Prueba SEAT Ibiza 1.6 TDI 95 CV Style, sin renunciar a nada (con vídeo)
El SEAT Ibiza es el urbanita más popular del mercado español. Aunque sus versiones más costosas son las más deseadas ¿merece la pena hacerse con el motor diésel más asequible y el nivel de equipamiento intermedio? Lo probamos en vídeo.
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Publicado: 17/06/2018 20:00
El SEAT Ibiza es el coche más popular de la marca española con más de 5,5 millones de unidades vendidas desde que llegó al mercado en 1984. Todo un superventas que hace valer su experiencia en la quinta generación que sigue liderando el segmento B en nuestro país.
La gama del Ibiza está compuesta por cuatro acabados denominados Reference Plus, Style, Xcellence y FR. El Reference Plus es el nivel de acceso y está a la venta desde 11.860 euros pero no interesa porque es muy básico ya que viene con tapacubos, las manillas de las puertas están sin pintar y no tiene aire acondicionado.
En el otro lado de la balanza están los acabados Xcellence y FR, que son los más equipados. Uno con un enfoque más elegante y el otro con un toque deportivo. Lógicamente el precio aumenta considerablemente y si encima vamos añadiendo extras podemos ver que al final el coche acaba costando el doble que la versión básica como comprobamos en la prueba del SEAT Ibiza FR hace pocas semanas.
Por lo tanto ¿cuál es la mejor opción si queremos un Ibiza bien equipado pero sin que se dispare nuestro presupuesto? Merece echar un vistazo al nivel de equipamiento intermedio Style y añadirle algunos elementos opcionales para dejarlo a nuestro gusto. De esta manera no hay que renunciar a nada que nos resulte imprescindible al mismo tiempo que mantendremos un presupuesto ajustado.
En el listado de extras que propone SEAT lo primero que deberíamos poner son los faros Full LED en sustitución de los sencillos faros halógenos que vienen de serie. Son una opción bastante costosa (870 euros) pero merece la pena porque dan una luz muy clara y aportan mucha visibilidad, y además, esta opción también incluye los pilotos traseros con tecnología LED y el sistema de iluminación ambiental interior.
Los faros y pilotos LED también aportan su granito de arena en el plano estético. En este sentido hay que sumar el precio del color de la carrocería que varía entre los 250 y los 650 euros dependiendo de la tonalidad escogida. El único color que no tiene sobrecoste es el Azul Mediterráneo. En el acabado Style hay dos tipos de llantas de aleación a elegir: las de 15 pulgadas que viene de serie o unas bellas llantas de 16 pulgadas que valen 300 euros y le sientan muy bien.
El sistema de apertura y arranque sin llaves cuesta 320 euros. El habitáculo del nuevo Ibiza resulta muy espacioso aunque a primera vista no se tenga esa impresión porque todo es gris o negro. La ausencia de detalles en colores claros o alegres hace que se vea muy sobrio y además todo es muy oscuro, sobre todo porque sólo hay un plafón de luz en el techo. En las plazas traseras no hay ningún punto de luz.
En esa atmósfera tan seria pasa un poco desapercibido que el interior del Ibiza está muy bien hecho. Los ajustes son muy precisos, los materiales dan sensación de durabilidad y la ergonomía es muy acertada aunque todo tiene un tacto muy duro. Los asientos de tela son confortables, recogen bien el cuerpo y sólo se echa en falta que tengan regulación lumbar. La posición de conducción es correcta y nos muestra un cuadro de instrumentos con una distribución clásica. Un elemento de utilidad que se puede añadir es el paquete con el sensor de lluvia, el retrovisor interior antideslumbrante y los retrovisores exteriores plegables y calefactables, que suma otros 290 euros.
Hay varios huecos de almacenamiento por el interior aunque se pueden ampliar con un cajón bajo el asiento del conductor y reposabrazos delantero deslizante con un compartimento dentro, que vale 140 euros. También hay un hueco para dejar cosas delante de la palanca de cambios, un espacio que puede ser reconvertido en un cargador inalámbrico para móviles por 200 euros. Encima está el aire acondicionado que viene de serie en el acabado Style pero que puede ser sustituido por un climatizador bizona desembolsando 290 euros.
El sistema multimedia tiene una pantalla táctil de ocho pulgadas que reacciona con mucha rapidez y tiene muchas funcionalidades. Algo muy recomendable es incluir el sistema Full Link por 170 euros, que nos compatibilidad con Android Auto, Apple Carplay y Mirror Link. Así, entre otras cosas, se pueden usar los mapas del móvil directamente en la pantalla. Si queremos el navegador integrado en el propio sistema costará 730 euros, un precio bastante elevado.
Decía antes que el interior del Ibiza es muy espacioso y se nota especialmente en las plazas traseras. Quizá sea el mejor de la categoría en este aspecto porque para ser un coche de apenas 4,06 m de longitud ofrece espacio para pasajeros de más 1,90 m de estatura sin problemas tanto para la cabeza como para las piernas.
Está homologado para cinco plazas pero como ocurre en todos los coches de este segmento tres adultos van a ir atrás muy justos por cuestiones de anchura. Además el pasajero central viajará mucho más incómodo por la forma del asiento y va a tener muy poco espacio para los pies porque el túnel de transmisión es muy voluminoso.
