Prueba SsangYong Tivoli y Tivoli Grand 2024, una familia bien avenida
La familia del SsangYong Tivoli es una de las más importantes para la familia coreana y cada nueva actualización resulta esencial. Ahora llega un nuevo lavado de cara que le permite ganar en presencia y equipamiento.
12 min. lectura
Publicado: 25/01/2024 18:00
Cuando un coche se convierte en un éxito también se convierte en una carga para una marca y más cuando esta es tan pequeña como SsangYong. Europa es, con diferencia, el segundo mercado más importante para los coreanos después de su propia tierra. Durante mucho tiempo, los comerciales estuvieron pidiendo un B-SUV con el que competir en el cada vez más importante segmento europeo. En 2012 el SsangYong Tivoli fue la respuesta y rápidamente se descubrió que era buena. Tanto que en 2016 decidieron lanzar una versión más grande a la que llamaron XLV. Hoy ese modelo ha pasado a denominarse SsangYong Tivoli Grand.
A lo largo de estos años se han vendido más de 413.000 unidades en todo el mundo. Insisto en que SsangYong es una marca de bajo volumen. Para este 2024, con el relanzamiento del modelo, se espera que el Tivoli vuelva a situarse como el coche más popular de la casa con 2.000 matriculaciones. Con estos antecedentes es lógico pensar que en corea tenían que medir muy mucho cómo trabajar la renovación para que esta no afectara a las ventas. El cambio salta a la vista.
Lo primero que uno se da cuenta es que la imagen delantera ya no es la misma. El frontal cambia y lo hace para parecerse mucho al SsangYong Korando y a su versión eléctrica. De hecho, dado el alto grado de carenado, se podría decir que parece un eléctrico, pero no lo es. Nuevas ópticas, nuevos parachoques, rediseñadas llantas entre las 16 y las 18 pulgadas y un completo y colorido abanico de colores y detalles. La personalización es una de las mejores cualidades del Tivoli, 66 combinaciones diferentes para la carrocería. No disponibles en la unidad más familiar.
Hay que tener en cuenta que hablamos de una actualización de mitad de ciclo de vida. No hay cambios en la plataforma y eso quiere decir que las medidas son iguales. El Tivoli se conforma con 4,22 metros de largo, 1,81 metros de ancho y 1,61 metros de alto con una recortada distancia entre ejes de 2,6 metros. El Tivoli Grand amplía esas cotas hasta los 4,48 metros de largo, 1,81 metros de ancho y 1,65 metros de alto con la misma batalla. La gran diferencia entre ellos radica en lo que nos encontramos tras las ruedas posteriores. Un gran voladizo que le permite ofrecer uno de los maleteros más grandes del segmento C-SUV.
De puertas para dentro, los Tivoli muestran un aspecto correcto con acabados generalistas. Superficies blandas se entremezclan con plásticos duros. Todo está bien ensamblado y arroja una buena sensación de durabilidad y acabados. Su precio justifica estos materiales. En cuanto a presentación, la renovación le ha permitido disponer de nuevos juguetes tecnológicos. Lo más llamativo es la presencia de un cuadro de instrumentos digital con 10,2 pulgadas de tamaño. También hay que destacar el nuevo sistema multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas. Es un sistema muy básico y corriente. Fácil de manejar y sencillo de comprender. No abusa de funciones y menús que no sirven para nada. Correcto.
En España, la gama de acabados se estructura en los niveles: Line, Urban Plus y Limited. Desde sus acabados bases los Tivolis cuentan con una generosa dotación de sistemas y tecnologías, pero las mejores chucherías sólo las encontraremos en las versiones superiores. Destacan elementos como el acceso y arranque sin llave, las ya mencionadas pantallas, el climatizador bizona, cámara y sensores de aparcamiento, siete airbags de serie y un buen surtido de asistentes y ayudas a la conducción.
