Prueba Range Rover P510e, cambiarlo todo para no cambiar nada
El mundo del lujo siempre ha esquivado modas y crisis. El Range Rover es un referente en su categoría. Con ya cinco generaciones a sus espaldas probamos el nuevo Range Rover P510e. Un todoterreno de lujo que mantiene con firmeza la corona.
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Publicado: 23/12/2022 19:00
El lujo no entiende de modas o crisis. El segmento más exclusivo del mercado escapa a cualquier lógica o razonamiento cotidiano. Los coches de lujo no sufren las crisis del resto de mortales. El segmento de los todoterrenos ha tenido muchos aspirantes al trono, pero desde que vivimos en la era del Range Rover, no ha habido ningún otro que le haya podido plantar cara. La evolución sufrida es excepcional y a nuestros días llega el nuevo Range Rover P510e, un todoterreno/SUV híbrido enchufable que tiene mucho que decir.
Tras la gran guerra, Europa quedó devastada. Los automóviles empezaron a vivir una época dorada con miles de industrias reconvertidas al esfuerzo militar. Los campos y las infraestructuras continentales e ingleses quedaron destrozados. El mundo necesitaba vehículos polivalentes, resistentes y con buenas aptitudes 4x4 para reconstruir Europa. Aquella época asistió al nacimiento de todoterrenos tan importantes como el Jeep Willys o el Land Rover. No había lugar para los lujos, aunque las aguas volvieron a su cauce con el paso de los años.
Poco a poco la guerra quedó atrás, Europa se alzó de nuevo e Inglaterra se convirtió en uno de los motores económicos del mundo. La prosperidad volvió a la campiña inglesa, y las grandes casas de la época empezaron a demandar coches más lujosos con los que poder moverse por sus tierras. Es entonces cuando hace acto de presencia la era del Range Rover. Presentado originalmente en el año 1969 como el todoterreno del lujo, hoy cumple más de cinco décadas y cinco generaciones de vida con la misma filosofía. Nada ha cambiado para él.
El mundo, por el contrario, sí lo ha hecho. La década del 2020 será conocida por la era de la electrificación, y en ella no puede faltar nadie, ni siquiera el Range Rover. Aunque la casa Jaguar-Land Rover no vive su mejor etapa, los ingleses no han parado de evolucionar su producto estrella. El Range es el rey de los todoterrenos. El lujo hecho 4x4, y para esta nueva generación se destapa como uno de los mejores coches del mundo.
Siempre ha estado entre los favoritos de las grandes fortunas y las caras más ilustres. Símbolo de estatus, el Range Rover ha sabido adaptarse a cada una de las etapas que ha vivido. La economía mundial tiene el patrón oro, el mundo del lujo y el 4x4 tienen el patrón Range. Con la merecida vitola de ser una de las referencias de la categoría, la nueva generación demuestra que lleva mucha ventaja con respecto a sus más inmediatos perseguidores: Porsche Cayenne, Mercedes GLS o BMW X7 no son capaces de igualar lo que los ingleses ofrecen.
A su altura sólo podemos encontrar modelos como el Bentley Bentayga o el excelso Rolls-Royce Cullinam. Sin duda alguna estos dos han visto en el éxito del Range Rover una poderosa razón para sacar sus correspondientes versiones, aunque ni ellos son capaces de ofrecer lo que ofrece el de Solihull. Estamos ante el coche total. Una denominación que muchos han empleado en no pocas ocasiones. El Range Rover mezcla en sus 5.06 metros de largo y 2.810 kilogramos de peso: calidad, confort, tecnología y capacidad 4x4.
No hace falta que hagas muchos repasos mentales para darte cuenta que no hay otro que cumpla con tantas características. Los hay que cubren dos o tres condiciones, pero el que no falla en el campo falla en la calidad, o viceversa. El Range Rover lo hace todo bien, y por eso es considerado como el rey de los todoterrenos. Capaz de alcanzar los terrenos más complicados mientras conduces dándote un masaje en la espalda o mientras escuchas tu canción favorita en un equipo de sonido de Meridian con más potencia que el equipo de sonido del salón de casa.
Muchos dicen que la nueva generación apenas ha cambiado con respecto a la anterior. ¿Qué falta hace? Las grandes firmas apenas modifican sus productos con el paso de los años. El lujo también escapa a esas cosas. Rolex u Omega venden sus clásicos Submariner o Seamaster desde hace décadas, apenas han cambiado y siguen siendo objeto de deseo de muchas fortunas. El hecho de que el Range Rover apenas cambie no tiene importancia alguna porque lo que realmente aporta valor no es la carrocería, sino el conjunto y el estatus.
