Prueba Renault Clio 2024, la misma receta del éxito
Hablar del Clio supone hablar de uno de los coches utilitarios más exitosos de la historia de la industria. Tras más de dos décadas en el mercado se presenta ahora una actualización importante que servirá para mantener su legado.
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Publicado: 05/07/2023 19:00
El Clio es uno de los pocos coches del mercado que puede presumir de ser una marca en sí mismo. Cuando pensamos en un coche urbano y polivalente es fácil imaginarnos al Clio en los primeros lugares. Ese éxito se basa en más de tres décadas de vida. Generación tras generación, que ya son cinco, el francés ha demostrado por qué siempre ha estado en la mente de todos los conductores europeos. Hoy nos ataca la actualización de esa última generación, el Renault Clio 2023, que viene cargado de numerosas e interesantes novedades que ya he podido probar.
En el Salón de Ginebra del 2019, Renault presentó por todo lo alto la última generación de su Clio. Todo el mundo contuvo la respiración a la espera de saber si los galos habían hecho un buen trabajo y así fue. Empleando un término muy taurino: no hay quinto malo. Las mejoras se sucedieron en todos los aspectos, desde el diseño al equipamiento, pasando por la calidad y el comportamiento. Una vez más, si es que en algún momento dejó de hacerlo, tiró de experiencia y buen hacer. De hecho, fue el primero en promover un cambio de tendencia en la marca.
Los directivos e ingenieros de Renault sabían de la importancia de aquel lanzamiento y lo dieron todo. Desde entonces, los franceses han lanzado al mercado muchos modelos basados en un nuevo concepto de calidad, equipamiento y versatilidad. El Clio fue el primero, pero hoy podemos ver cómo hay continuidad en los más modernos Renault Austral o Renault Espace. Coches bien hechos, bien presentados, con buen equipamiento y una calidad superior al estándar generalista de cada categoría. Esos mismos principios pronto los recibirá el Renault Rafale, modelo que te presenté hace unas semanas.
¿Cómo mejorar algo que ya era muy bueno? Pues en este caso, los franceses han tirado un poco de mentalidad alemana: no toques nada que sabes que te funciona. El restyling del Clio toca las notas suficientes como para cambiarlo sin llegar a hacerlo. La modificación más evidente la vemos en el diseño. La cara del Clio cambia por completo para acoger un nuevo ADN de diseño. La luz diurna en forma de C desaparece tras años marcando tendencia y a partir de ahora Renault monta un faro único con una estría vertical que cumple dos funciones. La primera es la de servir como firma diurna y la segunda es la de aportar un aspecto más robusto.
Aunque el nuevo modelo no cambia sus dimensiones, parece que estamos ante un coche más musculoso y ancho. Con una mayor presencia en la carretera. Hay que tener en cuenta que la primera versión lanzada al mercado se acompaña con el acabado más alto y deportivo de todos, de ahí que podamos observar tomas de aire tan grandes y llamativas. La presencia es buena y eso siempre sirve de gran ayuda a la hora de sumar ventas a la causa. No importa que hablemos de un segmento B, la estética es y siempre será un argumento de venta principal.
La zaga cambia bastante menos. Hay modificaciones en los faros, pero no se puede hablar de una revolución significativa. También cambia el parachoques, pero en líneas generales estamos ante el mismo coche del 2019. Los elementos cromados, que ahora pueden ser negros, aportan ese toque de refinamiento y sofisticación. Las llantas sí que cambian para sumar nuevos y atractivos diseños, con un tamaño entre las 15 y las 17 pulgadas. El diámetro más grande sólo estará disponible en ese acabado superior que antes te mencionaba, denominado oficialmente como Espirit Alpine.
Al abrir las puertas el efecto de renovación se diluye parcialmente porque Renault no ha querido tocar en exceso un habitáculo ya de por sí bien presentado. De hecho, el cambio más significativo es prácticamente inapreciable. Si nadie te lo dice no sabrías dónde mirar. A partir de ahora el Renault Clio se vuelve más sostenible al abandonar por completo cualquier traza animal de su habitáculo. Los materiales, las tapicerías y los recubrimientos se fabrican con textiles sostenibles y reciclados que no merman la sensación de calidad percibida y suman ese punto ecofriendly que todas las marcas buscan ahora.
Lo importante, lo verdaderamente importante, es que el nuevo Renault Clio no pierde ni un ápice de equipamiento y ergonomía. La digitalización mantiene su protagonismo con un cuadro de instrumentos digital que ahora llega de serie en todos las versiones y con una pantalla del sistema multimedia muy atractiva en posición vertical. Renault sigue apostando por ese formato que, a título personal, me parece todo un acierto. El panel del sistema multimedia varía su tamaño en función del acabado, llegando a ocupar un máximo de 9,3 pulgadas. Mucho para ser tratarse de un utilitario.
Tras todo ese despliegue tecnológico se esconde el sistema operativo de Renault denominado Easy Link. El manejo es sencillo, la lectura clara y ahora también un poco más fluida. Todo resulta muy intuitivo y eso es de agradecer. En un alarde de conservadurismo y acierto, los franceses mantienen el módulo de la climatización por separado. Diales de gran tamaño y tacto analógico que permiten poder modificar la temperatura sin tener que estar dando toques en una pantalla que se mueve al compás de la carretera. Sencillo, limpio y, sobre todo funcional.
