Prueba Toyota C-HR Plug-in Hybrid, diseño futurista y etiqueta Cero, ¿combinación ganadora?

El Toyota C-HR híbrido enchufable tiene un diseño rompedor, propone hasta 100 km en modo eléctrico y cuenta con distintivo Cero. ¿Es el SUV PHEV más atractivo del momento? Lo he probado a fondo y te cuento mi experiencia.

Prueba Toyota C-HR Plug-in Hybrid, diseño futurista y etiqueta Cero, ¿combinación ganadora?
El Toyota C-HR PHEV es una referencia entre los SUV compactos con etiqueta Cero

12 min. lectura

Publicado: 24/02/2025 18:00

Imagina un SUV compacto con diseño futurista, que pueda circular en modo 100% eléctrico en entornos urbanos y que te permita olvidarte de los enchufes en viajes largos. Tras haber probado la versión híbrida convencional del C-HR nos subimos ahora a su alternativa más electrificada, el Toyota C-HR Plug-in Hybrid. ¿Mantiene el dinamismo? ¿Es realmente eficiente? ¿Merece la pena frente a su versión sin enchufe? En esta prueba lo pongo bajo la lupa.

Esta versión PHEV del popular SUV compacto japonés no solo mantiene el ADN atrevido y rompedor de esta segunda generación del modelo, sino que añade una autonomía eléctrica suficiente para cubrir la mayoría de los desplazamientos urbanos sin gastar una gota de gasolina. El diseño del del C-HR Plug-in Hybrid es, en esencia, idéntico al de su hermano híbrido no enchufable.

Mantiene sus dimensiones exteriores, que son 4.362 mm de largo, 1.832 mm de ancho y 1.564 mm de alto y la principal diferencia es la colocación de un cargador de a bordo (OBC) en la aleta trasera derecha. Admite una potencia de carga de hasta 6,6 kW en corriente alterna, que no me parece mucho. Para hacer una carga completa habrá que destinar unas dos horas y media.

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El C-HR Plug-in Hybrid, también denominado C-HR 220PH, es la versión más potente de la gama del SUV nipón

Este SUV compacto sigue apostando por un lenguaje de diseño audaz con líneas angulosas, una silueta coupé y un frontal afilado con una firma lumínica inconfundible. Las llantas de aleación pueden ser de hasta 20 pulgadas y los tiradores de las puertas traseras ahora están donde deben estar, abandonando la solución integrada en el pilar C que dificultaba el acceso en la generación anterior.

Uno de los rasgos más distintivos del C-HR es su estética bitono. En esta generación, Toyota ha ido un paso más allá con la opción bi-tono +, en la que el color de contraste se extiende también a las aletas traseras, el portón y el paragolpes. Puede que no sea del gusto de todos, pero desde luego no pasa desapercibido.

El puesto de conducción es envolvente y los detalles deportivos del acabado GR Sport le sientan bien

Mucho equipamiento y poco maletero

Si por fuera el C-HR impresiona, por dentro no decepciona. El interior combina calidad percibida, tecnología y ergonomía, sin grandes excentricidades. Los materiales tienen un tacto agradable y si se escoge el acabado GR Sport se añaden toques en color rojo para dar una presencia más deportiva. Este nivel de equipamiento también suma unos magníficos asientos envolventes y calefactables con logo GR en los reposacabezas, volante de cuero perforado, pasos de puerta en aluminio o alfombrillas específicas.

Toyota no ha sucumbido a la moda de los controles táctiles en exceso, algo que agradezco. Hay accesos directos en la consola central para las funciones más importantes y el módulo de climatización tiene botones físicos. Climatización que, por cierto, incorpora tecnología nanoe X que ayuda a purificar el aire del habitáculo.

El centro neurálgico es el sistema multimedia Toyota Smart Connect+ con una pantalla táctil de 12,3 pulgadas. Su interfaz es clara aunque quizá demasiado simple, la respuesta táctil es buena y la conectividad con Apple CarPlay y Android Auto es inalámbrica. También se ha incluido un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, muy personalizable, y un head-up display proyectado en el parabrisas.

El sistema de infoentretenimiento cumple bien, sin florituras

Entre otras características, dependiendo del acabado se disfruta de un sistema de iluminación ambiental que cuenta con 64 colores y que ofrece un curioso programa de 24 tonos que varían según la hora del día. El nipón también puede llevar cargador inalámbrico de smartphones, techo solar panorámico Skyview, un sistema de cámaras de 360º o un equipo de audio premium JBL con 8 altavoces y subwoofer.

El C-HR ha mejorado claramente en habitabilidad respecto a la generación anterior, aunque sigue sin ser un referente en espacio trasero. Los pasajeros de estatura media viajarán cómodos atrás, pero las ventanillas pequeñas y el grueso pilar C penalizan la luminosidad interior. En el PHEV, la presencia de la batería no afecta al espacio de los ocupantes.

Donde sí roba espacio esta versión híbrida enchufable es en el área de carga. Al llevar una batería de mayor tamaño, el C-HR Plug-in Hybrid ofrece 310 litros de maletero, menos que la variante híbrida sin enchufe que llega hasta los 388 litros. Creo que se puede quedar corto en viajes familiares pero sigue siendo suficiente para el día a día.

