Prueba Renault Captur 1.3 TCe 130 CV EDC, como el buen vino (con vídeo)
El buen vino mejora con los años y lo mismo ha ocurrido con el Renault Captur. El popular crossover galo ha ido afinando su propuesta y en su segunda generación se muestra mucho más maduro e interesante. Lo probamos, en vídeo, en su versión gasolina 1.3 TCe 130 CV con cambio automático.
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Publicado: 10/03/2020 18:00
Aunque tiene acento francés se fabrica en España, en Valladolid, es el crossover urbano más vendido de estos últimos años y en su segunda generación se ha renovado completamente para seguir siendo un superventas ¿Sabes de qué coche estoy hablando? Efectivamente, es el nuevo Renault Captur y lo he probado para conocerlo a fondo.
A primera vista este nuevo Captur no parece cambiar mucho respecto a su predecesor y tiene sentido que sea así porque el diseño era la principal razón de compra de la generación anterior según los estudios de Renault. Eso no significa que no haya novedades reseñables: se le ha dado más volumen, la parrilla es más grande y el logo frontal también y no podía faltar la moldura de plástico negro que recorre la parte inferior de la carrocería como es habitual en los SUV.
Mención especial merecen las ópticas. Lleva faros Full Led de serie en toda la gama, incluidas las versiones de acceso. Detrás, los pilotos traseros también gozan de tecnología led y muestran un diseño en forma de C muy llamativo que, hasta el lanzamiento de este modelo, la marca del rombo sólo los había utilizado en prototipos. Éste es el primer Renault que ha llevado este formato a producción.
Las opciones de personalización son uno de los puntos fuertes del crossover de Renault. El fabricante galo propone 3 paquetes de personalización exterior, 11 colores exteriores y 4 colores para el techo y los retrovisores exteriores (negro, gris, naranja y blanco). En total hasta 90 combinaciones posibles de individualización exterior.
La segunda generación del Captur ha crecido 11 cm para alcanzar los 4,23 m de longitud. Comparte alma con el nuevo Renault Clio siendo comunes a ambos modelos la nueva plataforma CMF-B, las mecánicas y numerosos elementos de diseño y equipamiento. Eso también se nota en el interior.
De puertas para adentro la evolución en cuanto a diseño y calidad es más evidente. Las posibilidades de personalización también son abundantes en el habitáculo combinando los colores negro, gris, rojo, azul y naranja gracias a 7 packs de individualización interior. Igualmente también es posible modificar la tonalidad de la iluminación ambiental con 8 colores. En total están disponibles 18 combinaciones de configuración interior.
En general se percibe una buena sensación de calidad en los materiales empleados pero me voy a detener más en algunos elementos de diseño que son llamativos. El más destacado es la consola flotante sobre la que se sitúa la palanca de cambios, que deja un hueco adicional por debajo para guardar cosas. Sólo se ofrece así en las versiones con cambio automático porque la transmisión no es mecánica, sin embargo, en las variantes con cambio manual este espacio desaparece y tiene un formato convencional.
Otro detalle más de estilo es la forma en la que la apertura de la guantera como si fuera un cajón, al igual que ocurría en el Captur de la generación anterior. Ahora casi todos los coches presumen de ser tecnológicos y conectados y este Renault no iba a ser menos: en opción hay una base de carga inalámbrica para smartphones y no faltan varias pantallas informativas. Es el caso del cuadro de instrumentos el cual tiene una configuración tradicional en los niveles de acceso pero también está disponible una instrumentación digital con una pantalla de 7 y 10,2 pulgadas del acabado.
En el salpicadero toma protagonismo la pantalla del sistema multimedia, que puede ser de 7 o 9,3 pulgadas y además tiene un formato vertical. El interfaz es agradable de utilizar, es compatible con Android Auto y Apple CarPlay y la función táctil tiene una buena respuesta aunque funciona con algo de lag. En esta pantalla se visualiza la cámara de 360º, una novedad en el Captur que proporciona una calidad de imagen simplemente correcta.
Un buen detalle es que, a pesar de que hay mucha información en el sistema multimedia, se han mantenido unos botones físicos como accesos directos a las funciones principales y además hay un módulo específico para la climatización. Definitivamente este pequeño crossover de Renault está bien pensado desde el punto de vista ergonómico.
En las plazas posteriores hay un espacio generoso para pasajeros de estatura elevada, el espacio está muy bien aprovechado. Más que suficiente para dos pero para tres adultos es bastante estrecho y además quien vaya en la plaza central se encuentra un voluminoso túnel que resta espacio para las piernas. Hay salidas de aire traseras, una toma de 12V, conexiones USB y bolsillos en los respaldos, sólo falta un reposabrazos.
