Prueba Tesla Model X P100D (y su salvaje modo Ludicrous)

Mientras Tesla se instala en España hemos tenido la oportunidad de ponernos tras el volante del Model X, un modelo que proporciona una experiencia de conducción inolvidable. Probamos la versión P100D, la más potente de la gama, equipada con funcionalidades como el modo Ludicrous y el Autopilot.

Prueba Tesla Model X P100D (y su salvaje modo Ludicrous)

31 min. lectura

Publicado: 11/04/2017 10:00

Las características puertas Falcon Wings son la seña de identidad del Model X

Pocos coches hay tan fascinantes como el Tesla Model X, un modelo único en su especie. Parece el resultado de un cruce entre un SUV y un monovolumen, es 100% eléctrico, sus prestaciones sonrojan a más de un superdeportivo y rebosa tecnología por los cuatro costados. Si el Model X ya causa sensación sobre el papel, te puedo adelantar que la experiencia de conducción es aún más intensa.

Permíteme que antes de contarte mis impresiones tras el volante de este modelo ponga en perspectiva el extraordinario progreso de Tesla para llegar hasta aquí. Merece la pena recordar que muchos lo han intentado pero pocas marcas jóvenes pueden decir que han podido revolucionar la industria automovilística. Tesla fue fundada en 2003, hace cuatro días como se suele decir, y desde entonces no sólo se ha hecho un hueco al lado de los grandes fabricantes históricos con más de un siglo de vida sino que además es una referencia en movilidad eléctrica y conducción autónoma.

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El fabricante estadounidense ganó fama mundial con el Tesla Roadster, el primer deportivo 100% eléctrico. Pero no fue hasta 2012, con la presentación de su segundo modelo, cuando llegó el boom: el Tesla Model S fue el primer sedán eléctrico premium y aceleró la transición del mundo hacia la energía sostenible. Apenas han pasado cuatro años desde su nacimiento pero el Model S ya es sencillamente la berlina eléctrica más deseada, con miles de unidades vendidas en todo el mundo.

Con todo, el mérito de Tesla no es haberse posicionado con solidez en su categoría. Desde mi punto de vista el gran mérito es que su decidida apuesta por los vehículos autónomos y eléctricos ha obligado al resto de la industria a cambiar, a seguir este camino por el que las marcas tradicionales llevan años transitando sólo esporádicamente y con titubeos.

El SUV más avanzado del planeta

Siendo evidente el aumento progresivo de las cifras de producción, que provocará la apertura de nuevas gigafactorías, no es de extrañar que tras el éxito de la berlina la gama se ampliara con un nuevo modelo, que se puso a la venta a finales de 2015. El Tesla Model X, como el que he tenido la oportunidad de conducir, debía ser más práctico y habitable que el sedán pero la marca americana tenía claro que no quería simplemente un Model S más alto sino un automóvil con personalidad propia.

Manteniendo el lenguaje de diseño característico de la compañía californiana, en la imagen del Model X destaca sobre todo las puertas traseras de apertura vertical Falcon Wings (alas de halcón), que ya se han convertido en su sello de identidad. No es para menos ya que la apertura es todo un espectáculo visual.

Aunque también se abren hacia arriba, este sistema es mucho más sofisticado que el de las conocidas puertas de ala de gaviota ya que utiliza bisagras dobles: unas entre la parte superior de la puerta y el techo y otras entre la parte superior de la ventanilla y el borde de la propia puerta. De esta manera puede doblarse dejando la puerta muy cerca de la carrocería del vehículo si es necesario, permitiendo abrirse incluso cuando hay poco espacio lateral. De hecho, sólo hace falta un espacio de 30 centímetros para poder abrirlas.

Por si esto fuera poco fascinante, la apertura es completamente eléctrica y el sistema cuenta con seis sensores en cada puerta que detectan la presencia de obstáculos. Con esta información las complejas articulaciones ajustan el movimiento de apertura y cierre evitando automáticamente golpear a una persona, un coche o incluso el techo del garaje, extendiéndose más o menos según las circunstancias.

Las puertas de apertura vertical permiten un acceso muy fácil a la segunda y tercera fila de asientos

Las alas de halcón brindan un acceso realmente cómodo a la segunda y tercera fila de asientos de este modelo cuyo interior puede configurarse con cinco, seis o siete plazas. Las butacas tienen un sistema eléctrico de desplazamiento longitudinal para permitir una entrada más espaciosa o para configurar la distribución del habitáculo a nuestro gusto.

