Prueba Porsche Panamera 2024, una raza superior

¿Quién había dicho que la berlinas están muertas? Está claro que los SUV han arrasado en ventas, pero donde esté una buena berlina que se quite todo. El nuevo Porsche Panamera es el ejemplo más claro.

Prueba Porsche Panamera 2024, una raza superior

18 min. lectura

Publicado: 14/03/2024 07:00

En la familia Porsche ya muchos modelos icónicos y especiales. La marca alemana lleva 75 años demostrando que se pueden hacer las cosas de forma diferente y hacerlas bien. Los SUV centran casi toda la atención en cuanto a ventas. Los Porsche Cayenne y Porsche Macan lideran las listas de éxitos, pero no por eso los herederos de Ferdinand Porsche se olvidan de los modelos más clásicos. El nueveonce sigue evolucionando tras 50 años de éxitos y lo mismo pasa con el Porsche Panamera.

La remodelación incluye muchas novedades por toda la carrocería. Sutiles, pero generales.

Casi todas las marcas han borrado del mapa a sus berlinas. A nivel comercial ya no interesan. Las ventas han caído en la última década y sólo los SUV incrementan sus cifras año a año. A pesar de lo que digan las cifras una buena berlina es incomparable y de ahí que las marcas premium y de lujo sigan apostando por ellas. Eso implica que el Panamera tiene ante sí importantes rivales como el Audi A8, el BMW Serie 7 o el Mercedes Clase S, entre otras, pudiendo incluir también al Lexus LS, al Maserati Quattroporte o al Jaguar XJ. Sin embargo, ninguno de ellos podría ser considerado como igual.

Eso es porque Porsche, como ya es costumbre, hace las cosas diferentes. Si, estamos ante una berlina, la más deportiva del mundo. En el ADN de la marca está bien integrado ese sentimiento de deportividad y competición. El largo historial de éxitos que la marca atesora no tiene casi parangón, a excepción de cierta marca italiana con un caballo negro al frente. Los clientes Porsche son muy exigentes y eso requiere unos altos estándares no sólo de calidad, también de rendimiento y tecnología. Pagan mucho dinero por sus coches y estos deben corresponder.

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Al Panamera no le falta ni un sólo recurso técnico para mejorar el rendimiento.

Está claro que el Panamera ha evolucionado a lo largo de estos años, aunque a simple vista no se aprecie tanto. La mentalidad alemana es fiel a la filosofía de que si algo funciona es mejor no tocarlo. Pocos son los atrevimientos que vemos salir de los hornos germanos y si bien la berlina de Porsche ofrece un nuevo estilo, mantiene la línea que llevamos años conociendo. A pesar de ello hay que reconocer que el Panamera es ahora más bonito que nunca, o al menos eso es lo que me parece a mí. La nueva imagen copia elementos estrenados por sus hermanos, como los faros traseros del Porsche 911. Se mantienen los hombros delanteros, seña de identidad de Porsche tras el volante.

Aunque a simple vista parezca una berlina de tamaño razonable, la verdad es que su tamaño es bastante considerable. Las cotas lo sitúan en el segmento F, el considerado segmento de representación. Dos son las carrocerías disponibles, la más pequeña con 5,05 metros de largo, 1,94 metros de ancho y 1,42 metros de alto. La versión Executive extiende esas cotas hasta los 5,2 metros de largo, 1,94 metros de ancho y 1,43 metros de alto. Esta unidad ofrece más espacio en las plazas traseras con un alargamiento entre los ejes hasta los 3,1 metros, 2,95 metros para la carrocería más 'convencional'.

No es la berlina más pequeña del mundo, pero se conduce como si lo fuese.

Como ya he dicho antes, el nuevo Panamera cuenta ahora con elementos estrenados en otros modelos. De puertas para dentro también se aplica esa mentalidad de réplica. Ahora se puede decir que la berlina se integra en el siglo XXI. El Porsche Taycan fue el primero en estrenar un conjunto que hoy vemos en toda la casa, desde el 911 hasta el Macan. Si bien la presentación es llamativamente tecnológica, se echa en falta algo de personalidad y un poco menos de negro lacado. Al fin y al cabo todos los modelos se parecen entre sí. No es un problema, pero yo sí que hubiese tomado una senda diferente para aportar cierto carácter diferenciador.

