PruebaPrueba Porsche Boxster GTS (II): Diseño y habitabilidad
Año tras año, cambio tras cambio, el Boxster ha sido un espejo de la evolución sufrida por el 911. Esta última lleva con nosotros desde el 2013. Personalmente es la que más me gusta de todas las que ha habido. Al igual que el interior, que sin ser muy grande es suficiente para la diversión que promete.
11 min. lectura
Publicado: 23/01/2015 10:15
Harm Lagaay fue el encargado de diseñar el Boxster original. Siendo sincero yo fui uno de aquellos que criticaron la llegada del pequeño 911. Justamente coincidió con la generación 996, la que para mí y para muchos es la peor de todos los 911 que ha habido. Eso fue un factor determinante para declararle mi odio al Boxster. Sin embargo los alemanes recuperaron la senda original del diseño, consiguiendo con ello mi más absoluta devoción.
A día de hoy el diseño de los Porche es tan equilibrado que cuesta imaginarse una línea que no sea esa. La principal ventaja que presenta el Boxster frente a muchos modelos de la competencia es que trae de serie esa imagen, tan inconfundible como la propia marca. Ese factor que puede parecer insignificante es determinante. Quizás sus mayores rivales en el aspecto estético sean el Jaguar F-Type y el Alfa Romeo 4C.
DISEÑO
De principio a fin el Boxster es un coche que no presenta excesivas estridencias en su diseño. Es más bien sencillo y sobrio, pero dentro de esa sobriedad sabe sacar provecho a años de experiencia en el diseño de deportivos. La principal característica que presenta el GTS frente a sus hermanos de gama es el hecho que este cuenta de serie con una serie de añadidos estéticos en color negro, como los protectores de las parrillas delanteras o las tomas de aire laterales.
No te pierdas nuestra galería de fotos del Porsche Boxster GTS, más de 50 fotos con todo lujo de detalles:
En la parte frontal nos encontramos con un morro que sin ser exactamente igual, es muy parecido al del 911. Salvo que en el caso del Boxster los faros son más rectangulares, los esféricos quedan reservados única y exclusivamente para el 911, ni el 918 de casi un millón de euros los tiene, de hecho el Boxster los toma prestados de este último. Las parrillas delanteras son tres, de gran tamaño y posicionadas muy abajo, se encargan de tomar todo el aire necesario y redirigirlo al motor que se encuentra en una posición central. Y este es el frontal, tan simple como eso.
Su diseño, aunque no es especialmente llamativo, consige atraer la mirada de todo aquel que se cruce en su camino
La parte lateral es exactamente igual que el resto de la familia Boxster. Solo una nervadura muy marcada recorre el lateral. En este espacio llama poderosamente la atención el conjunto de llantas. Son de 20 pulgadas, y no forman parte del equipamiento de serie del Boxster GTS, hay que pagar 1.222 euros por ellas. En el espacio del habitáculo hay que resaltar los arcos antivuelco, que en este caso iban en negro, y la capota retráctil. Tan solo tarda 9 segundos en realizar la operación, logrando recogerse de manera perfecta en el pequeño hueco que tiene para ello justo detrás de los asientos.
La parte trasera es la más llamativa sin lugar a dudas. Es la sección que menos variaciones ha tenido con el paso del tiempo, solo la primera generación presentaba un aspecto muy diferente. La tercera luz de freno sigue estando presente en la tapa del maletero trasero y del motor. Un alerón retráctil recorre el espacio entre los faros, que han cambiado en esta última generación, para tomar un aspecto más limpio. Por último el difusor, que aún no siendo especialmente escandaloso, es lo suficientemente generoso para albergar la doble salida de escape central.
En general el Boxster es capaz de presentar un aspecto bastante deportivo en un tamaño muy reducido 4,04 metros de largo 1,8 de ancho y apenas 1,2 metros de alto. Repito que es un coche sin estridencias, presenta un aspecto muy limpio y elegante. Sutil pero que deja bien claro que está hecho por una firma que sabe lo que se hace, y que su propósito es correr, simplemente eso. Como repito habrá otros más bonitos, no lo dudo, pero de verdad que el Boxster es un buen espejo donde mirarse, me refiero a la competencia claro.
HABITABILIDAD
Si abandonamos el exterior y nos adentramos en el habitáculo, lo primero que notamos es que aunque no lo parezca desde fuera, vamos sentados muy bajos. Los asientos de nuestro coche de pruebas eran los de serie, me han sorprendido lo cómodos que pueden llegar a ser, encontrando fácilmente la postura de conducción, eso sí, mediante reglajes manuales, las opciones electrónicas se reservan a equipamientos más altos. El volante, del que ya te hable en la primera parte de la prueba, es muy simple, pero ahí es donde reside el verdadero secreto.
No nos vamos a engañar, aunque es válido para todos los días, no es la manera más práctica de moverse por la ciudad
El cuadro de instrumentos está tomado del 911. Tres esferas nos dan la bienvenida al girar la llave del contacto. La más grande es la central que muestra de forma incansable la variación de las revoluciones, es una maravilla ver cómo sube y cómo baja el indicador. La de la izquierda indica la velocidad y el odómetro. La derecha es una pantalla LCD que varía en función de los intereses del piloto. Es capaz de mostrar el navegador, la información de la ruta, consumos, tiempos de vuelta, e incluso las fuerzas G que actúan sobre el coche.
Al tener espacio para solo dos ocupantes, no es que sobre el espacio, es un habitáculo un poco angosto. Aunque sin llegar a dar claustrofobia, sí que puede agobiar, pero para eso está la capota. Lo bueno de esto es que todo queda a mano del conductor. La consola central sigue presentando demasiados botones para mi gusto. Está dominada por la pantalla táctil que arroja una grandísima cantidad de información, desde los tiempos por vuelta, al navegador, todo tiene cabida en él.
El túnel central también presenta una gran cantidad de botones, pero a diferencia de los otros, estos están centrados principalmente en variar el aspecto mecánico y dinámico del coche. Los modos Sport y Sport Plus se accionan desde esta consola, al igual que el escape activo (altamente adictivo) y el mecanismo de la capota. Por cierto no debe preocuparte el viento a la hora de conducir con la lona quitada, ya que el ángulo del parabrisas y la rejilla entre los arcos de seguridad impiden que afecte mucho, pudiendo circular a altas velocidades de forma sorprendentemente cómoda.
El interior es típico de la marca, lo puedes comprobar en el resto de pruebas que hemos hecho a modelos de Porsche
Aunque puedas pensar lo contrario, Porsche diseña todos sus coches para que sean capaces de presentar una practicidad para el día a día. El GTS aún siendo el más rudo de todos los Boxster, también presenta esta característica. Cuenta con dos maleteros, uno delantero y otro trasero, ninguno de los dos son representan el paradigma del espacio, pero para una pareja y un fin de semana hay espacio más que de sobra. El delantero es más grande, pero el trasero presenta una forma más rectangular, 150 y 130 litros respectivamente. Vamos, lo mismo que un MINI de cinco puertas.
Esto es todo lo que corresponde al diseño y la habitabilidad del Porsche Boxster GTS. Por fuera presenta un estilo inconfundiblemente Porsche, al igual que por dentro. En ningún punto de su estructura encontrarás algo realmente llamativo, no está diseñado para atraer las miradas en cuanto a diseño, aunque lo hace, está pensado en atraer los sueños más profundos de todo amante de los coches, y eso se consigue con una conducción soberbia y un rugido que provoca una gran adicción. Pero de esto ya hablaremos en la última parte de la prueba. Nos vemos.