Prueba Toyota Yaris 2020, un gigante de la ciudad (Con vídeo)
Nos ponemos al volante del Toyota Yaris 2020. La cuarta generación del utilitario híbrido japonés llega a las calles con la poderosa ventaja de su etiqueta ECO. Sin embargo, has de saber que mejora en muchos aspectos. Echa un vistazo a ver cuáles son.
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Publicado: 10/09/2020 18:00
En la gama de Toyota vemos un coche para cada ocasión. Para ir al campo nada mejor que un Toyota Land Cruiser o un Hilux. Para viajar tenemos el Toyota RAV4 o el Toyota Camry, para divertirse están los Toyota Supra y el Toyota GT86. Y para la ciudad… Pues nada mejor que el Toyota Yaris. Yo ya he tenido la suerte de ser uno de los primeros en probarlo durante su presentación, y te adelanto que los cambios han sido sustanciales. Ponte cómodo que hay mucho que contar. Empezamos.
Cómo pasa el tiempo, hace ya 21 añitos que el Toyota Yaris llegó al mercado. Desde entonces, y con el modelo que hoy tenemos con nosotros, son cuatro las generaciones que han pisado el asfalto. Y claro, con ese historial es normal que se haya convertido en una de las referencias del mercado, sobre todo en lo que a eficiencia se refiere, porque hasta hace bien poquito era el único utilitario con mecánica híbrida.
La nueva generación se presenta completamente renovada de los pies a la cabeza, y eso también incluye una nueva plataforma, la plataforma TNGA GA-B de Toyota, la misma que emplean otros modelos de la casa como el Toyota Corolla, aunque en este caso adaptada a unas dimensiones perfectas para moverse por la ciudad. ¿Y qué medidas son esas? Pues 3,94 metros de largo, 1,74 metros de ancho y 1,5 metros de alto.
Esa nueva plataforma le da acceso a la tecnología más puntera de la casa, y también implica un cambio en el diseño. En Toyota no se puede hablar de una filosofía de diseño como tal, porque se podría decir que cada coche es de su padre y de su madre. En este caso, y según dice la propia marca, a la hora de diseñar el nuevo Yaris se han centrado más en los gustos del cliente europeo, y no es de extrañar, porque es el modelo más importante de la marca en el viejo continente.
Pero hay que reconocer que les ha quedado chulo, y muy diferente al modelo anterior. Me gusta que los diseñadores de Toyota no han optado por aplicar unos pocos cambios aquí y allí. Todo es nuevo, todos los paneles, las luces, los cristales, todo. De hecho, no parece un Yaris. Por cierto, te voy a contar algo curioso. El nombre Yaris proviene de Charis, el término que se usa en la mitología griega como símbolo de belleza y elegancia. Y luego se ha fusionado con Ya, que es sí en alemán en honor a la gran aceptación que ha tenido en el mercado europeo.
Bien, es hora de saltar al interior, y aquí tampoco se ha optado por la vía de mantener lo que había, algo que es normal porque se había quedado obsoleto. Pero antes de entrar a detallar cuidadosamente la tecnología, quiero hablar de sensaciones y calidades, y debo reconocer que también ha mejorado en eso. Sigue mostrando materiales típicos del segmento B, es decir mucho uso de plástico duro, pero también se han introducido materiales blandos en la parte superior del salpicadero y elementos agradables al tacto en los paneles de las puertas y tapicerías. En líneas generales la calidad es mayor.
Y en lo que a equipamiento se refiere, toda la atención se la lleva la pantalla del sistema multimedia, ubicada en la parte más alta del salpicadero. Tiene un tamaño de 8 pulgadas, y aun sin ser la mejor que hay en el segmento, ofrece muchos sistemas, y su manejo táctil es sencillo y bastante intuitivo. Lo mejor es que Toyota ha resistido a centralizarlo todo en ella, y para la climatización guarda un módulo separado. Así como otros botones físicos como los modos de conducción.