En un mundo que abusa de la palabra premium, demasiado desprestigiada en los últimos años, definir al Range con semejante término es quedarse corto. Mucho más cerca del lujo, la calidad no se aplica exclusivamente a los materiales, también a los acabados y a los detalles. En el Range Rover no encontrarás acabados malos o ajustes descuidados. Todo está cuidado con mucho detalle para que sus clientes sepan que la gran cantidad de dinero que han sacado de sus cuentas corrientes tiene una justificación.
La tecnología tampoco desborda por su presencia. Estar, está, pero no quiere convertirse en el centro de atención, resultaría grotesco y ordinario. El que tiene dinero no lo muestra, lo viste, lo calza o lo equipa, pero no lo expone cual feria. El lujo es discreto, y así es la tecnología del Range Rover. Basta decir que tiene todo lo que te puedas imaginar o más, que su pantalla es de altísima calidad y que, a lo mejor, se echan en falta algunos recursos de personalización en la instrumentación, pero es tal la sensación general que produce que no se puede poner ninguna pega.
La cotas off-road del Range Rover son: 34,7 grados de entrada, 29 grados de salida y 25,2 grados de ángulo ventral con una profundidad de vadeo de 90 centímetros
Land Rover quiere que tengas el Range Rover que más desees y que más se adapte a tu estilo o necesidad. Las opciones de personalización son casi infinitas. Desde la paleta de colores para la carrocería, con configuraciones bicolor, hasta los detalles del interior con costuras, molduras y tapicerías a juego. Por su su extenso abanico de posibilidades no te termina de convencer siempre puedes acceder a un programa infinito de personalización. Con él los trabajadores de Solihull harán lo que les pidas, aunque no saldrá barato.
¿Qué es el dinero sino un problema para otros? Si estás pensando en comprarte el Range es que tienes un buen fondo en el banco, porque por lo que vale no te lo puedes permitir ni aunque te toque la lotería de Navidad. Quien puede acceder a la clase Range Rover es que busca calidad, estatus y también confort. Si has seguido mis pruebas en Motor.es sabrás que para mí el mejor coche que te puedes comprar era el Mercedes Clase S, y he dicho era porque tras probar el nuevo Range Rover este ha pasado a ocupar el puesto de honor de mi lista.
Aunque el espacio de las plazas traseras no es excesivo teniendo en cuenta el gran tamaño que tiene su carrocería, los ocupantes traseros, los que pagan el coche, tienen a su alcance los lujos más extremos que hay sobre cuatro ruedas. Si lo deseas (si pagas), Land Rover te instala una banqueta tipo business en la plaza trasera derecha. Un asiento que puede adquirir una posición de lujo mientras te masajeas la espalda o te calientas el trasero. El ocupante de la izquierda también tiene buenas dosis de confort, pero no su asiento no se transforma de igual manera.
Al volante del Range Rover P510e
Tú y yo sabemos que pocas veces el Range Rover va a terminar cubierto de barro o cruzando sus ejes ante un obstáculo delicado, pero el hecho de que sus dueños no lo enfrenten para lo que se ha desarrollado no quiere decir que no sea capaz de esconder esas y muchas otras cualidades. Utilizado más como un vehículo de diario para recorrer las calles de ciudades como Londres, Los Ángeles, París o Pekín, muchos clientes buscan liberarse de problemas mundanos como las zonas de bajas emisiones. Mientras que el mundo busca soluciones económicas, los clientes del Range Rover se saltan a la torera cualquier limitación en un coche de 200.000 euros y 510 caballos de potencia.
¿Por qué escoger el modelo híbrido enchufable? Puede que entrar en una zona de bajas emisiones no sea la mayor preocupación del cliente habitual de una casa como Land Rover, pero al igual que el equipamiento, la potencia o los detalles es una mera cuestión de tener por tener. Si puedo pagarlo, mejor tenerlo. Esta no es la primera vez que el Range Rover cuenta con una versión híbrida enchufable, pero sí que es la primera vez que podemos hablar de ella en términos de verdadero avance. La generación anterior presentó la primera variante, pero ni por asomo ofrecía lo que ofrece esta nueva edición.
