Prueba Renault Captur 2020, apuesta segura
La segunda generación del exitoso Renault Captur está a punto de llegar a los concesionarios y ya lo hemos puesto a prueba. El crossover galo evoluciona su aspecto exterior, revoluciona su diseño interior, presume de un abundante equipamiento tecnológico y promete altas dosis de practicidad.
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Publicado: 25/10/2019 18:00
Hemos tenido ocasión de conocer y conducir el nuevo Renault Captur, un auténtico superventas en Europa dentro del segmento B-SUV. Un modelo totalmente renovado pero que seguirá manteniendo su etiqueta ‘made in Spain’ ya que, al igual que la primera generación lanzada en 2013, este nuevo Captur también se fabrica en España, en la factoría de Valladolid.
El crossover urbano de la marca del rombo ha sufrido una gran (y lógica) evolución. Reafirma su apuesta por los pilares de la fórmula de su predecesor que le ha llevado a ser el rival a batir en su categoría para enfrentarse a un nuevo reto: la nueva generación es un modelo global que se comercializa en los cinco continentes.
La segunda generación del Captur ha crecido 11 cm para alcanzar los 4,23 m de longitud. La distancia entre ejes también ha aumentado pero no en la misma proporción ya que la ganancia es de apenas 2 cm extra. El SUV urbano francés comparte alma con el nuevo Renault Clio siendo comunes a ambos modelos la nueva plataforma CMF-B, las mecánicas y numerosos elementos de diseño y equipamiento.
Esta nueva iteración del crossover galo mantiene un diseño reconocible con volúmenes redondeados, el techo flotante y los detalles propios de SUV. Es lógico que no se haya querido hacer un cambio radical de imagen porque el diseño era la principal razón de compra de la generación anterior según los estudios de Renault.
Los marcados pasos de rueda y la cintura alta proporcionan una imagen robusta, acompañada de las protecciones inferiores de los paragolpes (que pueden ser de color gris, blanco o naranja) y la moldura de plástico negro que recorre la parte inferior de la carrocería. La parrilla ha crecido en tamaño, al igual que el logo frontal.
Los faros Full Led son de serie en toda la gama y muestran una luz diurna en forma de C, un rasgo conocido en la mayoría de modelos de la marca como el Renault Megane. Por su parte los pilotos traseros en forma de C es una línea de estilo novedosa en Renault ya que no se había visto este formato en ningún modelo de producción, sólo en concepts. Aportan una mayor anchura visual de la zaga, remarcando los hombros del SUV.
Como ya ocurría con el modelo anterior, las opciones de personalización seguirán siendo uno de sus puntos fuertes del nuevo Captur con hasta 90 combinaciones posibles de individualización exterior. Renault propone 3 paquetes de personalización exterior, 11 colores exteriores y 4 colores para el techo (negro, gris, naranja y blanco) y los retrovisores exteriores.
Por supuesto también se puede llevar el mismo tono que el resto de la carrocería aunque ésta es una elección que sólo escogía 1 de cada 5 clientes del modelo anterior. Al fin y al cabo el techo bitono le brinda mucha personalidad, es una elección lógica. Además, también puede ofrecer opcionalmente unas barras portaequipajes o un techo solar.
La gama para el mercado español está compuesta por cuatro niveles de equipamiento denominados Life, Intens, Zen y Zen+. En otros países también se ofrecerá una terminación más lujosa, el Captur Initiale Paris, pero no estará disponible en España por la escasa demanda que se le presupone.
Un gran salto de calidad interior
Con respecto al modelo anterior, el Captur 2020 presenta un interior completamente rediseñado que sigue la filosofía iniciada por el nuevo Clio. Las posibilidades de personalización también son abundantes en el habitáculo combinando los colores negro, gris, rojo, azul y naranja gracias a 7 packs de individualización interior. Igualmente también es posible modificar la tonalidad de la iluminación ambiental con 8 colores. En total están disponibles 18 combinaciones de configuración interior.