También hay que prestar atención al cuadro de instrumentos. Es digital, pero no como acostumbramos a ver ahora. En lugar de una gran pantalla, son tres, separadas por módulos para así simular un cuadro tradicional, pero con un enfoque moderno, y llega de serie a partir del acabado Style. Pero ahí no acaba el despliegue digital del nuevo Yaris, porque también hay que hacer mención al Head-Up Display, un sistema habitual en modelos de segmento superior, pero raro de ver en un utilitario.
Eso da buena muestra de la mucha tecnología que el nuevo Yaris puede disponer. Toyota ha ido con todo, faros de LED, acceso y arranque sin llave, asientos delanteros calefactados, volante calefactado, cargador por inducción, conectividad para Android Auto y Apple CarPlay, climatizador de dos zonas, cámara de visión trasera, y un amplísimo equipo de seguridad y asistentes a la conducción del equipo Toyota Safety Sense, que incluye novedades como la alerta de tráfico trasero, el control de crucero adaptativo, y el doble airbag delantero central, inédito en el segmento.
Aunque el nuevo Yaris es cinco milímetros más corto que el anterior, la nueva plataforma extiende la distancia entre ejes cinco centímetros. Eso debería notarse en la fila posterior, y lo hace, pero la ganancia no es tan grande como cabría esperar. El hueco para las piernas es mayor, también para la cabeza, pero el Yaris sigue mostrando una banqueta ideal para dos pasajeros, porque si metemos un tercer ocupante el espacio para los hombros es justo, y provoca que todo sea mucho más estrecho. Por cierto, me llama la atención la falta de detalles y lujos en la fila posterior. Nada de nada.
Donde no se modifica ni un solo litro es en la capacidad de carga. Los 286 litros de capacidad mínima de la generación anterior siguen vigentes en esta. Un volumen justo, pero más que suficiente para el día a día y para un par de maletas de fin de semana. También dispone de un doble fondo que nos permite jugar con el tamaño, aunque la operación de subida o bajada de la bandeja no está del todo bien pensada. En otros coches la maniobra es mucho más sencilla.
Seguimos hablando de novedades, y llega la hora de hablar de la gama mecánica. Al igual que sus hermanos mayores, el nuevo Yaris disfruta por fin de la cuarta generación del sistema híbrido de Toyota, que denominan 1.5 Dynamic Force. Este nombre tan atractivo responde a un conjunto híbrido montado por un motor de gasolina de ciclo Atkinson con tres cilindros y 1,5 litros de cilindrada. A ese motor se une una nueva batería de iones de litio y un motor eléctrico que aporta hasta 59 kW. La potencia total del conjunto es de 116 caballos, apenas 15 más que el híbrido anterior.
Probando el nuevo Toyota Yaris
Puede que este híbrido no te parezca la opción más atractiva del mundo, no nos vamos a engañarnos, apuesta por ser eficiente por encima de cualquier otra cualidad. Pero si buscas algo con un poco más…digamos chicha, para eso Toyota ha creado el GR Yaris. 261 caballos, cambio manual, tracción total, suspensiones de competición… ¿mola eeh? Pues hace un tiempo que mi compañero Fran Valle ya lo probó.
Pero en esta ocasión vamos a centrarnos en el súper ventas. Y la verdad es que las primeras impresiones no han podido ser mejores. Nada más empezar a andar te das cuenta de la mejora del sistema motriz. La cuarta generación híbrida de Toyota entrega la potencia de una manera más alegre. Las salidas desde parado no suponen un gran problema, aunque los adelantamientos tenemos que vigilar la situación del tráfico.
Aunque la potencia apenas ha cambiado, 15 caballos más, la entrega es mejor. Más enérgico en la parte baja del cuentarrevoluciones y algo más progresivo a medida que ganamos velocidad. Creo que el nuevo Toyota Yaris ha ganado en versatilidad. Antes era un arma pensada principalmente para la ciudad, pero ahora, gracias a estos cambios, podemos darle un uso más allá del entorno urbano. Por el espacio interior, pero sobre todo por la mejora de prestaciones y la ganancia en calidad de rodadura.
