PruebaPrueba Porsche Boxster GTS (III): Dinámica, conclusiones y valoraciones
En esta última parte de la prueba del Porsche Boxster GTS os hablaré detenidamente del principal objetivo para el que ha sido creado, la conducción. Olvídate el diseño, del equipamiento o del espacio, son las sensaciones que arroja lo que más enamora de este coche, un verdadero placer para todos los sentidos.
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Publicado: 24/01/2015 09:00
En 1964 Porsche lanzó el que hasta la fecha es su modelo más reconocido, el 911. Desde ese preciso instante la fama alcanzada por la marca alemana ha sido mundial. Sin embargo en muchas ocasiones ha supuesto un desvanecimiento de los propósitos iniciales de Ferdinand y Ferry Porsche, crear modelos con un ADN competitivo supremo además de presentar unas cualidades para el día a día como cualquier otro utilitario.
La cuestión es que muchas veces ha sido así, de hecho sigue siéndolo. Ha habido momentos en los que la imagen Porsche estaba más asociada con una vida ostentosa y refinada que con un carácter deportivo y pasional. Los yupis y los agentes de bolsa de la década de los 80 hicieron mucho daño a esta imagen. Lo más habitual desde entonces es verlos aparcados en grandes campos de golf o en reuniones adineradas, muy lejos del terreno natural de un Porsche, la carretera.
Aunque en cierta manera esto sigue pasando, los directivos de la firma han querido retomar la esencia original. Por ello en los últimos tiempos vemos que se están lanzando a la creación de modelos para verdaderos amantes de los coches. La rama GTS es la principal precursora de ello, al igual que el 911 Turbo S o el RS GT3, pero esos son casos aparte. Actualmente vemos que los GTS han llegado a casi todos los modelos, Boxster, Cayman, 911 y Cayenne. Pero es en los dos primeros casos son donde realmente se nota el cambio.
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Fotos Porsche Boxster GTS
Tanto el Boxster, como el Cayman, estrenaron esta denominación hace apenas 10 meses. Desde entonces no ha habido más que elogios para ambos, a los cuales yo me sumo. No dudo que Mercedes, Jaguar o Audi no tengan productos de calidad, o componentes de alto rendimiento, pero sintiéndolo mucho no son capaces de dar ese toque visceral que solo Porsche es capaz de conseguir, al igual que BMW. Es en los reglajes, en los pequeños detalles donde se marca la diferencia.
Ponerse a los mandos de un Boxster GTS es una de las mejores experiencias que hay. Sí, puede que los haya mucho más potentes, pero es su equilibrio el que realmente se hace notar. Son 330 CV y 370 Nm exprimidos de un motor bóxer con seis cilindros. Mientras que muchas otras compañías optan por los turbos, Porsche prescinde de ellos en el GTS, es acelerar y salir, nada de retrasos en la entrega de la potencia. Es una configuración clásica que cada vez se nos permite menos ver.
Toda esa potencia, que tampoco es excesiva, se transmite a las ruedas traseras a través de una caja de cambios automática de siete velocidades PDK (de serie es manual). No hace falta que os diga las glorias y maravillas de esta transmisión, es rápida, es efectiva y es la mejor que hay ahora mismo en el mercado. Da una tremenda alegría ver cómo sube marchas, pero sobre todo cómo las baja. El cuentarrevoluciones parece sufrir ataques de nervios cuando pulsas las levas.
El cambio PDK cuesta 3.944 euros, pero es la mejor opción posible. El cambio es realmente notable, tanto en dinámica como en ahorro de combustible
En cuanto a la hora de afrontar un tramo de curvas, el Boxster GTS es tremendamente permisivo. Te permite tomarte muchas licencias, haciéndote parecer mejor conductor de lo que eres. Arroja una sensación de confianza brutal. La configuración de las suspensiones permite tener controlado en todo momento la trazada. La dirección también ayuda, esperaba un poco más de transmisión por su parte, pero es algo de lo que pecan últimamente demasiados coches. Una vez te sientes realmente compenetrado con el coche, basta desconectar el control de tracción para sacar a pasear la trasera. Lo hace con relativa facilidad, la misma que permite mantenerlo controlado gracias a ligeros toques del acelerador.
A todas estas sensaciones hay que sumarle el hecho de ser descapotable. Puede parecer una chorrada, pero realmente las sensaciones se incrementan si corremos la capota. Sentir el aire a tu alrededor te permite experimentar en mayor medida todos los movimientos del coche. Por cierto, para ser un descapotable, no hay balanceo de la carrocería. Además te permitirá oír con mejor claridad el tremendo rugido que surge de su doble salida de escape.
