Prueba Toyota Avensis Touring Sports 150D Executive: En marcha y conclusiones (III)

Equilibrio es una palabra que define perfectamente a este Avensis, ya que no despunta en ningún apartado en concreto pero sabe resolver todas las situaciones correctamente y su relación calidad/precio así como sus niveles de seguridad le llevan a un nuevo nivel de atractivo para quien busca un coche 'todo en 1'.

Prueba Toyota Avensis Touring Sports 150D Executive: En marcha y conclusiones (III)

6 min. lectura

Publicado: 27/01/2016 11:00

Acomodarse en el Avensis es sencillo y gracias a las memorias del asiento eléctrico, es fácil poder volver a la posición preferida si se comparte el vehículo con otras personas del domicilio. El arranque es por botón y a pesar de ser diésel, la calidad de acabado es suficiente para aislar los ruidos mecánicos. El cambio manual es propio de un coche cómodo, sin un engranaje muy directo ni corto, sino más bien sencillo situando la palanca en una posición cómoda en marchas pares e impares.

El confort es una premisa básica de su conducción

La sensación de espacio es buena y la visibilidad correcta por todos los puntos. La dirección es eléctrica y por tanto muy cómoda en ciudad, pero con escasa conexión entre conductor y asfalto. Gracias a que la suspensión filtra correctamente las irregularidades (aunque la llanta de 18 pulgadas obliga a poner un perfil de neumático deportivo), el Toyota Avensis TS se muestra muy capaz de hacer las delicias del día a día de forma correcta y cargado de tecnología de vanguardia.

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Mucha de esta tecnología se maneja con el volante multifunción, que curiosamente presenta un diseño deportivo, con costuras bien marcadas y mucha botonería. Quizá demasiada, que maneja bluetooth, control de velocidad, display del cuadro de instrumentos, aviso de salida de trayecto etc...

Como vehículo familiar, cumpliría con los requisitos de muchos

Hablando del display central del cuadro de instrumentos, creo que es soberbio poder disponer de toda la información de interés en ese recuadro de algo más de 4 pulgadas como la autonomía, consumos, estado de los sistemas de seguridad e indicación de cambio óptimo de marchas. Le resta carga de trabajo a la pantalla central para poder centrarse en el navegador que es para lo que usaremos la pantalla principalmente así como la música, que por cierto, suena espectacular gracias a la cantidad de altavoces disponibles por todo el habitáculo.

Nuestro consumo fue algo superior al esperado. Nada descabellado por otra parte

Por ciudad el coche se comporta correctamente aunque su tamaño le penaliza a la hora de aparcar. De gran ayuda es la cámara trasera aunque unos sensores de aparcamiento serían el complemento ideal en situaciones de poca visibilidad (si la cámara se ensucia o se empaña, es difícil calcular las dimensiones). La resolución es correcta sin despuntar ni para bien o para mal. Hasta este momento, lo mejor que se puede destacar del Avensis es su equilibrio en conjunto.

En carretera, las buenas percepciones siguen en la misma línea. El equilibrio es su arma principal y el propulsor es más que correcto. En función de la carga puede llegar a sobrar potencia para el ritmo tranquilo que invita a practicar, pero para viajes largos y cargado de maletas, es preferible apostar por el diésel de nueva generación, que además de ser elástico tiene un par muy generoso (320 Nm entre 1.750-2.250 rpm). Echo en falta una personalización individualizada y bien estructurada de tipos de conducción que ya promocionan otros coches de la misma categoría.

Es largo y grande, y su estética, impactante

La capacidad del depósito de combustible es de 60 litros y el consumo prometido es de 4,8l/100km en ciclo mixto. Sin embargo, en nuestra prueba ha sido complicado obtener un resultado inferior a 5,8l/100km, siendo muy razonable, pero un poco por encima de lo esperado. La llanta de 18” le penaliza en 0,2 litros frente a la de 17”.

Con un cambio automático, ganaría muchos clientes

El Toyota Avensis es un coche, que en percepción de conjunto me recuerda al Nissan Qashqai de primera generación. No despunta en ningún apartado en concreto, pero es tan correcto en todos los sentidos que merece la pena. Su precio es, sin duda, uno de los principales atractivos, porque con los descuentos que la marca aplica y las tecnologías de las que se puede disponer, la relación calidad precio es soberbia. El desarrollo del coche en materia de innovación se ha enfocado más a la seguridad que a las ‘pijaditas’ que visten el conjunto y será éste, precisamente, un argumento de ventas asegurado.

Echo en falta poder escoger un cambio automático que aunque en el gasolina penaliza consumos y prestaciones, el cliente potencial de un Avensis no mirará las décimas de un cronómetro, sino un nuevo nivel de comodidad que, por supuesto, el cambio automático incluso siendo CVT, otorga. Un poco elevado el consumo mixto que probablemente mejoraría con programas de conducción y un neumático más adecuado, como con la llanta de 17” aunque estéticamente la grande queda como un guante.

Se vende con carrocería berlina para quienes no necesitan tanto espacio

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