Los principales rivales del nuevo Yaris son el Honda Jazz y el Renault Clio E-TECH. Los tres son los únicos urbanos híbridos disponibles.
El último Yaris que probé fue el de la generación anterior con acabado GR Sport. Era duro de narices, pero en este caso los ingenieros han optado más por la vía del confort y la calidad de rodadura. Las suspensiones filtran muy bien las irregularidades de la carretera, y eso hace que sea más cómodo. Lo único que afea esa sensación es la rumorosidad del motor, que sigue siendo muy elevada cuando pisamos el pedal del acelerador a fondo.
Aunque el esquema eléctrico (batería + motor) se ha configurado para no revolucionar tanto el motor de combustión, la caja e-CVT sigue haciendo lo propio y eleva de forma exagerada las revoluciones del motor. ¿Menos que la generación anterior? Si, pero sigue siendo algo que resta confort de marcha. Es especialmente notable cuando vamos a alta velocidad subiendo una cuesta y queremos adelantar, el ruido es muy evidente en el habitáculo, y no cesará hasta que no liberemos presión del acelerador.
Pero he de reconocer que, en líneas generales, el salto generacional me ha gustado en lo dinámico. El chasis hace gran parte del trabajo, permite una mejor conducción, pero sigue sin ser algo de debemos buscar en un modelo eficiente como el Yaris. En un tramo de curvas cumple, cumple bien, pero rápidamente te deja ver que ese no es el escenario donde se siente como pez en el agua. En ninguno de los tres modos: Eco, Normal y Power.
Y es que es en la ciudad donde más provecho vamos a sacar al esquema híbrido. Un esquema híbrido que, por cierto, ahora puede funcionar en modo 100% eléctrico hasta los 130 kilómetros por hora, hasta que se acabe la batería (obvio), o hasta que demandemos más entrega. Superado cierto límite de recorrido de pedal el coche supone que quieres más potencia e inmediatamente enciende el motor de gasolina para darte ese empujón. Las transiciones por supuesto son imperceptibles, como ya es habitual.
Toyota también permite que sea el cliente el que configure qué modo de propulsión quiere emplear. El coche siempre arranca en eléctrico, pero el motor de combustión rápidamente entrará en juego si la batería está agotada. Si tenemos reserva suficiente podemos poner el modo EV, aunque una vez más, al ser un híbrido convencional, la autonomía sigue estando limitada a aproximadamente dos kilómetros. No es mucho, pero lo suficiente como para que en ciudad reduzca los consumos de forma notable.
Hasta un 21% menos de consumo que la generación anterior. Toyota afirma que esa es la ganancia de ahorro con respecto al Yaris de la generación anterior. El dato homologado es de entre 3,9 y 4,2 litros por cada 100 kilómetros. Son cifras reales y posibles. Durante la presentación no ha dado lugar a comprobar la veracidad de estas, pero sí que he podido comprobar que durante el recorrido el ordenador de a bordo mostraba consumos entre los 4,7 y los 4,9 litros. A nada que se sea un poco cuidadoso y que el terreno ayude, estoy seguro que las cifras bajan fácilmente.
Llegando al apartado de los precios, la marca anuncia un precio de salida para el Toyota Yaris de 18.875 euros, sin ofertas o promociones, para su acabado de acceso. La gama está compuesta por un total de tres niveles de acabado: Active Tech, Style y Business Plus, más uno adicional como oferta de lanzamiento. Por supuesto el más caro de la familia es el GR Yaris. Su puesta a punto especial y su mayor rendimiento elevan la factura final hasta no menos de 32.900 euros.
Valoraciones finales
Llegamos al final de la presentación, y tras las primeras horas con el nuevo Yaris la sensación es que Toyota ha creado una bestia para el segmento de los urbanos. Tiene todas las cualidades que ya conocíamos, principalmente la eficiencia y la etiqueta ECO, y además añade un mejor diseño, mejores acabados, muuucho más equipamiento, más habitabilidad y un rendimiento superior con menos consumo que le permite una mayor versatilidad de uso. En contra, pues sigue siendo más caro que un rival de similar potencia con motor de de combustión.