A pesar de las medidas anteriormente mencionadas el SsangYong Tivoli ofrece un buen espacio interior. Correcto para cuatro pasajeros y algo más estrecho para cinco. La segunda fila de asientos permite que ocupantes de hasta 1,80 metros de estatura vayan cómodos. Si ocupamos la plaza central todos irán más incómodos y lo mejor es no contar con un quinto integrante en viajes largos. La mayor diferencia entre los dos modelos de esta prueba, en cuanto a habitabilidad, está en el maletero. El SsangYong Tivoli ofrece 426 litros de capacidad mínima y 1.115 litros de capacidad máxima. El Tivoli Grand estira esos datos hasta los 720 litros de capacidad mínima y 1.440 litros de capacidad máxima.
A la hora de impulsar a los Tivoli encontramos dos opciones diferentes, las dos de gasolina sin asistencia alguna de parte eléctrica. Esto le condena a disponer de la etiqueta C de la DGT. Todas las unidades se apoyan en un motor de cuatro cilindros turbo alimentado de 1.5 litros que es capaz de desarrollar dos potencias diferentes: 135 y 163 caballos. Mientras que el Tivoli puede ofrecer las dos versiones, el Tivoli Grand sólo disfruta de la versión más potente. De serie, el propulsor llega asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades, pero opcionalmente se puede integrar un cambio automático. En todos los casos la potencia se destina al eje delantero.
A los volantes de los SsangYong Tivoli y Tivoli Grand
El Tivoli se ha ganado el corazón de muchos conductores en toda Europa por su buen comportamiento y su precio asequible. En marcha ambos modelos ofrecen una conducción agradable, pero sin excentricidades. Reclaman un comportamiento tranquilo, aunque también cuentan con una buena respuesta cuando se les exige, más en las versiones de cambio manual. La caja automática opcional responde de forma lenta, reduce el par máximo hasta los 260 Nm y obliga a prevenir y a calcular muy bien las maniobras de adelantamiento en carreteras secundarias. Más fácil es ganar velocidad, algo que hace con cierta soltura.
Alcanzada la velocidad de crucero ofrecen un buen aplomo y seguridad, sobre todo el SsangYong Tivoli Grand. La rumorosidad está controlada y se puede mantener una conversación sin tener que elevar el tono de voz. Sólo al acelerar al máximo el motor se deja notar, sobre todo en las versiones automáticas. Se pueden hacer grandes kilómetros sin agotarse en el trayecto, algo que me ha sorprendido, sobre todo en la versión más pequeña de la familia. Destacan por una suspensión blandita que absorbe bien las irregularidades de la carretera, pero que no resulta tan gratificante en un tramo revirado. Una configuración lógica.
La novedad en la gama es el Tivoli de 135 caballos y 280 Nm de par motor. Una versión de gran acierto. El motor es el mismo que el de su versión superior, pero resulta más económico en cuanto precio. SsangYong cree que será una opción muy solicitada y yo también. A pesar de la degradación de potencia la respuesta sigue siendo buena y sobrada para casi todo lo que uno se proponga. El gasto de combustible también es menor con un registro medio homologado de 6,98 litros a los 100 kilómetros. En el caso del Tivoli Grand el registro más bajo en los datos oficiales es de 7,27 litros por cada 100 kilómetros recorridos (con caja de cambios manual).
La gran cualidad y ventaja de la familia Tivoli reside en su precio. La llegada del MG ZS, su máximo rival, ha puesto en alerta a los coreanos y por eso han lanzado una agresiva campaña de precios. El Tivoli está disponible en una horquilla de precios entre los 17.900 y los 25.700 euros, con campañas aplicadas, pero sin descuento por financiación. El hermano mayor, el Tivoli Grand está a la venta por entre 22.400 y 27.200 euros. También con campañas aplicadas, pero sin las promociones sujetas a la financiación. Si pagamos a plazos los precios caen hasta los 14.600 euros para el Tivoli y hasta los 19.00 euros para el Tivoli Grand. Dos precios increíbles a día de hoy.
Conclusiones
Los Tivoli y Tivoli Grand tienen a su favor un precio de auténtico derribo. No tengo duda alguna que el más pequeño de la familia volverá a situarse como la unidad más vendida de la marca en nuestro país. Los rivales no se lo van a poner nada sencillo, pero su relación calidad-precio es difícilmente igualable. El Tivoli Grand me parece un gran acierto por su enorme maletero y por su comportamiento suave. Las prestaciones no son las mejores del mundo, pero sobran para una conducción tranquila y rutinaria.