Prueba Porsche Cayenne Coupé, de tal palo tal astilla (Con vídeo)
El Cayenne salvó a Porsche en uno de sus peores momentos, y llegados a esta etapa de esplendor qué mejor manera de rendirle un homenaje que ampliando la familia con la llegada de una nueva carrocería; el Porsche Cayenne Coupé que ya he podido probar.
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Publicado: 01/08/2019 20:15
En la actualidad Porsche cuenta con 17 versiones diferentes del Porsche 911. Y esto se debe al éxito conseguido por el Cayenne. En 2002 cuando los escépticos pronunciaron malos augurios sobre él no podían estar más equivocados porque en realidad gran parte de lo que es Porsche a día de hoy es gracias al Cayenne. Por ese motivo estamos hablando de uno de los coches más importantes de la casa y por ese motivo Porsche ha decidido ampliar la familia de este superventas con la llegada de una nueva versión, el Cayenne Coupé.
A la vista está que en el mercado hay espacio para todo lo que tenga aspecto de SUV, incluso para aquellos que presumen de tener una línea coupé como es en este caso. De esta forma Porsche llega a un tipo de cliente que todavía no cubría y que tenía que decantarse por otras opciones de la competencia, como el Mercedes GLE Coupé, el BMW X6, o el Audi Q8. Este último bien podría ser considerado un hermano mellizo, porque al igual que en el caso del Urus, emplea la misma plataforma del Grupo Volkswagen.
La receta que Porsche ha seguido para la creación de la versión coupé del Cayenne ha sido bien sencilla. Del morro al pilar B estamos hablando practicamente del mismo coche,salvo por los pilares A que son más inclinados, el resto de elementos son los mismos. Es a partir de la ventanilla trasera cuando se inician los cambios. La línea del techo cae de una forma mucho más paulatina y continúa la caída hasta justo el final del coche, siendo gracias a ello 20 milímetros más bajo que su hermano convencional.
Un final de coche que se ha resuelto de una manera un tanto peculiar. No es que sea una trasera fea pero creo que en este caso los diseñadores de Porsche no han sabido rematarla tan bien como por ejemplo los de Audi, aunque el coche gana en persona. Obviamente esta es la parte más cambiada con respecto al Porsche Cayenne normal. Lo único idéntico son las luces de freno y el antifaz negro que los une, y luego ya cambia todo. Desde el portón hasta el parachoques que en este caso se encarga de incluir la matrícula. Y por supuesto los escapes, que siguen siendo la mejor forma de diferenciar las versiones en Porsche.
De esta forma se consigue esa silueta más propia de un deportivo que de un SUV, aunque tiene un inconveniente muy claro, y es la pérdida de habitabilidad y de espacio de carga ya que las formas dejan de ser rectangulares. Pero una vez más Porsche ha tirado del librillo de los recursos y gracias a que ha bajado la banqueta trasera 30 milímetros, la habitabilidad en las plazas traseras es prácticamente idéntica a la de su hermano.
Unas plazas traseras que ya que estamos metidos en faena debo decir que son muy buenas si no contamos con el techo solar que baja notablemente la altura del techo y que será más inconveniente para pasajeros altos. Pero hay que reconocer que hay espacio más que de sobra para las piernas. Y en cuanto a la tercera plaza decir que de serie llega con una banqueta de solo dos asientos pero que opcionalmente sin coste podemos optar por una de tres. Pero sinceramente, dado que la plaza central es incómoda y muy ocasional, yo no optaría por ella.
Como ya venía diciendo el volumen del maletero también se ve reducido por esa línea deportiva. Estoy hablando de una pérdida sustancial porque de los 770 litros del Cayenne normal pasamos a los 625 de las versiones normal y S y 600 para el Turbo. Ojo que sigue siendo un espacio muy generoso, pero es menos aprovechable, y por lo tanto si queremos más capacidad de carga nos veremos obligados a abatir los asientos traseros, y en ese caso llegaremos a un máximo de 1.540 litros.
Si recuerdas, antes he dicho el nuevo Cayenne Coupé y el normal solo son diferentes del pilar B hacía atrás, y eso quiere decir que la parte delantera del habitáculo es la misma que ya conocíamos y que ya analizamos a fondo cuando fue lanzada esta generación del Cayenne. Una estructura a la que ya estamos habituados y que ya pudimos analizar al detalle en la prueba del Cayenne normal hace un tiempo.
Es una pena que estas letras transmitan olores porque el interior del Porsche Cayenne Coupé huele a calidad. Se nota que las mejores vacas han donado su vida a la causa y que Porsche ha sabido darles el tratamiento debido. No hay ni una sola pega, todo tiene un excelente tacto y la sensación de calidad es altísima, de lujo. Además gracias a que se han deshecho de muchos botones ahora tenemos una consola y un salpicadero más limpio, cosa que es de agradecer.
