Prueba Tesla Model Y 2025, además de ser un gran eléctrico ahora es un gran coche (con vídeo)

El Tesla Model Y tiene varios récords en su haber en estos ya cuatro años de vida. En 2023 se convirtió en el coche más vendido del mundo, siendo el primer eléctrico de la historia en lograr tal honor. Las razones son obvias. A día de hoy nadie es capaz de igualar las condiciones de Tesla en cuanto a prestaciones, eficiencia y precio. Los Model 3 y Model Y son, te guste o no, los coches eléctricos más lógicos del mercado. Y eso que el nuevo Model Y ha elevado considerablemente los precios, entre los 44.990 y los 52.990 euros sin ofertas o ayudas oficiales. ¿Quieres saber cómo va? Pues te lo cuento.

Analizamos a fondo el nuevo Tesla Model Y en su versión AWD de Gran Autonomía.

Tesla ha seguido las reglas básicas de cualquier lavado de cara. Los cambios exteriores son evidentes. El diseño se afila, el morro es más aerodinámico y no hay ninguna duda que lo que más llama la atención son los LED diurnos. Curioso que no haya ni un sólo emblema delante. La misma filosofía se aplica en la trasera donde llama la atención el gran faro que recorre todo el ancho del coche para así amplificar la presencia del Model Y, parece más robusto que el anterior. Otro cambio importante es que la placa de matrícula ya no está en el portón, sino que pasa directamente al parachoques.

Como suele ser habitual, Tesla da mucho pie a la personalización. El catálogo incluye cinco colores siendo el gris sigilo el nuevo color gratis y el rojo ultra el más caro (2.600 euros). Las llantas, entre 19 y 20 pulgadas tienen el mismo diseño que en el pasado. Ni siquiera en eso se han esforzado los americanos. El interior se puede escoger en negro o en blanco. La lista de opcionales es discreta: bola de remolque (1.350 euros), capacidad de conducción autónoma (7.500 euros) y piloto automático mejorado (3.500 euros). Huelga decir que esa supuesta conducción autónoma no es tal, sino que se trata de un nivel 2 avanzado de asistentes a la conducción.

De puertas para dentro el Model Y también recibe un importante paquete de novedades. Lo primero que me llama la atención es que la calidad percibida ha mejorado notablemente. Está mejor hecho. Tesla ha introducido materiales más suaves al tacto, con nuevas molduras que aportan una sensación más premium. También destaca el nuevo sistema de iluminación ambiental configurable, que permite ajustar los colores y la intensidad según el gusto del conductor y los pasajeros. En líneas generales la sensación ha mejorado y un poco más adelante te contaré si también lo ha hecho la rumorosidad, uno de los mayores defectos del anterior Model Y.

Antes de llegar a eso hay que hablar de un aspecto importante y que ha dado mucho de qué hablar en Tesla últimamente, el volante. Los Model S y Model X nuevos llegaron con el volante tipo Yugo, una soberana estupidez y un auténtico peligro. El Model 3 corrigió ese problema con un volante redondito como los de toda la vida, pero incluyó los intermitentes en el propio volante y no en una palanca secundaria, como es lógico. Otra auténtica estupidez. Ahora el Model Y mejora todo eso con un volante redondo y con una palanca para los intermitentes. Es cómodo, es sencillo y, lo mejor de todo, es seguro. A este paso, dentro de tres años, Tesla volverá a poner todas esas palancas que no tenía que haber quitado. Lo nuevo no siempre es mejor.

A pesar de esta grata noticia, no todo iba a ser positivo. Los americanos siguen apostando por incluir todas y cada una de las funcionalidades del coche en la pantalla central. La DGT te multa por usar el móvil mientras conduces, pero no pone ninguna objeción a que toques todo lo que te dé la gana en las pantallas. El sistema del Model Y, al igual que el de cualquier Tesla, no es cómodo. Exige tener que tocar constantemente la pantalla en lugar de reglar el coche rápidamente mediante botones físicos. Y sí, por supuesto se mantiene funciones como el control de las cámaras o la vigilancia de mascotas o los juegos. Todas esas chorradas que tanto gustan siguen estando ahí. Lo que no entiendo es como Tesla sigue sin ofrecer la conectividad para teléfonos móviles. Otro atraso a mi parecer.

Hay que tener en cuenta que las medidas no cambian. El nuevo Model Y es cuatro centímetros más grande que el anterior, con la misma distancia entre ejes. Eso quiere decir que los pasajeros traseros siguen disfrutando de mucho espacio para las piernas y para la cabeza. La novedad principal de la segunda fila de asientos es integración de una pequeña pantalla de 8 pulgadas en la cola del túnel central. A través de ella podemos regular funciones como la temperatura y también podemos ver un vídeo o jugar a algo mientras viajamos. Algo que no resulta muy cómodo teniendo en cuenta la posición del panel con respecto a los pasajeros.