Hay un claro incremento de la calidad de los materiales interiores, sirviendo como ejemplo el revestimiento de espuma en la parte superior del salpicadero, las puertas y el contorno de la consola central. Hay algunos detalles en el poco deseable negro piano, aunque sin abusar y en zonas que no se tocan demasiado habitualmente. Es de agradecer que Renault haya usado este material con cabeza. Los mandos con acabado satinado tienen un buen tacto y aportan calidad visual.
El volante estilizado con el aro más ancho se sitúa de un cuadro de instrumentos digital disponible en dos versiones con pantallas de 7 y 10,2 pulgadas. Las variantes básicas seguirán contando con una instrumentación analógica tradicional. No es posible equipar un Head-up Display ni de manera opcional.
Destaca la consola flotante en formato vertical ligeramente orientada hacia el conductor. Aquí se aloja la pantalla del sistema multimedia que puede ser de 7 pulgadas (con o sin navegador) o de 9,3 pulgadas (siempre con navegador). Esta última es la más grande del segmento por superficie (no por tamaño de la diagonal) según la marca francesa e incluso de un tamaño más generoso que la que brinda un coche de un segmento superior como el Renault Espace.
El sistema de infoentretenimiento es agradable de utilizar y la función táctil tiene una respuesta adecuada pero en ocasiones hay demasiados menús y submenús para algunas tareas sencillas, algo poco deseable cuando se va circulando. En esta pantalla se visualiza la cámara de 360º, una novedad en el Captur que proporciona una calidad de imagen simplemente correcta.
Gracias al sistema Easy Link que simplifica la conectividad el equipo multimedia es compatible con Android Auto y Apple CarPlay. También es posible utilizar una base de carga inalámbrica para smartphones y el reposabrazos central, con tapa deslizante, acoge dos tomas USB. La generosa lista de equipamiento también ofrece la posibilidad de disfrutar de un sistema de audio premium firmado por Bose.
Las versiones del Captur II con caja automática EDC se benefician de una consola central flotante gracias a que la transmisión es de tipo e-shifter, es decir, sin cable mecánico. De esta manera se ganan más huecos donde vaciarnos los bolsillos hasta el punto de que hay hasta 27 litros de capacidad de almacenamiento en los compartimentos interiores, incluyendo la peculiar guantera que se abre como un cajón igual que su predecesor.
En las plazas posteriores hay un espacio generoso para pasajeros de estatura elevada, aunque la diferencia respecto al modelo anterior es pequeña. Al igual que aquel, el nuevo Captur goza de una práctica banqueta trasera deslizante con un desplazamiento longitudinal que se ha ampliado hasta los 16 cm.
La fila trasera es más confortable que la del Captur de primera generación ya que tienen una forma más ergonómica, un mullido optimizado y la base del asiento es más grande. También se ha ampliado la anchura de la plaza central lo que posibilita que un pasajero vaya en el centro con cierta comodidad a pesar del voluminoso túnel central. Atrás hay salidas de aire y una toma de 12V.
La capacidad de carga es uno de los puntos fuertes del modelo francés. El maletero disfruta de 536 litros de capacidad, 81 más que la generación anterior. Lógicamente este espacio se consigue con la banqueta trasera adelantada al máximo sacrificando la habitabilidad posterior. Si la banqueta se retrasa totalmente la capacidad de carga sigue siendo muy generosa, 422 litros.
La base del maletero se puede colocar a dos niveles lo que permite distribuir la carga de una manera más óptima. También sirve para conseguir un suelo plano a la hora de abatir los respaldos de los asientos traseros, una operación que amplía el volumen de carga hasta los 1.275 litros.