Denominado como P510e, el Range Rover cuenta con un bloque de gasolina de seis cilindros en línea como propulsor principal. 400 caballos térmicos que se acompañan de otros 143 caballos generados adicionalmente por un motor eléctrico. La potencia máxima conjunta es de 510 caballos con un poderoso par motor de 700 Nm. Su nada discreto peso cercano a las tres toneladas son capaces de moverse de 0 a 100 Km/h en 5,5 segundos y alcanzar una velocidad punta de 242 kilómetros por hora. Nada, pero que nada mal.
La parte eléctrica se remata con una gran batería de 38,2 kWh de capacidad, de los cuales 31,8 kWh son útiles. Gracias a esa gran batería logramos una autonomía homologada de 111 kilómetros y un consumo de 0,9 litros por cada 100 kilómetros. Estos datos, como imaginarás, poco se parecen a los conseguidos en la vida real. Si bien la autonomía eléctrica puede acercarse mucho a los 100 kilómetros, hay que saber exprimir cada amperio, el consumo medio varía mucho en función del recorrido y, sobre todo, del estado de la batería.
En circuitos urbanos sí es que es posible no gastar un sólo litro de carburante, pero en viajes largos es imposible que el consumo medio no crezca por encima de los 8 litros a los 100 o incluso más. Gracias a un sistema de recarga de alta potencia, hasta 50 kW en corriente alterna, el Range Rover P510e es capaz de recuperar la totalidad de la batería en aproximadamente una hora y 20 minutos si la toma es de alta potencia. Si la conexión se realiza en un enchufe doméstico de 7,4 kW el tiempo se alargará hasta las 5 horas. Por debajo de esa potencia el tiempo es exagerado, así que no merece ni la pena tenerlo en cuenta.
Siendo sinceros, el consumo es el mejor de los problemas de los clientes de Range Rover. Si pueden pagar el coche pueden pagar la luz y la gasolina que este gaste, lo importante es cómo te hace sentir el coche y cómo es para viajar. En ambos casos es excepcional. Al volante te hace sentir poderoso, como si hubieses alcanzado el éxito en la vida. A diferencia de generaciones anteriores no se siente ni torpe ni lento. La maniobrabilidad ha mejorado excepcionalmente. El eje trasero direccional es una ayuda inestimable para garajes o zonas estrechas. Salvo por la desmesurada altura, Land Rover ha eliminado de la ecuación los problemas urbanos.
A pesar de ello hay que tener en cuenta que viajamos a bordo de un enorme todoterreno de más de dos metros de ancho, así que tenlo en cuenta porque no todo está resuelto. Lo mejor con el Range Rover es que te lleven. Sentarte en los asientos traseros, desplegar el apoyabrazos eléctrico y dejarte llevar. Si bien el espacio no es excepcionalmente bueno, los asientos y la calidad de rodadura del coche son de otro nivel. El confort por encima del Clase S existe, y lo tiene el Range Rover.
A pesar de que la unidad de pruebas montaba una descomunal llanta de 22 pulgadas calzadas con neumáticos Pirelli, el ruido de la rodadura es casi inapreciable. Cuando el P510e se mueve en formato 100% eléctrico se rueda en silencio absoluto. Nada molesta, nada altera y nada provoca rechazo o incomodidad. La suspensión filtra y rebota para producir un efecto de alfombra voladora. Cada trayecto supone el colmo del confort y ni cuando el motor de gasolina se pone en marcha se percibe algo. Y mucho cuidado con pisar a fondo el acelerador, porque la potencia sale a relucir y puedes dejar en evidencia a más de uno desde tu posición exclusiva.
Conclusiones
No puedo negar que me he enamorado del Range Rover P510e, tanto que me parece el mejor coche del mundo en la actualidad. La clase, la calidad y el confort de un Mercedes Clase S, pero con las capacidades 4x4 de un verdadero todoterreno. Una mezcla que siegue dando sus frutos en Land Rover y que ha hecho de esta quinta generación de su buque insignia el mejor coche del mundo. No sale barato, su precio nunca es inferior a los 157.900 euros, pero viendo que un Clase A puede valer a día de hoy 80.000 euros, no me parece nada descabellado.
Aunque no lo parezca, Land Rover lo ha cambiado todo para no cambiar nada. El Range Rover sigue siendo el patrón otro de los todoterrenos de lujo. Un coche, un buque, que ha mejorado en todas y cada una de las áreas que se le demandaba. Más práctico, más lujoso y más confortable sin perder un ápice de elegancia, clase o distinción. Varios coches en una sola carrocería si tu dinero te lo permite no encontrarás nada mejor.