Prueba Renault Symbioz, la solución francesa para los que no tengan claro que SUV comprarse

La familia de Renault crece y lo hace con un SUV híbrido, el Renault Symbioz, que se inserta en la gama para dar respuesta a aquellos clientes que busquen aunar varios conceptos bajo una misma carrocería.

Prueba Renault Symbioz, la solución francesa para los que no tengan claro que SUV comprarse

13 min. lectura

Publicado: 20/08/2024 08:30

Las marcas se han dado cuenta que todo lo que tenga apariencia de SUV se vende bien, pero hay que tener en cuenta varias circunstancias muy concretas para alcanzar el éxito. Actualmente los segmentos C y B son los que copan casi todo el protagonismo en los concesionarios. Segmentos compactos y polivalentes que resuelven la papeleta a muchos tipos de clientes. Desde parejas a familias con pocos hijos. El nuevo Renault Symbioz ataca justamente a ese segmento. Un nuevo modelo para la familia gala.

Es imposible negar el parecido entre el Captur y el Symbioz. Son, prácticamente, el mismo coche.

Y es que cuesta seguir la pista o ubicar todos los modelos diferentes que Renault posee en los dos principales segmentos del mercado. Tanto que hay veces que cuesta diferenciarlos. Tanto que hay veces que pueden llegar a pisarse los unos a los otros. En el caso particular del Symbioz podríamos considerarlo como el hermano mayor del Renault Captur. Los dos tienen la misma cara y proporciones similares. También puede ser considerado el hermano pequeño del Renault Scenic, con el que sólo hay unos centímetros de distancia. Sin embargo, este último sólo está disponible en formato eléctrico.

Por encima quedan modelos como el Renault Austral o el Renault Arkana, un coche que se resiste a morir teniendo en cuenta los satisfactorios resultados comerciales que atesora. Por sus medidas, el Symbioz puede ubicarse cómodamente entre los segmentos B y C, siendo el más grande del primero o el más pequeño del segundo. La fórmula francesa ha sido bastante sencilla. Han cogido la plataforma de un Captur, han extendido la carrocería por detrás y voilá. Un cochecito ideal para aquellos a los que el Captur se les queda pequeño y el Austral demasiado grande.

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MedidasRenault SymbiozRenault Captur
Largo4,41 metros4,24 metros
Ancho1,80 metros1,80 metros
Alto1,57 metros1,57 metros
Batalla2,64 metros2,64 metros
Volumen maletero434 litros326 litros

El Symbioz y el Captur comparten plataforma y casi las mismas medidas.

Intentando aprovechar los recursos disponibles, los franceses han rebuscado en su almacén de pruebas y han dado con muchos elementos compartidos de otros coches. Como ya he dicho, el frontal es Captur, mientras que la trasera se asemeja mucho más al Renault Rafale, al SUV coupé más grande de la compañía, aunque no son exactamente iguales ya que el Symbioz apuesta por una línea más rectangular y práctica. El resultado es bastante atractivo, elegante y bien definido que permite reconocer un cliente diferente. No tengo ninguna duda que se venderá bien.

Si bien de puertas para fuera se han complicado un poco, no mucho la vida, por dentro no lo han hecho nada en absoluto. Es el mismo habitáculo que pude conocer hace unas semanas durante la primera toma de contacto del nuevo Renault Captur. Esto le resta algo de personalidad al Symbioz, pero no se puede negar que puestos a aprovechar algo qué mejor que hacerlo con un interior muy bien resuelto. No hay grandes diferencias, ni de acabados, ni de materiales ni de tecnología. Los sistemas están condicionados por la plataforma CMF-B.

La batalla se mantiene, pero la carrocería se extiende 17 centímetros.

La casa gala nos propone tres niveles de acabado: Tecno, Esprit Alpine e Iconic. Tres versiones diferentes que modifican el aspecto general del coche y, de paso, añaden más o menos equipamiento de serie al conjunto. La dotación básica es bastante completa, incluyendo cuadro de instrumentos digital de 10 pulgadas, sistema multimedia con panel central de 10,4 pulgadas, conectividad para dispositivos móviles, faros Full LED, climatizador automático, cámara de aparcamiento y mucho más. A eso podemos sumar llantas de 19 pulgadas, cámara de 360 grados, techo panorámico electrocrómico, asientos delanteros calefactables y todo el paquete de seguridad y asistentes a la conducción posible.

Renault ha pensado que el Symbioz es la solución perfecta para las familias de cuatro miembros que no puedan o no quieran acceder a un segmento superior. A ellos les otorga un generoso espacio en todas las plazas, aunque no puedo decir que sea tan amplio como un Austral. La fila trasera está bien aprovechada incluso para pasajeros adultos. La banqueta se ajusta longitudinalmente 16 centímetros, por lo que podemos jugar con el espacio, sumando o restando litros de maletero en función de las necesidades. El volumen mínimo es de 434 litros, ampliable a 548 si movemos la segunda fila hacia delante.

Una de las claves del Symbioz es su volumen de carga. El maletero es más grande que el del Captur.

