Prueba Skoda Kodiaq 2.0 TDI, todas las cualidades de Skoda en un gran SUV (con vídeo)
El más grande de los SUV de Skoda se presenta como la alternativa ideal para aquellos que busquen un crossover de grandes dimensiones y gran habitabilidad. El Skoda Kodiaq 2.0 TDI de 150 caballos es, sin lugar a dudas, una de las opciones más recomendables.
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Publicado: 06/07/2018 18:00
Skoda siempre acostumbra a hacer las cosas de forma diferente al resto. Los checos no se limitan a copiar las tendencias del mercado, ellos las adaptan a su filosofía y forma de pensar y de esta manera nos ofrecen productos sumamente atractivos. El Yeti fue el primer SUV de la marca, aunque su silueta no nos recordaba a uno. Su desaparición coincidió con la llegada del Skoda Kodiaq, un SUV con ese aspecto tan buscado a día de hoy, pero que además dispone de muchas soluciones que lo convierten en uno de los más prácticos del mercado.
Como ya digo Skoda lleva en esto de los SUV desde el año 2009 cuando fue lanzado al mercado el Yeti. En aquel entonces el Yeti no parecía un SUV propiamente dicho, ya que daba más importancia a la funcionalidad que a la forma, de ahí que presentara esas líneas más propias de un monovolumen. Obviamente Skoda empezó a trabajar en el desarrollo de un nuevo crossover, uno que tuviera el diseño correcto, pero que no por ello perdiera un ápice de habitabilidad y practicidad. El resultado salta a la vista.
No se puede negar que el salto estético es bastante notable. El Kodiaq es un SUV con todas las letras, y no solo eso, uno que tiene un aspecto más que bueno, muy atractivo podríamos decir. La verdad es que sus líneas nos hacen pensar que estamos ante un coche más grande de lo que realmente es. Mide 4,7 metros de largo y 1,88 de largo. Estas medidas lo ubican en el segmento D-SUV donde se enfrenta a rivales como el Peugeot 5008, el KIA Sorento, el Hyundai Santa Fe o al Nissan X-Trail, tanto por tamaño como por precio.
Como decía antes el diseño resulta muy atractivo de principio a fin. En la parte delantera se ha buscado crear un equilibrio entre el aspecto típico de un crossover y un coche más refinado. Por eso tenemos un parachoques de grandes dimensiones y un capó tan nervado, además de una zona más estilizada con unos faros divididos y una parrilla muy trabajada. Por cierto, gracias a los diferentes paquetes de diseño podemos contar con varios estilos, la línea SportLine busca aportar un mayor toque de deportividad, mientras que el Scout se presenta como el más campero de todos.
En el lateral es donde mejor nos damos cuenta de las medias del Skoda Kodiaq. Toda la vista está recubierta de nervaduras muy marcadas, aunque la principal es la que recorre de delante hacia detrás el coche, la que marca la cintura del coche. También tenemos unos pasos de rueda trapezoidales muy abultados que son el hogar de unos juegos de llantas que presentan un tamaño que oscila las 17 y las 20 pulgadas. Y por supuesto no podía faltar el detalle de los plásticos que protegen el paso de rueda y toda la parte inferior del coche.
A la hora de crear el frontal los diseñadores lo tuvieron “fácil” podríamos decir, ya que adaptaron la filosofía de diseño del resto de modelos de la casa, sobre todo del Skoda Superb. Sin embargo en la trasera tuvieron que jugar un poco más, y al igual que en el resto del coche se trabaja mucho con líneas horizontales que sirven para dar ese aspecto de contundencia. Llama la atención que el parachoques no resulta tan grande como en otros rivales, pero por el contrario el portón sí que presenta un tamaño considerable.
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De puertas para dentro se diluye un poco el diseño atrevido y contundente del exterior. El aroma del habitáculo es bastante clásico, muy germánico podríamos decir. Presenta la misma estructura que ya conocemos de otros modelos de la casa, principalmente el Skoda Karoq. Lo mismo se podría decir de los materiales y los ajustes, que están fuera de toda crítica gracias a superficies bien cuidadas, blandas en su mayoría aunque con algún que otro plástico duro, que dan una excelente sensación tanto en calidad como en durabilidad.
La ergonomía y el puesto de conducción están muy trabajados y estudiados. Desde el elevado asiento del conductor todo queda muy a mano, salvo por la posición tan retrasada de los botones tras la palanca de cambios. La pantalla central que llega a tener un tamaño de 9’2 pulgadas y un mínimo de ocho, está situada en la parte más alta de la consola central para así no desatender lo mínimo posible la conducción cuando la manejamos en circulación, aunque es prácticamente imposible que no lo haga aunque sea un poco.