A pesar de esa pequeña crítica no puedo negar la calidad y la atención al detalle. El nuevo Porsche Panamera, al igual que el anterior, destaca en ambos apartados. La sensación de calidad percibida es muy alta, algo que agradecerán los clientes más acólitos. Estos también podrán disfrutar de una mayor dotación tecnológica. La casa lo denomina oficialmente como Porsche Driver Experience, que en lengua vernácula quiere decir que hay muchas, muchas, pantallas. Tres principales más un módulo especial que sustituye, gracias a Dios, al panel digital de la digitalización instalado en el Taycan. Por suerte, Porsche se dio cuenta de ese error y lo ha corregido rápidamente.

Si bien la calidad es elevada, echo en falta algo de personalización con respecto a otros modelos.

Instrumentación, sistema multimedia y pantalla de copiloto. Las dos primeras llegan de serie, mientras que la última es opcional. Personalmente es un extra que no veo justificable. No aporta gran valor y un servidor prefiere invertir ese dinero en otras funciones que Porsche se empeña en no ofrecer de serie. Las opciones de personalización son prácticamente infinitas, aunque eso implica rascarse mucho el bolsillo. Más de lo debido para un coche que, como mínimo, cuesta 125.000 euros. Porsche también ha aprovechado la renovación para introducir mejoras en el paquete de seguridad y asistentes a la conducción, principalmente en un equipo de iluminación de LED matricial con hasta 32.000 píxeles por faro.

Siguiendo con las novedades, el vano motor recibe motores V6 y V8 revisados y actualizados para ofrecer más rendimiento con un consumo menor. La oferta inicial de lanzamiento, la gama se completará más adelante, incluye a las unidades Panamera, Panamera 4, Panamera 4 E-Hybrid, Panamera 4 S E-Hybrid y Panamera Turbo E-Hybrid con potencias comprendidas entre los 354 y los 680 caballos. Los alemanes sacan provecho de sus conocimientos eléctricos para ofrecer berlinas híbridas enchufables (E-Hybrid) con mínimos consumos, entre 1 y 1,2 litros a los 100 kilómetros, con grandes autonomías eléctricas, hasta 93 kilómetros según datos oficiales.

Hoy por hoy, a falta de alguna sorpresa de última hora, el Turbo es el Panamera más potente.

La plataforma encargada de recibir ese aumento de rendimiento y esos nuevos sistemas eléctricos apenas ha cambiado. Porsche se ha centrado en mejorar el sistema de suspensiones para ofrecer el mejor comportamiento posible. De serie incorpora una suspensión neumática de dos cámaras, amortiguadores de dos válvulas y el Porsche Active Suspension Management (PASM). La tecnología de dos válvulas separa las etapas de compresión y extensión para un mayor control de la amortiguación y, por lo tanto del rendimiento. Este sistema se puede optimizar con la integración de un eje trasero direccional que no sólo facilita la maniobrabilidad a baja velocidad, también optimiza el rendimiento a la hora de pisar a fondo el acelerador.

Recuerda que eso es lo que el nuevo Panamera tiene de serie. Opcionalmente, sólo para las versiones E-Hybrid, se puede integrar lo que en la casa llaman el Porsche Active Ride. La base son unos amortiguadores activos de nuevo desarrollo, también con tecnología de dos válvulas y conectados cada uno a una bomba hidráulica accionada eléctricamente. Estas se encargan de generar un flujo variable de volumen en la cámara del amortiguador. De esta forma se varía el comportamiento de forma rápida y precisa según las fuerzas transmitidas entre las ruedas y el bastidor.

Como siempre pasa, la plaza central es la más incómoda de todas. Apta para viajes cortos.

El objetivo es mantener la carrocería del Panamera completamente nivelada en todo momento, incluyendo frenadas, aceleraciones o giros. Tal es el trabajo realizado que con la suspensión Active Ride instalada el coche prescinde de barras estabilizadoras, no las necesita. Sin embargo, se trata de un sistema más pensado para el confort que para optimizar el rendimiento, de hecho en modo Sport Plus desconecta casi todas sus funciones para no alterar el comportamiento natural. De lo contrario sería 'raro' y podría causar sensaciones contrarias a las habituales que supongan una pérdida de rendimiento.

Cuando me refiero a que se centra en el confort es que Porsche ha tratado de compensar las leyes de la física enumeradas por Issac Newton. Al acelerar el cuerpo se desplaza hacia atrás, al frenar hacia delante y al girar hacia los lados. Pues bien, el Panamera hace todo lo contrario. Al acelerar eleva el culo, al frenar eleva el morro y a la hora de girar inclina el coche al mismo sentido para que así los pasajeros noten menos las inercias. También trabaja en parado. Al abrir la puerta el coche se eleva 5,5 centímetros para facilitar el acceso y la salida. Algo muy cómodo para personas mayores.