En una era donde lo normal es romperse la cabeza pensando en qué opción mecánica es la idónea, los franceses resuelven la papeleta con una única alternativa de movilidad. El Renault Symbioz siempre se alimenta de un conjunto híbrido no enchufable denominado E-TECH Full Hybrid. Es el mismo esquema que podemos ver en el Captur y en el Clio. Consta de un motor de gasolina de cuatro cilindros atmosférico con 1.6 litros de cilindrada que se acompaña de un dos motores eléctricos, uno actuando como caja de cambios, y una batería de 0,85 kWh de capacidad. En España recibe la importante etiqueta ECO de la DGT, por lo que es ideal para moverse por las cada vez más habituales ZBE.

Prueba del Renault Symbioz E-Tech Full Hybrid

La ficha técnica anuncia un peso de 1.498 kilos para el más liviano de los Symbioz, apenas 53 kilos más que el Captur con el mismo conjunto mecánico y acabado. La potencia total del sistema híbrido es de 145 caballos. Rendimiento que le sirve para acelerar de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos y para alcanzar una velocidad punta de 170 kilómetros por hora. No son datos extraordinarios, pero suficientes como para un uso tranquilo y diario sin que los consumos se vuelvan locos. La palabra que mejor lo define es equilibrio.

En el interior nos encontramos con un puesto de conducción ya conocido. La calidad es buena.

Es imposible negar el parentesco con el Captur y eso me obliga a decir que el comportamiento del Symbioz es prácticamente idéntico, aunque hay alguna pequeña diferencia. En autopistas se le nota un coche más grande, con mejor aplomo y un poco más refinado. Me ha llamado la atención el buen aislamiento de la cabina. A altas velocidades apenas hay molestias en el interior. Los kilómetros caen de forma natural y cómoda. Se pueden realizar largos viajes sin tener que pagar las consecuencias. Un buen coche familiar.

Sí que es cierto que la potencia puede quedarse algo justa en ciertos entornos. La aceleración es buena, pero discreta. Cargado a tope requiere calcular muy bien los tiempos y la distancias, lo mismo que pasa a la hora de adelantar en vías secundarias. Lo hace, pero se toma su tiempo. Renault ha configurado varios modos de conducción, los habituales: Eco, Comfort, Sport y Personalizado. Este último, como podrás comprender, permite un ajuste más detallado de algunos componentes como la dirección o la sensibilidad del acelerador. La suspensión no varía y, por lo tanto, siempre se comporta igual.

Los modos de conducción apenas cambian el comportamiento del coche.

En ciudad se desenvuelve muy bien. La altura le permite tener una excelente visibilidad perimetral y como no es muy grande se puede encontrar hueco fácilmente. En una carretera de curvas tiende a ponerse nervioso si somos demasiado agresivos, el subviraje aparece sin mucho esfuerzo, algo lógico teniendo en cuenta el concepto del coche. No supone ningún problema. La caja de cambios trabaja bien, aunque se pierde en algunos momentos de mayor exigencia. Acostumbra a estirar más de la cuenta las revoluciones, aunque es fácil tener controlados los consumos. Es posible rodar en medias en torno a los 5 ó 5,5 litros por cada 100 kilómetros.

Para aprovechar al máximo el sistema híbrido, el Symbioz cuenta con un modo B de la palanca de cambios que activa un freno motor bastante agresivo. No llega a comportarse como un coche de pedal único, pero sí que permite hacer deceleraciones sin tener que tocar el pedal del freno. Con el tiempo se gana práctica y es entonces cuando empiezan a aflorar unos consumos realmente contenidos. Gracias a un tanque de combustible de 48 litros podemos rodar más de 800 kilómetros sin tener que preocuparnos de parar a repostar. Hoy por hoy este es uno de los mejores sistemas HEV que puedes comprar.

El cambio siempre es automático. Es bueno, pero en ocasiones se pierde.

No quiero despedir antes esta primera toma de contacto sin hablar de precios, un factor que a buen seguro ocupa un puesto especial en la lista de prioridades. Si vamos a un concesionario de Renault nos dirán que el Symbioz está disponible en una horquilla de precios entre los 32.026 y los 34.906 euros, sin promociones, dependiendo del acabado seleccionado. Me parece un precio bastante sensato teniendo en cuenta todo lo que ofrece. Sin embargo, un Captur, que es 17 centímetros más pequeño, es considerablemente más barato, entre los 23.270 y los 31.030 euros en su versión híbrida. Ahí sí que se nota la diferencia y cada uno tendrá que valorar si le merece la pena abonarla.

Conclusiones

La primera toma de contacto con la nueva figura de la casa del rombo me ha dejado un buen sabor de boca, como ya lo hiciese hace unas semanas el Captur. Ofrece la misma mentalidad que este, pero desde un punto de vista algo más familiar. Me quedo con su diseño, con su generoso equipamiento de serie, su buena calidad y con sus bajos consumos. Sin embargo, completamente cargado el motor híbrido de 145 caballos puede quedarse algo corto, las plazas traseras podrían ser más espaciosas y la diferencia de precio con su hermano pequeño se me antoja algo excesiva. A fin de cuentas es un buen producto y, como he dicho más arriba, seguro que se vende bien.

Renault explota al máximo los SUV y difumina las líneas entre los segmentos B y C.
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