Prueba Toyota RAV4 Adventure, más allá de la ciudad
El Toyota RAV4 Adventure es la versión más polivalente del popular modelo japonés. Un SUV para explorar el mundo y, al mismo tiempo, para moverse por la gran ciudad de manera muy eficiente. Lo sometemos a examen.
11 min. lectura
Publicado: 09/05/2023 10:00
El Toyota RAV4 es uno de los pioneros de los SUV, un estilo innovador a mediados de los años 90 que ha evolucionado de tal manera que es la tendencia dominante del mercado. Esa evolución no ha sido ajena al RAV4, que ha ido marcado estilo en esa corriente. A lo largo de sus cinco generaciones el japonés ha ido creciendo en tamaño y versatilidad y se ha decidido totalmente por la hibridación. Pero no ha dejado de lado el estilo.
A pesar de que su quinta generación ya lleva mucho en el mercado, Toyota sigue ofreciendo un SUV que se mantiene al día. Su imagen sigue resultando moderna y además propone diferentes niveles de equipamiento y estilos para adaptarse a cada cliente. Uno de los más personales en la gama es el acabado Adventure, el de carácter más campero.
Ese carácter encaja muy bien con el diseño anguloso y robusto del RAV4 Hybrid. En el caso del Adventure gana en personalidad puesto que muestra un nuevo paragolpes delantero que transforma su frontal y añade protecciones inferiores plateadas remarcando sus intenciones offroad.
No sólo eso, también la parrilla frontal hexagonal y los pasos de rueda tienen características exclusivas para esta versión, al igual que el paragolpes trasero. A pesar de esas modificaciones las dimensiones exteriores son idénticas al resto de variantes, con una longitud de 4.600 mm, una anchura de 1.855 mm y una altura de 1.685 mm.
También son específicas las llantas de aleación de 19 pulgadas en color negro. Una limitación del RAV4 Adventure es que no se puede elegir el color exterior, siempre viene en terminación bitono con una combinación de Urban Khaki y techo en blanco. Le queda bien pero se hubiera agradecido permitir elegir otras opciones para este SUV con etiqueta Eco.
Casi todo de serie
De puertas para adentro, este RAV4 dispuesto para la aventura se diferencia del resto por una tapicería de cuero sintético específica en ngero con detalles naranjas. Este tono naranja también se traslada a los pespuntes de los paneles de las puertas y el salpicadero. El resto de materiales dan sensación de durabilidad y todos los botones resultan fáciles de usar.
Frente al conductor se impone un cuadro de instrumentos con una pantalla TFT de 7 pulgadas. No es tan sofisticado como las instrumentaciones 100% digitales que ofrecen algunos de sus rivales y no puede complementarse con un sistema de información proyectada en el parabrisas pero cumple bien su función. Da la información necesaria de forma clara y bastante completa.
No puede decirse lo mismo del sistema de infoentretenimiento Toyota Touch 2, muy desfasado. La pantalla táctil de 8 pulgadas tiene una calidad de imagen escasa, un manejo anticuado y el sistema de navegación GO es opcional. Al menos es compatible con Apple CarPlay y Android Auto, siempre vía USB.
El resto de equipamientos del acabado Adventure es muy generoso. Lleva sistema de entrada y arranque inteligente Smart Entry, volante multifunción en cuero nappa, asiento del conductor con ajuste eléctrico, asientos delanteros calefactables, climatizador bizona, cámara trasera y base de carga inalámbrica para smartphones, por citar algunas características de serie.
En la lista de extras de este Toyota, además del navegador, quedan el techo solar panorámico y el sistema de sonido JBL con nueve altavoces. No puede disfrutarse de un sistema de cámaras de 360°, las memorias para la posición del asiento o el retrovisor interior digital, singularidades que quedan reservadas exclusivamente para el acabado Luxury.
En cuanto al equipamiento de seguridad y asistentes de conducción es muy abundante, como es habitual en Toyota. El RAV4 disfruta de sistema de seguridad precolisión con detector de ciclistas y peatones, control de crucero adaptativo, reconocimiento de señales de tráfico, control inteligente de luces de carretera, avisador de cambio involuntario de carril, detector de ángulo muerto y alerta de tráfico trasero cruzado. Sin problemas aquí.
