Prueba Renault Arkana E-Tech Full Hybrid, todo lo que tienes que saber antes de comprar la versión híbrida del SUV coupé más popular
Atrae por su diseño pero no es solo una cara bonita. El recientemente renovado Renault Arkana propone una mecánica híbrida que supone la apuesta más eficiente y práctica de este SUV coupé con mucha personalidad.
El Renault Arkana fue un éxito inmediato cuando fue presentado en octubre de 2020 como demuestra que desde entonces se han comercializado unas 250.000 unidades en todo el mundo. Su éxito fue popularizar una carrocería SUV coupé, un estilo hasta ese momento reservado prácticamente en exclusiva a costosos modelos de corte premium.
Sin duda el atractivo diseño fue el principal argumento por el que los clientes se decantaban por este todocamino compacto pero hace unos meses recibió un lavado de cara para seguir manteniéndose fresco. Con el facelift también se estrena la versión Esprit Alpine, una inédita variante que equipaba la unidad de pruebas con la que he podido convivir.
Así pues, la gama se compone de tres niveles de equipamiento denominados Evolution, Techno y Esprit Alpine. El tope de gama, que sustituye al acabado R.S. Line que tenía el modelo anterior, subraya la imagen deportiva de un vehículo asentado sobre la plataforma modular CMF-B que muestra unas dimensiones exteriores de 4.568 mm de longitud, 1.821 mm de anchura y 1.571 mm de altura.
Los cambios no son grandes a nivel estético pero son efectivos visualmente. Delante, las novedades del Arkana Esprit Alpine muestran el nuevo emblema de Renault envuelto en una moldura en negro brillante que se une a los faros led que están ligeramente oscurecidos.
Especialmente bonita es la nueva trama de la parrilla frontal compuesta por rombos desestructurados, un detalle que me ha gustado porque dan un interesante efecto de profundidad. Parte de estos rombos van en gris satinado, un color que también está presente en la moldura del rediseñado paragolpes.
Renault también propone nuevos estilos de llantas de aleación de hasta 19 pulgadas. La suave caída del techo, característica de este modelo, termina en un portón rematado con la inscripción «Arkana» en negro. Los sinuosos pilotos posteriores están casi unidos entre sí, sólo se parados por el logotipo del rombo.
Arkana Esprit Alpine, el nuevo acabado tope de gama
De puertas para adentro, el renovado Arkana nos recibe con un habitáculo con un diseño mucho más convencional que su exterior pero que resulta acogedor y está compuesto por buenos materiales. Destaca la ancha moldura que recorre el salpicadero y la parte superior de las puertas con una textura similar a la madera -Renault dice que es «efecto pizarra» para ser exactos- que tiene un buen tacto y presencia. Este detalle es exclusivo de la versión Esprit Alpine.
Hay varios compartimentos repartidos por el habitáculo aunque ninguno de ellos tiene una gran capacidad, a excepción de la guantera. Los paneles de las puertas y el volante presentan un pespunte en tonalidades azul, blanco y rojo. Sí, lo has adivinado, los colores de la bandera de Francia. Por si no quedaba claro en los asientos también hay unas etiquetas con la bandera de nuestro país vecino.
Son unos estupendos asientos de corte deportivo vestidos con una tapicería que combina material TEP y alcantara. En ellos también están presentes una bellas costuras azules y el logotipo Alpine en el respaldo. Del mismo modo, los cinturones de seguridad también presentan dos franjas azules, color siempre asociado a la marca deportiva de Renault desde aquellos míticos Alpine A110 que compitieron en rallies en los años 60 del pasado siglo.
La digitalización está muy presente con una instrumentación digital con una pantalla TFT de 10,2 pulgadas y el sistema multimedia Renault Easy Link con pantalla táctil de 9,3 pulgadas en formato vertical. Este sistema de infoentretenimiento es compatible de forma inalámbrica con Android Auto y Apple CarPlay.
El equipamiento es abundante. El SUV galo puede tener asientos delanteros calefactables con ajustes eléctricos, volante calefactable, cargador de smartphone por inducción, sistema de sonido Bose, techo solar, un sistema de cámaras de 360° con una calidad de imagen francamente mejorable o sensores de aparcamiento delanteros y traseros.
En cuando a materia de seguridad y asistentes de conducción también va bien servido. El Arkana lleva frenada de emergencia con detección de peatones y ciclistas, control de crucero adaptativo, detector de tráfico trasero, asistente mantenimiento de carril o detector de ángulo muerto.
Las plazas traseras cuentan salidas de aire independientes, dos tomas USB, toma de 12 V, redes tras los respaldos delanteros y reposabrazos abatible. Proporcionan espacio suficiente para pasajeros de hasta 1,80 m de estatura o un poco más. Pensada para un uso muy esporádico, la plaza central es estrecha e incómoda, como es frecuente en esta categoría.
El modelo francés se sitúa en la gama entre el Captur y el Austral, exponiendo una capacidad de carga intermedia. El maletero, que tiene dos alturas, expone 480 litros de capacidad en la versión híbrida que he conducido y se puede ampliar el volumen hasta los 1.263 litros abatiendo los respaldos posteriores. Es algo menos que las versiones de gasolina, que alcanzan los 513 y 1.296 litros respectivamente. Su estilo coupé no le pasa factura frente a otros C-SUV con formas más convencionales.
