Prueba SEAT Arona 1.6 TDI, la opción más ahorradora (con vídeo)

A medio camino entre el Ibiza y el Ateca, el SEAT Arona se introduce en el segmento B-SUV donde los rivales no se lo van a poner nada fácil. Una apuesta que presenta importantes factores que la refuerzan, uno de ellos es el ahorro de su bloque 1.6 TDI de 115 caballos.

Prueba SEAT Arona 1.6 TDI, la opción más ahorradora (con vídeo)

20 min. lectura

Publicado: 06/06/2018 20:00

Hyundai KONA, Kia Stonic, Citroën C3 Aircross son algunos de los ejemplos de los SUV utilitarios que han llegado el último año. Falta por añadir otro más, el Arona. Hay que reconocer que a los de Martorell les ha costado esto de lanzar SUVs, pero entre el Ateca y el que hoy nos ocupa la oferta y la demanda se va haciendo cada vez más grande. Los B-SUV no son tan comerciales como los C-SUV, pero sin lugar a dudas algún día llegarán a serlo, y por eso ha llegado el momento de probar el nuevo SEAT Arona en su acabado FR y con el motor 1.6 TDI de 115 caballos.

Ya nadie niega que los SUV son el futuro del mercado automovilístico, o al menos el más inmediato. Eso quiere decir que la marca que no tenga uno o varios modelos entre sus filas está abocada al fracaso. SEAT ha tardado en presentar sus modelos, pero eso no ha impedido que sus ventas vayan viento en popa. De hecho el Arona, a pesar de llevar menos tiempo en el mercado, ya conquista mejores cifras que su hermano mayor.

El segmento B-SUV es predominantemente joven, y por eso las marcas basan sus diseños en estéticas atrevidas. El Arona presenta un diseño que está a medio camino entre el Ibiza, modelo del cual procede todo sea dicho de paso, y el SEAT Ateca, su hermano mayor. Presenta rasgos de ambos, por una parte el estilo juvenil del utilitario, y por otra parte el estilo campero y aventurero del SUV. Un diseño que puede alterarse en función del paquete que seleccionemos.

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La parte frontal es de clara inspiración Ibiza, con unos faros que son calcados pero con algunas variaciones típicas dadas la mayor altura y el diferente enfoque del Arona, sirva como ejemplo la línea del capó. Tampoco pueden faltar los elementos voluminosos y con líneas horizontales que son los que provocan esa sensación de empaque y robustez. Éstos vienen presentados principalmente en un parachoques de grandes dimensiones, y esa misma idea se transfiere a todo el coche.

El Arona resulta de la simbiosis de dos estilos, por un lado el Ibiza y por el otro el Ateca

En el lateral hay mezcla de estilos, como los pasos de rueda marcados en plástico negro o el techo en pintura de contraste a partir del acabado Style y que es claro indicador de coche urbano y juvenil. A pesar de no disponer de tracción total el Arona presenta una altura libre con respecto al suelo de 18 centímetros, una medida ligeramente superior a la media.

Sin lugar a dudas la trasera es la parte que más se parece al Ateca, y la parte que cuenta con un estilo más propiamente SUV, con un portón de grandes dimensiones y con un parachoques contundente que da esa sensación de fortaleza de la que tanto presumen los SUV. Pena que los españoles también hayamos tomado la medida de ocultar los escapes, pero bueno es algo a lo que poco a poco nos vamos acostumbrando.

De puertas para dentro no hay lugar a dudas, es un SEAT Ibiza en todos los sentidos. De hecho si nadie me dijera nada no sabría diferenciar entre uno y otro. Ambos son calcados, con mismos materiales, misma estructura y mismos sistemas. También cuenta con la abundante presencia de plásticos, de hecho salvo por el tapizado del frontal, de serie en el acabado FR de la unidad, sería prácticamente todo de plástico duro, algo que por cierto no me termina de gustar. Eso sí, la fabricación es correcta, buena podríamos decir, con ajustes cuidados y con una sensación de durabilidad bastante grande, algo que ocurre en todos los modelos de Martorell.

El puesto de conducción es muy ordenado, todo está donde debe y dado que hace unos meses probamos el Ibiza la disposición de los elementos nos es muy familiar. La pantalla de la consola central se ha situado lo más arriba posible, y dado que contamos con el acabado FR el tamaño es de 8 pulgadas, el máximo que puede tener. El manejo es táctil, y su uso es igual al que vemos en un SEAT León o un Ateca. Mucha información y muchos sistemas adheridos. Y por supuesto no podía faltar el equipo de conectividad para dispositivos móviles con conexión para Android Auto, Apple CarPlay y MirrorLink.