El espacio de carga del PHEV es más ajustado que el del C-HR Hybrid

Hasta 100 km de autonomía eléctrica en entornos urbanos

Bajo el capó del Toyota C-HR Plug-in Hybrid encontramos un conjunto mecánico compuesto por un motor de gasolina de 2.0 litros y 152 CV, asociado a un motor eléctrico de 163 CV. En conjunto, el sistema desarrolla 223 CV y ofrece un par máximo combinado de 206 Nm. Es el C-HR más potente de toda la gama y también el más prestacional.

Gracias a su batería de 13,6 kWh, este SUV puede cubrir el día a día sin recurrir al motor de combustión, siempre que tengamos acceso a un punto de carga. Su autonomía eléctrica alcanza hasta 100 km en ciudad y 66 km en ciclo combinado WLTP. Eso es según la homologación, haciendo recorridos variados la autonomía real que he conseguido ha rondado los 50 km, que tampoco está mal.

Así es el nuevo Toyota C-HR

Hay un selector de modos de conducción y también hay programas para gestionar la batería. Combinando todos ellos podemos dar más importancia a la eficiencia o al dinamismo, o elegir si nos desplazamos en modo totalmente eléctrico o combinando el motor eléctrico y el de combustión.

El GPS nos va a ayudar a aprovechar la carga eléctrica. El sistema de geofencing optimiza el uso de la batería identificando zonas de bajas emisiones y reservando carga para recorrerlas en modo eléctrico. También incorpora un sistema que se llama Conducción Eficiente Predictiva. Tiene en cuenta las condiciones del tráfico o el tipo de vía para optimizar la eficiencia y conseguir una mayor regeneración de energía.

En el PHEV, la transmisión del C-HR tiene un modo B para aumentar la retención y recuperar más energía

Otra de las cosas que más me ha llamado la atención es la Asistencia a la Deceleración Predictiva. Cuando repetimos varios trayectos el sistema tiene en cuenta en qué puntos frenamos más o en qué puntos necesitamos más potencia y a partir de eso aprende y en las siguientes ocasiones en las que se pasa por ahí el sistema van a aprovechar cada vez más la energía eléctrica. ¡El Toyota C-HR PHEV es un coche que cuanto más se conduce más eficiente se vuelve!

Con el programa más dinámico el C-HR enchufable se mueve muy bien, con una buena capacidad de aceleración al ser capaz de pasar de 0 a 100 km/h en apenas 7,4 segundos y un ágil paso por curva. De todos modos, la transmisión e-CVT no es la más emocionante del mercado, pero su suavidad encaja con la filosofía del coche. Por cierto, en esta versión PHEV la caja añade un modo B para tener una mayor retención.

Cuando la carga de la batería se agota entra en juego el modo híbrido. En ese caso el C-HR Plug-in Hybrid funciona básicamente igual que el C-HR Hybrid no enchufable pero no llega a ser tan eficiente. Imagino que debido al peso extra del vehículo, sin batería los consumos del PHEV que he registrado han sido superiores en 0,3 - 0,5 l/100 km a los que podía conseguir con el híbrido convencional en los mismos recorridos. Así que enchúfalo siempre que puedas.

Es innegable que Toyota ha conseguido dotar al nuevo C-HR de una imagen espectacular

El Toyota C-HR Plug-in Hybrid está disponible desde 35.000 euros, una cifra competitiva dentro de su segmento, pero ojo porque si lo queremos con todo como el GR Sport Premiere que protagoniza esta prueba el precio sube hasta los 43.900 euros. En el mercado de los SUV compactos híbridos enchufables tiene que enfrentarse a modelos como KIA Niro PHEV, Peugeot 3008 Plug-in Hybrid, Mitsubishi Eclipse Cross PHEV o CUPRA Formentor e-Hybrid. Toyota ha sabido evolucionar su SUV estrella ofreciendo un buen equilibrio para aquellos que quieren un coche electrificado sin renunciar a la versatilidad.

Oscar Magro

La opinión de Oscar Magro

El Toyota C-HR Plug-in Hybrid me ha dejado una impresión muy positiva pero quizá no sea para todo el mundo. Está claro que es un coche que llama la atención y que no pasa desapercibido, especialmente con las opciones de carrocería bitono. Se ve moderno por fuera y por dentro y puede llevar todo el equipamiento que uno podría desear en un SUV compacto.

La mecánica PHEV aporta unas buenas prestaciones, el silencio de marcha en modo 100% eléctrico y una suavidad general que lo convierten en un SUV muy cómodo para la ciudad. Su autonomía eléctrica es suficiente para la mayoría de los trayectos urbanos. Sin embargo, si el uso previsto es más de carretera o viajes largos, creo que el C-HR Hybrid es una opción más lógica. Esta versión con hibridación no enchufable es más eficiente en viajes largos, tiene un maletero algo más grande y su precio es más accesible. Además, evita la dependencia de la recarga, lo que puede ser un punto clave para quienes no tienen un punto de carga en casa.

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