No sé muy bien como describirlo, porque atronador se queda corto. Es brutal acelerar al máximo y soltar repentinamente el pedal, surge un gorgoteo visceral que sí no te saca una sonrisa en la cara es porque no tienes sentimientos. Su rugido es tan alto que seguramente lo oigas antes de verlo, al igual que seguirás oyéndolo mucho tiempo después de que te pase. Ciertamente es un sonido falso, muy trucado, pero oye, ya me gustaría a mí que todas las cosas falsas fueran igual de divertidas. Aquí te dejo la prueba de ello.
El sonido se puede esconder fácilmente. Solo hay que realizar una conducción normal para camuflarlo. El modo Sport Plus, o la entrada en funcionamiento de los escapes activos serán la única manera de sacar a pasear toda la bravuconería que esconde el motor. Pero no pienses que en modo normal el coche es silencioso, ni mucho menos. Mucha gente se girará al verte pasar, si bien porque te han visto, lo harán porque te han oído.
A pesar de que la conducción es sublime, que el sonido es espectacular, y que las sensaciones son fenomenales, tengo que decir que lo que más me ha sorprendido es el consumo. Vale, no es la cifra que todo el mundo mira en este tipo de coches, pero sí lo haces realmente te vas a llevar una sorpresa. ¿Me creeríais si os digo que en un recorrido de 250 kilómetros por autopista, circulando a velocidades legales, el Boxster GTS se ha conformado con solo 7,6 litros de media? Sí no me crees, mal por ti, porque es así. Obviamente ayudan las tecnologías de ahorro de última generación, Start-Stop y conducción a vela.
Ficha técnica Porsche Boxster GTS
Motor | Bóxer central con 6 cilindros |
Cilindrada | 3.436 cc |
Potencia / régimen | 330 CV / 6.700 rpm |
Par / régimen | 370 Nm / 4.500-5.800 rpm |
Cambio | Manual 6 Vel. (Op PDK) |
Neumáticos delanteros | 235/35 ZR 20 |
Neumáticos traseros | 265/35 ZR 20 |
Velocidad máxima | 281 Km/h |
Aceleración 0-100 Km/h | 5 segundos |
Recuperación (80-120 Km/h) | 6,7 segundos en 5ª |
Peso en vacio | 1.345 Kg |
Medidas (metros) | 4,04 x 1,80 x 1,27 |
Batalla (metros) | 2,475 |
Volumen maletero (litros) | 150 delante / 130 detrás |
Capacidad depósito combustible | aprox. 64 litros |
Consumo urbano (cada 100 Km) | 12,7 litros |
Consumo extraurbano (cada 100 Km) | 7,1 litros |
Consumo combinado (cada 100 Km) | 9 litros |
Emisiones g CO2/Km | 211 |
CONCLUSIONES
Porsche quiere retomar la esencia más pura de la conducción. Los GTS (Gran Turismo Sport) ayudan enormemente a la causa. Son los principales valedores de la filosofía original de la familia Porsche, el placer por conducir. Es un coche destinado a un solo comprador, el apasionado. Aquel, o aquella, que disfrute saliendo a dar una vuelta con su coche en una soleada mañana, que corra la capota y devore kilómetro tras kilómetro. Esto es para lo que siempre han estado diseñados los Porsche.
La habitabilidad y el equipamiento de serie lastran sensiblemente la nota final del Porsche Boxster GTS
Obviamente no podemos dejar de lado la practicidad para su uso cotidiano. Es otro de las características básicas del ADN de la marca. Si bien no es el coche más cómodo del mundo, ni el más práctico, sí que te permitirá un uso diario sin problemas. Incluso para viajar es factible, ya que cuenta con 280 litros de maletero (150 el delantero y 130 el trasero), suficientes para un par de maletas de viaje. Sin embargo tengo que poner objeciones al equipamiento de serie, más si tenemos en cuenta que el GTS cuesta como poco 81.039 euros.
No es que sea básico, ni mucho menos, pero sí que se espera mucho más de un coche de estas características. Cuando desembolsas estas cifras por un coche, en realidad te conviertes en un embajador de la marca. Pienso que esa imagen se vería muy reforzada si se incluyesen muchos más elementos de serie, aunque bien es cierto que no es el objetivo principal de su compra, pero bueno, siempre puede ser un aliciente.
Por último hay que decir que la estética es sensacional, o al menos a mí me lo parece. Salvo la primera generación del Boxster, a la que cogí manía, todos los demás trabajos de diseño han sido impecables, pero pienso que este es el mejor de todos los realizados hasta la fecha. Es sutil, pero eficiente, el discreto pero llamativo, y siempre cuentas con la capota retráctil que te abre las puertas a un nuevo mundo de experiencia y estilo. Un gran producto, un coche que debería estar en el garaje de cualquier apasionado de las cuatro ruedas.