Aprovechando el relanzamiento, Renault ha introducido algunas novedades en materia de equipamiento. La conectividad para dispositivos móviles ahora es inalámbrica, los faros Full LED llegan de serie en todos los acabados y asientos de corte más deportivo con nuevas costuras y detalles adicionales que siguen haciendo de él un coche muy completo. Por supuesto tampoco faltan los muchos recursos de seguridad basados en un programa de asistentes con nivel 2 de conducción autónoma y los habituales sistemas que hacen la vida diaria más sencilla como las cámaras de aparcamiento.
Al no haber cambios en la plataforma, las plazas traseras siguen manteniendo unas dimensiones algo justas para pasajeros altos. Si superas el 1,8 metros de estatura tendrás ciertos inconvenientes en altura, pero es algo normal teniendo en cuenta lo que ofrecen otros modelos de la categoría. No presentan muchos lujos y creo que Renault ha perdido la oportunidad de incluir algún detalle más en esta segunda fila, como por ejemplo sumar alguna toma USB. El espacio del maletero tampoco cambia. El baúl es grande; 340 litros para las unidades térmicas y 254 litros para el híbrido reconocido bajo la denominación E-TECH.
A nivel mecánico tampoco podemos decir que haya grandes novedades y eso me gusta. Renault sigue apostando fuerte por la combinación Clio-Diésel. Hay que tener en cuenta que es un coche de gran popularidad en flotas de empresas. Muchos comerciales y compañías recurren al francés para hacer decenas de miles de kilómetros al año y para eso nada mejor que un buen motor de bajo consumo con el del francés. Las primeras unidades en llegar al mercado serán el TC3 de 90 caballos y el híbrido no enchufable E-TECH de 145 caballos con etiqueta ECO de la DGT. Por haber, hay hasta modelos bifuel con gas licuado.
Prueba del Renault Clio 2023
Los tiempos cambian y lo hacen cada vez más deprisa. Sólo hay que echar un vistazo a la competencia del Clio para darse cuenta de cómo ha evolucionado la categoría. Junto a él encontramos nombres ilustres como el Volkswagen Polo, el Opel Corsa o el SEAT Ibiza, pero en los últimos años ha irrumpido otros modelos como el Hyundai i20, el KIA Rio o el Toyota Yaris. Todos ellos han ido sumando nuevas cualidades que los han acercado a sus hermanos mayores. Una lucha encarnizada donde el Clio no ha perdido comba.
No lo ha hecho gracias a sus constantes mejoras. Como ya he dicho, el modelo 2023 ha traído numerosas novedades, pero se mantienen fieles al producto que ya tuve ocasión de probar tiempo atrás. Una vez más el Clio destaca por su compromiso entre lo urbano y lo extraurbano. Con apenas 4 metros de largo es capaz de cumplir en numerosos escenarios. El diario, ir y volver del trabajo o de los quehaceres, al menos corriente, como viajar largas distancias sin sufrir las consecuencias. Antaño estos coches se reservaban para la ciudad y poco más. Hoy ya no es así.
Los motores de Renault son motores tan fiables como refinados. Apenas hay vibraciones o ruidos que afecten al confort general. La gama mecánica se extenderá con el paso del tiempo, pero las unidades de lanzamiento parecen muy equilibradas tanto por prestaciones como por consumos. El bloque TCe de un litro y 90 caballos es resolutivo en ciudad, aunque en autopista puede quedarse algo corto si viajamos cargados. La aceleración es buena y las recuperaciones también, pero habrá que jugar un poco con la caja de cambios manual de 6 velocidades para poder sacar lo mejor de él en cada escenario.
El híbrido gana cinco caballos con respecto al modelo anterior. Su rendimiento sigue siendo excelente y, en este caso sí, es más que suficiente para abordar cualquier uso, incluso irse de viaje. Es un coche más redondo, aunque también, supongo, más caro. La etiqueta ECO le permite adentrarse en zonas de bajas emisiones sin ningún problema y como es un híbrido normal, es decir que se mueve con un motor eléctrico, el consumo puede ser realmente bajo. Renault dice que en ciudad puede recorrer más de cinco kilómetros en formato 100% eléctrico gracias a un sistema muy bien calibrado que cuenta con la presencia de una batería con 0,85 kWh de capacidad neta.
Cuesta sacar de contexto al Clio. Se siente cómodo tanto en ciudad como fuera de ella. En modo urbano es fácil sortear el tráfico y a altas velocidades transmite un gran aplomo y firmeza. En cuanto a consumos, la experiencia y los datos homologados me permiten adivinar un gasto medio inferior a los 5 litros, lo que está realmente bien. Cuando llegue el diésel será el modelo más ahorrador de todos, pero no dispondrá de etiqueta ECO si eres de esos a los que le preocupa.
Conclusiones
La receta del Clio sigue siendo un éxito. Renault, los franceses en general, bordan este tipo de coches y por eso, tras más de tres décadas en el mercado el galo se sitúa entre los más vendidos de la categoría. Para este 2023 el cambio más evidente se centra en el diseño. Renault tenía muy poco que pulir y así ha sido. Es un coche mejor que en el pasado. Su relación calidad-precio es excelente, pero no la única de sus cualidades. El equipamiento, la calidad y el comportamiento en general son sus puntos más fuertes. ¿Los menos? La habitabilidad en las plazas traseras y el precio de las versiones híbridas. Muy tentadoras por rendimiento y consumo, pero algo caras.