PruebaPeugeot 208 GTi, conclusiones (IV)
Ponemos el punto y final a la prueba del mítico Peugeot con siglas GTi. Destaca por su imagen y uso para el día a día. No obstante, nadie es perfecto y hay detalles que podrían mejorarse para que este coche se convierta en el utilitario definitivo, que a día de hoy tiene mucha competencia.
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Publicado: 08/03/2014 09:23
Arrancábamos con un buen sabor de boca la prueba del Peugeot 208 GTi aunque se debe plantear un tema: la deportividad. No es el GTi del segmento B que más sensaciones pueda ofrecer y su buen equilibrio en ciudad hablan de un coche que busca la polivalencia en vez de la radicalidad, cosa que por ejemplo no pasa tanto en el Renault Clio RS.
Ahora bien. Cuando un cliente compra un GTi, ¿qué busca? Pues depende de si este supuesto GTi se va a utilizar como coche de batalla o como segundo vehículo. Peugeot ha pensado más bien en los clientes que quieren usar su 208 GTi a diario y que de vez en cuando se quieren dar un homenaje a base de curvas.
¿Es digno de llevar las siglas GTi? Considero que no decepciona pero le falta una vuelta de hoja para ser el utilitario definitivo que si bien no está mal, hay detalles que no deben pasar por alto, como un cambio más directo o una sensación en curvas mejorable. Y eso que tiene un propulsor que parece salido de un cohete.
Sin embargo, su imagen impone y si te cruzas uno por la carretera vas a saber que no es un Peugeot 208 convencional y lo consigue sin ser muy exagerado en cuanto a paragolpes o tubos de escape.
Por otra parte, existe una alternativa deportiva dentro de la casa que es el Peugeot RCZ, más caro y con un concepto diferente pero con un chasis equilibrado y un tacto directo del cambio. Si pudiera coger lo mejor de éste y llevarlo al Peugeot 208, sería el coche del segmento B definitivo.
No obstante, cada detalle sigue teniendo una esencia Peugeot muy notable y esto me gusta, porque si fuiste un afortunado de montar en el mítico Peugeot 205 GTi, vas a encontrar parte de esa esencia más de 15 años después.
A destacar -Imagen agresiva y discreta
-Asientos deportivos
-Propulsor enérgico
A mejorar
-Palanca de cambios poco directa
-Transmite desconfianza algo pronto en curvas
-Un punto mayor de radicalidad
El equipamiento de serie y opcional se puede consultar aquí.
¡Vuelve a leer nuestra prueba!
Peugeot 208 GTi, introducción (I)