Opciones diésel, gasolina, GLP y PHEV
La gama inicial del Renault Captur en España comprenderá tres motores de gasolina y dos diésel, todos con filtro de partículas. La distribución es por cadena en los gasolina y por correa en los diésel. Entre otras ventajas, la nueva plataforma permite opciones de electrificación que serán bien aprovechadas: el Captur será el primer modelo híbrido enchufable de Renault con la llegada a mediados de 2020 del Captur E-Tech Plug-in.
En este segmento hay una tendencia a recurrir a mecánica de tres cilindros pero el Captur se sale de esa filosofía. El propulsor de gasolina 1.0 TCe de 100 CV es el único tricilíndrico que se oferta en el crossover de la marca del rombo. Se vincula únicamente a una caja de cambios manual de cinco marchas. Sobre este motor se propone adicionalmente una versión con GLP que luce en el parabrisas la etiqueta medioambiental Eco y que llegará en marzo de 2020.
Las otras dos opciones de gasolina llevan cuatro cilindros y son las que hemos podido probar en la presentación de este modelo por tierras griegas. El 1.3 TCe de 130 CV está disponible con caja manual de seis marchas o automática EDC de siete marchas. El tope de gama es el 1.3 TCe de 155 CV, sólo asociado a la transmisión EDC.
A pesar de las buenas prestaciones de propulsor de 155 CV, la mecánica de 130 CV es la más equilibrada en cuanto a prestaciones y consumo (y presumiblemente precio) y por tanto la opción más deseable, con un rendimiento óptimo en toda la gama de revoluciones. La caja automática EDC no brilla por rapidez pero sí por suavidad así que será una buena elección para quien busque el máximo confort.
El apartado diésel está compuesto por un mismo bloque con dos opciones de potencia: un 1.5 Blue dCi de 95 y 115 CV. Ambos pueden ir con caja de cambios manual de seis marchas mientras que la caja automática queda reservada sólo para el más potente.
La suspensión tiene un tarado mas bien firme lo que hace que las imperfecciones del asfalto estén presentes cuando se circula por asfalto en mal estado, especialmente si monta la llanta de 18 pulgadas. La ventaja de esta configuración es que resulta un coche muy ágil y muestra un comportamiento neutro así que no teme a los revirados puertos de montaña.
No hay versiones con tracción total ni tampoco cuenta con ninguna función de ayuda en condiciones de baja tracción como el sistema Extended Grip que tiene el Renault Kadjar. Su enfoque urbano no lo necesita y la altura libre de 174 mm es suficiente para aventurarse por zonas no asfaltadas y pistas fáciles siempre que no busquemos problemas.
Todas las versiones cuentan con frenos traseros de tambor. Es una decisión que puede resultar extraña teniendo en cuenta que el modelo anterior sí ofrecía discos en las variantes con freno de estacionamiento eléctrico. Según Renault, la tecnología ha evolucionado lo suficiente para asociar el freno eléctrico y los tambores y además la marca asegura que en sus pruebas de desarrollo la distancia de frenado con tambores o discos era la misma. Todo ello hace innecesario recurrir a discos atrás.
Para mejorar la experiencia al volante se ofrecen tres modos de conducción Multi-sense: Eco, Sport y una opción que permite elegir los parámetros individualmente de respuesta del motor, la dureza de la dirección, la gestión de la caja de cambios EDC, el color de la iluminación ambiental y la configuración de la instrumentación digital.
El dominio del Renault Captur en su segmento ha sido claro desde su nacimiento y esta nueva generación reafirma todos los pilares de su éxito haciéndolo aún más apetecible. La cantidad de rivales en su categoría no para de crecer pero seguirá siendo el rival a batir a pesar de la llegada de las renovaciones dos modelos a tener en cuenta como son los nuevos Nissan Juke y Peugeot 2008.
El precio de venta aún no se ha anunciado en España y será una de las claves para seguir triunfando. Las tarifas se comunicarán en diciembre, momento en el que se realizará la apertura de pedidos. Las primeras unidades llegarán a los concesionarios en enero-febrero de 2020.