Prueba Opel Crossland X 1.2 Turbo 130 CV, versatilidad en la ciudad (con vídeo)
El Crossland X es el SUV con el enfoque más urbano de la gama de Opel. No te pierdas nuestra vídeo prueba de la versión de gasolina más potente de este modelo con vocación familiar y una gran dosis de funcionalidad.
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Publicado: 09/07/2018 20:00
Si hay un segmento automovilístico que ha experimentado un boom en los últimos dos años ése es el de los todocaminos urbanos. Opel se lo ha tomado tan en serio que juega en esta categoría con dos modelos, el Mokka X y el Crossland X, que en realidad tienen enfoques muy diferentes. Esta vez nos subimos al más pequeño de ellos en su versión de gasolina más potente: el Opel Crossland X 1.2 Ecotec Turbo de 130 CV.
El Crossland ha apostado por una imagen juvenil y elegante a partes iguales, diferenciándose del aspecto más convencional del Opel Mokka X. Un diseño muy moderno en el que uno de los elementos más llamativos es el techo en color de contraste (blanco, negro o gris) rematado con una moldura cromada que divide ambas tonalidades. Es 6 cm más corto que un Mokka así que su carrocería se queda en 4,21 m de longitud, unas dimensiones realmente compactas.
Aunque comparte muchos elementos con el Peugeot 2008, el Crossland X toma la herencia del extinto Meriva y aquel carácter monovolumen se traslada en cierta manera aquí buscando una gran habitabilidad. Con este objetivo el portón tiene un diseño muy vertical y la línea del techo sólo muestra una leve caída hacia el final lo que permite aprovechar al máximo el espacio interior.
Lo primero que llama la atención en el habitáculo es la buena sensación de calidad que se percibe. No es un coche lujoso pero sí se nota bien hecho, con una acertada combinación de materiales que tiene un buen aspecto visual y buen tacto en las partes más expuestas y con una calidad algo inferior en las zonas menos visibles. Hay que recordar que este coche se fabrica en la factoría de Figueruelas (Zaragoza) y siendo made in Spain resulta más satisfactorio aún que esté tan bien hecho.
Espíritu de monovolumen
Al igual que ocurre por fuera, dentro del Opel Crossland X se ha buscado una atmósfera elegante y sin estridencias. Uno de los elementos más cuidados es el volante que presume de un diseño muy sugerente, unos botones bien integrados con un tacto agradable y costuras en contraste. Es algo importante porque es algo que vamos a ver mucho y tocar mucho.
Curiosamente tras este magnífico volante está el elemento que resulta menos atractivo, el cuadro de instrumentos. La parte funcional está bien porque da mucha información y de forma clara pero estéticamente la instrumentación se ve anticuada, es muy simple, anodina y da la sensación de que no concuerda demasiado con el resto del coche.
En contraste, el sistema multimedia Navi 5.0 IntelliLink está muy bien. Tiene una pantalla de 7 pulgadas así que no es muy grande pero da una gran calidad de imagen y una buena respuesta al tacto. Es bastante intuitivo de manejar y además resulta muy útil que tenga unos botones físicos en su parte inferior que hacen de accesos directos a las funciones más comunes.
Este sistema de infoentretenimiento es compatible con Android Auto y Apple CarPlay y tiene el servicio OnStar que entre otras cosas aporta incluye respuesta automática en caso de colisión, asistente de emergencia 24 horas y conectividad 4G a internet para varios dispositivos. Ojo porque OnStar dejará de estar disponible a partir del 31 de diciembre de 2020. Todavía queda pero conviene tenerlo en cuenta. Esto se debe a que OnStar es un servicio de General Motors y Opel ya no pertenece a GM, ahora forma parte del Grupo PSA (Peugeot Citroën) y por eso no va a poder seguir usando esos servicios en el futuro.
En las plazas delanteras se está muy cómodo porque los asientos recogen muy bien el cuerpo, son muy confortables e incluso según el acabado cuentan con certificación AGR que acredita su ergonomía. Hablando de ergonomía, se nota que Opel ha cuidado este aspecto ya que también resulta acertada la distribución de botones, repartidos con lógica por el habitáculo. La única excepción son los botones que se encuentran delante del cambio ya que la propia palanca estorba en ocasiones pero son funciones que se utilizan poco así que tampoco supone un gran problema.