¿Cómo se conduce el Renault Arkana híbrido?
El nuevo Renault Arkana se comercializa con tres motorizaciones, todas ellas con el distintivo ambiental Eco de la DGT. Por un lado, dos motores de gasolina 1.3 TCe mild hybrid de 140 y 160 caballos. Por otro, el interesante motor híbrido E-Tech Full Hybrid de 145 caballos que es el que he probado y concentra la mayor parte de las ventas del popular crossover coupé de la marca del rombo.
Bajo el rimbombante nombre de E-Tech Full Hybrid, la tecnología híbrida de Renault expone un motor de gasolina 1.6 turbo de cuatro cilindros que desarrolla 94 caballos y dos motores eléctricos: uno de 36 kW que se encarga de la propulsión y otro que actúa como motor de arranque de 18 kW. La energía se acumula en una batería de iones de litio de 1,2 kWh.
Este sistema E-Tech Full Hybrid lleva la transmisión automática multimodo propia de Renault. Tiene una estructura bastante particular porque está caja de cambios sin embrague tiene cuatro marchas para el motor de gasolina y dos marchas para el motor eléctrico, lo que da lugar a múltiples combinaciones que deberían redundar en una eficiencia optimizada.
Puede parecer un lío de marchas pero tranquilo, el conductor no tiene que hacer nada especial. Solo hay que poner el selector de cambio electrónico -Renault lo llama E-shifter- de la consola central en «D» y la trasmisión se encarga de todo automáticamente. No hay posibilidad de un manejo secuencial ni se incluyen levas tras el volante, simplicidad al máximo.
Igualmente es automático el aprovechamiento de las oportunidades de regeneración de la batería. El nivel de retención cambia dependiendo del modo de conducción seleccionado, no se puede ajustar de manera personalizada. Eso sí, se puede seleccionar una posición B de la transmisión que ejerce la mayor recuperación de energía.
Los modos de conducción son Eco, MySense y Sport. El primero de ellos lo apuesta todo por una gran eficiencia. El cambio de marchas se adaptada para una conducción más económica y se nota porque la respuesta de acelerador está más anestesiada. No dudo que será con el que se consiga el mejor resultado de consumo de combustible pero el Arkana híbrido se vuelve muy perezoso en carretera.
A mi modo de ver, lo ideal para uso diario es el modo MySense. Ofrece un buen compromiso ente rendimiento y economía e incluso se pueden personalizar algunas características a través de la pantalla central. En el modo más deportivo es donde se liberan los 145 caballos de potencia que ofrece este sistema híbrido. Bueno, decir deportivo igual es decir mucho porque en general tiene un comportamiento anodino.
Hundiendo el pie en el pedal derecho, el Arkana E-Tech Full Hybrid pasa de 0 a 100 km/h en 10,8 segundos y la velocidad máxima es de 172 km/h. No son datos muy impresionantes para esta caballería. No es que sea lento pero si comparamos este híbrido con su versión de gasolina de potencia equivalente y cambio automático se ve en clara desventaja. El Arkana 1.3 TCe MHEV EDC de 140 caballos acelera en 9,8 segundos y alcanza los 205 km/h.
Además de por la diferencia de funcionamiento propia de cada mecánica, evidentemente esta desigualdad se debe al enfoque de cada uno de ellos. En parte es lógico, es una simple cuestión de prioridades, cada motorización tiene su papel. Si vienes buscando prestaciones échale un ojo al Arkana de gasolina. Pero si quieres eficiencia el Arkana híbrido es la elección ideal.
De hecho he quedado gratamente sorprendido al ver que, haciendo recorridos similares, ha gastado menos que el Arkana híbrido pre-facelift que probé hace un par de años. El consumo medio del nuevo Arkana se ha situado en torno a los 5 l/100 km, muy cerca del valor de homologación en ciclo WLTP. No es especialmente divertido de conducir pero puede presumir de gastar poco.
Puntualmente el sistema híbrido puede tener un comportamiento algo áspero pero en general tiene un funcionamiento suave y agradable, especialmente cuando se mueve en modo 100% eléctrico. El desplazamiento con cero emisiones se hace con frecuencia en entornos urbanos, justo donde más falta hace.
Por cierto, hay una función E-save que permite mantener al menos el 40% de la carga de la batería por si queremos asegurarnos una reserva para conducir en modo eléctrico posteriormente. Es una funcionalidad frecuente en híbridos enchufables pero rara de ver en híbridos convencionales. También hay un botón EV para obligar al sistema a circular en modo cero emisiones si hay carga suficiente.
El nuevo Renault Arkana está a la venta desde 27.550 euros en su versión de acceso con el motor TCe de 140 caballos. El Arkana E-Tech Full Hybrid cuesta algo más, desde 29.070 euros, una diferencia de tarifa razonable para hacerse con un SUV híbrido que ofrece pocas emociones al volante pero resulta eficiente, práctico y con una personalidad que le permite destacar entre la multitud.