Prueba Toyota C-HR, una apuesta basada en la eficiencia

Ya era hora de que Toyota se lanzara al segmento C-SUV y pronto llegará a España su primer competidor. Se trata del Toyota C-HR, que he tenido ocasión de probar. Una apuesta atrevida, que no pasará desapercibida y que gustará por diversos motivos.

Prueba Toyota C-HR, una apuesta basada en la eficiencia

15 min. lectura

Publicado: 13/11/2016 20:00

Por fin Toyota se adentra en el segmento de los SUV compactos con un trabajo muy propio

El C-HR nace de la necesidad. De la necesidad por parte de Toyota de cubrir un segmento que en los últimos años ha crecido de forma impresionante. Por ello, y a pesar de llegar con retraso frente a la competencia, los japoneses han querido poner toda la carne en el asador con su nuevo producto. Ha sido creado en consonancia con su filosofía, y pronto estará en el mercado español, aunque ya he tenido ocasión de poner a prueba el Toyota C-HR.

Y es que Toyota no solo quiere ocupar un nicho de mercado, sino que quiere revolucionarlo. Y para ello el C-HR debe saltarse todas las normas preestablecidas. El C-SUV está considerado uno de los segmentos más juveniles del mercado, y si hay algo que éstos buscan es frescura. Y en este aspecto el C-HR es realmente atractivo, con un diseño que, para bien o para mal, no dejará indiferente a nadie.

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

Calcula tu precio online

Si por algo podemos tachar a este nuevo SUV es por su diseño irreverente. Bien es cierto que el segmento permite ver estilos muy diferentes y atrevidos, pero creo que el C-HR va un paso más allá. Huelga decir que Toyota ha querido crear ese aspecto de robustez. Un coche urbano, sí, pero que parezca que es capaz de llegar a la cima del Himalaya si se lo propone. Nervios marcados, pasos de rueda pronunciados, parachoques musculosos...

En definitiva un estilo que lo hará inconfundible en el denso tráfico de la ciudad. Como ya os hablamos anteriormente, Toyota se ha basado en el diamante a la hora de diseñar el C-HR. Esta piedra preciosa, el elemento más duro que se conoce, ha servido de inspiración, y es por ello que llega a multitud de detalles del coche, así como a su aspecto. Son detalles sutiles, pero ahí están, como la forma de los botones del volante, o en los nervios laterales del coche y la línea del techo, que si los dibujáramos, completarían una forma romboide.

La forma de un diamante se integra de muchas maneras en el interior del C-HR

Toyota ha pensado en un concepto urbano desde los primeros pasos del desarrollo del C-HR

Como ya digo ese diseño se transmite al interior de forma sutil, aunque a veces no tanto. Permíteme hacer un inciso en este punto para hablarte de porqué el interior del C-HR es así. Estrena plataforma TNGA, y eso quiere decir que gracias a los nuevos desarrollos, el C-HR presenta un mayor espacio interior, además de una mejor conducción gracias a su centro de gravedad bajo. Pero tampoco me quiero adelantar.

Las medidas exteriores lo dejan a solo tres centímetros del dominador del segmento, el Nissan Qashqai. Es decir 4,35 metros de largo, de los cuales 2,64 se dedican a la batalla. Estamos ante uno de los modelos más espaciosos del segmento. Eso le permite ofrecer unas mejores cotas de habitabilidad. Aunque en el maletero sufre por la presencia del sistema híbrido, pues la cifra mínima de volumen se queda en 370 litros. Aun así un tamaño más que suficiente para un uso diario y común.

En cuanto a estilo, diseño y calidad, el C-HR luce un aspecto nuevo, aunque comparta elementos con sus otros hermanos de marca. De hecho estrena detalles como los asientos, los paneles de las puertas, el volante, y una pantalla central de 8 pulgadas que da una sensación de flotabilidad al estar anclada únicamente en la base del salpicadero. Un estilo juvenil que la verdad es que transmite una buena sensación de calidad, pues los japoneses también se han esforzado en implementar la calidad de los materiales empleados. Algo que ya tuvimos ocasión de comprobar hacer meses.

La pantalla central destaca en el salpicadero al estar anclada solamente por la base

Ya he dicho que el público demanda SUV, y que las marcas responden, pero éstos también demandan tecnología, y Toyota también satisfará las exigencias y los gustos en este campo. El C-HR dispone de todo lo que podemos considerar a día de hoy necesario. Y más. Cámara de aparcamiento trasera, sensores 360º, indicador del ángulo muerto, control inteligente de luces de carretera, avisador del cambio involuntario de carril con dirección asistida, reconocimiento de señales de tráfico, y sistema de aparcamiento automático.

Todos estos sistemas se recogen bajo el denominado paquete Toyota Safety Sense. Un equipamiento que llegará desde el nivel de equipamiento básico. Además de todo lo dicho anteriormente se incluyen una amplia lista de sistemas de asistencia y ayuda a la conducción. La mayoría de ellos centrados en incrementar la seguridad activa y pasiva. Como por ejemplo el sistema de seguridad de precolisión. Una cámara y un sensor se encargan de visualizar todo lo que ocurre ante nosotros. Si por cualquier motivo detecta un obstáculo o un peligro inminente el coche nos alerta de ello y en caso final nos ayuda a frenar para reducir la velocidad del impacto o incluso para llegar a prevenirlo.

Y ahora la pregunta resulta obvia. ¿Qué valor tiene todo esto? Pues bien, seguro que ya sabéis que Toyota lanzó hace un mes una oferta inicial, el C-HR Launch Edition, a un precio de 29.000 euros, con todo. Aquellas 200 unidades, ya agotadas, ya tienen continuidad con el lanzamiento de la gama normal. Tres niveles de acabado: Active, Advance, Dynamic que tienen un precio de salida de 24.200 euros, con descuentos. Hay que decir que todas las versiones traen consigo ese diseño tan innovador, así como la mecánica, que por el momento será completamente híbrida.