La tecnología e-hybrid presta doble servicio: más prestaciones y la etiqueta CERO de la DGT.

Al volante del Porsche Panamera 2024

Ante cada nuevo lanzamiento los ingenieros de Porsche tienen la difícil labor de superarse a si mismos, superar los límites que ellos mismos habían fijado. Y una vez tras otra lo logran con excelentes resultados. El nuevo Panamera es mejor que su predecesor y no cabe duda que es la mejor berlina del mundo. Es capaz de hacer cosas impropias de su tamaño y peso. Las chucherías técnicas son infinitas. Desde su suspensión mágica, valorada en 8.222 euros, hasta eje trasero direccional, aerodinámica activa y todo lo que te puedas imaginar. Elementos que suponen incrementar los límites de la física ya fijados.

El Panamera tiene que cumplir perfectamente en todos y cada uno de los entornos. Desde los largos viajes por autopista donde muestra un comportamiento dócil y súper cómodo, hasta el circuito, pasando por la ciudad y por los tramos más revirados a los que te puedas enfrentar. Pues bien, en todos y cada uno de ellos responde forma correcta y precisa, incluso con su suspensión de serie. En entornos urbanos sus más de 5 metros de largo no suponen ningún problema. Gira bien, tiene buena visibilidad perimetral y a pesar de su potencia no resulta nada complicado conducirlo de forma agradable y tranquila. En cierto modo ayudan los modos de conducción que suavizan o tensan el coche. Habituales en Porsche.

A través de la pantalla central se pueden controlar todos los parámetros del coche. A excepción del climatizador.

En carreteras secundarias es fácil descubrir por sorpresa que circulas muy por encima del límite. Entra tan bien en las curvas y de forma tan dócil que parece un coche mucho más pequeño y ligero. No se nota el peso, las casi dos toneladas que pesa la edición básica y los casi 2.500 kilogramos que anuncia el Panamera Turbo E-Hybrid. No digo que sea capaz de alcanzar el ritmo de un 911, pocos coches están a ese nivel, pero sí que no será fácil despegarte de él por muy rápido que vayas. Encima en el Panamera puedes hacer todo eso mientras te das un masaje tan tranquilamente. Así de bueno y polivalente es.

Es en circuito donde puedes sacar el máximo provecho a todo su caballaje y a su enorme potencial, al menos con ciertas normas de seguridad. Una vez más sorprende lo que es capaz de hacer esta berlina ejecutiva. El problema, al igual que con todos los Porsche, es que el límite está tan lejos del alcance del común de los mortales que los problemas surgen cuando quieres encontrarlos. Hay pequeñas señales de ello, como un mínimo carácter subvirador en la entrada de la curva y cierta agitación del eje trasero a la salida. La electrónica trabaja para mantener el coche en la trazada todo lo que puede. No resulta muy intrusiva, pero acaba entrando en servicio por su integridad y por la tuya.

El botón de los modos de conducción activa la respuesta rápida de la mecánica.

Si quieres velocidad es el Panamera Turbo E-Hybrid la opción que debes tomar. Sus 680 caballos de potencia y 930 Nm de par motor te llevarán allá donde necesites. De 0 a 100 km/h en apena 3,2 segundos y velocidad punta de 315 kilómetros por hora. Esas son cifras equiparables a las de un superdeportivo corriente. Al ser híbrido enchufable, con etiqueta CERO, tócate los cascabeles, también tiene otros registros curiosos como un consumo homologado de 1,2 litros a los 100 kilómetros, que se conseguirán durante los primeros 93 kilómetros del viaje (autonomía eléctrica oficial).

Conclusiones

Si quieres tener en tu garaje la mejor berlina del mundo no puedes ir mucho más lejos del primer concesionario de Porsche de la zona. El Panamera es lo que estás buscando. Cuesta muchísimo encontrarle pegas a un producto tan perfeccionado a lo largo del tiempo. Si eso achaco un interior que ya empieza a estar muy visto y que los opcionales, algunos de ellos, siguen siendo ridículamente caros. Por todo lo demás es, a falta de otra palabra más completa, perfecto. Rápido, cómodo, bien equipado, elegante y, tecnológicamente hablando, está en una liga completamente diferente. Las innovaciones del Panamera pronto las veremos en otros modelos, pero él siempre podrá decir que fue el primero en estrenarlas.

En circuito el Turbo saca el lado más radical de sus 680 caballos de potencia.
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