En cuanto a espacio de carga, es difícil averiguar el tamaño del maletero del Model Y. Tesla sólo aporta un dato, 2.138 litros de capacidad. Esa es la capacidad máxima de carga con los asientos traseros totalmente abatidos. A esa cifra hay que sumar otros 117 litros adicionales del maletero delantero. Ideal para guardar los cables de carga y alguna cosita más.

Muchos usuarios se han quejado que el nuevo Model Y no cambia su estructura de 400 voltios por una mejor versión de 800 voltios. Hay que tener en cuenta que Tesla no tenía que volverse muy loca para mejorar un coche que ya era el mejor de su categoría. La plataforma, los motores y las baterías se mantienen, pero se mejora el rendimiento y la eficiencia. La versión de la prueba, bautizada como AWD Gran Autonomía, ofrece un sistema de motor dual con 514 caballos de potencia alimentado por una batería de litio de 75 kWh de capacidad que ofrece una autonomía homologada en ciclo WLTP de 568 kilómetros, 35 kilómetros más que la versión anterior.

El resto de la familia incluye un Model Y de tracción trasera de 299 caballos y 500 kilómetros de autonomía con una batería de 60 kWh de capacidad. Además, encontramos al Tesla Model Y de Gran Autonomía y tracción trasera con 347 caballos de potencia y hasta 622 kilómetros de autonomía. Por 49.990 euros es la versión más lógica que te puedes comprar. Por algo menos de precio tienes el Tesla Model 3 que ya analizamos, aunque en este caso creo que los americanos han logrado un producto mejor.

Al volante del nuevo Tesla Model Y

Hay pocos eléctricos en el mercado que te permitan tener la sensación de estar conduciendo un coche normal y Tesla fabrica cuatro, entre ellos el Model Y. Hay que reconocer que los americanos saben generar esa sensación de tranquilidad a la hora de coger un coche a pilas. La dinámica de conducción está muy bien ajustada. Suspensión, dirección y frenado transmiten normalidad. Es un coche muy dinámico aunque pesa más de 2.000 kilos. El sistema nos permite cambiar la respuesta del acelerador y de la dirección, pero no es necesario. En cualquiera de ellos el Model Y va realmente bien. Es, como ya he dicho, un coche normal y corriente con la excepción del ruido.

Como ya te he adelantado antes uno de los peores aspectos del modelo anterior era la exagerada rumorosidad que se generaba en el habitáculo. Tesla no había prestado mucha atención en este aspecto. Ahora, puedo confirmar que sí. La insonorización se ha reforzado con vidrios acústicos de doble capa y un sellado mejorado en las puertas y en los pasos de rueda. Es un coche mejor hecho, de fuera a dentro. La carrocería por ejemplo ha reducido sus holguras y eso implica que el coche es más silencioso. Buena mejora, aunque sigue habiendo algunos ajustes que podrían mejorarse.

En cuanto a consumos también hay cambios significativos. Mientras que el viejo Model Y de motor dual y gran autonomía homologaba un consumo de 16,9 kWh por cada 100 kilómetros recorridos, la nueva edición reduce esa cifra oficial hasta los 15,3 kWh a los 100 kilómetros. Un 10% menos con apenas unos cambios. Lo mejor de todo es que el ahorro sale prácticamente sólo.

Durante la prueba he podido comprobar que es muy fácil lograr cifras por debajo de los 17 kWh en condiciones normales. Cuando salimos a autopista y circulamos a ritmo normal el consumo sube, obviamente, pero la media conseguida durante la prueba ha sido inferior a los 18 kWh. Un dato realmente excepcional. He llegado a hacer recorridos por carreteras secundarias con menos de 11 kWh de gasto. No hay que esforzarse para lograr bajos consumos, aunque no está de más echar mano a recursos como el frenado regenerativo aumentado que actúa como un formato de pedal único. El coche es eficiente por sí solo y eso es algo que hay que agradecer. Transmite la seguridad de que no te vas a quedar tirado en ningún momento.

La autonomía máxima real ronda los 500 o 520 kilómetros, combinando todo tipo de carreteras. Como siempre, para garantizar que cada viaje se realiza sin tensiones, podemos contar con el excelente programador de ruta de Tesla. A día de hoy no hay nada igual en el mercado. Los americanos siguen llevando años de ventaja ya que son los únicos que cuentan con una red de carga propia. Sí, cada vez más coches nos dicen con qué autonomía vamos a llegar al destino, pero ninguno te dice las paradas, el tiempo y la carga. O al menos no con la precisión de Tesla. Algo que aprecio y valoro enormemente, al menos hasta que la red de carga se amplíe.