La puerta del conductor se abre automáticamente entre 20° y 45° (dependiendo de los obstáculos detectados por los sensores) cuando nos aproximamos al coche y se cierra sin tocarla al pisar el pedal de freno. La puerta del acompañante también esta motorizada y al igual que las alas de halcón pueden abrirse a distancia pulsando un botón de la llave inteligente o bien aplicando una leve presión sobre las manillas cromadas enrasadas en la carrocería.

A estas alturas ya habrás adivinado que el portón del maletero también tiene apertura eléctrica. El volumen de carga varía según la configuración de asientos, situándose entre los 2.180 y los 2.494 litros. Tiene un doble fondo, ideal para poner en la parte inferior los cables de recarga de la batería ¿Te gusta llevar la casa a cuestas y quieres más sitio? No hay problema, bajo el capó delantero también hay un espacio de almacenamiento con un volumen adicional de 187 litros.

El maletero es muy grande, sobre todo en altura, está completamente tapizado y tiene formas muy regulares

Las dimensiones exteriores del Model X garantizan un interior muy habitable. Con 5,04 m de longitud y 2,07 m de anchura no sorprende que el espacio para cada una de las siete plazas sea generoso. Incluso en la tercera fila opcional se pueden acomodar adultos de estatura media sin dificultad a pesar de la marcada caída del techo.

El Autopilot 2.0 lleva el hardware necesario para una conducción autónoma total en un futuro

El acusado descenso de la línea del techo que caracteriza la silueta del SUV americano no sólo proporciona un aspecto más dinámico sino que aporta su granito de arena a una aerodinámica excepcional como deja claro el bajísimo coeficiente Cx de 0,24. La zaga está rematada con un alerón trasero activo que ajusta su posición dependiendo de la velocidad. El spoiler aumenta la fuerza aerodinámica descendente sobre el eje trasero para dotar al Model X de una mayor estabilidad y, además, mejora la autonomía en carretera un 1,6%.

El parabrisas panorámico que se alarga más allá del pilar A y termina por encima de los ocupantes de las plazas delanteras proporciona una visibilidad fantástica hacia adelante, si bien el inclinado pilar A entorpece la visión en algunos giros de izquierdas. El retrovisor interior apenas aporta visibilidad porque el mar de reposacabezas de las dos filas posteriores tapa buena parte de la luneta. Tampoco es un gran problema porque la cámara trasera proporciona una excelente calidad de imagen que ocupa la mitad de la pantalla multimedia.

El spoiler trasero es una solución de aerodinámica activa

La carrocería puede bañarse en una paleta de siete colores (nuestra unidad de pruebas viste el gris Midnight Silver) y el habitáculo está vestido con materiales lujosos como el techo de Alcántara y la tapicería de piel, en ambos casos con diferentes tonalidades a elegir, o las molduras de madera de fresno o fibra de carbono. La sensación de calidad es elevada y los ajustes resultan impecables.

El salpicadero tiene unas líneas limpias y un aspecto minimalista, hasta el punto de que no existen botones para el arranque o para activar el freno de estacionamiento porque estas funciones son automáticas: el motor eléctrico arranca al pisar el pedal de freno y el freno de estacionamiento se retira al seleccionar una marcha. La ancha consola central procura numerosos compartimentos donde dejar objetos y lo único que he echado en falta es una base de carga inalámbrica para smartphones.

Diseño minimalista con ausencia casi total de botones físicos

Innumerables funcionalidades y opciones de configuración

El gran protagonista es, sin ninguna duda, la enorme pantalla táctil de 17 pulgadas que preside el salpicadero. Es la más grande de la industria automovilística y supone el verdadero corazón de nuestra experiencia a bordo porque es la vía para utilizar y personalizar una innumerable cantidad de funciones.

Desde esta pantalla táctil, que procura una resolución soberbia, es posible abrir y cerrar las puertas motorizadas, seleccionar los perfiles del conductor, usar las funciones de telefonía, enredar con las opciones multimedia que incluyen radio digital, radio online por streaming o el servicio de Spotify, conectar la climatización de los asientos, tener acceso a internet mediante un navegador, gestionar la energía eléctrica y programar las recargas de batería, variar los modos de conducción o gestionar la navegación con información del tráfico en tiempo real, entre otras muchas cosas.

