Prueba Subaru Outback 2018, una evolución justa pero necesaria

Todavía no ha sido presentado en España, pero ya hemos tenido ocasión de conocer y probar el Subaru Outback 2018. Ligeros cambios estéticos se suman a novedades tecnológicas que lo hacen ser un coche más completo en todos los aspectos.

Prueba Subaru Outback 2018, una evolución justa pero necesaria

16 min. lectura

Publicado: 30/01/2018 09:00

La evolución estética del Outback es muy ligera, pocos pero agradables retoques

A pesar de que nos pasamos el día completo hablando de coches, al final uno se da cuenta que este negocio está dominado por unas cuantas conglomeraciones que son las que mueven la casi totalidad de ventas en el mundo entero. Cuesta encontrar a grandes fabricantes que hagan la guerra por su cuenta, y Subaru es una de ellas. Sus coches de nicho han evolucionado con el paso de los años y entre ellos se incluye el Subaru Outback 2018, el cual ya he tenido la ocasión de probar.

A mediados del año pasado la marca japonesa anunció la renovación del Subaru Outback aprovechando el Salón de Nueva York. Una jugada estratégica ya que los americanos se llevan más del 75% de las ventas de Subaru en todo el mundo. Hasta ahora no ha llegado al mercado europeo, y de hecho en España no estará disponible hasta dentro de un par de meses. Ello no ha sido motivo para no conocerlo ya, aunque he tenido que pasar un poco de frío para que ocurriera el encuentro.

La Laponia finlandesa, la tierra natal de Papá Noel ha sido el escenario dispuesto por Subaru para que conociéramos a toda su familia, donde por supuesto se incluía el Outback 2018. Aunque frío, es un terreno ideal para conocer en profundidad las capacidades de este SUV sin aspecto de SUV que es capaz de llegar donde la mayoría no puede ni acercarse. Pero antes de todo ello, ¿cuáles son los cambios introducidos en este facelift?

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Pues si lo miramos desde fuera hay pocos, muy pocos. Al igual que una madurita de mediana edad el Outback se ha estirado la cara para así seguir pareciendo joven. Entre los retoques observamos un nuevo parachoques delantero, con formas más marcadas, una nueva parrilla y un nuevo conjunto de faros que permiten homogeneizar la gama de productos de la marca japonesa. Por fin todos se acaban pareciendo, salvo el Subaru BRZ que es como un ente aparte.

Sus medidas siguen siendo exactamente las mismas a las que ya conocíamos

Y ahora es cuando te debería decir que si pasamos a la parte trasera...pero no. Los diseñadores de Subaru solo han trabajado en la parte frontal, por lo que el resto del coche permanece inalterado desde un punto de vista estético. Eso provoca que las medidas tampoco cambien, con 4,8 metros de largo, 2,74 de esos metros dedicados a la batalla, y 1,84 de ancho. Estas cifras le hacen ocupar puestos altos en la tabla de medidas, siendo muy similares a las de un Peugeot 508 SW.

Habiendo concluido que el exterior apenas cambia, es hora de saber en qué se han dedicado las horas de esta actualización. En tecnología amigo mío. El mercado actual demanda cada vez más una mayor cantidad de dispositivos y sistemas y Subaru se ha encargado de otorgárselos, no solo al Outback, sino a la mayoría de modelos de la gama. Su tecnología es denominada EyeSight, y su labor es la misma que la de muchos otros sistemas semejantes que inundan el mercado.

Esa es la principal novedad, aunque ya estaba en el modelo anterior. Con el paso del tiempo la marca ha ido evolucionando sus capacidades y ahora también se incluye el asistente de mantenimiento de carril con recuperación de la dirección. Por supuesto debemos seguir sumando los elementos que ya había como el indicador del ángulo muerto, el control de crucero adaptativo, o el sistema de frenado autónomo precolisión.

El habitáculo no cambia en exceso, pero sí que se le nota más moderno

Por supuesto esta novedad no se traduce en algo visible en el interior, pues ese trabajo está destinado a un nuevo volante pero sobre todo a la nueva consola central. Ha sido rediseñada en su parte inferior, en el módulo de la climatización. Ahora queda mejor integrado con el resto de la consola, que a su vez es capaz de integrar una pantalla más grande con 6,5 pulgadas como mínimo y ocho como máximo. Por supuesto también se ha mejorado la calidad de la imagen y el equipo de conectividad, ahora disponible para Android Auto y Apple CarPlay.

Dicha pantalla también será la encargada de mostrarnos la otra principal novedad del nuevo Subaru Outback, las cámaras perimetrales. Hasta la fecha solo se podía disponer de cámara trasera, pero ahora, como parte del equipamiento opcional, se puede disponer de visión lateral y frontal. Tres cámaras se han sumado a la estructura, y con ellas podemos tenemos una mayor información de todo lo que sucede alrededor del coche. Especialmente funcional cuando aparcamos y desaparcamos.

La renovación estética del Outback hace que la gama sea cada vez más homogénea en cuanto a diseño

Dado que esta generación del Outback lleva en el mercado desde el año 2015, con el paso del tiempo los japoneses han ido afinando el proceso de fabricación. Siempre ha dado una excelente sensación de calidad y buena fabricación, con unos ajustes muy finos y con una sensación de que el coche es una roca que va a durar mucho trote y muchos años. Un coche pensado para durar.

Y hasta aquí la parte en la que hablo de los cambios. El resto del coche permanece inalterado, y eso quiere decir que sigue disponiendo de mucho espacio en todas sus cotas. Su gran batalla le permite albergar cuatro pasajeros de forma holgada, un quinto no irá del todo incómodo, pero tendrá que lidiar con un túnel de transmisión algo elevado ya que estamos ante un coche de tracción total, y con un respaldo algo más duro.