En cuanto al diseño del interior podemos ver cómo se entremezclan elementos tradicionales y otros más modernos. Por un lado tenemos cosas clásicas como las tapicerías, el arranque a la izquierda o el reloj cronógrafo de la parte superior del salpicadero. Mención especial merece el cuadro de instrumentos que sigue guardando las cinco tradicionales esferas de Porsche, aunque en realidad solo hay una, la del centro con el cuentarrevoluciones, y las otras cuatro son simuladas por dos pantallas LCD que nos permiten una mayor personalización a la hora de ver la información que nosotros queramos.
La parte más moderna llega de la mano, como podía ser de otra manera, de la tecnología, de mucha tecnología que viene principalmente presentada por la enorme pantalla de la consola central con 12,3 pulgadas y control táctil. A través de ella se puede gestionar y controlar todas y cada una de las funcionalidades del coche, y aunque su calidad es muy alta en un principio requiere un periodo de aprendizaje para descubrir todos los menús y configuraciones que es capaz de mostrar.
Pero ahí no se queda la cosa porque si empezamos a sumar detalles esta prueba podría durar mucho más tiempo, a modo de resumen y apuntando directamente a los elementos más llamativos, caben destacar asientos delanteros y traseros calefactables, faros de LED matriciales, visión nocturna, Head-Up Display, acceso y arranque sin llave, WiFi, cámaras de 360 grados, equipo de sonido Burmester con 21 altavoces y 1.455 vatios de potencia, cierre confort de puertas, techo solar, climatizador de tres zonas, y por supuesto todos los asistentes a la conducción habidos en este mundo. Y por supuesto para los más sibaritas está el programa Porsche Exclusive que nos permite dar rienda suelta a nuestra imaginación y donde el límite lo marcará el tamaño de la cartera.
Dado que Porsche se ha deshecho de las versiones diésel, ya sabemos todos que son el mayor de los males de este mundo, todas las unidades del Cayenne Coupé vendrán equipadas por un motor de gasolina. Dos V6 de tres litros, uno con un turbo y otro con dos para las versiones de acceso, y un V8 de cuatro litros para el Turbo. De esta manera la potencia mínima es de 340 caballos mientras que la máxima es de 549. Todas las unidades llegan asociadas a una caja de cambios automática Tiptronic de tipo convertidor de par con ocho velocidades y a un sistema de tracción total.
Prueba Porsche Cayenne Coupé
Ni qué decir tiene que con el Cayenne básico tenemos más que de sobra por esos 340 caballos, el Turbo y sus 549 caballos son toda una exageración, así que lo más sensato es optar por la versión S y sus 441 de los mejores caballos de potencia alemanes. Posiblemente es el que presenta un mayor equilibrio en la relación precio-rendimiento-consumo. Un Porsche siempre es un Porsche. Vale que éste no tenga el formato que todos imaginamos cuando pensamos en un producto de los de Stuttgart, pero el nivel de exigencia es el mismo. Aunque los componentes sean del Grupo Volkswagen, los ingenieros y desarrolladores de Porsche aportan su propio toque, y sobre todo una experiencia como ninguna otra del mercado.
Como ya he dicho, habrá quién necesite tener el Turbo, pero sinceramente yo apostaría por las versiones de acceso. Durante la presentación he podido probar los dos extremos y la diferencia es notable, pero no justificable por la diferencia de precio. Te puedes comprar un Cayenne Coupé normal “con todo” y aun así no alcanzas el precio base del Turbo, y como ya digo el rendimiento tampoco es muy diferente. Sí, corre más, pero con 340 caballos tienes más que suficiente para cualquier situación.
El Cayenne Coupé cuenta con dos alerones, uno fijo y otro retractil que se activa de forma automática al superar los 90 Km/h
También te digo que no creo que haya nadie en este mundo que necesite un SUV tan rápido y con un paso por curva tan demencial. Cualquier coche puede correr en línea recta, pero las diferencias se marcan en las curvas, y a no ser que tu rival tenga un Lamborghini Urus no te van a coger si no quieres. Además es tan fácil llevarlo a límites de locos que impresiona. Ya pasaba con el Cayenne y con este pasa igual o más porque el ancho de vía trasero es ligeramente más grande y el aplomo es ligeramente mayor. No es mucho, pero a alta velocidad si se nota.
