Prueba Volkswagen Arteon Shooting Brake 2.0 TDI, solución eterna
El Volkswagen Arteon Shooting Brake no tiene el futuro muy claro. La electrificación de la flota puede causar su desaparición, pero sus sucesores tendrán que cumplir con unos estándares de calidad muy elevados. Hoy es una de las mejores berlinas que te puedes comprar.
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Publicado: 08/01/2023 12:00
En los próximos años veremos muchos cambios dentro de la órbita de Volkswagen. La marca alemana tiene una hoja de ruta eléctrica muy clara. A partir de 2033 espera ofrecer únicamente vehículos eléctricos en su flota y eso supondrá la desaparición de algunos modelos. El Volkswagen Arteon Shooting Brake es uno de los candidatos a la extinción, pero lo que hoy ofrece será difícil de igualar en formato 100% eléctrico. Su evolución ha sido tan notable que hoy se sitúa como una de las mejores berlinas que te puedes comprar.
Los segmentos tradicionales se están disolviendo como el azucar en el café. La tendencia de mercado dicta que los SUV y los eléctricos ocuparán toda nuestra atención, si es que no lo están haciendo ya. Los modelos más tradicionales están abocados a decir adiós por muy buenos argumentos que estos presenten. Las berlinas han perdido muchos clientes en las últimas dos décadas, pero todavía siguen siendo una excelente opción de compra para aquellos que no quieran caer en brazos de las modas.
El Volkswagen Arteon apenas cuenta con cinco años de vida. El sucesor natural del Volkswagen Passat CC ofrece todo lo bueno que se puede esperar de una berlina familiar, aunque a simple vista lo primero que llama la atención es su atractivo diseño. La berlina convencional cuenta con una atractiva línea coupé, pero el Shooting Brake no sólo ofrece un elegante aspecto sino que también es capaz de contentar a las familias más necesitadas de espacio. Una combinación ganadora se mire por donde se mire.
Tras la renovación de 2020, los de Wolfsburgo centraron la atención en intensificar el aspecto deportivo del Volkswagen Arteon Shooting Brake. A día de hoy no hay otra berlina en el mercado que ofrezca el mismo matrimonio entre carrocería y habitabilidad. El diseño es uno de sus grandes atractivos, pero si tenemos en cuenta el conjunto entero descubrimos que es capaz de aportar mucho más, espacio por ejemplo. Sirvan como ejemplo los 565 litros de un maletero práctico y muy aprovechable que puede estirar su capacidad hasta los 1.632 litros si se abate por completo la segunda fila de asientos.
Aunque no es capaz de igualar las tecnologías de sus hermanos más modernos, el Arteon Shooting Brake se sigue desenvolviendo muy bien en el apartado del equipamiento. La oferta incluye todo lo que se pueda necesitar y un poco más, aunque de un tiempo a esta parte Volkswagen ha cambiado su forma de ofrecer los opcionales. Con una gama tan paquetizada, resulta complicado sumar chucherías sin disparar la factura final. Esta estrategia ha sido generalmente empleada por las marcas premium y lamentablemente los de Wolfsburgo también se han sumado a la fiesta.
Volkswagen siempre ha apostado por un fino equilibrio en calidad-precio. Su fama se debe a eso. Ofrecer mucho por un precio contenido. Sin embargo, los precios han escalado rápidamente en los dos últimos años y eso puede echar para atrás, con razón, a muchos clientes. La oferta tecnológica es buena, pero el coste no convence tanto. A pesar de ello destacan muchos elementos en él: faros matriciales de LED, instrumentación digital, conectividad para dispositivos móviles, Head-Up Display, climatización de tres zonas, asientos delanteros eléctricos, cámara de aparcamiento de 360 grados y un nutrido equipo de asistentes a la conducción.
No se echa en falta nada grave y de hecho el sistema operativo del Arteon sigue siendo mejor que el de los nuevos ID. Problema que Volkswagen está decidido a solucionar más pronto que tarde. Si destacado es el equipamiento, también lo es la calidad de sus acabados. Nada tiene que desmerecer a modelos premium alemanes como el Mercedes Clase C Estate, el BMW Serie 3 Touring o el Audi A4 Avant. Superficies blandas y de agradable tacto se agolpan en un interior sólido, bien fabricado y con una extraordinaria sensación de durabilidad. Cualidades que siempre han caracterizado a los modelos de la V y la W.
El Arteon es la berlina más grande de la casa actualmente con 4,87 metros de largo, 1,87 metros de ancho y 1,46 metros de alto. A esas proporciones hay que sumar una distancia entre ejes de 2,84 metros. Una cota muy generosa que se traduce en una habitabilidad interior de impresionante talla. Los ocupantes traseros disfrutan de mucho espacio tanto para las piernas como para la cabeza, aunque sí hay que reconocer que la plaza central es de uso muy limitado por anchura y por el elevado túnel de transmisión que presenta el suelo. Gracias a los anclajes ISOFIX resulta muy fácil la instalación de sillas infantiles, aunque no es posible integrar tres unidades por falta de anchura.
