Prueba Range Rover Evoque TD4 Prestige (III): comportamiento y valoración final
En nuestra última entrega nos ponemos al volante del Range Rover Evoque a ver que tal se comporta el motor 2.2 diésel de 150 CV junto a la transmisión automática ZF de nueve relaciones tanto en ciudad como en carretera y fuera del asfalto.
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Publicado: 25/03/2015 11:00
Toca el momento de arrancar el motor y poner a prueba a este todoterreno compacto. Como ya sabéis el motor de nuestra unidad es el de menor potencia disponible de la gama Range Rover Evoque. No presenta unas prestaciones de infarto pero tampoco podemos decir por ello que el 2.2 diésel de 150 CV se queda corto.
Según los datos homologados del Range Rover Evoque 2.2 TD4 disponemos de 150 CV de potencia a partir de las 4.000 rpm y 400 Nm de par desde las 1.750 rpm. En cifras, la aceleración permite completar el 0 a 100 km/h en 9,6 segundos, realizar recuperaciones (80 a 120 km/h) en 9,1 segundos y alcanzar hasta los 182 km/h de máxima. En cuanto a consumos homologa 6,0 litros en consumo mixto (7,2 en ciudad y 5,3 en carretera).
El cambio ZF de 9 relaciones gira el motor 2.2 diésel a menos de 1.700 rpm circulando a 120 km/h
La fuerza del motor es transmitida a las cuatro ruedas mediante la nueva caja de cambios automática de 9 relaciones, una de las principales novedades incluidas en el restyling del Evoque. El cambio se puede realizar de manera automática o mediante las levas tras el volante. Las levas no tienen una posición fija sino que siguen el movimiento del volante, útil para cuando tengamos que cambiar de marchas mientras realizamos giros de poco ángulo.
El selector de marchas para el cambio en forma de rueda está en la base de la consola central, entre los asientos. Este permite cambiar entre las posiciones P-R-N-D de forma rápida mediante un ligero giro del mando y activar el modo S, con el que por defecto realiza los cambios a un régimen superior de revoluciones, presionando un poco antes de girar. Sin embargo no podremos subir o bajar de marchas desde el selector, los cambios realizados manualmente están restringidos a las levas.
En carretera este motor puede resultar ser muy eficiente sobre todo circulando a una velocidad sostenida, amén del control de crucero. En viajes por autopista con el control de crucero configurado a 120 km/h el bloque diésel de menor potencia nos ha calculado un consumo medio de 6,2 l/100 km. El bajo consumo es debido a que el cambio usa la 9º marcha permitiendo que el motor gire a casi 1.700 rpm de manera constante.
En ciudad el consumo es contenido si realizamos una conducción suave pero hay que advertir que en este caso el gasto del combustible es muy sensible al tacto del acelerador. Puedes conseguir fácilmente medias de 8,1 litros dentro del territorio urbano pero también puede aumentar considerablemente si le damos más alegría al acelerador o conduciendo con el modo S seleccionado en el cambio.
Tanto en cuidad como carretera el vehículo es cómodo y confortable. Las suspensiones tienen un tarado que absorbe la mayoría de las irregularidades algo que es de agradecer cuando pasamos sobre resaltos o cuando circulamos por terrenos abruptos fuera de la calzada. Da la sensación de ser un vehículo con gran aplomo.
Las dimensiones compactas del vehículo (4.365 mm de largo) le permiten aparcar con cierta facilidad en los parkings y en la calle aunque recomiendo personalmente equipar las Cámaras Surround 360º (1.270 €) para la asistencia al aparcamiento ya que cuesta un poco hacerse con las proporciones del vehículo.
El sistema Terrain Response es de serie la gama Evoque con tracción 4x4
El selector Terrain Response trabaja fenomenal junto al Control de descenso en pendientes. Este sistema es de serie en todos los Evoque de tracción a las cuatro ruedas y puede ser preseleccionado en la modalidad "Nieve/Hierva/Gravilla, Barro/Surcos, Arena o Normal" desde la base de la consola central.
Como opción se puede equipar el Adaptative Dynamis con modo Dynamics (1.160 €) con el que el sistema de control detecta el terreno y se optimiza dinámicamente para conseguir mejores resultados que los modos por defecto del Terrain Response. Aunque entiendo que esta mejora solo merece la pena a quienes le darán un uso offroad muy intensivo al Evoque.
Sin llevarlo hasta el límite he podido probar el Evoque en zonas con gravilla, piedras y pendientes moderadas, situaciones de las cuales ha salido airoso sin problemas y manteniendo el nivel de confort a pesar del terreno que pisaba. Me hubiese gustado poseer otra unidad con el Adaptative Dynamics para comprobar si merece la pena pagar por el extra.
Conclusiones
Como conclusión el Range Rover Evoque ha sabido introducir el ADN de sus hermanos mayores en un formato compacto con toques muy urbanos para que depende de nuestras exigencias se comporte como un todoterreno compacto y puro con llantas de 17 pulgadas de perfil ancho, un urbano muy resultón con llantas de 20 pulgadas y exterior personalizado y un vehículo polivalente para defenderse en ambos ámbitos sin despeinarse.
El precio del Evoque es superior al de sus rivales alemanes pero está justificado por su mejor comportamiento offroad. Recordemos que hablamos de un Range Rover cuyas capacidades son muy superiores al de otros SUV que no están pensados para salir del seguro asfalto en su mayoría.
El motor de nuestra unidad dejaba en buen lugar al Evoque en todos los aspectos aunque quizá se quedara un poco atrás respecto a sus rivales en cuanto a recuperaciones se refiere. Es probable que la versión del 2.2 diésel de 190 CV sepa satisfacer de forma más completa a quienes busquen algo de más prestaciones en este todoterreno, además que los consumos a priori deben ser los mismos. Entre las versiones de 150 y 190 CV hay unos 3.100 € de diferencia.
Fotos: Carmen Mº Díaz Castillo