Eso se debe a que Porsche piensa que el comprador de un Cayenne Coupé busca una conducción más “deportiva”. En líneas generales no han tocado mucho el resto de componentes mecánicos porque el cambio de línea y la reducción del centro de gravedad ya son más que suficientes para hacer al coche más dinámico. Los modos de conducción permiten cambiar la agresividad del coche. En un modo básico y tranquilo la configuración favorece la conducción relajada y el ahorro de combustible. En los modos Sport y Sport + todo es más drástico. El consumo importa poco y se prima real rendimiento, la aceleración y la respuesta del acelerador.
Especial atención requiere el Sport Response. Al activarlo el coche se precarga para entregar el máximo rendimiento de forma instantánea y durante un plazo máximo de 20 segundos. El Turbo alcanza el máximo de revoluciones y la caja de cambios baja marchas hasta el rango perfecto de revoluciones. De esta forma basta con pisar el acelerador y volar. Ese botón mágico debería venir en todos los coches del mundo porque es muy útil para hacer adelantamientos en vías secundarias donde no siempre hay el espacio ideal para hacerlo con seguridad. Con este botón tío te bastará con entre cinco y ocho segundos.
Aunque el campo no sea el terreno más habitual del dueño de un Cayenne Coupé, las capacidades Offroad están muy por encima de la media. En este caso dado que la altura con respecto al suelo es más baja, apenas unos milímetros, se merman algo las capacidades de vadeo y los ángulos de ataque y salida. Pero como digo, sigue estando muy por encima de la mayoría de rivales como ya pudimos comprobar gracias a modos de conducción específicos y a diferenciales electrónicos con bloqueo selectivo. El límite lo marcará en realidad el tipo de neumáticos que montemos.
A la hora de escoger opcionales mecánicos hay dos elementos que son prácticamente imprescindibles. Una es la suspensión neumática. Llega de serie en el Turbo y es opcional en la versión normal y S, pero si estás pensando en comprarte uno, tienes que escogerla sí o sí porque con estos balones de aire todo es mejor y más refinado. La dureza y la altura se pueden variar y gracias a ello elevamos el confort de marcha y la precisión en curva.
El otro elemento es el eje trasero direccional. En este caso conseguimos hacer al coche más práctico, y también más rápido en el paso por curva. A baja velocidad, hasta 30 Km/h las ruedas traseras giran de forma contraria a las delanteras para que así sea más fácil maniobrar y reducir el radio de giro. Una vez superados los 30 Km/h ambos ejes giran en la misma dirección para provocar un giro más rápido y preciso. Y créeme cuando te digo que la diferencia es abismal.
En esa lista también podríamos incluir el PDCC, Porsche Dynamic Chasis Control. Gracias a unas barras estabilizadoras activas ubicadas en ambos ejes se compensa la inclinación de la carrocería al trazar una curva. Esas barras elevan la parte interior del coche para tener un giro más plano y por ende más preciso, y una vez más, rápido. Si te fijas todo está dispuesto a que el Cayenne Coupé sea una bestia en las curvas, y realmente lo es. Tanto como que sus únicos rivales los tiene bien cerquita. Uno es el Cayenne y el otro
Como ya podéis imaginar no estamos hablando de un coche barato. Es un Porsche, uno bien grande, y la factura va a juego. En el mejor de los casos el Cayenne Coupé parte de los 97.200 euros, y si somos de morro fino y queremos lo más de lo más, es decir el Cayenne Coupé Turbo tenemos que ir preparando un mínimo de 169.000 euros. Eso quiere decir que la diferencia con respecto a un Cayenne normal es de unos 6.000 euros para todas las versiones.
Y eso solo es el precio que hay que pagar por hacerse con uno, porque luego a lo largo de la vida útil tampoco es un coche barato de mantener por culpa de unos consumos elevados y acorde a las mecánicas que se equipan. Según Porsche el mejor dato de consumo medio homologado es de 9,4 litros para los Cayenne normal y el S, mientras que el Turbo se va a los 11,4 litros por cada 100 kilómetros recorridos. En un futuro llegarán, al igual que en el Cayenne Normal, versiones híbridas enchufables que reducirán esos consumos a la vez que mantienen las prestaciones.
Conclusiones
No estamos ante un coche para todos los públicos. A pesar de sus precios de venta el Cayenne consiguió reflotar una compañía que a principios de siglo estaba casi en las últimas. Y el Cayenne Coupé llega para satisfacer una demanda del mercado, un mercado que busca un gran SUV con aspecto coupé, y gracias a ello ahora Porsche tiene acceso a esa nueva clientela. Una clientela rica que busca el estilo por encima de lo racional, porque por muy espectacular que resulte el Cayenne Coupé no es mejor coche que un Cayenne normal. El nivel estaba tan alto que superarlo era muy difícil. Lo han, hecho, sí, pero sinceramente yo me sigo quedando con su hermano. Mismás prestaciones, más habitabilidad y menor precio. No se puede pedir nada más.