Prueba Porsche 911 Targa 4S

Es el 911 más sexy: probamos el nuevo Porsche 911 Targa, un deportivo cuyo techo le aporta una personalidad inconfundible. Disfrutamos de la versión 4S con motor bóxer sobrealimentado de seis cilindros y 420 CV ¡Todo un juguete con encanto!

Prueba Porsche 911 Targa 4S

14 min. lectura

Publicado: 23/05/2017 10:00

El color Azul Zafiro le sienta muy bien, pero añade 1.344 euros a la factura

¿Quizá sea el nueveonce más atractivo del momento? De lo que no hay duda es que el Porsche 911 Targa tiene un encanto especial. Es exótico, tiene una silueta inconfundible y presume de un aire retro debido a que el primer 911 Targa nació en 1965, deslumbrando al mundo en el Salón de Frankfurt de aquel año con una llamativa carrocería bautizada en honor a la carrera Targa Florio que el fabricante alemán ha conquistado en numerosas ocasiones.

A diferencia de descapotables como el Porsche 911 Cabriolet, la carrocería targa mantiene fijo el pilar B que sirve como barra antivuelco y la parte extraíble es la zona de techo entre los montantes A y B. El deportivo de Stuttgart demuestra una mayor personalidad con una luneta trasera envolvente que prescinde del pilar C. Para rematar el montante central se viste de aluminio contrastando con el color de la carrocería. Sencillamente precioso.

El mecanismo eléctrico que permite la apertura del techo es una obra de arte en sí misma y supone un espectáculo hipnótico que dura 20 segundos y que atrapa todas las miradas. La luneta se levanta completamente, dos elementos de magnesio tensan la capota de tela y la sección de lona se desliza por debajo del cristal quedando integrado detrás de los asientos traseros. Quizá por su peso la maniobra es más brusca y ruidosa de lo deseable, sí, pero la exhibición visual es innegable.

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La capota se puede operar a distancia mediante la llave del coche

Estilo propio e inconfundible

El habitáculo es similar al que encontramos en otras versiones del Porsche 911 y eso es una buena noticia porque la atmósfera es muy deportiva, elegante, con acabados exquisitos y detalles de aluminio. La instrumentación con cinco esferas sigue la tradición y el sistema multimedia Porsche Communication Management (PCM) con pantalla táctil de 7 pulgadas adopta una nueva interfaz más intuitiva y moderna que la anterior.

Las plazas delanteras son muy amplias y realmente confortables, en ambos casos sentados muy bajos y en una posición deportiva. El Targa alemán tiene incluso un cierto punto de practicidad teniendo en cuenta los estándares de los deportivos. Ha habido pocos coches con carrocería targa en el mercado en los últimos años y casi todos ellos son estrictos biplazas. Porsche ha mantenido las cuatro plazas, si bien es cierto que los exiguos asientos traseros son sólo para niños.

Es innegable que la funcionalidad más habitual de las plazas traseras será la de colocar bolsos, mochilas y otros objetos. Frente a los 911 Coupé y Cabriolet, este modelo no sólo dispone del habitual maletero frontal de 125 litros, más aprovechable de lo que parece y totalmente revestido con materiales resistentes a los arañazos, sino que también suma un espacio de carga bajo la cúpula donde podemos dejar una maleta de cabina. Lo dicho, este coche es más práctico de lo que parece.

El habitáculo está muy bien resuelto por calidad, comodidad, espacio y diseño

Por supuesto, el 911 Targa guarda muchos elementos en común con el 911 Carrera 4 Cabriolet. A priori es difícil decidirse entre el targa y el cabrio y el precio no va a desequilibrar la balanza. El 911 Targa cuesta exactamente lo mismo que el 911 Cabriolet equivalente. Esto pone en un coste de partida de 136.612 euros para el 911 Targa 4, una tarifa elevada que aún crece más en el caso de la versión Targa 4S que llega a los 152.766 euros.

Si este modelo está al alcance de pocas economías, echar mano de la lista de elementos opcionales supone que el importe crezca rápidamente. La bellísima pintura Azul Zafiro metalizado que exhibe la carrocería de esta unidad de pruebas cuesta 1.344 euros y a nuestra disposición hay diferentes juegos de llantas de 20 pulgadas donde las Carrera Classic que monta esta unidad cuestan 1.629 euros. En ambos casos son una buena inversión estética.

A partir de 90 km/h, el ruido del aire resulta muy molesto si vamos descapotados

Para aumentar la practicidad conviene añadir los faros LED dinámicos (PDLS+) por 2.959 euros adicionales, el acceso y arranque sin llaves por otros 1.249 euros más, los asientos deportivos son sólo 916 euros pero si le sumamos los ajustes eléctricos en 18 posiciones la cifra se dispara a 4.127 euros, los sensores de aparcamiento y cámara trasera son 1.154 euros adicionales, el control de velocidad adaptativo por 2.511 euros y el sistema neumático de elevación del eje delantero suma 2.579 euros.

No hay que olvidarse de escoger el sistema de escape deportivo que vale 2.973 euros o el paquete Sport Chrono por 2.050 euros más, entre otras chucherías. La lista de extras es amplísima y lo querrás casi todo así que antes de que te des cuenta es posible que tu configuración ideal haya superado la barrera de los 200.000 euros ¿Acaso pensabas que tener uno de los Porsche más fascinantes de los últimos años sería barato?

