PruebaSubaru XV 2.0 TD, en marcha (III)
El Subaru XV demuestra tener ciertas aptitudes para circular por fuera de asfalto gracias a su altura libre al suelo y las dos primeras marchas de recorrido corto. El motor es ruidoso en frío y esto debe mejorarse para una futura generación. Sin embargo hemos obtenido un consumo muy razonable. Sigue leyendo y descúbrelo.
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Publicado: 24/05/2014 14:00
Cuando comienzas a rodar con el Subaru XV te das cuenta de dos cosas inmediatamente: la primera es que en frío la mecánica diésel es muy ruidosa y debe mejorar en este aspecto. La segunda sensación es positiva dentro del carácter del coche: las dos primeras relaciones son muy cortas. Pero, ¿por qué?
Pues es sencillo de explicar. No es un coche todo terreno y no dispone de una reductora, así que el truco que mecánicamente se ha buscado en este vehículo es acortar mucho las dos primeras relaciones para ayudarle a superar pendientes pronunciadas. Este punto es un arma de doble filo, por ejemplo para entrar en una rotonda, donde debes controlar la dosificación del gas si no quieres subir mucho de vueltas el coche. En el día a día el comportamiento es noble y se puede disfrutar mucho del Subaru XV. Además, su polivalencia se ve perfeccionada en dos aspectos: puede servir para superar obstáculos que otros SUV no pueden y compres la unidad que compres, será 4X4.
Si vas a usar el Subaru XV fuera de asfalto, has de saber varias cosas: lo primero es que no es un todo terreno, pero es probable que sea el SUV generalista con más aptitudes que puedes comprar. Su altura libre al suelo te permitirá sortear baches donde otros se quedarían por el camino, aunque has de hacer las maniobras despacio si no quieres verte sorprendido rozando un bajo. Lo segundo es que la suspensión trasera es algo tosca en la ciudad (en los resaltos), pero para comportarse notablemente fuera del asfalto lo mejor no es una suspensión muy blanda. Además, los muelles del Subaru son largos y se nota que han pensado en un cliente que va a salir fuera de asfalto de vez en cuando.
Hay otro detalle que debe modificarse y es que a pesar de quitar el control de tracción, en cuanto una rueda queda suspendida o pierde tracción, volvemos a encontrar intervención electrónica. Pensando en la seguridad, es un aspecto a resaltar aunque el coche peca de falta de personalización por el usuario.
Alejándonos de las experiencias camperas, hay otro dato que es importante destacar: sus prestaciones. Firma el 0-100km/h en unos dignos 9,3 segundos. Es bastante rápido y su hermano de gasolina con 3 CV más (150CV) se atreve a parar el cronómetro 1,4 segundos después (10,7 segundos). El diésel, además de ser el más rápido, es el que menos consume y tras la fatiga de toda la semana, combinando todo tipo de carreteras y sin mirar por el máximo ahorro, nuestra media ha quedado en 6,4l/100km. ¡Excelente! Tan sólo se ha alejado de la cifra oficial en 0,8l/100km y estoy seguro de que la cifra puede rebajarse con un estilo de conducción eficiente.
Además, tiene un medidor de eficiencia/uso de energía en
unos de los menús del display, que puede servirnos de referencia para realizar
medias óptimas. Si lo que te pierden son las cifras, que sepas que esta
variante del Subaru XV es capaz de alcanzar los 198 km/h curiosamente en la
marcha más larga. Generalmente, la sexta relación sirve de desahogo y en muchos
vehículos la velocidad máxima se encuentra una relación por debajo. Argumentos
a este diésel no le faltan, ya que encima pesa 35 kilos más que su hermano de gasolina,
así que tenemos, a nivel mecánico, todos los datos a favor del gasóleo, al
menos en un mercado como España.