Prueba Renault Captur E-TECH, para los muy urbanitas
Emplear un sistema híbrido enchufable en un segmento tan pequeño es delicado. El Renault Captur E-TECH es uno de los primeros B-SUV en disfrutar de esta tecnología. Una apuesta arriesgada que, como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Conozcamos cuales son.
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Publicado: 25/11/2020 18:00
En los segmentos más pequeños del mercado el principal argumento de venta es el precio. Cada euro cuenta, y por ese motivo los fabricantes apuran al máximo los valores de venta. Los sistemas híbridos o híbridos enchufables elevan la factura final, algo no muy atractivo en el segmento. Sin embargo, el Renault Captur E-TECH se atreve a romper ese muro presentando un esquema por el momento difícil de ver en las unidades más pequeñas de cada casa.
El Renault Captur es un modelo de sobra conocido en el mercado. Lleva a la venta desde el 2013, y desde 2019 está disponible una segunda generación que mejora en todo a su predecesora. Los cambios han sido drásticos en todos los niveles a excepción del estético, donde mantiene un aspecto muy similar, aunque con las licencias creativas correspondientes a la nueva filosofía de diseño de la casa. Recuerda bastante a un Renault Clio, modelo del cual deriva.
Las dos unidades, Clio y Captur, se basan en la plataforma CMF. Una arquitectura completamente nueva y preparada para las tecnologías más innovadoras. Gracias a ella el nuevo Captur no solo es mejor producto, también puede disfrutar de sistemas de propulsión alternativa como el caso del modelo que nos ocupa. La tecnología híbrida enchufable es rara de ver en el segmento B-SUV, porque como ya hemos dicho su principal inconveniente es el coste extra que implica y que puede no resultar tentador a muchos compradores.
En el pasado ya hemos conocido y probado varias versiones del Captur. La última vez que pasó por nuestras manos tuvimos ocasión de analizar el Renault Captur 1.3 TCe de 130 caballos con cambio automático. Quedamos sorprendidos ante el buen tacto y el agradable comportamiento del pequeño SUV. Sobre todo, nos alegró el considerable cambio que había dado con respecto al modelo predecesor, que no destacaba en prácticamente nada. Con esa base crear un modelo híbrido enchufable tiene razón, pero ¿tiene sentido? Veámoslo.
Exteriormente el Captur E-TECH no se diferencia en casi nada al resto de sus hermanos. Las pegatinas y los logos dedicados de esta versión forman parte de elementos opcionales que puedes o no tomar en consideración a la hora de configurarlo. El programa de personalización es elevado y permite a cada cliente optar por soluciones particulares que se adapten a su gusto. El principal rasgo diferenciador de la unidad híbrida enchufable se camufla en la aleta posterior derecha, donde esconde una toma de conexión para la recarga. Una recarga que, como ahora hablaremos, no es especialmente buena.
De puertas para dentro el conservadurismo exterior se mantiene. Las tecnologías alternativas ya no son motivo suficiente para crear diseños arriesgados. Renault basa la apuesta en la naturalidad y la cotidianidad. La misma disposición de elementos que un Captur diésel o gasolina. Las pocas diferencias radican en menús exclusivos para el sistema híbrido enchufable y ciertos indicadores que nos permiten reconocer rápidamente el consumo, el nivel de carga y la autonomía eléctrica.
Eso quiere decir que se mantienen las cualidades que ya conocíamos. Destaca la sensación de calidad percibida. A pesar de tratarse de un segmento pequeño, los franceses han optado por incluir elementos propios de un segmento superior. Materiales blandos de agradable tacto elevan la sensación de calidad percibida por todos los ocupantes. Hasta un máximo de cinco, tres de ellos en una banqueta posterior que ofrece un correcto espacio para las piernas y para la cabeza.
El Renault Captur aporta soluciones modulares típicas de un monovolumen, como en su día hizo el Renault Modus. La segunda fila de asientos es capaz de desplazarse longitudinalmente 16 centímetros. Eso permite ampliar o reducir el espacio de carga a voluntad en función de las necesidades. El maletero presenta un volumen mínimo de 265 litros. 157 litros menos que una unidad no hibridada ya que en este caso las baterías nos obligan a perder el doble fondo del maletero.
