, pero nada más. Sencillez al poder, un volante, unos asientos, cuatro ruedas y un motor, como antaño.
Aunque la pérdida de rendimiento es notable, no todo iba a ser malo. El Corsa OPC no podía ser tachado como un coche cómodo, era desesperantemente duro. El Corsa GSi es diametralmente opuesto gracias a una suspensión de muelles de dureza selectiva que se ajustan perfectamente al conjunto del coche. El equilibrio no podría ser mejor, cómodo cuando tiene que serlo y a la vez tenso cuando aceleramos el ritmo. El compromiso entre ambos polos está muy trabajado y sin lugar a dudas es uno de los puntos fuertes del coche.
Asunto importante en el pasado era que no consumiera mucho, pues al fin y al cabo de qué servía un coche que nos arruinara. Por ese motivo el consumo es parte esencial de un coche de este estilo. Con este propósito Opel anuncia unos datos de consumos bastante contenidos para el Corsa GSi, indicando un gasto medio de 6,1 litros a los 100 kilómetros. Durante la prueba no dio lugar a conocer la veracidad de dichos datos, pero imagino que será como todo, dependerá de la conducción que realicemos.
Conclusiones
Creo firmemente que a día de hoy los chavales de 18, 19 o 20 años no son iguales a los de mi época. Ahora parecen estar más interesados en tener el móvil más caro del mercado en lugar de tener un coche. Por eso creo que este coche está más pensado en aquellos treintañeros o cuarentones, como el que escribe, que quieran un coche pequeño para el día a día y que en su momento no tuvieron ocasión de tener uno de esos con apellidos deportivos, además de poder disfrutar de un cochecito que te aporte ese toque juguetón al coger la típica rotonda camino de casa o esas cuatro curvas que te llevan a tu destino de fin de semana.
En esos términos cumple perfectamente a pesar de que el Corsa GSi no resulta tan impresionante como su antecesor OPC, sigue teniendo mucha esencia en un tamaño y un precio reducido. Sin lugar a dudas estos son sus principales puntos fuertes. Puede que por el camino se hayan quedado algunos caballos, o que tenga rivales con mucho más rendimiento, pero a fin de cuentas, cumple perfectamente con lo que se propone, ser un coche de diario práctico y divertido. Poco más se puede pedir. Solo le falta hacer crecer el pelo. Volviendo al país de nunca jamás.