Prueba Smart #3, una nueva era para Smart y ¿para Mercedes?

El segundo de la recién actualizada Smart llega a Europa. El #3 se convierte en el modelo más grande de la historia de la marca. Un SUV 100% eléctrico que plantea una duda muy seria.

Prueba Smart #3, una nueva era para Smart y ¿para Mercedes?
Smart se adentra en un terreno hasta ahora inexplorado para ellos con su modelo más grande.

18 min. lectura

Publicado: 28/11/2023 20:00

Los tiempos cambian y hay que adaptarse a ellos. Si por algo son conocidos los alemanes es por su pragmatismo. Intentan sacar el máximo provecho a cada situación. Smart ya no es esa carismática empresa nacida en el seno de Mercedes. Hace ya unos años que Daimler vendió la mitad de la compañía al grupo chino Geely. Desde entonces la marca está tan irreconocible como sus propios modelos. El matrimonio germano-chino acaba de alumbrar una nueva criatura, la más grande hasta la fecha, el Smart #3.

El #3 se ha diseñado para ofrecer una agradable experiencia de conducción.

El concepto Smart siempre ha estado muy asociado a la movilidad urbana. Coches pequeños, en un principio baratos, pensados para el día a día. Coches de batalla, para ir y volver del trabajo, hacer los mil y un recados diarios, para aparcar rápidamente y para, en algunos casos, pasar un rato muy divertido al volante. Sin embargo, la llegada de la electrificación ha echado por tierra la mayor parte de esos conceptos. ¿Cuáles son los coches que más se venden en Europa? Los C-SUV. Así que no hace falta que te diga a qué segmento se dirige el nuevo #3.

El año pasado se anunció el lanzamiento del primer modelo de la nueva etapa de Smart, el #1. Hace unos meses tuvimos ocasión de probarlo, llevándonos una sorpresa importante en el proceso. Alemania sigue teniendo el 50% de la compañía, pero todo el desarrollo se cede a China, a Geely. Por ese motivo el Smart #3 se apoya sobre la plataforma SEA del conglomerado chino. Es una estructura ampliamente usada en la marca. La emplean otros modelos de Volvo o Polestar, ambas compañías también adscritas a la familia china.

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Sus medidas hacen de él un coche ideal para la familia, aunque presenta algunas carencias.

Por supuesto, también la emplea el #1, aunque en este caso hablamos de un formato ligeramente más grande. Como ya he dicho, el Smart #3 se centra en el segmento más popular del Viejo Continente. Sus medidas son perfectas para la categoría: 4,40 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,56 metros de alto. A todas esas proporciones hay que sumar una distancia entre ejes de 2,78 metros. Entre sus rivales encontramos nombres importantes como el BMW iX1, el Volvo C40 o el Volkswagen ID.4. También podemos sumar uno más, el Mercedes EQA.

Resulta curioso que desde Alemania hayan autorizado el lanzamiento de un coche que confronta directamente con su unidad, pero puede haber una razón. Los de Stuttgart quieren aprovechar la era eléctrica para remodelar su gama. Los modelos de acceso penden de un hilo, incluso el superventas Clase A. El objetivo de Mercedes, sabe Dios por qué, es ofrecer coches de tamaño medio y grande, cediendo los segmentos de entrada a Smart. Esta es una posibilidad que toma fuerza entre bambalinas, pero por el momento no hay nada confirmado al respecto. A Mercedes le sale muy barato el #3, tanto que no hace nada y se lleva el 50% de los beneficios.

Las plazas traseras son espaciosas, pero los pasajeros más altos irán con las rodillas demasiado flexionadas.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, el nuevo miembro de Smart hace gala de la filosofía de diseño que ya vimos en su hermano pequeño. Mucha línea curva que aporta un toque suave. No es un diseño agresivo o no al menos como acostumbramos últimamente. Apenas hay nervaduras por la carrocería. Lo más llamativo es la forma del techo. Aunque crea un efecto muy aerodinámico, típicamente coupé, la realidad es que el techo no cae tan agresivamente como parece. La línea de la ventanilla sí, que fluye a su aire al tocar el pilar C. Resulta curioso que por detrás sí parece un Mercedes. Recuerda bastante a algunas unidades de la gama EQ.

Smart quiere centrarse en el segmento premium, es decir, quiere enfrentarse directamente a BMW, Audi y a la propia Mercedes. Para ello debe aportar toques elegantes que en caso del #3 los encontramos repartidos por la carrocería, numerosos apliques cromados y llantas de gran tamaño, hasta 20 pulgadas, y en el interior. De puertas para dentro es donde mejor podemos reconocer esa esencia clasista. Olvídate del concepto clásico de coche chino igual a coche malo. El Smart #3 se fabrica en China, pero su habitáculo habla claramente alemán. Interior minimalista rematado con materiales de calidad, puede que incluso mejores que los que oferta Mercedes en sus modelos más baratos.

