PruebaSubaru Outback 2.0TD Lineartronic, exterior e interior (II)
Estamos ante un vehículo familiar de gran tamaño cuya premisa básica es ofrecer mucho espacio y una comodidad de primera categoría para todos los ocupantes. Destaca la habitabilidad de las plazas traseras, con respaldos ajustables en inclinación. La apariencia del coche es limpia y ordenada en su interior y el uso de materiales, contrastado.
6 min. lectura
Publicado: 01/04/2014 10:00
El Subaru Outback se presenta como un familiar de gran tamaño. Sus medidas son de 4.790mm de largo, 1.605mm de alto y 1.820mm de ancho sin contar espejos. Por ejemplo, respecto a la gama Allroad de Audi, se encontraría con una longitud entre un A4 y un A6, aunque en el caso de Audi, sus batallas resultan más largas y sus carrocerías más bajas. Esto se traduce en largos voladizos para el Subaru de 1.540 mm tanto delante como detrás. Hay otros competidores en el segmento, como el Peugeot 508 RX o Volkswagen Passat Alltrack; el Subaru Outback no está sólo.
Pero hoy venimos a contaros cómo es por fuera y por dentro nuestro modelo y es que si de algo puede presumir es de venir de una marca que se reconoce enseguida por sus aires deportivos. En el capó tiene una gran entrada de aire que va más allá de la pura estética facilitando la refrigeración del intercooler. La parrilla delantera está adornada con cromados y una mirada agresiva. Los faros son de xenón para las luces de cruce y halógenas para las largas.
Las ruedas tienen un tamaño adecuado para el modelo: 225/60 y llanta de 17 pulgadas. El tamaño del coche hace parecer que llevamos una llanta más pequeña, aunque su perfil 60 tiene sentido para coches como el Outback, que presumiblemente pisará pistas fuera de asfalto. Las defensas opcionales con el paquete Executive Plus quedan muy bien para darle un diseño más alegre y protegerlo ante piedras que salten en dichas pistas, que es terreno casi natural de este coche. Las zonas inferiores de los paragolpes tienen un refuerzo de plástico sin pintar y una vez más vuelve a recordarnos que el Outback está preparado para todo.
El maletero es increíblemente grande. Parte de la culpa la tienen sus voladizos de 1.540 mm. Cinco personas podrán alojar su equipaje y tener una habitabilidad buena en el interior del coche. Sin embargo, el maletero queda deslucido por una mala iluminación y obliga a plegar la esterilla (no dispone de bandeja rígida) si queremos ver algo de noche. Si viajamos dentro del coche, me gustaría comenzar por las plazas traseras. Son anchas y con asientos cómodos. El pasajero dispone de un buen espacio para las piernas y se puede regular el ángulo de inclinación de los respaldos: ¡Primera clase! Los asientos pueden abatirse en proporción 1/3 y 2/3 y en la plaza central trasera hay un reposabrazos ancho. Es un coche pensado para viajar. Por ello resulta extraña la ausencia de una salida de aire central en las plazas traseras. En su lugar se ha optado por incluir un pequeño hueco para alojar objetos, aunque su utilidad real es más bien limitada.
Si viajamos a las plazas delanteras, la primera sensación es muy positiva. Este Outback quiere ser un referente de su categoría. El interior es muy limpio en cuanto a proporciones y aspecto visual. Los elementos están bien ordenados y hay una moldura plateada en las puertas e interior del coche que separa las zonas de color negro y las zonas de color beige. Muchos materiales a los que recurre este Outback son de plástico pero su presencia es muy buena y sus ajustes son algo mejorables, pero cumplen adecuadamente. En contraposición, las puertas tienen paneles de cuero perforados de color beige, así que nos encontramos ante un uso de materiales contrastado.
Hay un volante multifuncional con muchos botones y levas
para el cambio. También encontramos botonería en la zona inferior izquierda, a
pesar de que las luces se controlan con el mando satélite izquierdo. Hay una
pantalla en el centro de la consola central y bajo ésta, un climatizador de dos
zonas. La pantalla es táctil. Todavía hay un display adicional que se sitúa
sobre el salpicadero, digital y con una estética anticuada y sin embargo su
visibilidad es buena y es práctico. Aunque parece que hay muchos mandos, la realidad
es que el manejo del coche es relativamente sencillo.
Un detalle curioso es que, mientras el asiento de conductor se regular de forma eléctrica, el copiloto deberá recurrir a mecanismos manuales. En ambos casos hay una premisa básica: el espacio. Es un coche que quiere conseguir buenos resultados prácticos, y por ahora, nos está gustando.
También encontramos asientos delanteros calefactables y un reposabrazos central delantero que tiene doble fondo. La palanca de cambios está anticuada tanto estéticamente como mecánicamente. Actualmente el engranaje de las cajas automáticas más modernas evita que tengamos que arrastrar la palanca por un recorrido determinado para encontrar la función que necesitamos.
Con todos estos datos, sólo queremos pulsar el botón de arranque y disfrutar de este interesantísimo coche.