Los asientos posteriores sorprenden por su espacio, sobre todo para las rodillas, y eso se debe a que la distancia entre ejes es muy grande (2,6 m) en relación a su tamaño permitiendo optimizar mejor la distribución interior. La altura libre es algo más limitada pero aun así pasajeros de hasta 1.80 m de estatura irán sin problemas. La anchura no permite que tres adultos viajen con desahogo pero plantearse un viaje corto es asumible porque la plaza central es razonablemente cómoda. Decía antes que este Crossland X es en cierto modo heredero del Meriva y que recogía esa herencia monovolumen y eso se aprecia, por ejemplo, en que la banqueta trasera se puede desplazar 15 cm, un detalle de modularidad poco frecuente en este segmento.
El Crossland X tiene un maletero de 410 litros, que resulta destacable en esta categoría. La forma es prácticamente rectangular así que se puede aprovechar muy bien su superficie y además cuenta con un par de perchas para sujetar bolsas y un práctico doble fondo para distribuir la carga. Desplazando la fila trasera de asientos su volumen aumenta hasta los 520 litros y abatiendo los asientos traseros se consiguen 810 litros obtenidos midiendo hasta el borde superior de los respaldos delanteros o hasta 1.255 litros midiendo la capacidad hasta el techo.
Versatilidad para el día a día
En el lanzamiento de este SUV os mostramos la prueba del Opel Crossland X 1.6 CDTi 120 CV y esta vez nos pasamos a la gasolina con el Crossland X 1.2 Ecotec Turbo que se ofrece con dos versiones de potencia: 110 CV y 130 CV. La diferencia de precio entre ambos es ínfima así que ni te lo pienses, elige el más potente. La gama también cuenta con un 1.2 MPFI atmosférico de 81 CV, una versión básica que también se puede configurar para que funcione con Autogás en el Crossland X GLP.
Se trata de un propulsor de tres cilindros por lo que muestra la sonoridad típica de este tipo de motores pero el ruido es muy contenido y apenas llega al habitáculo. Sí se deja notar más los ruidos aerodinámicos y de rodadura. Este motor inyección directa de combustible con turbocompresor y filtro de partículas de gasolina (GPF) ya cumple con la normativa de emisiones Euro 6d-TEMP que entrará en vigor a partir de septiembre de 2019. En la versión con 130 CV que hemos conducido homologa unas emisiones de CO2 de 117 g/km y un consumo medio de 5,1 l/100 km, aunque en la práctica estará ligeramente por encima de los 6 l/100 km si practicamos una conducción relajada.
La suspensión tiene un tarado confortable por lo que las oscilaciones de la carrocería son evidentes pero no exageradas así que en resumen es un coche poco ágil pero cómodo y muy fácil de conducir gracias a unas reacciones predecibles. El Crossland X está claramente orientado al confort sin ninguna vocación de animar a una conducción espirituosa.
Eso no quiere decir que no goce de buenas prestaciones, al contrario, su rendimiento le permite sacar provecho a su potencia. Como dato alcanza los 100 km/h desde parado en 9,9 segundos, que es un buen registro para un crossover de este segmento, y supera la barrera de los 200 km/h de velocidad máxima. Es un motor muy elástico que brinda un rango de utilización muy amplio puesto que la potencia máxima de 130 CV la da a 5.500 rpm y el par máximo de 230 Nm a sólo 1.750 rpm. De todos modos en momentos exigentes hay que jugar con el agradable cambio manual de seis velocidades porque es por encima de las 3.000 vueltas donde da lo mejor de sí.
La posición de conducción es elevada, con una buena visibilidad porque la superficie acristalada es muy grande y dominando bien en entorno como suele ser deseable en este tipo de coches. Ésa posición alta es una de las características que se suele buscar habitualmente en los SUV así como el confort que supone entrar o salir del coche desde un asiento elevado.
Opel ofrece una línea de accesorios para el Crossland X para un uso campero y su carrocería tiene un cierto aspecto todoterreno pero no es un modelo indicado para salirse del asfalto. Su altura libre al suelo mayor a la de un turismo permite circular por caminos sencillos y sin obstáculos sin preocuparnos de dañar la parte inferior de la carrocería pero sus capacidades offroad son nulas y de hecho sólo se ofrece con tracción delantera, no hay versiones de tracción total ni en opción. Es un coche muy enfocado al entorno urbano que es un territorio donde se encuentra muy a gusto.
El Opel Crossland X está a la venta desde 18.272 € pero si queremos hacernos con esta interesante versión de gasolina de 130 CV hay que desembolsar 20.092 €. Puede parecer una cantidad un poco elevada pero la marca del rayo ofrece actualmente diferentes promociones con las que es posible conseguir un descuento de unos 3.000 euros. Recuerda que el mejor precio lo encontrarás en la nueva app de motor.es que está disponible en Google Play Store. Aprovechando los descuentos el Crossland X presume de una relación calidad / precio mucho más interesante para uno de los SUV urbanos que tiene un enfoque más familiar.