Apuesta total por la digitalización. Ni un sólo botón a excepción de los del volante.

Así de claro. El interior del Smart #3 es un espacio muy agradable en el que estar. La presentación es buena, prácticamente idéntica a la del #1. Destaca el minimalismo. Apenas hay botones y eso quiere decir que toda la gestión del sistema multimedia se centra en el panel principal de la consola. Por suerte, su tamaño es generoso, 12,8 pulgadas. Tras ella opera el sistema operativo de Geely en su última versión. Un sistema que debo reconocer me ha resultado intuitivo y rápido de aprender. El problema, como ocurren con otros formatos similares, es que todos los ajustes se realizan desde el panel. En este caso se lleva al extremo ya que se incluye hasta el control de los espejos exteriores. Un sinsentido algo peligroso.

Tras el volante encontramos el segundo display, más pequeño en este caso con 9,2 pulgadas muy apaisadas. La información que muestra es básica, la principal del sistema eléctrico. Lectura clara y diversos diseños para que cada cliente encuentre el perfil que mejor se adapte a su estilo. Y poco más. La verdad es que no se puede decir que sea un coche excelso en detalles, pero lo que hay funciona bien y presenta buena calidad. A día de hoy es lo que se premia y en este caso Smart acierta con la presentación general. De hecho, me parece más agradable que un EQA.

El panel ofrece mucha calidad, pero todas las gestiones se realizan a través de él.

Con 4,4 metros de largo podríamos decir que el #3 se antoja como un coche único para en núcleo familiar. Las plazas traseras muestran un espacio muy generoso para pasajeros de hasta 2 metros de estatura. El problema no es tanto la amplitud para las piernas, sino la posición de las piernas. Bajo el suelo encontramos la batería y eso quiere decir que las rodillas viajan más altas que la cadera. Una posición muy incómoda en las largas distancias. El maletero no es especialmente generoso, todo sea dicho de paso. Muestra 370 litros de capacidad mínima, 1.160 litros de capacidad máxima. Delante hay otro pequeño baúl con 15 litros adicionales. Ideal para guardar los cables de carga.

No hay que perder de vista esos cables porque los vamos a necesitar. El #3 apoya toda su gama en mecánicas impulsadas por batería. La gama en España está compuesta por diferentes combinaciones entre motores y tamaño de batería. El modelo de acceso, #3 Pro, con un sólo motor trasero, ofrece 272 caballos de potencia y 343 Nm de par motor. Se asocia con una batería de iones de litio de 49 kWh de capacidad bruta que le permite homologar 325 kilómetros de autonomía en ciclo mixto (WLTP). Por encima encontramos las unidades #3 Pro+, Premium y 25 Aniversario. Ese mismo propulsor de 272 caballos se asocia con una batería de 62 kWh de capacidad neta que le permite homologar hasta 455 kilómetros de autonomía en ciclo mixto (WLTP).

El maletero se antoja demasiado pequeño para un coche de este tamaño.

Brabus y Smart son dos conceptos prácticamente indivisibles. Ya en los primeros Fortwo y ForFour hubo versiones deportivas y esta nueva etapa quiere mantener esa herencia. El #3 Brabus es el más potente de la familia. Sus dos motores, uno sobre cada eje, desarrollan una potencia conjunta de 428 caballos y 543 Nm de par motor. Se alimenta de la misma pila de iones de litio de 62 kWh de capacidad neta que le permite homologar 415 kilómetros de autonomía. Acelera de 0 a 100 Km/h en 3,7 segundos y su velocidad punta está limitada a 180 Km/h. Para la recarga, toda la familia apuesta por cargadores de alta potencia, hasta 150 kW en corriente continua, 130 kW para el #3 Pro, y hasta 22 kW en corriente alterna, 7,4 kW para el modelo de acceso. A máximo rendimiento es capaz de pasar del 0 al 80% de la carga en 30 minutos.

Al volante del Smart #3

Los estándares de los coches eléctricos están cada vez más altos. Cada nuevo modelo mejora las condiciones de confort y calidad de rodadura. Ya no es necesario comprarse un coche ridículamente grande y caro para disfrutar de una conducción tranquila. El #3 logra el mismo resultado con una pequeña parte del tamaño. En marcha se le reconoce un coche de mayor tamaño, aunque con un peso mínimo de 2.200 kilogramos no se puede decir que sea especialmente pequeño. El sobrepeso es considerable, aunque no lo achaca en ningún momento.