En las plazas traseras hay salidas de aire, un par de tomas USB y bolsillos tras respaldos delanteros. El espacio es muy abundante y el túnel de transmisión resulta poco invasivo así que es un coche con buenas dotes familiares. Como es habitual el asiento central es menos cómodo que los de los extremos pero se puede usar de manera ocasional sin problemas.
El maletero del SUV de Toyota es muy grande con una capacidad de 580 litros (733 medidos hasta el techo) y el portón trasero es eléctrico. Debajo del piso hay un doble fondo para guardar algunas cosas y la base de carga tiene dos caras: una enmoquetada y otra de plástico duro, ideal si tenemos que cargar material de escalada o bicicletas sin dañar el tejido. Abatiendo los respaldos traseros se consiguen hasta 1.690 litros de volumen.
Exclusivamente con tracción total
El Toyota RAV4 Adventure solo está disponible con tracción total. Las especificaciones son las mismas que las del resto de la gama así que el propulsor 220H e-CVT 4x4 vincula un motor de gasolina atmosférico de 2.5 litros y cuatro cilindros con un motor eléctrico para desarrollar una potencia conjunta de 222 CV.
El sistema AWD-i, es decir, la tracción total inteligente, se consigue mediante un segundo motor eléctrico en el eje trasero que actúa cuando se detecta una pérdida de adherencia. También depende de los modos de conducción, que son Eco, Normal, Sport, EV y Trail. Este último, sólo disponible en versiones 4x4, también activa la tracción del eje posterior.
El modo Trail es útil para circular por terrenos con nieve, barro o arena con mayor seguridad y control, lo que se espera de esta versión aventurera. Hay que recordar que es un SUV y por lo tanto no hay que ser exigente en su comportamiento offroad. La distancia libre al suelo es de 190 mm, tiene un ángulo ventral de 15,5º y de salida de 20º. Valores alejados a los que ofrece un todoterreno puro como el Toyota Land Cruiser así que conviene evitar obstáculos muy exigentes.
De todos modos, el RAV4 AWD-i se defiende mejor de lo que se puede esperar y puede ser el compañero ideal para amantes de los deportes de aventura o las excusiones camperas. La tracción es suficientemente eficaz para adentrarse en terrenos de dificultad moderada y la profundidad de vadeo de 500 mm es generosa. Con los neumáticos adecuados nos sacará de cualquier apuro razonable.
Sobre el asfalto, el RAV4 Adventure es como cualquier otra versión del modelo japonés. Ofrece una conducción suave, silenciosa en modo eléctrico y que invita a hacer una conducción tranquila para que el motor no se revolucione en exceso debido al cambio e-CVT. En cualquier caso, las prestaciones son notables y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 8,1 segundos o realizar adelantamientos con seguridad.
Lo mejor es que la larguísima experiencia de Toyota con la hibridación se nota. El RAV4 Hybrid presume de eficiencia y esta versión con tracción total homologa 5,9 l/100 km en ciclo WLTP. Para mi sorpresa, haciendo una conducción tranquila me ha sido sencillo hacer medias por debajo de los 5 l/100 km, un dato sensacional para un SUV de este tamaño y potencia. Inmejorable, sin duda es uno de los grandes atractivos de este vehículo.
En un mercado donde cada vez hay más SUV, el Toyota RAV4 Hybrid sigue destacando por tres pilares: un diseño exterior atractivo, una habitabilidad interior destacada y un consumo de combustible imbatible. Con el acabado Adventure además suma una mayor personalidad y versatilidad de uso.
Menos convincente es la ausencia de algunas opciones de personalización de este acabado y el desfasado sistema multimedia. El Toyota RAV4 Adventure está a la venta desde 50.600 euros, un precio en línea con el de sus principales rivales teniendo en su equipamiento de serie, potencia y eficiencia. La marca japonesa, además, trata de convencer con el plus de ofrecer una garantía de hasta 10 años gracias al programa Toyota Relax.