Prueba SsangYong Tivoli 1.6 e-XGI: Conducción, comportamiento y conclusiones
A la espera de la versión diésel, el nuevo SsangYong Tivoli se estrena en el mercado como un motor de gasolina de 128 CV. Nos ponemos tras el volante del crossover coreano para comprobar cuáles son las cualidades de la mecánica atmosférica e-XGI de 1,6 litros.
7 min. lectura
Publicado: 24/06/2015 14:00
Llega el momento de ponemos al volante del SsangYong Tivoli, un modelo que presenta la nueva imagen del fabricante coreano. Tras haber conocido la gama del crossover urbano de SsagYong, vamos a examinar sus cualidades dinámicas con su motor 1.6 de gasolina que entrega 128 CV.
Este propulsor, que lo podremos ver señalado con las denominaciones e-XGI, e-XGi160 o G16, era la única mecánica disponible en la presentación. Las versiones con el propulsor diésel llegarán en septiembre y junto a ellas la posibilidad de contar con un cambio automático y un sistema de tracción total.
Espacio interior generoso
Nada más abrir la puerta para acceder al interior somos conscientes de uno de los puntos fuertes del Tivoli: la amplitud interior. Además de contar con el maletero más grande del segmento, el crossover coreano aprovecha al máximo el espacio para la cabina. Tras el volante vamos sentados en una posición elevada, dominando nuestro alrededor. No hay problemas de espacio en los asientos delanteros de este coche urbano, ofreciéndose una buena anchura para no sentir agobios.
Pero si por algo destaca el Tivoli es por el gran espacio que ofrecen sus plazas traseras en comparación con la competencia. No hay límite en ninguna cota para que un pasajero de estatura elevada -al menos hasta 1,85 m de estatura- encuentre acomodo. Además, la plaza central no se encuentra afectada por un túnel de transmisión voluminoso así que puede utilizarse en caso de necesidad.
El Tivoli tiene la distancia entre ejes más grande de todo el segmento (2.600 mm), siendo ésta una de las claves para conseguir una destacable habitabilidad interior. Esto puede haberse conseguido porque, a diferencia de muchos de sus rivales, no parte de un utilitario del segmento B sino que ha sido desarrollado desde el principio como un crossover.
Motor perezoso pero muy agradable
El motor de gasolina e-XGi160 tiene una rumorosidad baja y no se aprecian vibraciones. Con sus 128 CV tiene fuerza suficiente para mantener ritmos elevados sin problemas aunque sólo en la parte alta del cuentarrevoluciones muestra algo de brío, lo que nos obliga a jugar con frecuencia con el cambio.
El comportamiento de este motor atmosférico es poco elástico y perezoso, lo que sumado a unas relaciones de cambio extraordinariamente largas da como resultado inevitable unas aceleraciones y recuperaciones poco brillantes. De hecho SsangYong no ha anunciado el dato oficial de aceleración de 0 a 100 km/h. Sin duda, es una mecánica indicada para quienes hagan desplazamientos siempre a un ritmo relajado.
Tener que recurrir con frecuencia a la palanca de cambios no se hace pesado porque el cambio de marchas manual tiene un buen tacto y su manejo es preciso y agradable. También es muy acertada la capacidad de frenada, que se muestra potente y efectiva con discos en las cuatro ruedas para todas las versiones.
El Tivoli es un coche orientado hacia el confort y una prueba de ello es que la suspensión tiene un tarado firme pero no incómodo. La altura libre al suelo es de 167 mm, nada excepcional, siguiendo la línea de la mayor parte de sus competidores. Tiene un ángulo de entrada es de 20,5º, el ventral de 17,0º y el de salida de 28,0º.
No tuvimos oportunidad de conducir el nuevo Tivoli fuera del asfalto. A priori no permitirá adentrarse por terrenos muy complicados, pero la versión de tracción total del Tivoli estará entre las mejores de la categoría en conducción offroad aprovechando la enorme experiencia de SsangYong en vehículos todoterreno y SUV.
El crossover coreano dispone de una dirección eléctrica con tres niveles de asistencia seleccionables. Este sistema, denominado Smart Steer, se ajusta a través de un botón en el salpicadero de manera que, por ejemplo, da poco peso a la dirección para hacer maniobras sin esfuerzo o nos permite endurecer la asistencia rodando por autovías.
Aunque la ruta y las condiciones de conducción no eran propicias para comprobar de manera precisa los consumos reales de esta mecánica e-XGi160, la impresión es que rodando con suavidad se puede estar cerca de los consumos oficiales declarados por la marca (6,6 l/100 km en ciclo combinado).
Conclusiones
SsangYong da un paso de gigante para tutear a los modelos de marcas generalistas ya asentados en el mercado. El nuevo Tivoli es una apuesta muy estudiada, basado en nada menos que cinco prototipos que se han presentado a lo largo de sus cuatro años de desarrollo. Toda una declaración de intenciones.
El segmento B-SUV es uno de los que gozan de mejor salud en los mercados europeos y, por tanto, se espera que el Tivoli represente una parte sustancial de las ventas que consiga la marca. El rasgo que tradicionalmente ha caracterizado a los productos de SsangYong, un equipamiento amplio a un precio contenido, se mantiene.
Sin embargo el coreano añade nuevas armas, como su nuevo lenguaje de diseño que le aporta una imagen juvenil y atractiva, una excelente habitabilidad interior, una calidad inédita en la marca, motores eficientes y efectivas versiones de tracción total. Una compra original y racional a tener en cuenta por aquellos que busquen un crossover urbano.