En esta segunda fila también hay elementos de equipamiento que debemos tener en cuenta. El más notable son los elevalunas traseros eléctricos, que se pagan aparte (afortunadamente cuestan sólo 150 euros) ya que de serie viene con la típica manivela. Y además también podemos optar por los cristales traseros oscurecidos que valen 290 euros.
El maletero es grande con 355 litros de capacidad. Las formas son aprovechables y además se incluye una rueda de repuesto, algo que ya empieza a estar en peligro de extinción. Opcionalmente el maletero puede contar con un práctico doble fondo, que cuesta 200 euros, para distribuir la carga en dos alturas. El volumen de carga se puede ampliar hasta los 1.165 litros abatiendo los asientos traseros.
Hablemos de motores. La gama mecánica del Seat Ibiza es muy amplia y todos queremos la versión más potente que haya pero lógicamente el precio se incrementa de forma notable. Para que la tarifa final siga siendo contenida las dos opciones más interesantes son, una vez más, las intermedias. Es decir, el 1.0 TSI de 95 CV en gasolina y el 1.6 TDI de 95 CV en diésel.
El 1.0 TSI de gasolina es todo un acierto porque es muy suave, se mueve bien y, sobre todo, porque nos ahorramos los 2.290 euros de diferencia que hay con el diésel equivalente. Si se realiza mucho kilometraje anualmente o nos seduce el mínimo consumo, el 1.6 TDI es una buena opción también y es el protagonista de nuestra prueba en su versión de 95 CV (también está disponible con 115 CV). Es cierto que en frío se nota más su carácter diésel, es un poco áspero, pero una vez que alcanza la temperatura es bastante suave.
De todos modos el aislamiento es muy bueno. Llega poco sonido del motor y tampoco penetra en exceso el ruido del aire o de rodadura así que se puede mantener una conversación sin elevar el tono de voz o escuchar la radio sin tener que subir el volumen. Hablando de sonido, Seat ofrece el sistema de sonido BeatsAudio compuesto por seis altavoces, subwoofer y un amplificador de 300W por 550 euros. Suena muy bien pero si no eres muy melómano el equipo de serie también resulta satisfactorio. Por cierto, también existe una edición especial SEAT Ibiza Beats con elementos exclusivos.
Como buen urbanita, en ciudad se desenvuelve como pez en el agua con una gran agilidad y una buena visibilidad. El paquete que incluye sensores de aparcamiento delanteros y traseros y la cámara trasera cuesta 530 euros, opciones que siempre resultan muy útiles. De serie el Ibiza lleva asistente de frenada en ciudad y seis airbags. Además, el pequeño SEAT es muy confortable porque la suspensión filtra muy bien las irregularidades del asfalto, es realmente cómoda, así que no hay que preocuparse de los baches o badenes.
Aunque este propulsor diésel entrega el par máximo a partir de sólo 1.500 rpm lo cierto es que hasta que no se superan las 2.000 vueltas aproximadamente se nota una cierta falta de brío. A partir de ahí empuja bien y mueve el coche sin problemas en carretera, pero vamos a tener que recurrir con frecuencia a la palanca de cambios. Una caja que tiene un manejo agradable, sólo tiene cinco marchas bien escalonadas aunque de recorridos bastante largos para tratar de facilitar unos consumos contenidos.
Este motor 1.6 TDI es muy frugal, es muy fácil bajar de la barrera de los 5 l/100 km e incluso si las condiciones nos favorecen se puede estar por debajo de los 4 l/100 km, un resultado fantástico. Durante los días que hemos disfrutado con él hemos obtenido un consumo medio total de 4,6 l/100 km, siendo capaces de realizar algunos recorridos dejando el ordenador de a bordo en 3,2 l/100 km. Simplemente fantástico.
Para adaptarnos a un estilo de conducción u otro se ofrecen diferentes modos de conducción, un sistema que se denomina Seat Drive Profile y que cuesta 120 euros. Permite cambiar algunos parámetros de la conducción, donde más se nota es en la dureza de la dirección y la respuesta del acelerador. En cualquier caso siempre tiene un comportamiento dinámico intachable, es de los mejores del segmento sin ninguna duda.
El Seat Ibiza 1.6 TDI de 95 CV y acabado Style cuesta 16.110 euros con las promociones actuales que ofrece la marca española. Si le añadimos algunos de los extras más recomendables como los faros Full Led, las llantas de 16 pulgadas, los elevalunas eléctricos traseros, el sistema Full Link, y un par de cosas más se queda en torno a los 18.000 euros que está muy bien para un coche tan completo y versátil.
La verdad es que resulta interesante ver cómo ha evolucionado el Seat Ibiza a lo largo de sus cinco generaciones y ha pasado de ser un utilitario eminentemente urbano y sencillo a ser un coche muy polivalente, que se puede ser perfectamente el único coche de una familia: tiene un buen espacio interior, mucho maletero, un equipamiento generoso y es confortable y capaz en todo tipo de vías. Es un coche muy completo hasta el punto de que hace dudar si merece la pena pasarse a un Seat León.