La pantalla de 9 pulgadas permite disponer de mucha información y aplicaciones al alcance de la mano

Por debajo de esa pantalla tenemos el módulo de la climatización, dos tomas USB, y el túnel central en cuyos botones laterales nos encontramos el bloqueo de las puertas, la desactivación del Start&Stop y el selector de modos de conducción, de los que más adelante te hablaré. Por último hablar del cuadro de instrumentos, que una vez más es el habitual, con dos grandes esferas analógicas en los lados y un display multinformación en el medio. Por si te lo estás preguntando, no, el cuadro digital todavía no está disponible para el Arona, únicamente lo está para el León y el Ateca.

Pero tampoco nos vamos a quejar de equipamiento porque está claro que el SEAT Arona es capaz de disponer de muchos más elementos de los habituales para el segmento en el que se ubica. A destacar los faros de LED que a pesar de no ser matriciales son muy recomendables. La ya mencionada pantalla de 9 pulgadas, el cargador por inducción, el equipo de sonido firmado por Beats Audio, la cámara trasera de aparcamiento el control de crucero, el navegador y el climatizador bizona, entre muchos otros.

Hay que tener en cuenta que a pesar de su altura, estamos ante un utilitario. El Arona emplea la versión más pequeña de la conocida plataforma MQB, es la misma que emplean el Ibiza o el Volkswagen Polo, por ejemplo. Eso quiere decir que las medidas aquí dentro son las mismas. También hay que tener en cuenta que aunque el Arona es siete centímetros más grande que el Ibiza, presentan la misma distancia entre ejes, por lo que el espacio para los ocupantes viene a ser el mismo.

La fila trasera está muy bien resuelta para dos pasajeros, el quinto irá algo más incómodo

Todo ello se traduce en que el Arona ha sido desarrollado para ser usado principalmente por cuatro ocupantes. Los de la fila trasera viajarán con ciertas comodidades, teniendo hueco más que de sobra tanto para la cabeza como para las piernas. Un quinto ocupante ya no irá tan cómodo ya que el espacio para los hombros es el que es, además de tener que lidiar con un túnel de transmisión alto a pesar que no habrá versiones de tracción total.

Como ya he dicho antes el Arona es más grande que el Ibiza, y esa ganancia de centímetros viene dada por la extensión de los voladizos, sobre todo el trasero. Esto le permite tener un volumen de carga superior al del compacto, a lo que debemos sumar la mayor altura. Como mínimo tenemos 400 litros de capacidad, y como máximo 1.280 si abatimos la segunda fila de asientos.

En cuanto a motores, la gama mecánica del Arona está compuesta por bloques pequeños de tres y cuatro cilindros turboalimentados todo ellos, que presentan potencias que oscilan entre los 95 y los 150 caballos. En esta ocasión nosotros hemos optado por una apuesta muy rutera, especialmente pensada para hacer gran cantidad de kilómetros con el máximo ahorro posible. Estamos hablando de un 1.6 TDI de 115 caballos con caja de cambios manual de seis velocidades y tracción delantera.

El acabado FR aporta ese toque estético deportivo que tanto gusta

Prueba SEAT Arona 1.6 TDI

Antaño los utilitarios o urbanos eran coches cuyo rango de acción estaba bastante fijado y limitado a las ciudades y sus entornos. Sin embargo con el paso de los años y la evolución de la tecnología, éstos han ido evolucionando de tal manera que a día de hoy sus capacidades son prácticamente iguales a las de cualquier otro modelo del mercado.

El Arona, al igual que el Ibiza o el Polo, son buena muestra de ello. El hecho de ser pequeño no quiere decir que no estemos ante un coche que pueda afrontar una gran cantidad de usos. Lo digo primero por el tamaño y segundo por sus características dinámicas. La variedad de motores permite tener varios Arona posibles. Si optamos por un motor pequeño estará más enfocado a la ciudad, y por el contrario si optamos por una variante más potente el abanico se abre.

En este caso estamos ante esa segunda posibilidad. Hay que reconocer que con 115 caballos el Arona se desenvuelve con mucha soltura en muchos terrenos. Sigue presentando ese toque urbano pero no se achanta si sale a carreteras abiertas donde no tendrá ningún problema en mantener ritmos elevados.

Y es que, ¿qué os voy a contar sobre este bloque que no se sepa ya? Es uno de los motores más famosos y empleados en el Grupo Volkswagen, y salvo por la rumorosidad y la rugosidad de su comportamiento no se le pueden poner muchas pegas. Sus 115 caballos parecen ser más en un amplio rango de revoluciones, aunque esto también debemos agradecérselo a la caja de cambios manual que sabe aprovechar cada uno de los centímetros cúbicos del coche.