El software del sistema recibe actualizaciones regulares vía satélite de manera que se aumenta el rendimiento del coche, se consiguen mejoras para el reproductor multimedia, se obtienen mapas más modernos, se modernizan los diseños de los menús o se agregan más funciones del Autopilot. Por supuesto también abre la puerta a sorprendentes y divertidos huevos de Pascua (Easter eggs) ya característicos de Tesla.

Entre otras cosas, en la pantalla central permite ver cómo y cuándo gastamos la energía de las baterías

En la parte inferior de la pantalla se concentran los ajustes de climatización, que también prescinden de botones físicos. Va un paso más allá de los sistemas de aire acondicionado tradicionales porque el sistema de climatización de Tesla lleva un filtro de aire HEPA, similar al que se usa en los quirófanos. De esta manera además de las tradicionales funciones de circulación con el aire exterior y recirculación del aire interior, este SUV tiene modo de defensa contra armas arma biológicas que elimina el 99,97% de la contaminación del aire, el polen, las bacterias, los virus y crea una presión positiva dentro de la cabina para proteger a los ocupantes.

Algunas de las tareas del completísimo sistema multimedia también pueden manejarse desde el volante multifunción con regulación eléctrica, que sorprende por ser capaz de concentrar todo en sólo un par de selectores y cuatro discretos botones. Por supuesto, también es posible interactuar con comandos de voz.

La atractiva instrumentación digital es configurable

Aunque la pantalla central concentre todas las miradas no es el único display que merece atención. A través del aro del volante se visualiza un panel de instrumentos totalmente digital que muestra un velocímetro digital, las informaciones habituales del ordenador de abordo y las indicaciones de navegación. En la parte central se representa el vehículo con una visualización en tiempo real de la conducción, según lo detectan los componentes del famoso asistente de conducción Autopilot.

La unidad que conduzco lleva la primera versión del Autopilot, un sistema de conducción semiautónoma de nivel 2 (en total hay cinco niveles) que ajusta automáticamente la velocidad, se mantiene en el carril o conserva la distancia de seguridad con el coche precedente, entre otras funciones. También permite mover el coche de forma remota a través de una app para el smartphone, que posibilita desplazar el vehículo hasta 12 metros (por ejemplo, para sacarlo de una plaza de parking estrecha donde no sea posible abrir la puerta). En esta breve toma de contacto puedo comprobar que el piloto automático va muy bien, sobre todo en vías rápidas, y que es asombrosamente fácil de utilizar.

Desde octubre de 2016, todos los modelos de Tesla pueden incorporar el Autopilot 2.0. A nivel de software no hay demasiada diferencia en la actualidad con el Autopilot 1.0 hasta que su validación vaya quemando etapas (y hasta que la legislación vaya avanzando). La clave está en el hardware. A diferencia de la primera versión, el Autopilot 2.0 cuenta con ocho cámaras en lugar de una, tiene 12 sensores de sónar ultrasónicos mejorados con cobertura de 360º y el ordenador es 40 veces más potente. El resultado es que puede ver con un mayor alcance y precisión todo lo que ocurre alrededor del vehículo. El potencial de esta segunda versión es mucho mayor puesto que este piloto automático mejorado conlleva el hardware necesario para una conducción autónoma total en un futuro próximo.

Prestaciones de infarto

Los sistemas semiautónomos se agradecen en viajes largos o en atascos, pero para disfrutar al volante es mejor coger las riendas uno mismo. Y más en este caso porque el P100D se coloca en la parte alta de la gama del Model X, por encima de los 75D, 90D, 100D. La “P” de su denominación desvela que se trata de una versión Performance, la más prestacional, y el “100” descubre que la batería de iones de litio tiene una capacidad nominal de 100 kWh. Es la batería más potente del catálogo de la marca americana y entrega toda su energía a dos motores eléctricos, cada uno de ellos actuando sobre un eje dando como resultado un sistema de tracción eléctrica a las cuatro ruedas.

En marcha es fácil olvidarse del peso y el tamaño del Model X

La potencia del motor delantero es de 193 kW y la del trasero de 375 kW. Ambos se complementan así que la potencia conjunta no es la suma de ambas potencias sino que da como resultado 450 kW que equivalen a más de 600 CV. Por si alguien tenía dudas de que el Model X P100D es un SUV de alto rendimiento.

