Prueba Tesla Model S P85+, viviendo con el mejor eléctrico del mundo

Gracias a nuestros amigos de EVAN he podido disfrutar de un Tesla Model S P85+ con el que en los últimos meses he recorrido Catalunya, viajado a los Pirineos e ido y vuelto a Mónaco. Esto es lo que he aprendido del coche en más de 2.000 km al volante.

Prueba Tesla Model S P85+, viviendo con el mejor eléctrico del mundo

7 min. lectura

Publicado: 20/07/2015 11:00

Antes de empezar con el coche en sí, creo que es remarcable el hecho que Tesla, empresa fundada en 2003, haya diseñado y esté fabricando en masa un coche como el Model S antes que cualquier gran marca del sector. El simple hecho de que un coche así exista ya es admirable, que sea Tesla quien lo haya conseguido, es excepcional.

La unidad probada es un Model S P85+, es decir el modelo de tracción trasera más potente y deportivo, en este caso equipado con todo lo posible en el momento: techo panorámico, llantas de 21", suspensión neumática, equipo de audio HI-FI y un largo etcétera. El Tesla Model S empieza en los 80.000 euros en España, el vehículo probado costó 135.000 euros y como curiosidad debéis saber que la empresa los vende incluso por Internet.

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Empecemos con los principales interrogantes que plantea cualquier coche eléctrico: autonomía y carga.

La autonomía ha sido siempre el principal obstáculo de los vehículos eléctricos, por lo que Tesla ha equipado el Model S con una batería de 85 kW que permite hacer hasta 500 km sin recargar. Esta cifra se consigue con una conducción sumamente conservadora; a 120 Km/h por autopista la autonomía real es de alrededor de 400km.

El tiempo de carga depende de la toma de corriente que usemos: mientras que en un enchufe estándar de casa a 220 V podríamos estar un día entero cargando, en Barcelona ya hay 11 estaciones que permiten cargar el coche al completo sin coste alguno en unas 4 horas, y luego están los Supercharger propios de Tesla, que en menos de 1 hora nos permiten tener el coche completamente cargado, y son ¡gratis de por vida! Una pena que de momento solo haya uno en España.

La sensación de conducir el Model S se puede resumir en una palabra: inmediatez. Los 470 cv y 600 Nm de par desde 0 rpm dan una sensación inigualable de potencia instantánea, y permiten acelerar de 0 a 100 en 4.2 segundos. La aceleración desde parado es simplemente brutal, pero lo que más sorprende son las recuperaciones desde cualquier velocidad.

Ya sea desde 30, 80 o 100 Km, al pisar a fondo el acelerador te quedas clavado en el asiento con una violencia inquietante. Muchos de los pasajeros que he llevado en el Model S mencionan el Furious Baco de Port Aventura como lo más similar a acelerar en el Model S.

El coche se siente a gusto tanto en largos viajes como en salidas por carretera de montaña, utilizando su peso de 2,3 toneladas para deslizarse suavemente por autopista y escondiéndolo como por arte de magia en carreteras reviradas. Gran parte del mérito se puede atribuir al posicionamiento de las baterías, formando un rectángulo de unos 10 cm de grosor que recorren todo el suelo del habitáculo y hacen del bajo centro de gravedad del coche la envidia de muchos deportivos.

El interior es minimalista al extremo: en nuestro modelo el salpicadero de cuero y madera lo domina una pantalla de 17 pulgadas con la que se controla casi todo, acompañada por el botón de intermitentes de emergencia a un lado y el de apertura de la guantera al otro. Al no haber túnel de transmisión el espacio entre los asientos está ocupado solamente por un reposabrazos deslizable con posavasos, dejando el resto de espacio totalmente libre.

La sensación en el interior es de gran amplitud, especialmente si optamos por el techo panorámico, y el espacio en los asientos delanteros y traseros es perfectamente cómodo para alguien que mida 1,90. En el modelo de fabricación actual se ofrecen unos asientos más mullidos que los del modelo probado, pero ni en viajes de más de 1.000 km al día noté molestias.

Dado que no tiene necesidad de una gran obertura para refrigerar el radiador, la parte delantera del coche está optimizada para ser lo más eficiente posible, cosa que conjuntamente con el fondo plano formado por la batería dan al Model S un coeficiente aerodinámico de 0,24, de los más bajos del mercado.

Otra de las virtudes del coche eléctrico es la posibilidad de tener maletero delante y detrás, de 229 y 812 litros respectivamente, ampliables a un total de 1.869 litros con los asientos traseros abatidos.

Si bien es un coche muy completo, hay algunos aspectos en los que creo que la unidad probada puede mejorar: algunas partes del interior tienen más juego del que sería deseable en un vehículo de este precio, más de una vez aparece condensación en los pilotos traseros y se nota la ausencia de agarra manos en el techo y reposabrazos abatible en los asientos traseros.

Hay que tener en cuenta que Tesla realiza de media unas 20 mejoras a la fabricación del coche por semana, por lo que gran parte de los defectos presentes en versiones iniciales como la probada ya no aparecen en versiones más recientes.

Los avances tecnológicos que equipa el coche se merecen un reportaje aparte, así que estad atentos a nuevas publicaciones.

En conclusión, puedo decir sin ninguna duda que éste es el coche más completo y muy probablemente el mejor que he probado hasta la fecha. Con prestaciones de superdeportivo, espacio de monovolumen, tecnología del futuro y una estética que personalmente me parece preciosa, el Tesla Model S es el primer coche eléctrico que me ha robado el corazón.

Si queréis experimentar por vosotros mismos un Tesla Model S, podéis hacerlo en www.evanmotors.com

Fotos: Fotos: Pere Nubiola

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