Video prueba Suzuki Ignis 2017

El nuevo Suzuki Ignis rebosa personalidad por los cuatro costados. Este diminuto crossover del segmento A tiene un diseño diferenciado a cualquier otro modelo del mercado, puede contar con un sistema híbrido y disfrutar de tracción total. Lo conducimos en su presentación.

Video prueba Suzuki Ignis 2017

12 min. lectura

Publicado: 16/03/2017 14:00

Hacía ocho años que el Ignis estaba fuera del catálogo del Suzuki pero la marca japonesa ha decidido recuperar esta denominación para su último lanzamiento. Se trata de la tercera generación del Suzuki Ignis, un crossover muy original que ya está disponible en los concesionarios españoles.

Este modelo jugará un papel importante dentro de la gama del fabricante nipón y lo hemos conducido durante su presentación. Se trata de un crossover de bolsillo con sólo 3,7 metros de longitud y puede contar con tracción total, unas características que lo hacen prácticamente único en el segmento A, donde sólo encuentra rival en el Fiat Panda Cross.

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El Ignis continúa con la larga tradición de modelos 4x4 de Suzuki

El nuevo Ignis luce un estilo campero con unos marcados pasos de rueda y una buena altura libre al suelo. Además tiene un aire retro ya que algunos detalles de diseño, como las hendiduras del pilar C, se inspiran en el Suzuki Cervo, un exitoso kei car que la marca comercializó en los años 70.

Tiene un aspecto juvenil y distintivo, con un diseño completamente diferente al del resto de modelos de Suzuki. El frontal es atractivo y los marcados pasos de rueda le dan mucho carácter mientras que la trasera es más atrevida y quizá no guste a todo el mundo. Desde luego no se puede negar que el Ignis 2017 tiene mucha personalidad.

Uno de los puntos fuertes de este mini-SUV es su gran capacidad de individualización. Hay 14 colores exteriores para la carrocería, cinco de ellos bitono con el techo en negro. En la lista de accesorios se encuentran elementos como adornos para la parrilla delantera, embellecedores de faros antiniebla, carcasas para los retrovisores exteriores, adhesivos decorativos, protectores inferiores delantero y trasero, llantas de aleación de varios diseños o un alerón trasero.

El crossover nipón mide sólo 3,7 metros de longitud

El aspecto desenfadado del exterior también se traslada a la cabina con algunos sugerentes toques de color. El contraste del salpicadero con zonas en blanco y negro se complementa con detalles naranja o titanio. La lista de colores se amplía en el catálogo de accesorios para personalizar la consola central, los asideros interiores puertas y los embellecedores circulares de los aireadores.

En cualquier caso en el habitáculo brilla la sencillez, con un diseño donde predominan las líneas rectas y los plásticos duros. Los ajustes entre las diferentes partes son adecuados, aunque algunas zonas no parecen especialmente sólidas. La ergonomía es buena, todo queda a mano. El cuadro de instrumentos se ve muy bien e integra un display de 3,5 pulgadas que muestra la información de forma clara.

Hay dos niveles de equipamiento, GLE y GLX. En el básico ya contamos con elementos como el aire acondicionado, seis airbags, la radio digital, los asientos delanteros calefactados o la cámara trasera. El acabado superior, el GLX, cuesta 1.750 euros más que están bien invertidos porque suma faros de LED (para luces cortas y largas), arranque por botón, volante de cuero, navegador y varios sistemas de seguridad.

El volante es de cuero en el acabado GLX. Cuenta con regulación en altura, pero no en profundidad

El sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas que preside el salpicadero es de serie en toda la gama y la única diferencia entre acabados es que el superior también cuenta con navegador. La conectividad ha sido muy cuidada permitiendo integrar de manera sencilla las funcionalidades de nuestro smartphone ya que es compatible con Android Auto, Apple CarPlay y MirrorLink.

En general el sistema de infoentretenimiento de Suzuki está bien resuelto es rápido e intuitivo, aunque la pantalla genera muchos reflejos en días soleados. No hay botones físicos así que incluso la regulación del volumen se realiza con unos deslizadores táctiles, una solución con la que hay que familiarizarse para ser precisos en el ajuste.

Una de las grandes virtudes del habitáculo es su habitabilidad. En las cuatro plazas del Ignis (no es posible tener cinco) caben sin problemas cuatro adultos de 1,80 m de estatura. Es sencillamente increíble que haya tanto sitio en un coche de sólo 3,7 m de largo, algo en lo que tiene mucho que ver la distancia entre ejes de 2,4 m, muy generosa si tenemos en cuenta las dimensiones de la carrocería.