Si buscas un Arona capaz de hacer muchos kilómetros con bajos consumos, es este

Son en total seis marchas muy bien escalonadas. Las tres primeras velocidades son claramente cortas, sobre todo la primera, a partir de entonces la relación de cambio se extiende para que una vez hayamos ganado velocidad las revoluciones caigan y con ellas unos consumos que se sitúan en el límite de lo ridículo.

La cifra oficial es de 3,9 litros de media a los 100 kilómetros. Todos sabemos que de la realidad a la ficción hay un buen trecho, pero no en este caso. Esos consumos se pueden conseguir con relativa facilidad, aunque sí que es cierto que se logran en terrenos muy favorables. De hecho durante la semana de pruebas el ordenador de a bordo me ha llegado a marcar cifras por debajo de ese límite. Aunque no es lo más habitual.

Lo más común será rodar entre los 4,5 y los 4,7 litros de media. La variación depende en gran medida del tipo de uso que le vayamos a dar. Si circulamos mucho por ciudad esos datos subirán por encima de los cinco litros, aunque no se irán más allá de los 5,2 litros. Pero como ya digo el gasto de carburante será mucho más bajo de forma habitual. Toda una sorpresa y sin lugar a dudas uno de los puntos fuertes del coche.

A pesar de la cantidad de plásticos el habitáculo está bien confeccionado

Si hablamos el Arona en términos de comodidad y calidad de rodadura, está claro que no estamos ante un Ateca, sin embargo es un coche con el cual podemos afrontar un largo tramo de carretera sin llegar al destino destrozado. Me ha llamado la atención que la suspensión es más blanda de lo habitual en un producto de SEAT. Por todos es sabido que la casa española busca ofrecer un mayor dinamismo en sus coches, y por ese motivo estos tienden a tener un tarado de suspensiones más duro. Algo que aquí no pasa.

De hecho puede que estemos ante el SEAT menos dinámico en años. En un tramo de curvas el coche presenta una respuesta que sin llegar a lo peligroso resulta algo extraña. No creo que sea problema de la suspensión en sí, si no de la configuración del ESP que responde de forma errática al paso por curva. Haciendo pasadas a la misma velocidad el coche no respondió siempre de la misma manera. Algo bastante extraño.

También hay que reconocer que ni el coche en sí ni el motor incitan a una conducción alegre. Más bien todo lo contrario. Se busca engranar la sexta marcha lo antes posible y rodar kilómetros de forma sosegada. Eso a pesar de los múltiples modos de conducción que SEAT nos propone: Eco, Normal, Confort, Sport e Individual. La diferencia entre uno y otro apenas es notable, de hecho salvo por el endurecimiento de la dirección, no se aprecia cambio alguno, por lo que mi recomendación es circular siempre en los modos Eco, Normal o Confort.

Los modos de conducción se sitúan al lado de la palanca de cambios, que en este caso era manual

El Arona presenta cuatro niveles de acabado: Reference Plus, Style, Xcellence y FR. El precio de salida se sitúa en los 14.420 euros para el acabo Reference unido al motor tricilindrico de gasolina de un litro y 95 caballos con caja de cambios manual de cinco velocidades. En el caso de nuestra unidad, que traía consigo el acabado más alto de todos y uno de los bloques más caros además de numerosos elementos opcionales, el precio final, según configurador, se sitúa en los 24.020 euros.

Dado el carácter juvenil que se le presupone al Arona, SEAT ha preparado un programa de personalización muy completo. Además de la pintura en contraste se pueden configurar a nuestro gusto una serie de detalles que permitirán que cada cliente pueda disponer de un Arona diseñado a su gusto y personalidad. Estos añadidos no resultan especialmente caros por lo que pueden resultar muy atractivos.

Conclusiones

Está claro que la marca que no tenga a día de hoy uno o varios SUV en su portfolio está condenada al fracaso más absoluto. Los B-SUV son el tercer mercado más importante en cuanto a número de ventas, y por ello SEAT necesitaba como agua de mayo la llegada del Arona, el cual por cierto ya supera en número de ventas a su hermano mayor.

La X marca el lugar. El Arona pasa de ser la novedad a una de las referencias del segmento B-SUV

Aunque su llegada al mercado se ha producido algo más tarde de lo recomendado la marca española presenta una apuesta basada en tres puntos claramente definidos: diseño, equipamiento y en el caso de esta unidad diésel, ahorro. Sin embargo también debe mejorar en algunos aspectos que para mí lo situarían más arriba en cuanto a preferencias, como por ejemplo el empleo de no tanto plástico en el interior, el refinamiento del motor diésel y la respuesta dinámica que no cuadra con el resto de la flota.

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