El respaldo no puede ajustarse en inclinación pero, al igual que su predecesor, goza de una práctica banqueta trasera deslizante longitudinalmente en 16 cm así que podemos jugar con el espacio para beneficiar la capacidad de carga cuando nos haga falta. En elemento muy útil del que pocos modelos en este segmento pueden presumir.
La capacidad de carga es uno de los puntos fuertes del modelo francés. Renault declara 422 litros de volumen, que es un buen dato. El espacio está bien rematado, es aprovechable y la base del maletero se puede colocar a dos niveles lo que permite distribuir la carga de una manera más óptima. Si adelantamos la banqueta trasera al máximo sacrificando la habitabilidad posterior se consiguen hasta 536 litros de capacidad, una cifra sobresaliente para un coche de este segmento.
Por supuesto se pueden abatir los respaldos de los asientos traseros en un formato 60:40, una operación que amplía el volumen de carga hasta los 1.275 litros. Colocando la base del maletero en su posición más alta el piso de carga queda plano. Ya va siendo hora de ver cómo se mueve ¿no?
Una gama mecánica para todos los gustos
La gama del Renault Captur comprende los motores de gasolina TCe 100 CV, TCe 130 CV, TCe 130 CV EDC y TCe 150 EDC, los diésel Blue dCi 95 CV, Blue dCi 115 CV y Blue dCi 115 CV EDC, una versión de autogas TCe 100 CV GLP y en breve se añadirá el híbrido enchufable Captur E-Tech. Desde luego hay un gran abanico de posibilidades para elegir.
La unidad de pruebas lleva el motor de gasolina 1.3 TCe de 130 CV y creo que es la elección más acertada porque muestra el mejor equilibrio en cuanto a prestaciones, consumo y refinamiento. A este propulsor de cuatro cilindros se le nota mucho brío, tiene una capacidad de aceleración normal siendo capaz de pasar de 0 a 100 km/h en unos 10 segundos, es bastante silencioso y lo normal será que el consumo se sitúe en torno a los 6,5 l/100 km si hacemos una conducción tranquila.
Este motor de 130 CV está disponible con una caja manual de seis marchas o una automática de siete marchas. En esta ocasión disfrutamos del automático que Renault llama EDC. La transmisión automática no brilla por rapidez a pesar de ser de doble embrague pero sí que resulta muy suave así que será una buena elección para quien busque el máximo confort. Tiene levas en el volante si queremos realizar los cambios de manera secuencial.
La suspensión tiene un tarado firme lo que hace que las imperfecciones del asfalto estén presentes cuando se circula por asfalto en mal estado, especialmente si monta las llantas más grandes que son de 18 pulgadas. La ventaja de esta configuración es que resulta un coche relativamente ágil y muestra un comportamiento neutro así que no teme enfrentarse a las curvas. Todas las versiones de este Captur 2020 cuentan con frenos traseros de tambor.
Para mejorar la experiencia al volante se ofrecen tres modos de conducción, son los modos Multi-sense: Eco, Sport y una opción que permite elegir los parámetros individualmente. Dependiendo de la configuración escogida pueden cambiar los ajustes de la respuesta del motor, la dureza de la dirección, la gestión de la caja de cambios EDC, el color de la iluminación ambiental y la configuración de la instrumentación digital. Una experiencia personalizada para un coche que ya de por sí goza de muchas opciones de personalización.
El Captur es un SUV ¿Significa eso que tiene ciertas aptitudes offroad o, como la mayoría, sólo sirve para subir bordillos y poco más? Pues bien, estamos en el segundo caso: sólo para subir bordillos… y que no sean muy altos. No hay versiones con tracción total ni tampoco cuenta con ninguna función de ayuda en condiciones de baja tracción como el sistema Extended Grip que tiene el Renault Kadjar.
El crossover galo tiene un enfoque decididamente urbano y la altura libre de 174 mm, superior a la de un turismo, es suficiente para aventurarse por zonas no asfaltadas y pistas fáciles siempre que no busquemos problemas. Pero sobre todo resulta útil para subir o bajar del coche con facilidad o ajustar una sillita infantil con comodidad.
Disponible con cuatro niveles de equipamiento (Life, Intense, Zen y Zen+), sólo queda señalar que el nuevo Renault Captur está a la venta desde 14.779 euros incluyendo los descuentos que ofrece actualmente la marca francesa en su versión TCe 100 Life. Buscar la motorización de gasolina de 130 CV obliga a subir un escalón en equipamiento y la tarifa se incrementa a los 17.441 euros del TCe 130 Intense. Un precio muy interesante para el que probablemente es el mejor coche del segmento.