En cuanto a equipamiento hay que reconocer que una vez más Renault apuesta por ofrecer elementos típicos de segmentos superiores. Entre los detalles de equipamiento posibles destacan: faros Full LED, acceso y arranque sin llave, cuadro de instrumentos digital, sistema multimedia con pantalla táctil vertical de hasta 9,3 pulgadas, conexión Android Auto y Apple CarPlay, navegador, cámara de aparcamiento, climatizador y un amplio equipo de asistentes a la conducción y sistemas de seguridad que hacen de él un SUV con cinco estrellas Euro NCAP. Si quieres saber más no te pierdas nuestra guía de compra del Renault Captur.
Pero vayamos a lo realmente importante de la unidad híbrida enchufable. El Captur E-TECH presenta una configuración que emplea un motor principal de gasolina de cuatro cilindros y 1.598 centímetros cúbicos que desarrolla por sí solo 90 caballos de potencia. A él se suman dos motores eléctricos delanteros, aunque solo uno de ellos tiene capacidad de impulsar al vehículo. Suma 49 caballos a la mezcla, lo que genera un total de 160 caballos de potencia máxima.
Los motores eléctricos están conectados a una batería de iones de litio en posición central-trasera con 7,5 kWh de capacidad útil. Una pila que no dispone de recarga rápida con la intención de abaratar costes. Esto nos lleva a uno de los inconvenientes principales del Captur E-TECH; el tiempo de recarga. La capacidad máxima de recuperación es de 3,7 kW. Si enchufamos el coche a una toma de esa potencia recuperamos la totalidad de la batería en tres horas pero, por el contrario, si lo hacemos a un enchufe convencional el tiempo se dilata hasta las cinco horas.
Son lapsos excesivos que nos obligarán a tener el coche toda la noche conectado. No es posible realizar cargas rápidas en tomas fuera de casa. En nuestra prueba tuvimos el coche conectado a una toma rápida de hasta 50 kW, pero en una hora apenas recuperamos autonomía para recorrer 10 kilómetros. Es decir que en una hora recuperamos 2,815 kWh. Poca carga para tanto tiempo. Por supuesto la recarga se puede programar para así aprovechar las horas menos costosas de la factura de la luz.
Si queremos aprovechar realmente las capacidades del Renault Captur E-TECH estamos obligados a tener un punto de carga, ya sea en casa o en la oficina. De lo contrario no conseguiremos sacar provecho de toda la tecnología, por no decir que elevaremos el coste operativo del coche ya que los consumos sin batería se disparan hasta cifras próximas a las de un diésel y algo más reducidas a las de una versión de gasolina, tal y como nos han demostrado nuestras pruebas.
Con la batería cargada a su máxima capacidad, un recorrido mixto rutinario (60% ciudad y 40% carretera) puede suponer un gasto de carburante de apenas 1,4 o 1,7 litros en función de las condiciones del tráfico y el comportamiento del conductor. Si hacemos ese mismo recorrido sin batería el consumo crece hasta los 4,8 - 5,1 litros. A lo largo de nuestra semana de pruebas la batería ha durado entre 30 y 52 kilómetros en función del entorno y la temperatura. Los días de frío se acorta significativamente.
Una de las ventajas claras es la certificación CERO que la DGT le otorga al Captur E-TECH. El simple hecho de poder moverte libremente sin ataduras de zonas de bajas emisiones o protocolos supone un lujo cada vez mayor. También lo es el no tener que pagar por dejar el coche en la calle. Hay que reconocer que es cómodo trabajar a la vieja usanza. Aparcar y olvidarte de horas o limitaciones. Por estos motivos es un coche ideal para aquellos que se mueven principalmente por ciudad.
Si nuestros recorridos habituales no llevan por entornos urbanos o periferia con menos de 40 kilómetros diarios vamos a sacar un gran provecho a las ventajas de la tecnología híbrida enchufable del Captur. Penalizaremos en los viajes largos donde el consumo de carburante crecerá considerablemente, pero no lo hará lo suficiente como para echar de menos una variante no electrificada. Aunque repetimos una vez más que es necesario tener una toma de recarga a mano para que tener todas las ventajas. Si no la tienes no merece tanto la pena.