El maletero tiene 260 litros de capacidad, un tamaño notable. La altura del espacio de carga se reduce en la versión con tracción integral debido a que el diferencial trasero roba algo de espacio, quedándose en 204 litros. Es posible aumentar el volumen gracias a los asientos traseros deslizantes, que permiten un desplazamiento longitudinal de hasta 165 mm. También se puede ampliar la capacidad hasta 514 litros (490 litros en la versión 4x4) abatiendo el respaldo de los asientos traseros divisible en dos mitades.

La banqueta trasera es deslizante, permitiendo ganar más espacio de carga cuando haga falta

Como es un coche pequeño y ligero en ciudad se siente muy cómodo, además vamos sentados en una posición elevada que permite dominar bien el entorno. Por carretera se muestra algo más torpe porque las oscilaciones de la carrocería se dejan notar, aunque no en exceso porque las inercias no son muy grandes: el Ignis es todo un peso pluma superando por poco los 800 kilos gracias a su plataforma de nuevo desarrollo.

Bajo el capó habita un motor de gasolina atmosférico 1.2 Dualjet de cuatro cilindros con 90 CV de potencia y 120 Nm de par máximo. Las prestaciones no son elevadas pero resulta muy satisfactorio porque es suave y tiene un buen empuje siempre que lo subamos de vueltas. El cambio manual de cinco marchas tiene un manejo agradable aunque también podemos contar con una caja automática AGS de tipo pilotada también con cinco velocidades que añade 900 euros a la tarifa. Desafortunadamente el Ignis no llega con el motor 1.0 BoosterJet de 111 CV del Baleno, una lástima porque habría sido un opción muy interesante.

A nivel mecánico un aspecto muy interesante es que el Ignis cuenta con una versión híbrida. El sistema semihíbrido SHVS (Smart Hybrid Vehicle by Suzuki) es el mismo que ya disfruta el Baleno y se asocia al mismo propulsor de gasolina 1.2. Cuenta con un motor eléctrico y una batería de litio de con 0,4 kWh de capacidad ubicada bajo el asiento del conductor.

La batería del sistema SHVS está ubicada bajo el asiento del conductor

El Ignis 1.2L SHVS no es un híbrido tradicional porque el pequeño motor eléctrico sólo arroja 4 CV así que no es capaz de impulsar al vehículo por sí mismo. Lo que hace es asistir al motor de combustión, ya sea al arrancar o en fases de aceleración, para conseguir ser más eficiente. En el mercado español no es posible combinar este sistema SHVS con la tracción total.

Como ya he comentado antes, algo que también resulta llamativo para un coche del segmento A es que el Ignis puede llevar el sistema de tracción total ALLGRIP Auto de Suzuki. Se trata de un sistema 4x4 permanente de acoplamiento viscoso que en condiciones normales actúa como un tracción delantera y en caso de pérdida de adherencia el par motor es automáticamente distribuido a las ruedas traseras para lograr una mayor motricidad.

La tracción integral cuesta 1.500 euros respecto a la variante 4x2 e incluye el control de descenso de pendientes. Esto, sumado a una gran altura libre de 180 milímetros, hace que el pequeño crossover japonés muestre unas capacidades muy razonables lejos del asfalto. El ángulo de entrada es de 22,0º, el ventral de 18,0º y el de salida de 38,8º.

Las opciones de personalización son abundantes, permitiendo muchas combinaciones

En cuanto a sistemas de seguridad hay varios elementos destacados como es el caso del DCBS (Dual Camera Brake Support), un sistema con dos cámaras en el parabrisas que detectan vehículos, peatones y carriles y permite el funcionamiento de la alerta de cambio de carril, la alerta de fatiga y el control predictivo de frenada. Este último es un sistema de frenada automática de emergencia que es capaz de frenar el coche automáticamente en caso de detectarse una posible colisión. El crossover de Suzuki también tiene un control de crucero activo que actúa sobre el acelerador y el freno para mantener la distancia de seguridad con el vehículo precedente.

El nuevo Suzuki Ignis es uno de los modelos con más personalidad del mercado. El crossover japonés tiene un diseño distintivo, resulta muy práctico y además tiene un precio muy contenido puesto que está a la venta en los concesionarios por un precio de partida de 12.200 euros incluyendo la promoción de lanzamiento.

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