Aunque la primera prueba no se ha centrado en los consumos, sí que he obtenido resultados muy satisfactorios.

Ya en su versión básica el Smart más grande de todos ofrece una poderosa aceleración de 0 a 100 Km/h en 5,8 segundos. Cifra que se reduce hasta los 3,6 en el caso del Brabus de motor dual. Es decir, ninguno de los dos tiene problema alguno de prestaciones. El modelo deportivo puede sacar pecho en cuanto a fuerza, pero sinceramente creo que con la versión de acceso tenemos coche más que de sobra. Comportamiento equilibrado, prestaciones más que suficientes y, como ya he dicho, calidad de rodadura destacada.

En marcha se siente un coche vivo y bien controlado. Tiene más aplomo que un #1 gracias a su mayor distancia entre ejes. Smart nos propone varios modos de conducción: Eco, Comfort y Sport. En función del programa se regulan diferentes aspectos como la reactividad del cambio o los ajustes de algunas funciones como la climatización. Paralelamente también podemos ajustar la dureza de la dirección, desde un modo suave a uno deportivo. La variación es considerable. El volante se vuelve más sensible a cada movimiento y el guiado mejora.

La instrumentación es pequeña, pero sencilla de leer y con mucha información.

Tampoco diría que es un coche de tacto deportivo, pero no se mueve mal. A pesar de ello, donde más cómodo se siente es en los típicos escenarios diarios, autopistas, carreteras secundarias fáciles y ciudad. Es ahí donde el #3 saca lo mejor de su configuración. Se traga los baches de forma tranquila y no pierde los papeles fácilmente. La mejor forma de circular es con los modos Eco o Confort y aprovechar al máximo la extensa autonomía de la batería. Debo reconocer que es uno de los aspectos que más me ha gustado.

Todos sabemos que las cifras homologadas pocas veces cuadran con las reales, pero en este caso puedo reconocer que son muy similares. Durante la presentación, realizada en Palma de Mallorca, hemos hecho recorridos poco amigables para los eléctricos y el resultado ha sido muy sorprendente. El dato oficial anuncia un gasto medio de 16,3 kWh a los 100 kilómetros. Durante la prueba, con bastante rato por puertos complicados, el consumo medio fijado por el ordenador ha sido de 18,8 kWh/100 kilómetros. En terrenos más favorables no tengo dudas que se puedan lograr registros próximos a los homologados, lo que quiere decir que la autonomía, también es muy cercana a la oficial.

Los Brabus acentúan su carácter deportivo con un habitáculo especialmente modificado.

Sin embargo, he de reconocer que no me gusta el sistema de frenado regenerativo. Al más puro estilo Tesla, la regulación debe hacerse mediante la pantalla, como mínimo son necesarios dos toques. Eso ya de primeras mal. Pero peor me ha resultado la efectividad de la recuperación. Es poco predictivo, no siempre actúa igual y en muchas ocasiones no parece entender muy bien qué hacer o qué se necesita hacer. Así es difícil poder perder velocidad con la inercia del coche, más que nada porque no sabes de qué manera va a reaccionar en cada caso. Tampoco llega a comportarse nunca como un vehículo de pedal único.

Tan sólo queda una duda por despejar, ¿cuál es el precio de todo esto? Pues como dirían en cierto concurso televisivo, esa es la pregunta del millón. La gama de acabados se fractura en los niveles: Pro+, Premium y Brabus. A ellos hay que sumar la versión especial 25 Aniversario que incluye más equipamiento de serie así como numerosos detalles personalizados. Teniendo todo esto en cuenta, en Alemania el #3 se mueve en una horquilla de precios entre los 43.490 y los 50.990 euros. Por el momento no se han fijado tarifas para España, aunque no se espera que cambien mucho. Los precios finales se comunicarán en unas semanas.

Si tenemos en cuenta lo que ofrece, no tiene ningún sentido comprarse un Mercedes EQA.

Conclusiones

No se entiende muy bien la maniobra de Mercedes. Saca, asociándose con Geely, un coche eléctrico que rivaliza directamente con su unidad más básica. Es más barato, tiene mejor calidad, su comportamiento es prácticamente idéntico, aunque su autonomía es menor. El simple hecho de hablar del EQA y del iX1 como rivales directos ya da qué pensar. El Smart #3 será nuevo en la categoría, pero es un alumno aventajado. Su apuesta es clara y yo, de ser alemán, tendría mucho miedo. Es un gran producto y estoy seguro que sus ventas no van a ir nada mal. Lo tiene todo para contentar al público.

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