Al fin y al cabo, como hemos dicho al principio, un coche electrificado en la medida de este E-TECH eleva el precio de venta. El precio de salida de un Renault Captur E-TECH es de 27.470 euros. Son 6.177 euros de diferencia con respecto a una unidad de gasolina de 155 caballos con cambio automático. Es mucho dinero en un segmento tan pequeño, y algo a tener en cuenta. La diferencia solo se recuperará a medida que hagamos más y más kilómetros en modo 100% eléctrico. Por lo tanto, si no lo hacemos la conclusión es clara, no compensa.
Pero no solo la eficiencia, el ahorro y la etiqueta te van a hacer plantear la posibilidad de comprar un Captur híbrido enchufable, también hay que destacar otros argumentos como el comportamiento. En líneas generales el Captur es uno de las mejores opciones del segmento en la actualidad (consulta nuestra guía para de los mejores SUV pequeños). La relación calidad-precio es muy elevada y ningún otro producto del segmento se acerca a él, a excepción del Skoda Kamiq. En marcha se muestra un coche muy resolutivo que ofrece cualidades propias de un compacto.
Es suave en una conducción tranquila y algo más nervioso cuando elevamos el ritmo. Su hábitat natural es la ciudad, la periferia o las carreteras sencillas de velocidades sostenibles. Aunque dinámicamente no puede ser tachado de un mal SUV, la realidad es que no debemos pensar en él como un coche ágil. Sí, se desenvuelve correctamente en una carretera revirada, pero que quede claro que prefiere los giros cerrados en ciudad. No supone ningún problema pues es algo completamente lógico y entendible.
A la hora de crear el tren motriz, los ingenieros han tenido muy presente al Renault ZOE, el modelo 100% eléctrico de la casa. No es un híbrido enchufable como la mayoría. No cuenta con levas tras el volante que nos permitan alterar los modos de regeneración, pero por el contrario sí que cuenta con una posición B en la palanca de cambios que aumenta la capacidad de retención del coche hasta convertirlo casi en un PHEV de pedal único. La diferencia con el modo B es considerable, y con el tiempo es fácil sacarle el jugo al sistema para así poder ir recargando más o menos según circulemos.
Es fácil en el manejo, algo que agradecerán los que den el salto de un coche de combustión a uno electrificado. Es sencillo de entender incluso en sus modos de conducción: Pure, Sport y My Sense. Este último nos permite configurar la conducción a un gusto más particular regulando diversos parámetros no solo mecánicos como la climatización. Hay que tener en cuenta que cada recurso ahorrado son kilómetros extendidos de autonomía.
El modo Pure adapta el coche para el máximo ahorro posible. La respuesta de los componentes se relaja y hacen del Captur un coche más blandito. Por el contrario, el modo Sport activa al máximo las capacidades motrices. Todo el coche se tensa, y en este caso el motor de gasolina está siempre encendido con la intención de responder ante la más mínima demanda del conductor. La pegada es tan buena que incluso parecen asomar más caballos de los que realmente se especifican en la ficha técnica.
Por último, existe un modo adicional, el modo EV. Al activarlo le decimos al sistema que queremos impulsarnos únicamente con corriente eléctrica. El motor de gasolina se apaga y, siempre que sea posible, se quedará así hasta que los requerimientos de potencia sean elevados o la batería ya no pueda tirar más del coche. También podemos decirle al coche que queremos que salve la batería restante. Este modo e-safe es ideal para viajes por carretera donde sepamos que el gasto de carburante no va a ser elevado y podamos reservar la batería para terrenos más complicados como la ciudad, ayudando a reducir los consumos finales.
En definitiva, ¿merece la pena gastarse un poco más por un B-SUV híbrido enchufable? La respuesta es depende. Si tu movilidad habitual te traslada a las calles de una gran ciudad o su periferia y tienes donde recargar la batería, sí te compensa. El coste es superior no solo en la compra del modelo, pues no olvides que debes instalar una toma de carga si es que no tienes una a mano. Las ventajas han quedado claras: menor consumo de carburante, buenas prestaciones y ventajas a la hora de moverte por la ciudad.
Por el contrario, si estas no son tus circunstancias no creemos que el paso a un PHEV te sea realmente ventajoso. El coste del vehículo es considerablemente más alto, y como no vamos a sacar provecho a las bondades eléctricas el resultado será que no solo el producto es más caro, también lo es el coste operativo. El no usar la batería eleva el consumo a cotas habituales de un motor térmico, así que en ese caso lo mejor es optar por un diésel, un gasolina o incluso una versión del GLP que también está disponible.