El funcionamiento es táctil, y solo hace falta acercar la mano por el sensor de proximidad de la pantalla para que se despliegue el menú. Dispone de una gran cantidad de funcionalidades añadidas, como el navegador, la cámara de marcha atrás, todo el infotainment y por supuesto una amplia capacidad de conectividad para todo tipo de dispositivos móviles. Además, en función del nivel de equipamiento, se puede disponer de conexión WiFi, lo que permite ver los mapas a través de Google Earth y descargar aplicaciones.
La verdad es que el despliegue tecnológico del Kodiaq es bastante avanzado. Además de la gran pantalla de la consola central, podemos integrar una gran cantidad de asistentes a la conducción, como el indicador del ángulo muerto, el avisador del cambio involuntario de carril y el sistema de mantenimiento en el carril, el control de crucero adaptativo, el asistente de atascos y la cámara con reconocimiento de señales y obstáculos.
Además hay que sumar más elementos que quieren hacer la vida a bordo más confortable, como la cámara de 360º, el portón del maletero de acceso sin manos, la apertura y arranque sin llave, el park assist, techo corredizo, asientos delanteros y traseros climatizados, cargador por inducción... A todo esto, en unos meses, habrá que sumar el esperado cuadro de instrumentos digital, siendo el Karoq el primer modelo de Skoda en contar con él.
El Kodiaq se apoya sobre la misma plataforma MQB que podemos ver en otros modelos del Grupo Volkswagen, como el SEAT Ateca, el Volkswagen Tiguan, el Audi Q5 o incluso en su hermano pequeño el Karoq, al cual hace unos meses tuvimos la ocasión de probar y analizar a fondo cosechando muy buenas opiniones.
Sin embargo en el Kodiaq esa plataforma se ha extendido en la distancia entre ejes hasta acumular casi 2,8 metros, la misma de un Volkswagen Passat. Eso, sumado a la habilidad de los checos para aprovechar cada milímetro de espacio se traduce en un espacio tremendo para esta segunda fila de asientos. Una pena que no disponga del sistema VarioFlex de su hermano pequeño porque de tenerlo el Kodiaq se convertiría en todo un monovolumen. Lástima que tampoco tenga tres anclajes ISOFIX.
Ni siquiera desplazando la banqueta hasta su posición más adelanta el espacio queda comprometido. Dicha reclinación viene pensada para facilitar el paso a la tercera fila de asientos opcional. Dos plazas extra por las cuales Skoda nos cobra poco más de 1.000 euros. El acceso no es del todo malo, pero hay que tener cierta agilidad para entrar sin perder la dignidad en el proceso. Una vez sentado te das cuenta que su uso está principalmente pensado para niños, aunque dos adultos pueden ir razonablemente bien siempre y cuando la segunda fila se desplace hacia delante y el recorrido no sea muy largo.
Una de las claves del Kodiaq es el tamaño de su maletero. Dado que hay varias configuraciones posibles hay varios volúmenes. El mínimo es con la tercera fila desplegada, y son 270 litros. Si la abatimos tendremos 560 litros de cubicaje mínimo, aunque esa cifra sube hasta los 720 si no montamos la tercera fila de asientos. Por último, con todos los asientos posteriores echados a bajo tenemos un volumen máximo de 2.005 litros. Finalmente si el asiento del copiloto no es eléctrico éste permite su abatimiento con lo que obtendremos un espacio de carga cuya longitud es superior a los tres metros.
Por supuesto no podemos olvidarnos de esos detalles Simply Clever tan característicos de Skoda, y que muchas marcas están tratando de emular. Ideas sencillas pero terriblemente prácticas en diversas situaciones, tales como la linterna del maletero, el protector de goma de las puertas que se despliega al abrir, la papelera, la rasqueta en el depósito y en este caso el paraguas oculto en la puerta del conductor.
Prueba Skoda Kodiaq 2.0 TDI 150 CV
La gama mecánica del Kodiaq presenta una oferta con dos motores de gasolina y uno diésel que a su vez será capaz de ofrecer dos niveles diferentes de rendimiento, con 150 y 190 caballos. Todas las variantes, salvo de acceso de gasolina, tendrán la posibilidad de asociarse con un cambio automático DSG y con un tracción total 4x4. En un futuro, todavía por determinar, llegará una versión que se posicionará como la variante más potente y extrema de todas. Se llamará Skoda Kodiaq RS y ya se ha dejado ver durante su etapa de desarrollo.
Al tratarse de un gran SUV lo que se ha buscado es ofrecer el máximo confort posible. Si analizamos el mercado y el resto de competidores vemos como todos presentan un enfoque claramente rutero, y la verdad es que en ese ambiente el Kodiaq se desenvuelve como pez en el agua. Todo está configurado para que el comportamiento sea lo más suave posible. Eso implica que todos los componentes mecánicos tienden a ser blandos, sobre todo la dirección y la suspensión.