Potencia, desde luego, no le falta: el motor bóxer sobrealimentado de seis cilindros y 3,0 litros del 911 Targa 4S entrega 420 CV, con un par máximo de 500 Nm, y permite que esta bella creación de Stuttgart supere la barrera de los 300 km/h. Esta versión se sitúa en gama entre el Targa 4 (370 CV) y el Targa 4 GTS (450 CV) y quizá por ser la opción intermedia me parece la más acertada.

Prestaciones delirantes con el techo puesto

Mis impresiones dinámicas se pueden resumir rápidamente: es todo un 911. El modelo no puede negar su ADN mostrándose como uno de los deportivos más efectivos y excitantes del momento por su agilidad, asombrosa estabilidad, aplomo, dirección con precisión quirúrgica y un cambio sencillamente perfecto.

Prestaciones contundentes, como no podía ser de otra manera

Porsche Doppelkupplungsgetriebe (PDK) es el nombre del mejor cambio automático del mercado y es la elección obligada en este Targa 4S. La caja PDK de 7 velocidades es tan rápida y tan suave que ni por un momento echarás de menos la caja manual, te lo aseguro. Además permite la navegación a vela aunque las soluciones de eficiencia del Targa 4S no terminan aquí.

Entre otras medidas que benefician el consumo, destacan las tomas de aire activas en el frontal, inspiradas en el salvaje Porsche 918 Spyder, con unas tapas que automáticamente se abren para proporcionar una refrigeración óptima del motor o se cierran durante la marcha para reducir la resistencia aerodinámica.

El consumo se sitúa entre los 9 y los 11 l/100 km, rango en el que se mueve dependiendo de las alegrías que nos demos extrayendo el rendimiento del motor bóxer. Obviamente no es un modelo económico de mantener, pero es un consumo bajo teniendo en cuenta el tipo de coche y la potencia de su motor.

Interior sobrio y deportivo, como todos los 911

Otra muestra de su versatilidad asombrosa para un sensacional deportivo la encuentro en el sistema elevador del eje delantero opcional. Con sólo pulsar un botón en la consola el morro del coche sube 40 mm y se mantiene así hasta que vuelves a pulsar el botón o hasta que se supera una velocidad aproximada de 35 km/h, útil para sortear bordillos, rampas y entradas a garajes. De esta manera es posible aparcar donde quieras, aprovechando además que las dimensiones del 911 Targa son muy razonables con 4.499 mm de longitud, 1.852 mm de anchura y 1.293 mm de altura.

Con el techo puesto se tienen las mismas sensaciones que en el 911 Coupé. Con el techo quitado estando más protegidos del aire que en el Porsche 911 con carrocería cabrio siempre que circulemos a baja velocidad. Las cosas cambian a partir de unos 90 km/h: las turbulencias y el ruido del aire crecen hasta el punto de resultar incómodas debido al efecto que provoca el aire que choca contra la luneta trasera. Para ir descapotados por autopista el 911 Cabriolet es mejor opción.

La tracción es excelente y el paso por curva puede realizarse a un ritmo endiablado, incluso circulando en asfalto roto. La magia se esconde detrás de varios sistemas otorgan al 911 Targa un comportamiento noble al entrar en cada giro, una transferencia de pesos equilibrada y una impresionante agilidad sin perder ni un ápice de diversión al volante.

La denominación Targa nació hace medio siglo

El más evidente es el sistema de tracción total activa Porsche Traction Management (PTM). Las versiones Targa siempre están vinculadas necesariamente a la tracción integral, que emplea un embrague multidisco de gestión electrónica que envía la fuerza motriz al eje delantero cuando las traseras pierden agarre.

Además también tenemos la ayuda del Porsche Torque Vectoring Plus (PTV Plus) que interviene sobre los frenos de las ruedas traseras y el bloqueo de diferencial del eje trasero para aportar un impulso de giro adicional en la dirección deseada. ¿Más? El Porsche Active Suspension Management (PASM), un reglaje electrónico de la dureza del sistema de amortiguación, pone la guinda.

Todos estos sistemas hacen que sientas vértigo enlazando curvas a un ritmo frenético. Por el peso adicional de la estructura del techo el 911 Targa no es dinámicamente tan bueno como el Porsche 911 Coupé, cierto, pero las diferencias son tan pequeñas que apenas son perceptibles sin echar el ojo al cronómetro.

El selector de modos de conducción está en el volante y es todo un acierto

Con el paquete Sport Chrono opcional es posible cambiar los reglajes de chasis, motor y caja de cambios para buscar el lado más prestacional (incluyendo una función Launch Control) o decantarnos por el confort. El mando selector de cada uno de los modos está situado en el volante, una ubicación magnífica para jugar con él, y en el centro de éste el botón que desata la furia y corta la respiración al activar la función Sport Response: el 911 ofrece su máxima potencia y capacidad de respuesta durante 20 segundos. Esa rabia, por ejemplo, hace posible que este bellísimo Porsche pase de 0 a 160 km/h en 8,4 fulminantes segundos.

¿Cómo mejorar la experiencia de conducción? Poniéndole melodía. Para ello nada mejor que el sistema de escape deportivo opcional con dos catalizadores y un silenciador final que desembocan en dos salidas de escape centrales capaces de provocar una resonancia emocionante e intensa.

El Porsche 911 Targa está a medio camino entre el Coupé y el Cabriolet. Con un sobreprecio de 14.932 euros es mucho más costoso que el 911 Coupé pero también mucho más especial y atractivo sin prácticamente merma en sus capacidades dinámicas. Con respecto al Cabriolet la decisión es más difícil, aunque el Targa sigue presumiendo de una mayor exclusividad. Y tú ¿con cuál te quedarías?

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