Con el paso de los años la gama mecánica ha ido adaptándose a las nuevas tecnologías de Volkswagen. El Arteon Shooting Brake está disponible con motores diésel o gasolina tradicionales y con sistemas híbridos enchufables más modernos con la ventajosa etiqueta CERO de la DGT. Aunque el atractivo de estos modelos es innegable, la gama más conservadora sigue siendo una excelente alternativa para la gran mayoría de los conductores. Durante esta prueba me centraré específicamente en la versión 2.0 TDI de 150 caballos con cambio DSG de siete velocidades. Una apuesta ganadora.
Prueba Volkswagen Arteon Shooting Brake 2.0 TDI 150 CV
¿Por qué sigue siendo valido un diésel de 150 caballos? Tras probarlo puedo decir que que es como si el coche y el motor hubiesen nacido para estar juntos. He probado el PHEV de 218 caballos e incluso el R de 320 caballos, pero sinceramente creo que el 2.0 TDI es el mejor motor que se le puede calzar a una berlina como el Arteon Shooting Brake. Su equilibrio entre comportamiento y consumo es poco menos que excelente.
Con un motor de última generación y una gran mejora en refinamiento, lo más destacable es la calidad de rodadura que transmite en cualquier recorrido. El diésel apenas filtra ruidos o molestias a un habitáculo perfectamente blindado a cualquier perturbación. Su suavidad es destacada y nada tiene que envidiar a modelos premium (aunque por coste se acerca a ellos). Refinado en cualquier orden de marcha, el cambio DSG actúa en perfecta sintonía con la mecánica. Sin tirones ni molestas transiciones que puedan alterar la tranquilidad.
Con 150 caballos y 360 Nm de par motor tampoco se puede decir que sea el coche más prestacional del mercado, pero no se me ocurre ninguna situación en la que no sea competente. La rodadura transmite un gran aplomo incluso a esas velocidades en las que la DGT estima que eres un criminal. Los kilómetros caen tan fácilmente que los viajes son un juego de niños. Gracias a su afilado diseño el avance apenas presenta resistencia, siendo uno de los coches en los que más he notado este efecto, junto con el Mercedes CLS. No se le puede poner ni una sola pega al comportamiento.
Los diferentes modos de conducción, combinados con el chasis adaptativo DCC, permiten alterar el comportamiento del coche, pero no veo necesario pasar de los modos Eco o Confort, los dos formatos que sacan a la luz las mejores cualidades del coche. Resolutivo en ciudad, su hábitat natural son los grandes espacios abiertos. Carreteras rápidas donde disfrutar de un coche bien hecho durante largos recorridos. Con el Arteon Shooting Brake 2.0 TDI no hay ansiedad de rango que valga. Su autonomía le permite poder viajar de Madrid a París sin tener que pararse. Un lujo moderno al que parece que tendremos que decir adiós.
No digo que sea seguro hacer 1.200 kilómetros del tirón, pero el simple hecho de poder hacerlo es un privilegio. Su largo alcance se debe a dos motivos principales: un gran depósito de combustible de 66 litros y un consumo ridículo para el tamaño del coche. Durante la semana de pruebas he podido realizar diferentes recorridos y tras más de 1.000 kilómetros de pruebas el ordenador de a bordo a desprendido un consumo medio de 6,1 litros a los 100 kilómetros. En todo momento he realizado una conducción normal y despreocupada y a un ritmo habitualmente elevado. Un dato sensacional que eleva aún más los valores positivos de una de las berlinas familiares más atractivas del mercado.
No es el coche ideal para irse de tramada, pero hay que reconocer que el Arteon Shooting Brake no desentona en ningún escenario. Un coche total que pone el listón muy alto para sus próximos sucesores eléctricos. Superar lo que hoy ofrece va a ser muy difícil por no decir que imposible. El Volkswagen Arteon ha alcanzado su punto óptimo de comportamiento y de precio. La peor parte de esta prueba se centra en el apartado económico. Hace unos años era posible hacerse con los servicios de esta excelente berlina familiar por un precio aproximado de 45.000 euros. Hoy la factura es significativamente mayor. La tarifa mínima del Arteon SB 2.0 TDI de 150 caballos con transmisión DSG es de 53.910 euros.
Si a esa cifra de partida empezamos a sumarle los numerosos paquetes de tecnología y confort, así como algunos opcionales añadidos, la cifra puede crecer rápidamente por encima de los 60.000 euros. Un coste muy elevado si tenemos en cuenta de donde venimos y si miramos de reojo a modelos rivales de marcas premium. Está claro que hay mucho dinero en juego, pero no pienses que es una compra mala porque no lo es, de hecho es una de las mejores opciones de la categoría.
Conclusiones
Está claro que el precio no es algo que podamos obviar en esta prueba. No me gusta que un modelo generalista tenga semejante precio de venta. Volkswagen ha perdido un poco el norte con las tarifas de sus modelos y aunque ya no resulte tan atractivo en lo económico, el Volkswagen Arteon Shooting Brake es una compra excelente. Destaca en todo: comportamiento, consumos, habitabilidad, confort y calidad de rodadura. Pronto tocará decir adiós a esta excelente berlina familiar, puede que cuando ya no esté se le eche demasiado en falta. No corren buenos tiempos para lo tradicional.