Este modelo de la marca inspirada en el inventor e ingeniero Nikola Tesla puede ser un coche familiar con el que conducir con una gran suavidad, disfrutando de un gran confort de marcha gracias a un rodar muy silencioso. A velocidades elevadas sólo se percibe ligeramente el ruido aerodinámico y el de rodadura pero no perturba en absoluto el tranquilo ambiente que se respira en el habitáculo.

La increíble dualidad del Model P100D en el apartado dinámico asombra. Esa conducción relajante se puede dejar de lado y disfrutar de unas prestaciones salvajes con sólo hundir el pedal del acelerador con el pie derecho. En parado, este coche es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,1 segundos destrozando el registro de cualquier otro SUV potente que quiera plantarle cara. De hecho, muchos superdeportivos de renombre se quedan por detrás de esta marca como es el caso del Lamborghini Huracan, el Mercedes-AMG GT R o el Ferrari GTC4Lusso T.

Para obtener la máxima aceleración basta con seleccionar el modo Ludicrous. Si se pulsa durante más de 5 segundos se activa el nuevo modo Ludicrous Plus

Da igual a qué velocidad vayas, pisar con fuerza el acelerador se traduce en una aceleración feroz. Especialmente si se selecciona en la pantalla del sistema de infoentretenimiento el modo de conducción Ludicrous, diseñado para proporcionar el máximo rendimiento a corto plazo entregando la máxima potencia. Con el modo Ludicrous, pisar el acelerador a fondo es como si un camión desbocado se estrellara contra la parte trasera del Model X. La patada es salvaje porque la aceleración es instantánea, empujándome irremediablemente contra el respaldo del asiento fruto de un demoledor par máximo de 967 Nm.

¿Cómo puede correr tanto un coche de 2,4 toneladas?

Una reciente actualización de software, que ya está instalada en esta unidad, permite ir más allá y activar el nuevo modo Ludicrous Plus que, por increíble que parezca, impresiona aún más puesto que calienta la batería hasta su punto óptimo para extraer todo su rendimiento, resultando una mayor potencia y aceleración. Unas prestaciones de auténtica locura, sobre todo si recordamos que estamos al volante de un SUV de siete plazas.

Unas grandes prestaciones necesitan de un sistema de frenado que esté a la altura y los frenos me sorprenden para bien. Los modelos electrificados cuentan con frenos regenerativos para recuperar parte de la energía que se pierde en las desaceleraciones y eso implica un tacto peculiar diferente al de un coche con únicamente motor térmico. Al pisar el pedal de freno en un coche eléctrico primero se nota una retención para conseguir esa regeneración y después se produce el frenado en sí así que al final hay que pisar el pedal más de lo esperado. Con el Model X P100D no tengo esa sensación porque el tacto de frenado es muy parecido al de un coche convencional. Quizá tenga mucho que ver los enormes discos ventilados de 355 mm en el eje delantero y 365 mm en el trasero mordidos por pinzas de cuatro pistones pintadas de color rojo para recordar que estamos ante una versión Performance.

Pese a su gran tamaño, el Model X se mueve bien en zonas de curvas

El P100D lleva suspensión neumática de serie, que no sólo ajusta la firmeza de su tarado sino también la altura libre al suelo que va desde los 137 a los 211 mm. Recuerda la elección mediante la ubicación y así, por ejemplo, si seleccionamos la posición más alta posible en un punto de la ruta el sistema guarda esa información y la próxima vez que pasemos por allí la suspensión pondrá automáticamente la misma configuración al llegar a ese punto.

El tarado de la amortiguación es bastante firme y en conjunto con las llantas de 22 pulgadas opcionales calzadas con neumáticos de perfil muy bajo (265/35 R22 delante y 285/35 R22 detrás) se deja notar las imperfecciones del asfalto, aunque sin resultan incómodo. Esta configuración permite contener las oscilaciones de la voluminosa carrocería del SUV de Tesla sorprendiéndome por su buena agilidad en carreteras muy reviradas. En todo caso, quien priorice el confort acertará al mantener las llantas de 20 pulgadas que vienen de serie.

Grandes distancias con una sola carga

En un coche 100% eléctrico, la autonomía es algo fundamental y en este apartado el modelo californiano cumple con nota. El Tesla Model X P100D tiene 542 km de autonomía según el ciclo NDEC. El modelo no-performance (100D) extrae un poco más de vida de las baterías y llega hasta los 565 km. El récord lo tiene el Model S, con hasta 632 km de rango. Con esa capacidad emprender un viaje en un coche eléctrico ya no es una locura.