Con hasta 8 pulgadas, la pantalla central incrementa su tamaño y sus funcionalidades

En cuanto al maletero, la oferta sigue siendo generosa. Hablo de un mínimo de 512 litros, y un máximo de 1.848 si abatimos la segunda fila de asientos en una proporción 60:40 quedando por el camino un suelo de carga completamente plano. A pesar de no ser el maletero más grande de la categoría, resulta muy aprovechable gracias a unas formas muy rectangulares y a una boca de carga muy grande y de altura razonable.

Donde tampoco hay cambios es en las mecánicas. Subaru todavía no se ha sumado al carro de lo híbrido o eléctrico, ese momento llegará pero todavía tendremos que esperar unos años. La oferta del Outback sigue estando formada por una variante diésel y otra gasolina. Ambos a su vez llegan asociados a una caja de cambios automática tipo variador continuo denominado Lineartronic, aunque el diésel también tendrá opción de contar con un cambio manual. Por último la siempre perpetua tracción total simétrica de Subaru, un arma impagable si salimos del frío asfalto.

Toma de contacto Subaru Outback 2018

Para frío el que hace en Finlandia. Con temperaturas de hasta -30 grados centígrados y con constantes nevadas, no es de extrañar que el Gobierno local haga obligatorio el uso de neumáticos de invierno durante los meses más duros. Con ellos montados y con la confianza que da la tracción total empezamos una prueba que tuvo un poco de todo. Mucha nieve y hielo eso sí, pero también circuitos ratoneros y espacios abiertos donde el Outback demostró que hay pocos SUV mejores para salir al campo.

El Outback se siente cómodo en dos terrenos, la autopista y el campo

Huelga decir que al tratarse de un restyling no se ha tocado nada en lo relativo a estructura y chasis. El Outback por el momento no es capaz de disponer de la nueva plataforma polivalente que sí luce el pequeño de la familia, el Subaru XV que ya he tenido ocasión de probar. Eso hace que no presente el mismo comportamiento. Sigue siendo un coche con un marcado carácter rutero, con una configuración muy blanda de suspensiones.

Como ya digo esto favorece el recorrer largas distancias sin inmutarse, el coche se va a tragar la mayoría de baches de la carretera sin que por ello se filtren al habitáculo. Se crea un efecto barco, donde las suspensiones tienden a un rebote exagerado que incrementa una sensación de confort ya de por sí elevada. El motor, tampoco transmite molestos ruidos o vibraciones al habitáculo, aunque en honor a la verdad en la prueba la unidad era gasolina, por lo que el refinamiento es mayor.

La llegada de híbridos y eléctricos a Subaru llegará con la nueva década, y en parte se destinará a incrementar el rendimiento

Está claro que no es un coche con el que "ir de tramo", no va a disfrutar ni tu ni el coche, pero seguro que entre curva y curva encontrarás un camino de tierra con el que cambiar las sensaciones. Las capacidades camperas de los Subaru son de sobra conocidas, pero pocos sitios mejores para reafirmarlas que las carreteras del norte de Europa. Bien calzado, el Outback es prácticamente imparable, demostrando un comportamiento intachable y de gran confianza.

Al contrario que en otros SUV que afirman 4x4, el Outback siempre circula con la tracción total conectada. Se disponen de varias armas para así poder adentrarse en terrenos complicados. La primera de ellas es una altura libre con respecto al suelo de 20 centímetros, la segunda es la tracción total simétrica, la tercera unos ángulos de ataque que te harán salir airoso de la mayoría de situaciones, y por último el sistema X-Mode que actúa a modo de reductora.

La tracción total no es valida únicamente para el 4x4 sino también para una mejor seguridad en todas las superficies

Tampoco es novedad en el Outback, pero eso no quita para que siga siendo una de sus principales ventajas. El equipo actúa sobre el ABS de los frenos, y es capaz de enviar todo el par a una sola rueda, la que más agarre tenga, para así poder sacarnos del problema en el que nos hayamos metido. La gestión del programa es impecable, y en las bajadas actúa de forma autónoma, no teniendo siquiera que tocar el pedal del freno.

Por el momento, dado que el coche no ha llegado al mercado español, se desconocen los precios de venta. Es de suponer que no variarán mucho con respecto al modelo actual. Eso quiere decir que de salida partimos de un precio que ronda los 30.000 euros. Habrá tres niveles de acabados: Sport, Executive y Executive Plus, paquetes de equipamiento muy cerrados pero que en todos ellos existirá la tecnología EyeSight. En fechas próximas saldrán a la luz los precios.

Conclusiones

Subaru habrá actualizado el Outback 2018, pero la verdad es que estamos ante el mismo coche. Los pocos cambios estéticos evidencian un lavado de cara que se ha centrado en mejorar el apartado tecnológico. En este campo la seguridad se ha llevado gran parte del presupuesto, pues ahora el sistema EyeSight llega con una mayor cantidad de funcionalidades. Si a eso le sumamos un conjunto de cámaras perimetrales y una pantalla más grande, se dan por finiquitados los cambios. Pocos pero correctos.

Los cambios le han sentado bien, aunque serán más espectaculares cuando estrene plataforma

Más que nada porque el Outback sigue siendo un gran coche, un SUV con marcadas capacidades 4x4 y un excelente rodador. Los inconvenientes del modelo anterior siguen ahí a la espera de recibir una actualización más profunda con cambio de plataforma incluida. Los Subaru son un coche de nicho, de un público muy concreto, pero eso es porque la mayoría no acaba por conocerlos. Es un coche para aquellos que tienen mentalidad abierta, pues estoy seguro que si se prueba más de uno sucumbiría al cambio.

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