Y es que una vez más Toyota nos demuestra que quiere romper con los esquemas del segmento. Pero a su manera. Y si hablamos de la marca japonesa tenemos que asociarlo con los híbridos. El Toyota Prius fue un precursor y hoy en día su mecánica se ha convertido en identidad dentro de la firma. Se apuesta únicamente por la mecánica híbrida, aunque otros mercados disfrutarán de una versión de gasolina. Por el momento no se descarta que ésta acabe llegando a nuestro país.

Es una configuración que ya conocíamos, que de hecho fue estrenada en el Prius. Estamos ante un sistema híbrido de segunda generación. Una mejora sustancial en cuanto a eficiencia y comportamiento. Lo conforman un bloque de gasolina de 1.8 litros y un motor eléctrico. La potencia máxima es de 122 caballos, y todo se gestiona a través de una unidad de control de la energía rediseñada y un cambio automático CVT que también ha sido puesto al día.

Prueba Toyota C-HR Hybrid

He de decir que a lo largo de la presentación tuve ocasión de probar ampliamente las dos versiones del C-HR, el gasolina y el híbrido. Pero dado que España disfrutará únicamente de la variante más eficiente, centraré la prueba sobre ese mismo. Sin embargo, para satisfacer curiosidades, he decir que el C-HR gasolina, con el motor 1.2 litros y 116 caballos, me dejo muy buen sabor de boca. Su finura y suavidad, así como su comportamiento, me recordaron mucho al Toyota Auris que ya pusimos a prueba hace unos meses. Un gran trabajo de ingeniería. Un gran avance de los motores gasolina.

Toyota se ha esforzado en mejorar la calidad interior, y la verdad es que se aprecia en todo momento

Pero vuelvo al híbrido. Como ya he mencionado de pasada al principio de la prueba, el C-HR estrena plataforma TNGA. Su desarrollo se ha centrado en lograr no solo una mayor rigidez y un menor peso, sino también en un menor centro de gravedad. De hecho el C-HR puede lucir con orgullo ser el SUV con el centro de gravedad más bajo del segmento. Algo que no dirá mucho al público general, pero que de verdad se nota a la hora de ponerse tras el volante.

Dinámicamente el Toyota C-HR es uno de los mejores de su segmento. Su chasis, permite una conducción más alegre, con rápidos cambios de dirección. Bien es cierto que no llega a comportarse como un compacto, pero no es por el chasis, sino por el peso. Es innegable que el sistema híbrido presenta multitud de ventajas, pero el peso sigue sin ser una de ellas. El C-HR, cargado de líquidos, arroja en la báscula un peso de 1.860 kilogramos. Un dato bastante elevado, aunque como ya digo, no lo saca a relucir, en exceso, a la hora de hacer una conducción más dinámica.

Si por algo destaca el C-HR, al igual que todos los Toyota, es por su suavidad y confort a la hora de circular. El nuevo modelo no es ajeno a estas cualidades, y la verdad es que me ha sorprendido lo agradable que llega a resultar. Tranquilidad absoluta, con una buena insonorización a altas velocidades y con el benefició del rodar eléctrico a bajas velocidades. Lo dicho toda una seña de identidad de la marca japonesa.

El C-HR ha nacido híbrido, y así se quedará en España, al menos por el momento

No esperes a la versión diésel, porque ni está planeada ni lo estará. No entra dentro de la filosofía de Toyota

En cuanto al conjunto híbrido, ya he dicho que los ingenieros se han esforzado en mejorar lo presente, y la verdad es que lo han hecho. La nueva hornada de híbridos de Toyota no es solo más eficiente y ahorradora, sino que también presenta una mejor respuesta y una mejor conducción. En el caso del C-HR se nota la implementación, aunque sigue sin ser el SUV más prestacional de todos. Pero tampoco es una liga en la que quiera competir. De hecho su único rival del segmento, en cuanto a mecánica, es el nuevo Kia Niro.

Toyota sigue apostando por una caja automática CVT que, a pesar de seguir siendo inferior en rendimiento a un doble embargue, ha mejorado mucho. El coche es alegre en sus respuestas, aunque se nota que prefiere las rutas sencillas a las reviradas, donde el cambio puede llegar a perderse entre marchas. Aun así un excelente rutero que sacará a relucir las mejores cualidades de Toyota.

¿Y dónde está el punto fuerte del Toyota C-HR? Pues sin lugar a dudas en sus consumos. Como mínimo se homologa un gasto medio de 3,6 litros a los 100 kilómetros. Valga decir que durante la presentación no hubo posibilidad de poner dichos datos a prueba, pero sí que me llamó la atención las cifras tan bajas que desprendía el ordenador de a bordo, a pesar que en ciertos momentos se llevó una conducción más alegre. Valga decir que durante la prueba el consumo quedó fijado en 4,5 litros. Excelente dato.

Nadie podrá decir que el diseño del C-HR no es contundente

Conclusiones

Es obvio que Toyota llega tarde al segmento C-SUV, pero alabo la forma en la que lo hace. No quiere dejar indiferente a nadie, y por ello han puesto sobre la mesa todas las cartas de las que dispone. Diseño atrevido, tecnología de vanguardia, eficiencia y excelente relación calidad/precio. Y es que los japoneses se han marcado unas metas importantes. Quieren que el C-HR venda más de 100.000 unidades en su primer año, alcanzando una cuota de mercado del 11%. ¿Lo conseguirán? Solo el tiempo lo dirá, pero está claro que por argumentos no será.

Pixel