Al indicar un destino un destino, el navegador tiene en cuenta la carga actual y los puntos de recarga existentes para determinar la ruta más óptima

El modelo de California lo pone fácil. Además de las funciones habituales del sistema de navegación, Tesla implementa algunos servicios adicionales que son muy útiles a la hora de planificar un viaje. Al calcular una ruta, el navegador tiene en cuenta la carga en ese momento del coche y muestra por qué Supercargadores debes pasar, cuántos están siendo usados en ese momento, calcula cuánto tiempo durará la recarga y estima con cuánta carga restante se llegará a cada punto de carga y al destino final. Para nuestra tranquilidad hay poco margen para sorpresas.

El Model X viene de serie con un cargador de a bordo de 11 kW y opcionalmente hay un cargador de alta potencia de 16,5 kW y diferentes adaptadores para varios tipos de conexión. La infraestructura de puntos de recarga aún está verde en España, pero los modelos de Tesla se pueden cargar en cualquier tipo de enchufe empleando el adaptador correspondiente por lo que hay cuatro opciones para proceder a la recarga de las baterías eléctricas del Model X:

  • Enchufe doméstico: Pensado para el día a día ya que se recurre a la toma de corriente convencional que todos tenemos en casa, la misma donde cargamos nuestro teléfono móvil. En una noche (8 horas) se recuperan unos 150 km de autonomía.
  • Puntos de carga públicos: Se trata de las estaciones de carga en plena calle o en aparcamientos cuya capacidad para aumentar la autonomía depende de la potencia de cada punto. Tesla proporciona adaptadores para los tipos más comunes como CHAdeMO, J1772 o Mennekes.
  • Cargadores en destino (destination charging): Esta red de puntos creada por Tesla recargan 100 kilómetros de autonomía por hora y se encuentran en hoteles, resorts y restaurantes. Actualmente hay casi un centenar de cargadores en destino en España, aunque la cifra va creciendo progresivamente.
  • Supercargadores (superchargers): Son puntos de recarga rápida situadas en lugares estratégicos que conectan rutas de viajes de larga distancia. ¿Cómo de rápidos son? Sencillamente es la carga más rápida del mundo capaz de ganar 270 km de autonomía en 30 minutos. En España hay instaladas 10 estaciones con un total de 54 supercargadores y la marca americana tiene previsto que el número de estaciones aumente notablemente este mismo año.

Como no podía ser de otra manera todas estas características tienen un precio muy elevado. El Tesla Model X P100D cuesta 166.050 euros, una cantidad a la que hay que sumar unos cuantos de miles de euros más si echamos un vistazo a la lista de equipamiento opcional. Aunque evidentemente la tarifa está al alcance de pocos bolsillos, no me parece un desembolso desproporcionado teniendo en cuenta el producto final y que se trata del tope de gama.

Para los que desafortunadamente no tenemos un presupuesto tan desahogado no habrá que perder de vista el futuro Tesla Model 3, el coche que se posicionará como modelo de acceso de Tesla y que promete ser tan avanzado como el Model X pero con un precio más asequible. Ha generado tanta expectación que se recibieron 150.000 reservas en 24 horas así que ya es todo un éxito comercial a pesar de que ni siquiera se ha iniciado su producción. También habrá que seguir el desarrollo del Tesla Model Y que ampliará la gama SUV de la marca.

El Tesla Model X no tiene competencia en el mercado

Algo que agradecerán los interesados en tener un modelo de Tesla en su garaje es que ya no hace falta salir fuera de nuestras fronteras para hacerse con una unidad. La compañía dirigida por el carismático Elon Musk está en plena expansión: por fin Tesla ya ha iniciado su desembarco en España. Su sede se ha asentado en Barcelona y, aunque permite la compra de sus coches online, desde el pasado 2 de diciembre también hay un equipo de ventas tanto en la Ciudad Condal como en la capital. Madrid y Barcelona serán las primeras ciudades españolas donde se abrirán tiendas físicas en la segunda mitad de 2017.

La presencia en nuestro mercado no sólo simplifica el proceso de compra sino que también resulta beneficiosa para la garantía de sus modelos vendidos aquí. La garantía es de ocho años con kilometraje ilimitados para la batería y el tren motriz y cuatro años u 80.000 km para el resto del coche. Tesla recomienda pasar una revisión cada año pero no es requisito indispensable para mantener la garantía.

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