Por una parte tenemos un tacto de volante, que al igual que en el resto de modelos del mercado, peca de sobreasistido, siendo ideal para la ciudad y los sitios estrechos, pero mucho menos en carreteras de curvas donde la información que transmite no es muy elevada. Se puede alterar la dureza del mismo gracias a los diferentes modos de conducción que hay: Eco, Confort, Normal, Sport, Individual y Snow. Hay que decir que salvo la dureza del volante y la velocidad del cambio no se aprecian muchos cambios entre un modo y otro.
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Nada en el Kodiaq incita a correr. Todo ocurre de forma relajada y tranquila, donde la suspensión nos va a permitir que las irregularidades de la carretera apenas se vayan a filtrar al habitáculo, donde el ambiente es bastante relajado y silencioso gracias a un buen aislamiento que apenas deja pasar cualquier ruido, ya sea de rodadura como del motor como de aerodinámica.
La unidad que hemos probado es el 2.0 TDI de 150 caballos con cambio automático DSG y tracción total 4x4. ¿Y qué os voy a decir de este motor que no se sepa ya? Es muy progresivo, muy suave y con una respuesta correcta cuando se le pide. Para mí es la mejor opción a tomar en el caso del Kodiaq, y posiblemente la que mejor encaje con el concepto, aunque sí que es cierto que si vamos a circular mucho por puertos de montaña o muy cargados puede que sea mejor saltar al nivel siguiente de potencia.
Para una conducción más normal, no veo necesario pedir más potencia más allá de estos 150 caballos. El motor está sobradamente preparado, y en este caso la caja de cambios DSG de siete velocidades cumple perfectamente. Es suave, con transiciones imperceptibles cuando realizamos una conducción tranquila, y es algo más contundente cuando elevamos el ritmo o ponemos el modo Sport. Pero insisto en que no es un coche que se sienta especialmente cómodo si elevamos el ritmo, aunque también es cierto que puede soportar un trato más dinámico que otros de sus rivales.
La mayoría de los SUV del mercado no son aptos para un uso campero, pero dado que la unidad probada llevaba asociada la tracción 4x4, hemos decidido comprobar la veracidad de tales atributos realizando un paseíto por el campo, aunque nada extremadamente salvaje. En este caso, al igual que en muchos otros, la capacidad viene muy limitada por el tipo de neumático que se monte. En nuestro caso eran los neumáticos de fábrica, neumáticos de asfalto. A pesar de ello hemos quedado bastante sorprendidos por las habilidades que se presentan en tierras de tierra algo rotas o embarradas, donde el Kodiaq jamás ha vacilado.
Tanta chapa y tanto tamaño resulta ideal para las familias con dos hijos, sin embargo el peso nos pasará factura a la hora de analizar los consumos. El consumo medio del Kodiaq 2.0 TDI de 150 CV con DSG y tracción total 4x4 se sitúa en los 5,6 litros a los 100 kilómetros. Estos están medidos en condiciones ideales, con poca carga y terrenos favorables. Si nuestro va a ser más urbano la cifra subirá por encima de los seis litros muy rápidamente, por lo que este coche es principalmente carne de autopista.
Precios: La gama del Kodiaq se estructura en diferentes niveles de acabado: Active, Ambition, Style, SportLine, Scout y dentro de poco se sumará el acabado más alto de todos Laurin&Klement, aunque todavía no se ha determinado la fecha de llegada. Los precios, sin descuentos ni promociones, oscilan entre los 22.600 euros del Kodiaq 1.4 TSI de 125 caballos con acabado Active, y los 37.450 euros de la unidad 2.0 TDI de 190 caballos con DSG y acabado Scout, que actualmente se posiciona como el más caro de todos.
Conclusiones
Aunque los B y los C-SUV son los más vendidos, los más grandes de la casa también cuentan con una buena serie de acólitos, sin olvidar que representan la mayoría de ellos el papel de buque insignia. A día de hoy los crossover están haciendo que otros segmentos desaparezcan, como por ejemplo los monovolúmenes. La mayoría de SUV no pueden igualar la funcionalidad o habitabilidad de estos, pero Skoda casi lo consigue por un lado con el Karoq y por otro con este Kodiaq.
La apuesta del Kodiaq está claramente enfocada a la comodidad, todo en cuando a su conducción tiende a ello, y la verdad es que es uno de los modelos del segmento más cómodos. También tiene otras muchas cualidades, como el diseño y la ya mencionada habitabilidad, a pesar de no contar con el sistema VarioFlex. Cuesta encontrarle pegas a un coche tan estudiado y bien pensado como este y sin duda creo que es una de las referencias del segmento. Una excelente elección por su relación precio/producto.