Prueba Opel Mokka 1.6 CDTI 4x4. Motor, consumo y prestaciones
En un segmento donde la tracción delantera es mayoritaria, pocos modelos nos ofrecen tracción total con un nivel de potencia razonable. El motor 1.6 CDTI de 136 CV reemplazó al 1.7 CDTI de 131 CV, y produce un resultado redondo.
8 min. lectura
Publicado: 29/12/2015 15:00
La gama Opel Mokka consta en nuestro país de un motor diésel, con 136 CV. Su equivalente directo es el 1.4 Turbo de 140 CV, que se ofrece tanto en gasolina como en gasolina/GLP. En otros países, como Alemania, se ofrece un 1.6 gasolina atmosférico que resulta dinámicamente muy justito, y el 1.6 CDTI capado a 110 CV.
El 1.6 CDTI ya lo he probado en varios coches, y es de lo mejor que ha sacado Opel en motores diésel en una temporada. Resulta ser austero, muy suave, silencioso y poco necesitado de cambios de marcha frecuentes. No he probado el Mokka 1.4 Turbo, pero sí el Trax, por lo que podré compararlos con mucha fidelidad.
Según versión, el 1.6 CDTI homologa 4,1 a 5,1 l/100 km de gasóleo, ya que puede ser manual y automático de tracción delantera, o manual con tracción total. La ficha técnica asegura que solo hay 0,4 l/100 km de diferencia al usar tracción total, el incremento de peso apenas supera los 60 kilos.
Según el fabricante, en condiciones normales el Mokka 4x4 funciona como un tracción delantera (100/0), pero cuando patina el eje anterior, se pasa fuerza al posterior a partes iguales (50/50). El conductor no puede intervenir en dicho reparto, siempre es automático.
El sistema de tracción total está fundamentalmente enfocado a la carretera y a lidiar con condiciones de baja adherencia, como lluvia o nieve de poco espesor. No obstante, también puede ser útil en conducción deportiva, se puede salir de casi cualquier curva con el pie pisado a fondo sin que el coche se quiera salir por su tangente. Con tracción delantera, haciendo lo mismo, subviraría.
Balancea poco, no transmite falta de confianza
Se puede desconectar el control de tracción, o insistiendo en el botón, el control de estabilidad por completo. En esas condiciones el coche revela la eficacia del sistema 4x4, que aguanta varias diabluras. Se nota que el coche apoya mucho de delante, porque las ruedas delanteras acusan el desgaste rápidamente. No invita a correr, pero no protesta mucho en los primeros compases. Siempre lo vamos a notar un poco pesado.
En cuanto a consumos, no es que gaste un poco menos que el gasolina, es que gasta mucho menos. El depósito de 53 litros me ha durado casi 400 kilómetros más con el 1.6 CDTI, siendo muy fácil llegar a la frontera de los 1.000 kilómetros por tanque. Mi consumo fue de 5,3 l/100 km, pero también os digo que los conductores anteriores hicieron medias superiores a 7 l/100 km, lo que gasta el gasolina en manos tranquilas.
Por lo tanto, el motor de gasolina resulta absurdo (poco más de 1.000 euros de diferencia) a menos que sea la versión de GLP, ahí el diésel no gana con tanta ventaja, y pasa a tener un coste por kilómetro muy similar, o superior. En prestaciones el gasolina es un poco mas rápido acelerando, pero pierde en recuperaciones. Además, hay que cambiar de marcha más a menudo en el 1.4 Turbo.
El diésel tiene marchas largas, sí, pero las digiere perfectamente y la sexta aguanta de todo en autovía. La sensación de aceleración nunca es apabullante por la suavidad al entregar la potencia. En cuanto al ruido, solo es mínimamente molesto arrancando en frío, o estrujándolo por encima de las 4.000 RPM. Al trote es mucho más comedido, y en algunas circunstancias diría que más silencioso que el gasolina.
¿Fuera de carretera, qué?
Como dije en la primera parte, el punto débil de este coche son sus ángulos, el Antara puede moverse con más soltura. La ventaja del Mokka sobre competidores de tracción delantera no es la altura libre, ni los ángulos, es la motricidad. Por lo tanto, pide pistas con pocos baches y nada de zanjas, o las arrastrará con el labio frontal. Como suele ser habitual en este segmento, las ruedas son 100% para carretera.
Si las condiciones son resbaladizas, el Mokka sale muy beneficiado
Por otra parte, los bajos no están protegidos en ningún sentido, ni siquiera el vano motor está a prueba de salpicaduras de agua o barro, así que hay que tomárselo con calma. La segunda marcha puede ser demasiado larga para ir por una pista con confort, prefiere ir más despacio.
Tiene una interesante ayuda, el asistente de descensos, que evita que el coche se embale bajando rampas a baja velocidad. Oiremos ruido en los frenos, pero no habremos roto nada. La velocidad de caída es ajustable. También nos ayuda al arranque cuesta arriba, los conductores menos hábiles sabrán agradecerlo. Y llegados a este punto, no hay nada más que contar.
Una conducción agradable en el día a día
Salvo que se ataquen curvas un poco rápido o se apure una frenada fuerte, que es cuando lo vamos a notar más pesado, el Mokka puede pasar por un turismo normal. De hecho, pesa menos que el Astra de la generación anterior, y el consumo es prácticamente el mismo por la desventaja aerodinámica y la tracción total. Poco que criticarle por este lado.
Al igual que me pasó con el Trax, no reparé en que la suspensión trasera es de barra de torsión, incluso en el 4x4, y no me quejo en ese sentido. El coche se comporta bien, es precedible a nada que se le conozca, y en viajes largos aísla a los pasajeros de mucho de lo que sucede bajo las ruedas. A los que aprecien la conducción al estilo SUV, no van a quedar decepcionados.
Como siempre, se agradecen las ayudas que proporciona la cámara del Opel Eye. Dificulta salirnos de un carril sin querer, recuerda los límites de velocidad por señal, quita/pone las luces largas, avisa de colisión frontal inminente y de la distancia de seguridad, etc. Conducir de noche con los faros AFL Plus direccionales, que son de xenón, es muy gratificante, y pocos rivales son competitivos en ese sentido.
Continuará...